Lunes, 11 Abril 2022 10:33

ESPIRITUALIDAD CRISTIANA: La naturaleza de la vida espiritual cristiana

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ESPIRITUALIDAD CRISTIANA:

 

         La naturaleza de la vida espiritual cristiana

 

     La "vida espiritual" es el título que Juan de Ávila da a lo que hoy llamados "espiritualidad" (cfr. AF cap. 74, 7618; también la Plática 3ª, 378). Es la "vida según el Espíritu" (cfr. Gal 5,25), "vida con Cristo en Dios" (Col 3,3) o "vida en Cristo" (cfr. Gal 2,19-20), que empieza en el bautismo y está llamada a crecer hasta la "perfección" de la caridad (cfr. Mt 5,48). Es participación en la vida trinitaria, por "espirituación del Espíritu Santo", enviado por el Padre en nombre del Hijo (cfr. Ser 30, 78ss, 309ss)

 

     La vida "espiritual" es, pues, un proceso de transformación en Cristo, bajo la guía, luz y moción del Espíritu Santo presente en el corazón del creyente. Es proceso de virtudes y dones, a partir de la fe, esperanza y caridad, en relación con el bautismo y la vida litúrgica y sacramental (cfr. AF cap. 43-44). De este modo se desarrolla la vida divina en nosotros (cfr. AF cap. 65 y 67). "Así somos encorporados en Jesucristo y se nos da el Espíritu Santo y su gracia que, infundida en el alma, nos hace hijos adoptivos de Dios y agradables a El. Y también recebimos virtudes y dones, para que podamos obrar conforme al alto ser de la gracia, que nos fue dada" (AF cap 84, 8772ss).

 

    

                   El itinerario espiritual

 

     El "Audi Filia" describe el camino espiritual de perfección, como proceso de configuración con Cristo Esposo, cumplimiento de la voluntad de Dios, contemplación de la Palabra y fidelidad al Espíritu Santo. La vida espiritual cristiana parte de la fe en Dios Amor, se basa en la bondad y misericordia divina (y en los méritos de Cristo) y está toda ella movida por el amor a Dios y a los hermanos.

 

     Al describir el proceso del itinerario espiritual, el "Audi Filia" tiene en cuenta las etapas tradicionales (incipientes, proficientes, perfectos), que constituyen los momentos clave de la contemplación y perfección. El Maestro aplica estas etapas comentando los versículos 11 y 12 del salmo 44 (45): "Oye, mira, inclina tu oído, olvida tu pueblo y la casa de tu padre, y codiciará el rey tu belleza". Ello equivale a: conocimiento propio (humildad), seguimiento de Cristo (con confianza y decisión), unión transformante (perfección de la caridad). Son los mismos contenidos de las pláticas 3ª y 4ª y de la carta 222.

 

     El itinerario requiere unos medios adecuados para superar las dificultades y tentaciones provenientes del mundo, demonio y carne. El Maestro Ávila expone los medios tradicionales: oración, sacramentos, devoción mariana, sacrificio, obras de caridad, lectura espiritual, examen, consejo espiritual...

 

          Peculiaridad de la espiritualidad avilista

 

     La doctrina avilista sobre la vida espiritual es la que se encuentra en los autores tradicionales, especialmente en los santos. Su base teológica es tomista, pero de fuerte inspiración paulina, joánica y agustiniana, como puede verse en las notas de las obras completas. El acento recae especialmente en una línea de desposorio con Cristo, como epifanía personal de Dios Amor. Las peculiaridades del itinerario avilista de la vida espiritual aparecen en línea cristológica, eclesial, mariana, apostólica y de cercanía al hombre concreto (como la humanidad de Cristo).

