GONZALO APARICIO S&Aacute;NCHEZ AYUDAS PASTORALES PARA LA PRIMERA COMUNI&Oacute;N PARROQUIA DE SAN PEDRO.- PLASENCIA. 1966-2008 &Iacute;NDICE PR&Oacute;LOGO 6 INTRODUCCI&Oacute;N 7 ITINERARIO DE PRIMERA COMUNI&Oacute;N 8 Reuniones con padres y madres de Primera Comuni&oacute;n 9 Tres verdades fundamentales en la Primera Comuni&oacute;n 10 MATERIAL PARA EL APARTADO 3&ordm; DE REUNIONES CON PADRES 13 Amo a Cristo 14 Amo a Cristo 15 Actos de fe 16 Actos de esperanza 17 Actos de caridad 18 La oraci&oacute;n de un ni&ntilde;o que quer&iacute;a ser televisor 10 Hijos, perdonadnos 20 Bienaventurada la casa 21 PARA REUNIONES CERCANAS A LA NAVIDAD 22 Una carta de Jes&uacute;s para ti en Navidad 23 La alegr&iacute;a y belleza de la Navidad 24 Navidad, s&iacute;; pero &iquest;qu&eacute; Navidad? 25 Rito sencillo para bendecir la mesa en la Navidad 27 Mon&oacute;logo eterno del Hijo de Dios 28 OTRO MATERIAL PARA ESTE APARTADO 3&ordm; DE REUNIONES Charles de Foucauld: me pongo en tus manos 28 El Payaso serio 30 El vendedor de semillas 30 Acto de Consagraci&oacute;n al Inmaculado Coraz&oacute;n de Mar&iacute;a 31 Oraci&oacute;n a la Virgen de San Luis M. G. de Montfort (+ 1716) 32 Oraci&oacute;n a la Virgen de Juan Pablo II 33 Esquema de oraci&oacute;n para reuniones de parroquia 34 Salmo 22 35 Salmo 24 37 Salmo 26 39 Salmo 30 40 Salmo 72 43 Salmo 93 43 Salmo 100 45 Salmo 139 47 Si quieres rezar bien el Padre nuestro 50 La oraci&oacute;n del fariseo y del publicano 51 &laquo;DIES DOMINI&raquo;, C. A. de Juan Pablo II sobre la santificaci&oacute;n del domingo 52 El domingo cristiano: origen e importancia 56 La Sagrada Familia, modelo de toda familia cristiana 59 Reunidos en el nombre del Se&ntilde;or 62 Hoy no me divorciar&iacute;a 66 Manifiesto de la Primera Comuni&oacute;n 68 TEMAS EUCAR&Iacute;STICOS PARA REUNIONES CON PADRES 71 Teolog&iacute;a y Espiritualidad de la Comuni&oacute;n Eucar&iacute;stica 71 Mirada lit&uacute;rgica a la Eucarist&iacute;a como Comuni&oacute;n 73 Espiritualidad de la Eucarist&iacute;a como Comuni&oacute;n 75 Frutos de la Comuni&oacute;n Eucar&iacute;stica: &ldquo;el que me coma vivir&aacute; por m&iacute;&rdquo; 80 Perdona los pecados veniales y preserva de los mortales 81 Alimento del amor fraterno 82 Compromete a favor de los pobres 84 Prenda de salvaci&oacute;n eterna: dimensi&oacute;n escatol&oacute;gica 85 Encarnaci&oacute;n y Eucarist&iacute;a 85 Eucarist&iacute;a: fuente y culmen de todo apostolado 88 Homil&iacute;a de Jueves Santo 90 Tercera homil&iacute;a del Corpus Christi 96 Cuarta homil&iacute;a del Corpus: la Eucarist&iacute;a como misa 99 Quinta homil&iacute;a del Corpus: la Eucarist&iacute;a como comuni&oacute;n 103 Sexta homil&iacute;a del Corpus: la Eucarist&iacute;a como presencia 106 S&eacute;ptima homil&iacute;a del Corpus: &iquest;Por qu&eacute; adorar a Cristo Eucarist&iacute;a? 109 La oraci&oacute;n ante el Sagrario, escuela de vida cristiana 111 CARTAS A LOS PADRES DE PRIMERA COMUNI&Oacute;N Carta a los padres de 2&ordm; de Primaria 113 Carta a los padres de 3&ordm; y 4&ordm; de Primaria: PRIMERA COMUNI&Oacute;N 114 Carta a los padres antes de hacer la Solicitud de Primera Comuni&oacute;n 116 Carta a los padres de un grupo de Primera Comuni&oacute;n 118 Carta a los padres de Primera Comuni&oacute;n 119 Carta &uacute;ltima a los padres y madres de Primera Comuni&oacute;n 120 Otro modelo de carta &uacute;ltima a los padres de Primera Comuni&oacute;n 123 Carta a los que no pudieron asistir