Lunes, 11 Abril 2022 10:47

II. NATURALEZA DE LA ESPIRITUALIDAD MARIANA.

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                II. NATURALEZA DE LA ESPIRITUALIDAD MARIANA.

 

1.El hecho y la terminología de la "espiritualidad mariana" de la Iglesia

 

2.Naturaleza y datos fundamentales de la espiritualidad mariana

 

3.Problemas de metodología científica

 

1.El hecho y la terminología de la "espiritualidad mariana" de la Iglesia

 

      La expresión "espiritualidad mariana" ha encontrado carta de ciudadanía en la Iglesia gracias a la encíclica "Redemptoris Mater": "Se trata aquí no sólo de la doctrina de fe, sino también de la vida de fe y, por tanto, de la auténtica 'espiritualidad mariana', considerada a la luz de la Tradición y, de modo especial, de la espiritualidad a la que nos exhorta el concilio" (RMa 48).      Esta "vida de fe" constituye la "espiritualidad" (vida "espiritual" o "según el Espíritu"). La Iglesia vive los contenidos de la fe, no sólo como conceptos que iluminan, sino especialmente como realidades de gracia que transforman la vida. La doctrina sobre María, como parte integrante de la doctrina sobre el Misterio de Cristo, se convierte en vivencia "espiritual". Al mismo tiempo, la Iglesia mira a María para imitar su vida de fe y ser ayudada por ella en esta misma vida de fe: "La Santísima Virgen avanzó en la peregrinación de la fe" (LG 58). En este sentido, María es "Tipo y ejemplar acabadísimo en la fe y en la caridad" (LG 53). Y de ahí deriva, por parte de la Iglesia, no sólo la imitación la súplica de intercesión, sino también el "afecto de piedad filial" (LG 53).

      La espiritualidad mariana es, pues, una realidad histórica en la vida y en la doctrina de la Iglesia, y, de modo especial, en la vida y doctrina de los santos y de las comunidades eclesiales de todos los tiempos, esparcidas por todas las naciones: "Además, la espiritualidad mariana, a la par de la devoción correspondiente, encuentra una fuente riquísima en la experiencia histórica de las personas y de las diversas comunidades cristianas, que viven entre los distintos pueblos y naciones de la tierra. A este propósito, me es grato recordar, entre tantos testigos y maestros de la espiritualidad mariana, al figura de san Luis María Grignion de Montfort" (RMa 48).

      Este "hecho" mariano vivencial, que es realidad permanente en la Iglesia, cuando se trata de plasmarlo en terminología concreta, ha recibido diversos nombres: piedad o devoción mariana, ascética y mística mariana, teología espiritual mariana, espiritualidad mariana. La palabra "piedad" o "devoción" indicaría la actitud de los creyentes por medio de actos devocionales y de culto; es un tema clásico en los tratados de mariología, cuando hablan de la devoción y del culto mariano. La expresión "ascética y mística mariana" indicaría el proceso de la vida espiritual ayudándose de María como modelo y como medio peculiar de esta misma vida; los tratadistas de espiritualidad general no dejan de hacer alusión (aunque sea brevemente) a esta faceta mariana de la vida espiritual. La frase "espiritualidad mariana" es hoy comunmente aceptada, no sólo por la inclusión oficial en el magisterio de la Iglesia (RMa 48), sino también porque en las Facultades de Teología (con especialización en Espiritualidad o en Mariología) ya es normal un curso ordinario sobre este tema concreto: "Espiritualidad mariana", "Espiritualidad mariana de la Iglesia", "Dimensión misionera de la espiritualidad mariana", etc.[1]

      La actitud relacional de la Iglesia con María es una de las notas características de la encíclica "Redemptoris Mater". La Iglesia, y cada creyente, vive una "presencia activa y materna" de María (cfr. RMa 1, 24, 28, 48, 52), en "comunión de vida" con ella (RMa 45, nota), dejándola entrar "en todo el espacio de la vida interior" (RMa 45), como expresión de una "vida de fe" a imitación de María (RMa 48). Todo ello es consecuencia de poner en práctica el encargo del Señor: "He aquí a tu Madre... el discípulo la recibió en su casa" (Jn 19,25-27). Orígenes señalaba que para captar el "sentido del evangelio", hay que imitar al discípulo amado, "recibiendo a María como Madre"[2].

