Lunes, 11 Abril 2022 10:46

I. DIMENSION MARIANA DE LA ESPIRITUALIDAD CRISTIANA

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             I. DIMENSION MARIANA DE LA ESPIRITUALIDAD CRISTIANA

 

1.Naturaleza de la espiritualidad cristiana y relación con el misterio de María

 

2.Dinamismo de la espiritualidad cristiana y puesto de María

 

3.Problemas actuales de la espiritualidad cristiana y relación con los temas marianos

 

1.Naturaleza de la espiritualidad cristiana y relación con la realidad de María

 

      A) Naturaleza de la espiritualidad cristiana:

 

      Cuando hablamos de "espiritualidad", queremos decir "vida espiritual" o "vida según el Espíritu Santo". San Pablo habla de "caminar en el Espíritu" (Rom 8,4) y de "vivir según el Espíritu" (Rom 8,9). Todavía podemos entender esta "vida" como "vivencia" por parte nuestra y como reflexión teológica sobre esta vivencia.[1]

      Esta vida, por el hecho de ser comunicada por Cristo y consistir en la participación de su misma vida, se llama también "vida en Cristo" (Col 3,3; Gal 2,20; Fil 1,21).

      Decimos vida "espiritual", para distinguirla de una vida según la "carne" o según el propio egoismo y pecado, al margen de la caridad: "Vosotros no vivís entregados a la carne (apetitos desordenados), sino que vivís según el Espíritu" (Rom 8,9). La vida "espiritual" equivale a "caminar en el amor" (Ef 5,2), es decir, "como Cristo nos amó" (Ef 5,2). Es "la vida nueva" (Rom 6,4).[2]

      Se llama también vida "divina" o según Dios, según sus planes salvíficos "conforme al deseo de su voluntad", para ser "un himno de alabanza de su gloria" (Ef 1,11-12). Es, pues, participación en la misma vida trinitaria de Dios amor: "en el Espíritu, por Cristo, al Padre" (Ef 2,18).

      Esta vida espiritual ("espiritualidad") se refiere a cada persona creyente y a toda la comunidad eclesial. Es, pues, vida personal y comunitaria. Se trata de la espiritualidad de la misma Iglesia como "misterio" (signo claro y portador de Cristo), "comunión" (fraternidad, cuerpo, Pueblo), "misión" (Iglesia enviada a anunciar a Cristo). La Iglesia Esposa vive unida a Cristo Esposo en un proceso de: encuentro, relación, unión, seguimiento, imitación, configuración... Así se hace "sacramento universal de salvación" (LG 48; AG 1), puesto que el rostro de Cristo "resplan­dece sobre la faz de la Iglesia" (LG 1).

      Esta vida "espiritual" es vida de santidad o perfección, que consiste en la caridad (LG V), vida de comunión eclesial para construir la misma familia (cuerpo, templo, pueblo) convocada por Jesús, vida comprometida en construir la comunidad humana como reflejo de la comunión trinitaria. La vida espritual es la que corresponde a los "hombres nuevos, creadores de una nueva humanidad" (GS 30).

      Encontramos, pues, diversas dimensiones de la vida espiritual, según acabamos de resumir: trinitaria, cristológica, pneumatológica, eclesial, antropológico-sociológica... Y podrían añadírse otras dimensiones: contemplativa, vocacional, litúrgica, misionera, etc.

      A quien esté habituado a estudiar la palabra de Dios, los documentos de la Iglesia (liturgia, magisterio, Santos Padres...) y la vida de los santos, le resultará fácil encontrar en todos estos datos y dimensiones de la espiriritual cristiana, un aspecto mariano que les es connatural.