a la primera reuni&oacute;n de padres 125 Otras cartas 125 CANTOS DE LA MISA 129 CELEBRACI&Oacute;N DE LA PRIMERA COMUNI&Oacute;N 131 HOMIL&Iacute;AS DE PRIMERA COMUNI&Oacute;N 139 Primera homil&iacute;a 139 Segunda homil&iacute;a 141 Tercera homil&iacute;a 142 Cuarta homil&iacute;a 143 Quinta homil&iacute;a 146 Sexta homil&iacute;a 147 CELEBRACIONES CON LOS NI&Ntilde;OS DE PRIMERA COMUNI&Oacute;N 150 Presentaci&oacute;n a la parroquia de los ni&ntilde;os de Primera Comuni&oacute;n 150 Adoraci&oacute;n eucar&iacute;stica de los ni&ntilde;os antes de hacer la Primera Comuni&oacute;n 152 Otra celebraci&oacute;n eucar&iacute;stica antes de la Comuni&oacute;n 155 Jueves Eucar&iacute;stico con ni&ntilde;os y ni&ntilde;as de Primera Comuni&oacute;n 156 Visita de los ni&ntilde;os y ni&ntilde;as al Sagrario 158 Oraci&oacute;n comunitaria de los ni&ntilde;os ante el Sant&iacute;simo Sacramento 162 Carta a los ni&ntilde;os de Primera Comuni&oacute;n para la ofrenda a los pobres 163 EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA 164 REPRESENTACIONES CON NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS 170 El Padre nuestro dialogado 170 EN NAVIDAD: Navidad con Mar&iacute;a 170 Pastorela en cuatro cuadros 176 LA FORMACI&Oacute;NDELOS CATEQUISTAS 186 La catequesis es el catequista 186 Cristo en el ser y hacer del catequista 189 Contrato de catequista 197 En las huellas del buen Pastor 199 Dios nos llama a ser catequistas 203 Los frutos del Esp&iacute;ritu en la vida del catequista 204 Perseverad en la oraci&oacute;n 207 El catequista, artesano del encuentro 209 El catequista, servidor de la Palabra en la comunidad 211 RITO DE ENV&Iacute;O DE LOS CATEQUISTAS 212 EL CREDO DE LOS CATEQUISTAS 214 ORACI&Oacute;N DEL CATEQUISTA 215 AYUDAS PASTORALES PARA LA PRIMERA COMUNI&Oacute;N PR&Oacute;LOGO EL PAYASO SERIO EL INCENDIO ALEGRE es el t&iacute;tulo de una de las c&eacute;lebres par&aacute;bolas de Kierkegaard, de quien Thomas Oden dijo que, como antes se dijo de Jes&uacute;s, &ldquo;no dec&iacute;a nada a no ser en par&aacute;bolas&rdquo; (Mateo 13, 34). Es como sigue. &laquo;Sucedi&oacute; una vez que se declar&oacute; un incendio entre bastidores en un teatro. El payaso sali&oacute; al escenario a informar al p&uacute;blico. Creyeron que era una broma y aplaudieron. Repiti&oacute; el aviso, y aplaudieron m&aacute;s fuerte. El teatro termin&oacute; ardiendo y muchos murieron. Por esto creo que el mundo de los valores se acabar&aacute; en medio de los aplausos de todos los graciosos que se lo tomaron a broma, para no salir de la diversi&oacute;n y del instalamiento&raquo;. Nos dicen cristianos serios que la Iglesia est&aacute; perdiendo credibilidad. Y nos re&iacute;mos: porque hay que estar con los tiempos. Nos dicen que no hay cristianos en las iglesias y que sin &laquo;domingo no hay cristianismo&raquo;,y nosotros seguimos igual, porque hay que ser comprensivos con la gente. Nos dicen que en grandes regiones no hay apenas j&oacute;venes que aspiren al sacerdocio y a la vida religiosa; y no le damos importancia, porque tiempos peores hubo. Nos dicen que los j&oacute;venes de hoy &laquo;pasan&raquo;de la Iglesia. Y no nos afecta, porque sabemos que la Iglesia durar&aacute; para siempre. Nos dicen que impera &laquo;el cristianismo a la carta&raquo;, donde cada cual toma lo que quiere y deja lo que quiere de dogmas y mandamientos y creencias y conductas, con la consiguiente confusi&oacute;n y anarqu&iacute;a y debilitamiento de