 

     La vida ascética (abnegación) queda imantada por esta llamada a la intimidad profunda (mística) con Cristo, sin dicotomías, pero distinguiendo las etapas que ya hemos señalado. Es Dios Amor quien toma la iniciativa en todo el proceso y es, pues, el amor el que lo mueve todo, desde el ejercicio de las potencias hasta la unión mística, sin olvidar la purificación y la iluminación. "Háceseles Dios su pedagogo" (Plática 3ª, 292s).

 

     Los fenómenos extraordinarios (o epifenómenos) no constituyen la esencia de la vida espiritual cristiana, puesto que, aún en el caso de que sean auténticos, no son señales de santidad ni de perfección (cfr. Carta 158, a Santa Teresa). Lo importante es caminar por la vía de la humildad, confianza y caridad. "Quien bien ama, siente sus pecados y maldades, y se aprovecha de los merecimientos de Cristo" (Carta 222, 679ss),

 

     La dinámica del amor hace pasar de la consideración y del uso de las cosas, al mismo Dios que las da: "Ya en ellas no se para tanto como en el amor de la verdad y del Dador de ellas; y ésta es vida espiritual. Hácese un con él por amor" (Plática 3ª, 314ss). Todo es obra del Espíritu: "Esta unión de que se dice, obra del Espíritu de los perfectos" (ibídem, 327s; cfr. Heb 12,23). "Todo cuanto hacen nace del amor; y ansí no sola la voluntad está enamorada de Dios, pero todas las potencias exteriores e interiores obran por amor" (Carta 222, 631ss)

 

     Es, pues, camino para unificar el corazón por el amor, hacia la unión con Dios y con los hermanos. Este amor consiste en "gozarse del bien de quien quiere" (Plática 3ª, 341s). Por esto, la "vida espiritual es entendimiento ilustrado y voluntad inflamada para con Dios" (ibídem, 378ss). El paso es doloroso, porque los dones de Dios van desapareciendo para dársenos el mismo Dios. La "oscuridad y el sentimiento de la ausencia y disfavor de Dios", puede ser una señal de "cuán cercanos estamos a Él" (Carta 20, -1-, 84ss, 145), aunque el alma parezca "dejada como en unas oscuras tinieblas" (Carta 20 -2-, 15s). "¡Oh si viésemos cuán metidos nos tiene en su corazón y cuán cerca estamos de Dios cuando a nosotros nos parece que estamos alanzados!" (ibídem, 233ss).

 

     Estas peculiaridades de la espiritualidad avilista, en armonía con la tradición eclesial, aparecen en los temas concretos que estudiamos en su lugar respectivo (ver las referencias), especialmente la contemplación (y oración en general), perfección (caridad, santidad), desposorio con Cristo (humanidad de Cristo, Cuerpo Místico, unión, en relación con María y con la Iglesia), etc.

 

Estudios: C.M. ABAD, La espiritualidad del Bto. Ávila: Manresa 28 (1956) 455-478; M. ANDRÉS MARTÍN, San Juan de Ávila, Maestro de espiritualidad (Madrid, BAC, 1997); F. CARRILO RUBIO, Espiritualidad del Beato Maestro Juan de Ávila: Semana Avilista 1 (1952) 93-105; J. ESQUERDA BIFET, Juan de Ávila, Maestro de espiritualidad cristiana: Studia Missionalia 36 (1987) 83-107; Id., Jean d'Avila, en: Dictionnaire de Spiritualité Chrétienne, VIII, 1 partie, 270-283; Idem, Giovanni d'Avila, en: Dizionario Enciclopedico di Spiritualità (Roma, Città Nuova, 1990) 1125-1128; A. GRANADO BELLIDO, San Juan de Ávila. Por qué quema el fuego (Madrid, Paulinas, 1991); I. MENÉNDEZ-REIGADA, El Beato Juan de Ávila, maestro de vida espiritual: Vida sobrentural 39 (1940-1941) 12-13, 102-109; 40, 27-36, 91-99; 41, 28-36; P. POURRAT, La spiritualité chrétienne (Paris 1944) t. 3, 159-163.

 

 

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