 

      B) Relación con la realidad de María:

 

      En todo el campo de la espiritualidad cristiana habrá que tener en cuentra su "dimensión mariana". Todos los temas de mariología deben ser estudiados en relación con el misterio de Cristo, nacido de María y que la asocia a la obra redentora como modelo y Madre de la Iglesia. La espiritualidad "cristiana" debe encontrar esta dimensión mariana como parte integrante y garantía de la misma espiritualidad. Se trata de "la necesidad de una inserción armónica de la 'dimensión mariana' en la única espiritualidad cristiana, porque ella enraíza en la voluntad de Cristo".[3]

      María manifiesta "desde el principio, una apertura total a la persona de Cristo, a toda su obra y misión" (RMa 39). Al decir que "sí" al mensaje del ángel (para ser madre virginal del Señor), "ella acogió y entendió la propia maternidad como donación total de sí, de su persona, al servicio de los designios salvíficos del Altísimo" (RMa 39).

      En todo el campo de la vida espiritual, como vida en Cristo y vida según el Espíritu, según los planes salvíficos de Dios, María es "Tipo" de la Iglesia, como su modelo, ayuda y personificación: "La Bienaventurada Virgen...  está unida al Hijo Redentor, y... está unida también íntimamente a la Iglesia. La Madre de Dios es Tipo de la Iglesia, en orden de la fe, de la caridad y de la perfecta unión con Cristo.     Porque en el misterio de la Iglesia que con razón también es llamada madre y virgen, la Bienaventurada Virgen María la prece­dió, mostrando en forma eminente y singular el modelo de la virgen y de la madre" (LG 63).

      La relación de María con la Iglesia es también de maternidad, puesto que  "coopera con materno amor" a la "generación y educación de los fieles" (LG 63). Efectivamente, María "es verdadera­mente madre de los miembros de Cristo por haber cooperado con su amor a que naciesen en la Iglesia los fieles, que son miembros de aquella cabeza, por lo que también es saludada como miembro sobreeminente y del todo singular de la Iglesia, su prototipo y modelo destacadísimo en la fe y caridad y a quien la Iglesia católica, enseñada por el Espíritu Santo, honra con filial afecto de piedad como a Madre amantísima" (LG 53)

      La Iglesia esposa se va haciendo fiel a Cristo Esposo a imitación de María y con su ayuda: "es virgen que custodia pura e íntegramente la fe prometida al Esposo, e imitando a la Madre de su Señor, por la virtud del Espíritu Santo conserva virginalmente la fe íntegra, la sólida esperanza, la sincera caridad" (LG 64). "La Iglesia, reflexionando piadosamente sobre ella y contem­plándola en la luz del Verbo hecho hombre, llena de veneración entra más profundamente en el sumo misterio de la Encarnación y se asemeja más y más a su Esposo" (LG 65).

      La doctrina mariana del concilio Vaticano II (LG VIII) presenta a María en relación con el misterio de Cristo y con el misterio de la Iglesia, en vistas a subrayar la relación de la Iglesia con María. Ahora bien, la Iglesia está llamada a la santidad por un proceso de caridad, a partir de la vida ordinaria y del propio estado de vida (LG V). Es esta Iglesia, llamada a la santidad (LG V) y que mira a María como su modelo y Madre (LG VIII), la Iglesia "sacramento" o signo transparente y portador de Cristo para todos los pueblos (LG I y ss.), la Iglesia de la Palabra que debe vivir y anunciar ("Dei Verbum"), la Iglesia que celebra el misterio pascual ("Sacrosantum Concilium"), la Iglesia en medio del mundo como fermento evangélico ("Gaudium et Spes"). De esta Iglesia, María es modelo y Madre, presente en su caminar con una presencia activa y materna:

 

- LG ("sacramento")

LG V ----------     - DV ("Palabra")        -------- LG VIII

(Santidad)- SC (misterio pascual)          (María)

- GS (en el mundo)

 

 

2.Dinamismo de la espiritualidad cristiana y puesto de María

 

      A) Dinamismo de la espiritualidad cristiana:

 

      La vida espiritual es un proceso, un camino de vida en Cristo, vida en el Espíritu, vida en Dios. La vida en Cristo moldea los proprios criterios, escala de volores y actitudes en un proceso de configuración y de relación amistosa con él: relación, unión, amistad, imitación, transformación... (Jn 15,4ss). La vida en el Espíritu transforma a la persona por un proceso de purificación, iluminación y unión, hasta hacerla "transparencia" o "testigo" del mismo Cristo (Jn 15,26-27; 16,14). La vida en Dios comunica una sintonía con sus planes o voluntad salvífica, hasta recapitular toda la humanidad y toda la creación en Cristo (Ef 1,3-14; Col 1,9-17).