fe y costumbres, y seguimos tan tranquilos, porque son cosas de los tiempos. Nos est&aacute;n dando los avisos m&aacute;s serios que pueden darse, y que son verdad porque el fuego se ha declarado ya y ha pasado de los bastidores al teatro del mundo y de la vida y de la familia y de los matrimonios: laicismo, abortos, divorcios, cr&iacute;menes de esposos y esposas entre s&iacute;, a veces con hijos, o hijos que matan a sus padres... Y seguimos riendo y aplaudiendo, como si la cosa no fuera con nosotros. Siento ahora en mi coraz&oacute;n esa agon&iacute;a del payaso serio y responsable en el escenario, porque no cre&iacute;an en su mensaje. A veces pienso que, dando estos avisos y escribiendo estas cosas, soy yo ese payaso; que me ha tocado la suerte de hacer de payaso entre los m&iacute;os, entre los creyentes de hoy. INTRODUCCI&Oacute;N QUERIDO HERMANO SACERDOTE: En el mes de octubre, como todos los a&ntilde;os, comenzaremos el curso parroquial. Y entre las ocupaciones, que me corresponden en mi parroquia, est&aacute; la preparaci&oacute;n de los ni&ntilde;os y padres para la Primera Comuni&oacute;n de sus hijos/as. La Confirmaci&oacute;n la lleva mi compa&ntilde;ero Pepe. He de reconocer que las reuniones con los Padres son una de mis principales preocupaciones pastorales. Porque todos sabemos que los padres son los que m&aacute;s influyen en los hijos y si est&aacute;n bien preparados o mentalizados, son los mejores catequistas para ellos. Sin embargo todos constatamos que no todos est&aacute;n preparados para esta misi&oacute;n; es m&aacute;s, pueden influir negativamente en sus hijos por su falta de inter&eacute;s o de fe en el misterio eucar&iacute;stico. Esta es la raz&oacute;n de que todos nos preocupemos de instruirlos y disponerlos, para que la Primera Comuni&oacute;n de los hijos sea un acontecimiento de gracia y salvaci&oacute;n para toda la familia. Sea la Pascua, el &laquo;paso&raquo;del Se&ntilde;or. Por eso nos interesa trabajar apost&oacute;licamente con ellos; porque los ni&ntilde;os, en general, llegan bien dispuestos; pero el testimonio y la palabra de los padres les ayuda much&iacute;simo. Como los padres recen con ellos, o les pregunten sobre lo tratado en la catequesis, no digamos si van a misa los domingos, todos hemos comprobado que los hijos ir&aacute;n y continuar&aacute;n. Como los padres no vayan, qu&eacute; dif&iacute;cil que los ni&ntilde;os contin&uacute;en. Y esta es la raz&oacute;n de que tratemos de atraparlos para el Se&ntilde;or con motivo de la Primera Comuni&oacute;n de sus hijos. L&oacute;gicamente tambi&eacute;n las catequistas ocupan lugar preferente en este quehacer apost&oacute;lico. Pero as&iacute; como los padres cada a&ntilde;o arriban en oleadas muy diversas y qu&eacute; diferentes a veces, sin embargo las catequistas llevan conmigo en la parroquia muchos a&ntilde;os y est&aacute;n perfectamente preparadas, porque hemos tenido muchas reuniones en este sentido y, sobre todo, porque la oraci&oacute;n y la eucarist&iacute;a diarias las alimenta en la fe y en su trabajo apost&oacute;lico. No es vanidad; es un gran don de Cristo y de la Virgen, que tanto se preocupan por sus hijos: el Se&ntilde;or me ha concedido tener para la Primera Comuni&oacute;n unas catequistas excepcionales porque creen y celebran, y luego en la catequesis predican lo que creen y celebran. Este mes de octubre empezar&eacute; como todos vosotros. Comenzaremos enseguida las reuniones o catequesis con los Padres