      En los documentos magisteriales de la Iglesia, María aparece como "Maestra de vida espiritual" (MC 21), en todo el "itinerario de fe" (RMa 2, 27, 48, 49), con una "presencia activa" y " materna" (RMa 1, 24; RH 22). La Iglesia, ante esta realidad activa y relacional, queda invitada a entrar en sintonía con el "amor materno" de María (RMi 92; LG 65). La actitud relacional de la Iglesia con la Virgen presupone la presencia de la María; es una presencia real, afectiva y efectiva, recordada y vivida, que reclama por parte de la Iglesia una reflexión teológica. Tal vez por no haberse prestado la suficiente atención a la teología de la espiritualidad mariana, tampoco se ha profundizado en esta verdad mariana (su presencia en medio de la Iglesia), que está en estrecha relación con la presencia de Cristo resucitado (que sigue asociando a María en la obra salvífica). Los santos más marianos invitaban a vivir la vida de María, en relación con su presencia activa, para que por medio de esta unión con María, pudieran entregarse totalmente a Cristo como ella.[3]

 

2.Naturaleza y datos fundamentales de la espiritualidad mariana

      Hay que distinguir entre la expresión "espiritualidad mariana" y su contenido. Lo que está en juego no es propiamente la expresión, sino el significado y el alcance de la misma. Si por "espiritualidad" se entiende docilidad a las gracias (o carismas) del Espíritu Santo (a modo de "vida según el Espíritu": Gal 5,25), la espiritualidad mariana sería una actitud de fidelidad a lo que el Espíritu Santo comunica a la Iglesia en relación con María.

      La espiritualidad mariana ayuda a la Iglesia a vivir la relación esponsal con Cristo, como realidad profundamente bíblica, que es base de la teología patrística, de la vida litúrgica y de la vida evangélica del seguimiento radical de Cristo. Leyendo con atención los documentos marianos, conciliares y postconciliares, se nota en ellos no sólo un contenido doctrinal de conceptos, sino también una invitación a adoptar unas actitudes eclesiales (personales y comunitarias) respecto a María. Estas actitudes son de fidelidad a la Palabra, a la voluntad de Dios, a la acción del Espíritu Santo, así como de relación personal con Cristo, con María y con la Iglesia. Al sentirse unida e identificada con María, la Iglesia adopta una actitud de fidelidad y de relación más profunda con Cristo Esposo: "La Iglesia, meditando piadosamente sobre ella, y contemplándola a la luz del Verbo hecho hombre, llena de reverencia, entra más a fondo en el soberano misterio de la Encarnación y se asemeja cada vez más a su Esposo" (LG 65).

      Por esto, la espiritualidad mariana es eminentemente cristocéntrica y eclesial. "Los Padres griegos y la tradición bizantina, contemplando a la Virgen a la luz del Verbo hecho hombre, han tratado de penetrar en la profundidad de aquel vínculo que une a María, como Madre de Dios, con Cristo y la Iglesia: la Virgen es una presencia permanente en toda la extensión del misterio salvífico" (RMa 31). Por esto "María pertenece indisolublemente al misterio de Cristo y pertenece además al misterio de la Iglesia" (RMa 27).

      Los contenidos y datos fundamentales de la espiritualidad mariana de la Iglesia podrían resumirse en los siguientes:

 

1º)Actitud "vivencial" de los temas marianos, orientada hacia un "afecto de piedad filial" (LG 53) que incluya conocimiento, imitación, relación, petición, celebración...

 

2º)Relación de "intimidad" con María, a modo de "comunión de vida" (RMa 45, nota 131), viviendo la realidad de su presencia en la vida de cada persona y de cada comunidad eclesial.

 

3º)Aceptación efectiva de su "influjo salvífico" (LG 60), como dejándola entrar y actuar "en todo el espacio de la vida interior, es decir, en el 'yo' humano y cristiano" (RMa 45).

 

      La reflexión teológica sobre esta vivencia mariana de la Iglesia debe, pues, centrarse en la actitud vivencial ("espiritual", devocional, cultual) de los temas marianos, que incluye la actitud interrelacional y la dependencia efectiva y afectiva de dejarse moldear para transformarse en Cristo.