      Este proceso espiritual o de perfección tiene como "prenda" y "sello" al Espíritu Santo, que es Espíritu de amor (Ef 1,11-12). Es proceso de fe, esperanza y caridad, con una acción especial del mismo Espíritu (sus "dones"), hasta que la persona (y la comunidad) vayan reaccionando al estilo de Cristo: amando y perdonando, sembrando y anunciando la paz, unificando los corazones y las comunidades, según las bienaventuranzas y mandato del amor. Es un proceso de fidelidad al Espíritu Santo, enviado por Cristo en nombre del Padre (Jn 15,26), presente en el corazón de los creyentes, comunicando luz sobre el mensaje evangélico (Jn 16,13), transformando a cada seguidor de Cristo en su "gloria" o expresión (Jn 17,10).

      La vida "espiritual" se concreta en el discernimiento de la acción del Espíritu y en la fidelidad generosa respecto a su presencia (actitud relacional), su luz (apertura) y su acción (compromiso).[4]

      La vida espiritual es, pues, un camino hacia Dios, que pasa por el corazón unificándolo. Es camino de vida teologal (fe, esperanza, caridad, reforzadas por los dones del Espíritu Santo), camino de bautismo (como configuración con Cristo), camino de bienaventuranzas (para obrar siempre amando), camino de crecimiento armónico de la personalidad humana como imagen de Dios, camino de armonía con las realidades humanas, camino de comunión con todos los hermanos...  Es siempre camino de "éxodo" (dejando el pecado y pasando el mar Rojo), "desierto" (dejándose iluninar por la palabra de Dios en el Sinaí), "Jerusalem" (para unirse con Dios). Por esto se ha llamado camino de purificación, iluminación y unión, como proceso de vaciarse del egoísmo, para llenarse de Dios y hacer de la propia vida una donación a Dios y a los hermanos.[5]

 

      B)Puesto de María en el dinamismo o proceso de la espiritualidad:

 

      María está presente, de modo activo y materno, en todo el camino de la vida espiritual: vocación (llamada y respuesta), contemplación (relación personal con Dios), perfección (virtudes, dones..., ascética, mística), comunión (construcción de la vida fraterna en la caridad de Cristo), misión (disponibilidad misionera), etc.[6]

      Con María y con su ayuda, la Iglesia aprende a responder a las llamadas de Dios (vocación: Lc 1,38), a recibir la Palabra de Dios en el corazón (contemplación: Lc 2,19.51), a asociarse a Cristo para amar como él (perfección: Jn 2,4-5; 19,25), a servir a la comunidad unificándola (comunión: Act 1,14), a ser signo claro e instrumento portador de Cristo para todos los hombres (misión: Apoc 12,1ss).

      El proceso de perfección, en cada creyente y en toda la Iglesia, encuentra en María un ejemplo acabado. "Mientras que la Iglesia en la Beatísima Virgen ya llegó a la perfección, por la que se presenta sin mancha ni arruga (cf. Ef., 5,27), los fieles, en cambio, aún se esfuerzan en crecer en la santidad venciendo el pecado; y por eso levantan sus ojos hacia María, que brilla ante toda la comunidad de los elegidos, como modelo de virtudes" (LG 65).

      En todo el proceso de vida cristiana (perfección), María tiene un "influjo salvífico" (LG 60). "Porque María, que habiendo entrado íntimamente en la historia de la Salvación, en cierta manera en sí une y refleja las más grandes exigencias de la fe, mientras es predicada y honrada atrae a los creyentes hacia su Hijo y su sacrificio hacia el amor del Padre" (LG 65).