de ni&ntilde;os y ni&ntilde;as de Primera Comuni&oacute;n. Para m&iacute;, como para todos, son muy importantes. Y se me ha ocurrido imprimir parte de este material que utilizo, como ayuda pastoral, por si pudiera servirle a alg&uacute;n hermano. Yo lo llevo utilizando desde siempre. No todo es original; aunque s&iacute; casi todo; pero la verdad es que, como lo llevo utilizando tantos a&ntilde;os, me parece que todo es m&iacute;o, porque me lo he apropiado y ya he olvidado c&oacute;mo llegaron hasta mis manos. Repito que todo lo que ponga en este cuaderno es para ayudar; no impongo un m&eacute;todo o un itinerario, no, es a modo de orientaci&oacute;n; luego que cada uno escoja el material y el camino que crea m&aacute;s conveniente, y utilice y disponga como prefiera y lo vea mejor, seg&uacute;n el ambiente y circunstancias de su parroquia urbana o rural, barrio o centro, aunque ya vivimos en la aldea global, tanto en materia de fe y religiosidad como de ate&iacute;smo y alejamiento de la Iglesia y de lo sagrado. ITINERARIO DE PRIMERA COMUNI&Oacute;N La preparaci&oacute;n para la Primera Comuni&oacute;n comprende dos cursos obligatorios, tercero y cuarto de Primaria. Invitamos y aceptamos con sumo inter&eacute;s a los que vienen en segundo, pero son pocos, a pesar de las advertencias y requerimientos. Empiezo en octubre, como todos; pero advierto que no me importar&iacute;a organizarlo de otra forma y en otras fechas, sobre todo, para que la celebraci&oacute;n de la Primera Comuni&oacute;n no coincidiera con el final de curso, cuando viene el verano, y todo queda interrumpido. Si la Primera Comuni&oacute;n fuera en Navidad, por ejemplo, aunque fuera menos lit&uacute;rgico, por no ser la Pascua de la Resurrecci&oacute;n del Se&ntilde;or, ser&iacute;a quiz&aacute;s m&aacute;s eficaz, m&aacute;s pastoral, porque as&iacute; continuar&iacute;amos el curso catequ&eacute;tico y eucar&iacute;stico de los domingos, sin interrupci&oacute;n. Me gustar&iacute;a que esto se pensase a nivel de Iglesia. Es que &laquo;los tiempos cambian que es una barbaridad&raquo;. Si los bautizos ya hace tiempo que son la mayor&iacute;a de ni&ntilde;os y no de adultos, como en la primitiva Iglesia, y adem&aacute;s se dan en todo tiempo, siendo as&iacute; que la Tradici&oacute;n de los primeros siglos nos dice que el bautismo es un sacramento pascual de Muerte y Resurrecci&oacute;n en Cristo, es en la Vigilia &laquo;madre de todas las vigilias&raquo;cuando entraban en el r&iacute;o, luego en la piscina y por inmersi&oacute;n, y ahora nada de todo eso, sino por aspersi&oacute;n, por derramar unas gotas de agua sobre la cabeza; no veo, insisto, por qu&eacute; por razones pastorales, aunque menos lit&uacute;rgicas, no se pueda cambiar el tiempo de la Primera Comuni&oacute;n. Las catequesis son los mi&eacute;rcoles, a las 6 de la tarde. Recibo a los ni&ntilde;os a la puerta de la iglesia, y, a medida que van llegando, los invito a entrar en el templo y acercarse personalmente al Sagrario y a la Virgen, para rezar y dialogar con ellos. Luego a las seis en punto, cantamos, rezamos y saludamos a Jesucristo en el Sagrario. Brev&iacute;simo punto catequ&eacute;tico, m&aacute;s bien del tiempo lit&uacute;rgico, advertir que la misa del domingo es lo m&aacute;s importante y que les espero, y a los diez minutos, cada ni&ntilde;o se va con su catequista en las diversas habitaciones del centro parroquial. No me gusta ni quiero la Iglesia para los grupos, por muchos