      Esta realidad mariana de la Iglesia hace descubrir y vivir la "presencia activa y materna" de María en todo el proceso de perfección o de la vida espiritual: virtudes teologales y morales con los dones del Espíritu Santo (también como sintonización con los criterios, valores y actitudes de Cristo), vida contemplativa, vida comunitaria, vida apostólica, vida social...

      Todos participamos de la fe de María, que "permanece en el corazón de la Iglesia" (RMa 27), como un bien que debe desarrollarse en un proceso de santificación y de misión.

 

la vida de fe en relación con María

Reflexión teológicatodo el proceso de esta vida

sobre:en personas y comunidades

en la Iglesia particular y universal

con elementos diferenciados ("carismas", culturas...)

 

      La teología de la "espiritualidad mariana" debe profundizar la vida espiritual de María (presencia, afecto, modelo, ayuda como mediación materna), la vida espiritual de la Iglesia (conciencia, afecto. imitación, petición) y la relación entre ambas. El "influjo salvífico" de María (LG 60) y la "piedad filial" de la Iglesia (LG 53), se entrecruzan en el camino de la vocación, contemplación, perfección, comunión y misión.

 

camino de:

vocación

María:contemplaciónIglesia:

"influjo salvífico"perfección"piedad filial"

"presencia materna"comunión"amor materno"

misión

 

      La espiritualidad mariana hace resaltar la actitud relacional con María, viviendo su presencia activa (modelo e influjo de maternidad e intercesión). Se intenta vivir con María y como ella en la asociación a la vida y a los misterios de Cristo.

 

3.Problemas de metodología científica

      En la reflexión teológica, cuando ya se ha emprendido un camino, surge una alergia respecto a un eventual cambio de dirección. Si los temas teológicos (y mariológicos) ya se han clasificado según unas programaciones y unos cuadros mentales, resulta difícil aceptar una novedad en la terminología y en la metodología de docencia, investigación y publicaciones. En el caso de la "espiritualidad mariana" acontece este mismo fenómeno. Las alergias que pueden surgir en el momento de aceptar o rechazar la expresión, nacen más bien del hecho de vislumbrar que deberá rehacerse la metodología de estudio evitando doblajes inútiles. Entonces se corre el riesgo de adoptar una solución fácil: no aceptar la novedad de la terminología, alegando dificultades de método científico.

      En el campo misionológico, sucedió algo parecido con la expresión "espiritualidad misionera", usada oficialmente por primera vez en el concilio Vaticano II (AG 29) y explicada ampliamente en "Evangelii nuntiandi" (cap. VII) y en "Redemptoris missio" (cap. VIII). Existe, pues, la "espiritualidad" específica, tanto en el campo mariano como en el campo misionológico.[4]

      Analógicamente podrían servir las indicaciones de "Pastores dabo vobis" sobre el contenido de la espiritualidad sacerdotal, que queda ahora sistematizada en un capítulo (el tercero) de este documento magisterial de la Iglesia, invitando a un estudio específico. "La vida espiritual es una vida animada y dirigida por el Espíritu hacia la santidad o perfección de la caridad" (PDV 19); respecto a la espiritualidad sacerdotal específica, se trata de la caridad pastoral.[5]

      La espiritualidad mariana es la misma vida espiritual cristiana (como vivencia y como reflexión teológica) en su faceta mariana; ésta resulta tan rica de contenido, que merece una explicación detallada y peculiar.

      La teología mariana ("mariología") tiene tres funciones principales:

 

1º) Científica sapiencial (reflexión sobre los datos bíblicos, históricos, sistematización etc.),

 

2ª) Pastoral (del anuncio, la celebración, la organización o animación, etc.),

 

3º) "Vivencial" (sería el campo de la "espiritualidad mariana", basado siempre en la teología y apuntando hacia la pastoral).

 

      La función vivencial de la mariología (o el estudio sobre la misma función) es el campo propio de la espiritualidad mariana. Se estudia la vida de fe de la Iglesia en relación con María.