      El camino de perfección es un proceso de fe, esperanza y caridad, como configuración con Cristo, bajo la acción santificadora del Espíritu, según la voluntad salvífica del Padre. "La Iglesia, buscando la gloria de Cristo, se hace más semejante a su excelso tipo, progresando continuamente en la fe, la esperanza y la caridad, buscando y bendiciendo en todas las cosas la divina voluntad" (LG 65). "La Iglesia venera en María la realización más pura de la fe" (CEC 149).

      En este proceso de espiritualidad cristiana, de vocación, contemplación, perfección, comunión y misión, María está activamente presente, como modelo, madre, medianera:

 

modelo

Maríapresentemadre

medianera

 

vocación

contemplación

En el camino de     perfección

comunión

misión

 

 

3.Problemas actuales de la espiritualidad cristiana y relación con los temas marianos

 

A) Problemas actuales de la espiritualidad:

 

      Como todo tratado teológico, la espiritualidad tiene una problemática correspondiente a la propia época. Tratándose de la "vida según el Espíritu" ("espiritual"), será necesario tener en cuenta al hombre concreto en su propia cultura y en su situación concreta. Al mismo tiempo, hay que prestar atención a las gracias recibidas por la Iglesia de cada época. Habrá que armonizar la acción divina ("gracia") y el esfuerzo del hombre (colaboración). Todo esto es normal y representa una tarea de enriquecimiento. La espiritualidad deberá ser "inculturada", "contextualizada", "encarnada"...[7]

      La problemática espiritual que más puede afectar a la espiritualidad mariana es la que se refiere a las tensiones actuales entre vida interior y acción apostólica, carisma e institución, consagración y servicio, "encarnación" y trascendencia. Estas tensiones se deben encauzar hacia la búsqueda de armonía e integración enriquecedora.[8]

      Cuando las tensiones producen una ruptura, es que se ha pasado o a una antropología radical (tendencia secularizante) o a una experiencia personalista y fenomenológica desorbitada (tendencia "espiritualista"). Ambas tendencias nacen de perder el sentido de gratuidad del don, para pasar a utilizar dominando los dones de Dios según el propio interés.

      Hay que llegar a la armonía por un proceso de "unidad de vida" (PO 13), a partir de la apertura y fidelidad respecto a la palabra de Dios, a la acción del Espíritu, a la presencia activa de Cristo resucitado. La "unidad de vida" del propio corazón se refleja en la reflexión teológica oral y escrita. Un tema teológico que no llevara hacia la contemplación, la santificación y la misión, indicaría que no ha sido bien presentado.

 

      B)Relación de la espiritualidad actual con los temas marianos:

 

      Los temas marianos aportan una perspectiva iluminadora en toda la problemática actual de la espiritualidad cristiana. El tema de María Madre pone de relieve la humanidad de Cristo y, por consiguiente, la dimensión antropológica de la espiritualidad. El tema de María Virgen Madre de Dios (por obra del Espíritu Santo) hace resaltar la filiación divina de Jesús y, por tanto, la dimensión trinitaria, cristológica y pneumatológica de la espiritualidad. El tema de María asociada al Redentor (Salvador) subraya la colaboración del hombre a la salvación y, como consecuencia, la dimensión salvífica y misionera de la espiritualidad. La dimensión eclesial de la espiritualidad aparece en la presentación de María "la mujer" (Jn 2,4; 19,27), Tipo de la Iglesia esposa, virgen fiel y madre fecunda (LG 63-65).

      Las tensiones que presenta hoy la espiritualidad (resumidas más arriba) encuentran la armonía unificante en un corazón que recibe la palabra de Dios "meditándola en el corazón", como María (Lc 2,19.51: dimensión contemplativa). La verdadera cercanía a los problemas del hombre tiene lugar cuando, siguiendo la indicación de María en Caná, se busca la solución a la luz de las palabras de Jesús (Jn 2,5: dimensión de liberación integral).

      La espiritualidad cristiana es eminentemente litúrgica, como vivencia y celebración del misterio pascual. La Iglesia vive este misterio con el ejemplo y la ayuda de María (Jn 19,25-27: dimensión litúrgica). Existe espiritualidad cristiana en la medida en que se vida la comunion de Iglesia, de la que María es ejemplo e instrumento (Act 1,14: dimensión eclesial de comunión).