motivos, especialmente para que sepan que es lugar de oraci&oacute;n principalmente. En el silencio, tanto en misas como en cualquier celebraci&oacute;n soy muy exigente conmigo mismo y luego con todos, aunque sean mayores. El silencio hecho por fe y amor es ya la mejor oraci&oacute;n y catequesis para ni&ntilde;os y adultos. Las catequistas, el primer d&iacute;a, tienen ya las fichas para que las rellenen y lo hacen en las dos primeras reuniones con los ni&ntilde;os y ni&ntilde;as. Es una ficha especial, porque pongo que escriban donde est&aacute;n casados los padres, cu&aacute;ntos hermanos, etc. por aquello de separaciones, matrimonios civiles... y as&iacute; me voy enterando un poco. En la segunda catequesis les doy a los ni&ntilde;os una carta para sus padres, con la hora y fecha de la primera reuni&oacute;n con los padres y madres, aproximadamente en la tercera semana de octubre; son los jueves, a las 8 de la tarde. Es que los viernes por la noche ya empiezan los fines de semana y salidas. REUNIONES CON LOS PADRES DE PRIMERA COMUNI&Oacute;N Para m&iacute; siempre han sido important&iacute;simas. Las he preparado toda mi vida much&iacute;simo. Es lo que m&aacute;s tenso me pone; no nervioso sino tenso por si vienen o no vienen, o si viene uno s&oacute;lo porque los padres est&eacute;n separados, o vienen con otra pareja, si s&oacute;lo viene la madre... Porque los ni&ntilde;os no faltan a catequesis; las catequistas, no digamos; y los problemas que puedan surgir, no son graves. Pero los padres... A veces vienen todos, otras veces la mitad, pero siempre est&aacute;n representados todos los ni&ntilde;os, es decir, que por lo menos viene un padre o una madre de cada ni&ntilde;o; la verdad es que soy exigente en esta materia y vamos tirando. Porque para mi, y as&iacute; se lo hago aprender y repetir a los ni&ntilde;os: &laquo;SI TENEMOS PADRES CRISTIANOS, NO NECESITAMOS NI CURAS... Yo digo la primera parte, y los ni&ntilde;os completan la segunda: no necesitamos ni curas, porque los padres son los mejores curas, los mejores catequistas... si un padre reza, si un padre va a misa, si un hijo ve a su padre de rodillas, esto no lo olvida en la vida. Y de hecho, una vez hecha la Primera Comuni&oacute;n, s&oacute;lo permanecen aquellos ni&ntilde;os que vienen con sus padres a misa. Qu&eacute; emoci&oacute;n a veces decir en la misa del domingo: que se pongan de pi&eacute; los ni&ntilde;os que hicieron la Primera Comuni&oacute;n hace dos, tres, cuatro a&ntilde;os... y a veces se ponen de pi&eacute; hasta catorce, diecis&eacute;is ni&ntilde;os... pero qu&eacute; casualidad, todos est&aacute;n all&iacute; en misa con sus padres. Yo suelo tener un promedio de quince ni&ntilde;os/as de Primera Comuni&oacute;n. 1. Las reuniones con padres son siempre reuniones principalmente de oraci&oacute;n. Es lo m&aacute;s eficaz. No s&oacute;lo de catequesis o formaci&oacute;n cristiana, sino de oraci&oacute;n meditada y explicada, de encuentro con el Se&ntilde;or que tanto nos ama y espera ese encuentro personal con esos padres, &laquo;Iglesia dom&eacute;stica&raquo;, primeros formadores de la fe de sus hijos. Por lo tanto, empiezo las reuniones con un Padre nuestro o Ave Mar&iacute;a motivados, esto es, lo que el Se&ntilde;or me inspira en ese momento, nada extraordinario; por ejemplo: Queridos padres y madres, hab&eacute;is confiado a la parroquia la preparaci&oacute;n de vuestros hijos para la Primera Comuni&oacute;n, misterio de fe y amor a