      Estos temas han sido estudiado hasta ahora implícitamente en el capítulo mariológico sobre el culto y devoción mariana. Precisamente por mérito de estos mismos estudios, la materia es hoy tan amplia que merece una atención especial, estructurándola como presencia de María en todo el proceso o camino de la vida espiritual. En este sentido y perspectiva, el tema no había sido desarrollado suficientemente. El capítulo mariológico sobre el culto y devoción, de hecho, no trata este tema, que le sobrepasa y que es suficientemente amplio para poderle dedicar un tratado especial.

      La espiritualidad eclesial o fidelidad de la Iglesia a la acción del Espíritu ("oiga la Iglesia lo que dice el Espíritu": Apoc 2,7), se ha ido moldeando mirando a María como "la gran señal" (Apoc 12,1), que personifica a la misma Iglesia. Vivir en relación con María significa ser consecuente con estas realidades marianas que constituyen una presencia activa y materna: María es el "icono" de la Iglesia, como una presencia activa que es mediación materna e "influjo salvífico" (LG 60).

      "María está en el corazón de la Iglesia" (RMa 27), en sus actitudes hondas de relación esponsal con Cristo, como virgen que se hace madre a ejemplo de María, por un proceso de escucha, oración y amor. Si "toda la Iglesia es invitada a vivir más profundamente el misterio de Cristo, colaborando con gratitud a la obra de la salvación, eso lo hace con María y como María, su Madre y modelo" (RMi 92).

      En este camino histórico de fe, hacia el encuentro definitivo con Cristo, la Iglesia experimenta a María, quien "precede con su luz al peregrinante Pueblo de Dios, como signo de esperanza cierta" (LG 68; cfr. RMa 51-52). Por esto, la actitud de la Iglesia respecto a María (actitud "espiritual" o según el Espíritu), es actitud relacional (oración, contemplación...), imitativa (fidelidad, virtudes), celebrativa (liturgia en torno al misterio pascual), experimental (vivencia de los santos y de los fieles), sapiencial (teología), etc.

      Esta actitud eclesial mariana constituye su "espiritualidad", es decir, su modo de responder a la voz y carismas del Espíritu Santo. María es tipo o figura de la actitud de la Iglesia respecto al Verbo (Palabra de Dios) y al Espíritu.

      La espiritualidad eclesial es, por su misma naturaleza, espiritualidad mariana. Esta es, pues, parte integrante de la espiritualidad cristiana. Es más, se puede decir que la espiritualidad mariana es la expresión fundamental de la espiritualidad cristiana, puesto que la espiritualidad de María es el Tipo de la espiritualidad de la Iglesia, como actitud de apertura al Verbo encarnado, bajo la acción del Espíritu Santo, según los designios salvíficos del Padre.

      ¿Cómo estudiar esta realidad eclesial mariana, que va más allá de la "devoción" y del "culto"? ¿Cuál es la naturaleza de esta espiritualidad, sus contenidos, su síntesis teológica?...[6]

      La Iglesia cree, celebra, vive y convierte en oración el misterio de Cristo. Vivir el misterio de Cristo, nacido de María y que asocia a María, sería la quintaesencia de la espiritualidad mariana. Se podría estudiar esta espiritualidad mariana eclesial en relación con la Iglesia misterio (signo portador de Cristo), comunión (fraternidad), misión (evangelizadora)...

      ¿Cómo vive la Iglesia la presencia de María en este camino de fe, para ser fiel a la acción del Espíritu Santo? ¿ Cómo es su espiritualidad en su faceta mariana?

 

                          Selección bibliográfica

 

AA.VV.,Fundamentos teológicos de la piedad mariana, "Estudios Marianos" 48 (1983).

AA.VV.,La spiritualità mariana della Chiesa alla luce dell'enciclica "Redemptoris Mater", Roma, Teresianum 1988.

AA.VV.,María en la espiritualidad de la Iglesia, Madrid, Coculsa, SME 1972. También en: "Estudios Marianos" 36 (1972).

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ALCANTARA P. DE,La espiritualidad mariana según el concilio Vaticano II, "Estudios Marianos"  32 (1969) 105-128.

CASTELLANO J.,Le grandi linee della spiritualità mariana della Chiesa alla luce dell'enclica "Redemptoris Mater", in: AA.VV:, La spiritualità mariana della Chiesa, o.c., 173-195.