      Las tensiones entre la vida interior (carisma, consagracion...) y vida apostólica (acción, sevicio...), no se resuelven en rupturas egoístas (de tipo materialista o espiritualista), pero pueden convertirse en un enriquecimiento espiritual y apostólico cuando se viven como Iglesia peregrina, que se identifica con María glorificada en el cielo como "la gran señal" (Apoc 12,1: dimensión escatológica). Inmanencia (encarnación) y trascendencia, se armonizan en una fe viva en el misterio de la Encarnación del Verbo: "bienaventurada tú que has creído" (Lc 1,45: dimensión teologal).

      La espiritualidad, como "fe vivida" o "vida de fe" (RMa 48), es un actitud relacional con Cristo, traducida en convicciones, motivaciones y decisiones. Es una adhesión personal profunda a Cristo Dios, hombres y Salvador, relacionada con la vivencia de María Madre, Virgen y asociada a Cristo. Con el ejemplo y ayuda de María, se aprende a aceptar vivencialmente a Cristo (según las expresions patrísticas) como "perfecto Dios y perfecto hombre", que quiere "salvar al hombre por medio del hombre". Entonces la espiritualidad cristiana encuentra su sello de garantía.[9]

 

                              Verbo Encarnado

                           Dios, hombre, Salvador

Línea horizontal:Línea vertical:

cercaníatrascendencia

acciónvida interior

institucióncarisma

servicioconsagración

                          María, "unidad de vida"    :

                          Madre, Virgen, asociada

 

                          Selección bibliográfica

A)Manuales o tratados de espiritualidad (María aparece en la vida cristiana, como modelo y ayuda de santificación):

 

AA.VV.,Dizionario enclicopedico di spiritualità, Roma, Città Nuova 1990.

AUMANN J., Spiritual theology, London, Sheed and Ward 1984.

BERNARD A.M., Teologia spirituale, Roma, Paoline 1982.

BOUYER L., Introduzione alla vita spirituale, Borla, Torino 1965;

COGNET L., Introduction à la vie chrétienne, Paris, Cerf 1967;

ESQUERDA BIFET J.,Caminar en el amor, dinamismo de la vida espiritual, Madrid, Sociedad Educación Atenas 1989.

FERLAY PH., Compendio de la vida espiritual, Valencia, Edicep 1990. GARRIGOU LAGRANGE R.,Las tres edades de la vida interior, Madrid, Palabra 1980.

HOFMANN D.M., Maturing the Spirit, Boston, St. Paul Edit. 1970.

RIVERA J., IRABURU J.M.,Espiritualidad católica, Madrid, CETE 1982.

ROYO MARIN A.,Teología de la perfección cristiana, Salamanca, Sígueme 1968.

RUIZ F.,Caminos del Espíritu, compendio de toelogía espiritual, Madrid, EDE 1988.

THILS G.,Existence et sainteté en Jésus-Christ, Paris, Beauschesne 1982.

THRULAR C.V.,Concetti fondamentali della teologia spirituale, Brescia 1971.

VAN KAAM A.,In search of spiritual identity, Denville, New Jersey, Dimension Books 1975.

 

B) Estudios más orientados a la espiritualidad cristiana en su aspecto mariano:

a) Congresos o asambleas especialmente sobre el Espíritu Santo y María:

 

-Fundamentos teológicos de la piedad mariana, "Estudios Marianos" 48 (1983).

-La spiritualità mariana della Chiesa alla luce dell'enciclica "Redemptoris Mater", Roma, Teresianum 1988.

-María en la espiritualidad de la Iglesia, Madrid, Coculsa, SME 1972. También en: "Estudios Marianos" 36 (1972).

-La spiritualità mariana: legitimità, natura, articolazione, Roma, Pont. Facoltá Teologica "Marianum" 3-6 novembre 1992.