Jesucristo, Hijo de Dios y Salvador de los hombres; todos necesitamos luz y ayuda del Se&ntilde;or para que podamos hacerlo con las disposiciones y actitudes que &Eacute;l desea y quiere, para la mayor santificaci&oacute;n de vuestros hijos y alegr&iacute;a de Dios y de todos, y, en definitiva, para recibir este sacramento y realizar este encuentro de gracia y salvaci&oacute;n no s&oacute;lo para los ni&ntilde;os, sino para toda la familia, con las actitudes que &Eacute;l quiere y nosotros necesitamos. Vuestros hijos son eternidades que Dios os ha confiado. Y la Primera Comuni&oacute;n es un momento especial, con toda la preparaci&oacute;n de catequesis, misas y oraci&oacute;n que la prepara durante dos a&ntilde;os, para que estos ni&ntilde;os y ni&ntilde;as queden salvados y atrapados por la gracia, la vida y el amor de Dios, y ya no se separen de &Eacute;l, aunque luego puedan tener fallos en su vida, especialmente en la juventud, en estos tiempos en un ambiente ateo y pagano, poco creyente. Por eso, empecemos en esta reuni&oacute;n pidiendo la luz y la fuerza de Dios para todos: sacerdotes, padres, catequistas, especialmente para ellos, para vuestros hijos: PADRE NUESTRO, QUE EST&Aacute;S EN EL CIELO&hellip;. 2.- Terminado el Padre nuestro, siempre tenemos la lectura del evangelio del domingo que vendr&aacute;, como hago en todos los grupos de parroquia, desde siempre; toda mi vida lo he hecho as&iacute;; veo muy oportuno y apost&oacute;lico empezar as&iacute; las reuniones de cualquier tipo, haciendo una breve homil&iacute;a de cinco minutos. Para eso tengo como vosotros los comentarios al Evangelio y Lecturas de los ciclos A, B y C. 3.- Terminado el comentario del evangelio, viene luego un breve tiempo de silencio como respuesta a la Palabra, y finalmente, una oraci&oacute;n comunitaria, orada lentamente por todos, no mera recitaci&oacute;n. A veces es tan hermosa o larga, que me sirve como instrucci&oacute;n o meditaci&oacute;n o catequesis meditativa, como quer&aacute;is llamarla. 4.- A continuaci&oacute;n viene el tema doctrinal y las advertencias. Las reuniones con los padres son mensuales. En el primer trimestre, las dos primeras las hago seguidas por raz&oacute;n de facilidad; en la primera suelen venir todos; en esa reuni&oacute;n le invito para la segunda que ser&aacute; el pr&oacute;ximo jueves y en la que trataremos ya de los d&iacute;as de Primera Comuni&oacute;n; y como nunca quedan definitivamente fijados, los cito para la tercera, v&iacute;spera de Navidad, en la que les felicito y ya queda todo fijado. 5. TRES VERDADES FUNDAMENTALES DE LA PRIMERA COMUNI&Oacute;N. En las primeras reuniones con los padres, explico el significado de las tres frases que hago aprender a los ni&ntilde;os y que ellos repetir&aacute;n muchas veces en las misas de los domingos, en presencia de sus padres y abuelos y que se las explico a los ni&ntilde;os para que se enteren los padres. Realmente en la misa de ni&ntilde;os todo va en esta direcci&oacute;n. Estas frases las empiezo yo, pero los ni&ntilde;os las contin&uacute;an y completan; va en cursiva lo de los ni&ntilde;os, y sacerdote y ni&ntilde;os repetimos dos veces las frases para que se enteren bien los padres. 5. 