CUEVA B.,Al Hijo por la Madre, espiritualidad mariana, Madrid, PPC 1986.

 

DOMINGUEZ O., La acción común del Espíritu Santo y de María en la obra de santificación y en la vida de la Iglesia, "Ephemerides Mariologicae" (1978) 215-237

ESQUERDA BIFET J.,Espiritualidad mariana como fidelidad a la misión del Espíritu Santo, "Estudios Marianos" 41 (1977) 45-59.

FERNANDEZ D.,Los comienzos de la espiritualidad mariana, "Estudios Marianos" 28 (1978) 9-29; 29 (1979) 395-416.

FIORES ST. DE,Maria nella teologia contemporanea, Roma 1987, cap. X (Presenza di Maria nella spiritualitá cristiana) 289-336.

GARCIA MIRALLES M.,Espiritualidad mariana como respuesta afectiva a la asociación de la Virgen a los misterios de Cristo: su estudio, su historia, "Estudios Marianos" 36 (1972) 195-231.

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LOPEZ MELUS F.Mª,María de Nazareth, la verdadera discípula, Madrid, PPC 1991.

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MACCA V.,Maria Santissima, in: Dizionario enciclopedico di spiritualità, Roma, Città Nuova 1990, 1494-1510.

MATELLAN S.,Presencia de María en la experiencia mística, Madrid, Coculsa 1962.

MEDICA G.,Alla scuola di Nazaret, Maria Maestra di vita, Leumann, LDC 1983.

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RAMBALDI G.,Maria nel mistero di Cristo e della Chiesa, la devozione a Maria nelle anime consacrate, Milano, Ancora 1968.

ROYO A.,La Virgen María. Teología y espiritualidad mariana, Madrid, BAC 1968.

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SPIAZZI R.,María en la espiritualidad, en: Enciclopedia "Theotokos", Madrid, Studium 1960, 499-529.

STRADA,María y nosotros. Manual de Teología y Espiritualidad mariana, Buenos Aires 1980.

 

Nota: Ver en los manuales de Mariología (cap. IV), los capítulos referentes al culto y devoción.



    [1]Estos cursos pueden verse en los programas de estudio de algunas Universidades y Facultades: Marianum, Teresianum, Urbaniana, Salesiana, Institutos de Espiritualidad... Se han dedicado ya a este tema algunas semanas, asambleas y simposiums: AA.VV., Fundamentos teológicos de la piedad mariana, "Estudios Marianos" 48 (1983); AA.VV., La spiritualità mariana della Chiesa alla luce dell'enciclica "Redemptoris Mater", Roma, Teresianum 1988; AA.VV., María en la espiritualidad de la Iglesia, Madrid, Coculsa, SME 1972; AA.VV., La spiritualità mariana: legitimità, natura, articolazione, Roma, Pont. Facoltà Teologica "Marianum" 3-6 novembre 1992. Los diversos tratados de mariología estudian algunos aspectos de nuestro tema al hablar del culto y devoción; ver manuales actuales en el capítulo IV, nota 3. La Pontificia Facultad Teológica del "Marianum" celebró un simposium internacional sobre este tema: La spiritualità mariana: legitimità, natura, articolazione (Roma, 3-6 novembre 1992).

    [2]Comm. in Ioann., 1,6: PG 14,31 (citado por RMa 23, nota 47). Se puede hablar, pues, de un "sentido mariano" o estilo y "espíritu" mariano de captar el evangelio.

    [3]Al hablar de la "espiritualidad mariana", Juan Pablo II hace referencia a estos santos: "A este propósito, me es grato recordar, entre tantos testigos y maestros de la espiritualidad mariana, la figura de san Luís María Grignion de Montfort"... (RMa 48). En la nota 143 (del mismo n.48) se remite al Tratado de la verdadera devoción de la Santísima Virgen (Montfort) y al Las glorias de María (San Alfonso María de Ligorio). Sobre San Bernardo: RMa 6 y nota 16.

    [4]J. ESQUERDA BIFET, Teologia della evangelizzazione, Spiritualità missionaria, Pontificia Università Urbaniana 1992. Ver la palabra "Misión" en: Dizionario Enciclopedico di Spiritualità, Roma, Città Nuova 1990, 1609-1620.