-María y el Espíritu Santo, "Estudios Marianos" 41 (1977).

-Credo in Spiritum Sanctum, Atti del Congresso Internazionale di Pneumatologia, Lib. Edit. Vaticana 1983.

-L'Esprit-Saint et Marie, "Etudes Mariales" 25-27 (1968-1970),

-Lo Spirito Santo e Maria Santissima, Ciudad del Vaticano 1973.

-Maria e lo Spirito Santo, Roma, Marianum 1984.

 

b) Otros estudios:

ALCANTARA P. DE,La espiritualidad mariana según el concilio Vaticano II, "Estudios Marianos"  32 (1969) 105-128.

ALVAREZ T.,María en la espiritualidad cristiana, en: María en la vida religiosa, Madrid 1986, 155-175.

ESQUERDA BIFET J.,Espiritualidad mariana como fidelidad a la misión del Espíritu Santo, "Estudios Marianos" 41 (1977) 45-58.

DE FIORES ST.,Maria nella teologia contemporanea, Roma 1987 (cap. X: Presenza di Maria nella spiritualità cristiana).

FERNANDEZ D.Los comienzos de la espiritualidad mariana, "Estudios Marianos" 28 (1978) 9-29; 29 (1979) 395-416.

JOUASSARD G.,Marie à travers la Patristique, en: Maria, Paris, Beauchesne 1949, I, 69-157.

LLAMAS E.,El Espíritu Santo y María, unidos en la obra salvífica, en: AA.VV., El Espíritu Santo..., XXXII Semana Española de Misionología, Burgos 1980, 155-197.

ROUET A., Marie et vie chrétienne, Paris, Desclée 1978.

SANTO ROSARIO A. DEL,La Virgen y la vida cristiana, en: Enciclopedia Mariana "Theotokos", Madrid, Studium 1960, 530-537.

SPIAZZI R.,María en la espiritualidad, en: Enciclopedia "Theotokos", Madrid, Studium 1960, 499-529.

Nota: Ver los estudios sistemáticos sobre la espiritualidad mariana en los capítulos siguientes.



    [1]Ver la explicación de "espiritualidad", "teología espiritual", "teología de la perfección", etc., según diversos autores: J. AUMANN, Spiritual theology, London, Sheed and Ward 1984; A.M. BERNARD, Teologia spirituale, Roma, Paoline 1982;

L. BOUYER, Introduzione alla vita spirituale, Borla, Torino 1965;

L. COGNET, Introduction à la vie chrétienne, Paris, Cerf 1967;

J. ESQUERDA BIFET, Caminar en el amor, dinamismo de la vida espiritual, Madrid, Sociedad Educación Atenas 1989; PH. FERLAY, Compendio de la vida espiritual, Valencia, Edicep 1990; A. ROYO MARIN, Teología de la perfección cristiana, Salamanca, Sígueme 1968; F. RUIZ, Caminos del Espíritu, compendio de toelogía espiritual, Madrid, EDE 1988; G. THILS, Existence et sainteté en Jésus-Christ, Paris, Beauschesne 1982; C.V. THRULAR, Concetti fondamentali della teologia spirituale, Brescia 1971. La teología espiritual estudia la naturaleza, objetivos, etapas y medios de la vida espiritual.

    [2]"El que ya no vive según la carne, sino que obra según el Espíritu de Dios, es calificado como hijo de Dios y se hace conforme a la imagen del Hijo de Dios; por esto se llama espiritual" (SAN BASILIO MAGNO, De Spiritu Sancto, cap. 26, n.61: PG 32,179).

    [3]JUAN PABLO II, Alocución 10 diciembre 1988, en su visita a la Facultad Teológica del "Marianum" (Roma): "Insegnamenti di Giovanni Paolo II", XI/4 (1988) 1831-1836.