    [5]J. ESQUERDA BIFET, Espiritualidad sacerdotal y formación espiritual del sacerdote, en: Os daré pastores según mi corazón, Valencia, EDICEP 1992, 207-222.

    [6]AA.VV., La spiritualità mariana della Chiesa alla luce dell'enciclica "Redemptoris Mater", Roma, Teresianum 1988; AA.VV., María en la espiritualidad de la Iglesia, Madrid, Coculsa, SME 1972 y "Estudios Marianos" 36 (1972); P. DE ALCANTARA, La espiritualidad mariana según el concilio Vaticano II, "Estudios Marianos"  32 (1969) 105-128; J.A. DE ALDAMA, Espiritualidad mariana, Madrid 1981 (folleto póstumo); J. CASTELLANO, Le grandi linee della spiritualità mariana della Chiesa alla luce dell'enclica "Redemptoris Mater", en: AA.VV:, La spiritualità mariana della Chiesa, o.c., 173-195; B. CUEVA, Al Hijo por la Madre, espiritualidad mariana, Madrid, PPC 1986; St. DE FIORES, Maria nella teologia contemporanea, Roma 1987, cap. X (Presenza di Maria nella spiritualitá cristiana) 289-336; A. DEL SANTO ROSARIO, La Virgen y la vida cristiana, en: Enciclopedia Mariana "Theotokos", Madrid, Studium 1960, 530-537; O. DOMINGUEZ, María modelo de la espiritualidad misionera de la Iglesia, "Omnis Terra" n.86 (1979) 226-242; Idem, La acción común del Espíritu Santo y de María en la obra de santificación y en la vida de la Iglesia, "Ephemerides Mariologicae" (1978) 215-237; J. ESQUERDA BIFET, Espiritualidad mariana como fidelidad a la misión del Espíritu Santo, "Estudios Marianos" 41 (1977) 45-59; Idem, La Virgen de nuestro sí, Barcelona, Balmes 1988; V.M. FARANO, Con María la Madre de Jesús, Bogotá, Paulinas 1980; M. GARCIA MIRALLES, Espiritualidad mariana como respuesta afectiva a la asociación de la Virgen a los misterios de Cristo: su estudio, su historia, "Estudios Marianos" 36 (1972) 195-231; J.C. GARCIA PAREDES, María, la mujer consagada, Madrid, Ins. Teológico Vida Consagrada 1979; T. GOFFI, Espiritualidad, en: Nuevo Diccionario de Mariología, Madrid, Paulinas 1988, 661-679; ILDEFONSO DE LA INMACULADA, La espiritualidad mariana en la pastoral de hoy, en: Enciclopedia mariana posconciliar, Madrid, Coculsa 1975, 435-442; A. LAURAS, La Vierge Marie dans la vie de l'apôtre, "Cahiers Marials" 5 (1961) 211-216; E. LLAMAS, Noción y sentido de la espiritualidad mariana, "Estudios Marianos" 36 (1972) 9-33 (analiza: noción, método, fuentes, historia, fundamentos doctrinales, práctica); F.Mª LOPEZ MELUS, María de Nazareth, la verdadera discípula, Madrid, PPC 1991; V. MACCA, Maria Santissima, en: Dizionario enciclopedico di spiritualità, Roma, Città Nuova 1990, 1494-1510; G. MEDICA, Alla scuola di Nazaret, Maria Maestra di vita, Leumann, LDC 1983; S.M. RAGAZZINI, Maria vita dell'anima, Frigento 1984 (estudio exhaustivo sobre la presención y acción de María en todo el proceso de la vida espiritual); G. RAMBALDI, Maria nel mistero di Cristo e della Chiesa, la devozione a Maria nelle anime consacrate, Milano, Ancora 1968; A. ROYO, La Virgen María. Teología y espiritualidad mariana, Madrid, BAC 1968; R. SPIAZZI, María en la espiritualidad, en: Enciclopedia "Theotokos", Madrid, Studium 1960, 499-529 (analiza: síntesis histórica, sentido eclesial, sentido teológico, actualidad); STRADA, María y nosotros. Manual de Teología y Espiritualidad mariana. Buenos Aires 1980.

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