    [4]AA.VV, Credo in Spiritum Sanctum, Atti del Congresso Internazionale di Pneumatologia, Lib. Edit. Vaticana 1983;

D. BERTETTO, Lo Spirito Santo e santificatore, Roma, Pro Sanctitate 1977; L. BOUYER, Il Consolatore, Roma, Paoline 1983. Idem, Le Consolateur, Paris, Cerf 1980; J. CASTELLANO, La missione nel dinamismo dello Spirito Santo, en: Spiritualità della missione, Roma, Teresianum 1986, 79-100; Y.M. CONGAR, Je crois en l'Esprit Saint, Paris, Cerf 1979; J. ESQUERDA BIFET, Agua viva, Discernimiento y fidelidad al Espíritu Santo, Barcelona, Balmes 1985; Idem, Espiritualidad mariana como fidelidad a la misión del Espíritu Santo, "Estudios Marianos" 41 (1977) 45-58; E. LLAMAS, El Espíritu Santo y María, unidos en la obra salvífica, en: AA.VV., El Espíritu Santo..., XXXII Semana Española de Misionología, Burgos 1980, 155-197.

 

    [5]Así lo han resumido, desde tiempos patrísticos, los grandes autores espirituales. Las clasificaciones son siempre inexactas, porque la presencia, la luz y la acción amorosa de Dios, producen simultáneamente  (aunque con diversa intensidad), purificación, iluminación y unión (Jn 15.2-15). La acción del Padre (por Cristo y en el Espíritu) tiende a la "mística" (intimidad) por medio de sus dones, que reclaman nuestra colaboración y "esfuerzo" ("ascética"). Ver: R. GARRIGOU LAGRANGE, Las tres edades de la vida interior, Madrid, Palabra 1980.

    [6]Los manuales de espiritualidad presentan el tema mariano principalmente como un medio de santificación. Ver la nota 1.

    [7]Hay que evitar pasar a la "mariología" (y a la "espiritualidad mariana") problemas que deben resolverse en su propio campo teológico. Los problemas cristológicos y eclesiológicos de la teología actual deben resolverse en su propio tratado. La espiritualidad general ayudará a resolverlos con una actitud de fidelidad a la gracia, evitando teorías que no nacen de la fe y del enamoramiento de Cristo. La espiritulidad mariana ayudará a centrar la mariología en su propio ambiente. Todo tema mariano, si es auténtico, se profundiza científicamente ("teología"), se desarrolla para poderlo anunciar comunicar ("pastoral") y para poderlo vivir ("espiritualidad"). Pasar a la mariología y a su espiritualidad otra problemática, sería hacer doblajes de cuestiones que deben resolverse en su lugar propio. Ver: St. DE FIORES, Maria nella teologia contemporanea, Roma 1987.

    [8]AA.VV., Problemas y perspectivas de espiritualidad, Salamanca, Sígueme 1986; AA.VV., La spiritualitá cristiana dell'età contemporanea, en: Storia della spiritualità, Roma, Borla 1985, vol. 6; I. COLOSIO, La espiritualidad de hoy, características positivas y negativas, Barcelona, ELER 1967; S. DE FIORES, Espiritualidad contemporánea, en: Nuevo Diccionario de Espiritualidad, Madrid, Paulinas 1983, 454-475; C. GARCIA, Corrientes nuevas de teología espiritual, Madrid, Estudium 1971; B. JIMEZ DUQUE, Dios y el hombre, Madrid, FUE 1973; idem, Problemática actual de la Teología Espiritual, "Teología Espiritual" 5 (1961) 195-204. Respecto a las tendencias hacia la "experiencia", ver: J. ESQUERDA BIFET, Valor evangelizador y desafíos actuales de la "experiencia" religiosa, "Euntes Docete", 43 (1990) 37-56.

    [9]D. FERNANDEZ, La spiritualité mariale chez les Pères de l'Eglise, en: Marie, DSp, Paris Beauchesne 1977, 423-440; Idem, Los comienzos de la espiritualidad mariana, "Estudios Marianos" 28 (1978) 9-29; 29 (1979) 395-416; G. JOUASSARD, Marie à travers la Patristique, en: Maria, Paris, Beauchesne 1949, I, 69-157; A. ROUET, Marie et vie chrétienne, Paris, Desclée 1978.

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