1. (Sacerdote): LA PRIMERA COMUNI&Oacute;N// (ni&ntilde;os) ES SER AMIGOS DE JES&Uacute;S SIEMPRE (dos veces) Y aqu&iacute; meto todo lo referente a regalos, vestidos, banquetes&hellip; y dem&aacute;s, para situarlo todo en su sitio, porque no estoy en contra, sino solo quiero que Cristo, el amor y la amistad con &Eacute;l, sea lo primero que debemos buscar; despu&eacute;s lo desarrollo. Aqu&iacute; encontrar&aacute;s abundante material. Comento brevemente algunos textos del Evangelio en que Jes&uacute;s hace referencias a los ni&ntilde;os, verdaderamente enchufados con el Se&ntilde;or, que siendo el Dios y Se&ntilde;or, no disimul&oacute; su preferencia por ellos: &ldquo;Jes&uacute;s acariciaba y hablaba a los ni&ntilde;os, dejad que los ni&ntilde;os vengan a mi, de los que son como ellos es el reino de los cielos, no se lo impid&aacute;is (a veces los padres son impedimento), si no os hac&eacute;is como ni&ntilde;os...&rdquo;. 5. 2. (Sacerdote) SIN MISA DE DOMINGO//(ni&ntilde;os) NO HAY PRIMERA COMUNI&Oacute;N (dos veces) Porque si no vamos a misa los domingos, le hacemos el mayor desprecio, ya que viene Jes&uacute;s en cada misa lleno de ilusi&oacute;n para vernos y abrazarnos y felicitarnos porque le vamos a recibir con amor este a&ntilde;o y resulta que le dejamos con los brazos abiertos sin poder abrazarnos porque no venimos y nos vamos al campo, o de viaje, o en casa viendo la tele; no hay comuni&oacute;n de amor con Cristo que viene todos los domingos para estar con nosotros, perdonar nuestros pecados, hablarnos, predicarnos, alimentarnos con el pan de la Palabra y de la Eucarist&iacute;a; porque quiere estar muy cerca de nosotros, nos quiere much&iacute;simo e invent&oacute; la santa misa para aparecerse todos los domingos por medio de la Palabra y de la Eucarist&iacute;a, del pan consagrado, el mayor de los sacramentos, para el que vosotros os est&aacute;is preparando y ahora resulta que no am&aacute;is al Se&ntilde;or, y que las catequesis no sirven para nada, porque no aprend&eacute;is a valorar a Jes&uacute;s Eucarist&iacute;a m&aacute;s que ir al campo o quedaros en casa viendo televisi&oacute;n... poco vale Jesucristo para vosotros y vuestros padres si hac&eacute;is este feo al Se&ntilde;or. A m&iacute; as&iacute; no me gusta dar ni celebrar la Primera Comuni&oacute;n con nadie. Vaya un feo que le hac&eacute;is a Jes&uacute;s, viene en la Consagraci&oacute;n para abrazaros como cuando estaba en Palestina, para abrazaros como a los ni&ntilde;os de Palestina y le dej&aacute;is plantado, con los brazos abiertos... todo eso hay que hacerlo despu&eacute;s de haber celebrado el domingo, el encuentro con el Se&ntilde;or, porque la amistad se mantiene oyendo a Jes&uacute;s cada domingo y rezando todos unidos, porque quedarse en casa viendo televisi&oacute;n o irse al campo sin acordarse de que Jes&uacute;s nos est&aacute; esperando cada domingo, no es amar al Amigo del Sagrario, que siempre est&aacute; en casa esper&aacute;ndonos... (todo esto y largo, lo tengo en catequesis dirigidas a los padres). Desde luego jam&aacute;s he dado la Primera Comuni&oacute;n a ni&ntilde;os que no celebren ordinariamente la Eucarist&iacute;a del domingo. Es que no soy capaz por lo que creo y amo. Muchos disgustos he tenido. Algunos se van a otras parroquias. Ponen pretextos varios, que si el d&iacute;a, que si la hora... pero la raz&oacute;n verdadera es la exigencia de la misa del domingo. No puedo soportar esta incoherencia de preparar para que comprendan el misterio del Se&ntilde;or, de Cristo Eucarist&iacute;a, de una Persona Viva, Dios, no una cosa o ceremonia, y, precisamente, en esa preparaci&oacute;n para amar y recibir totalmente a Cristo, falten a la cita m&aacute;s importante y al signo m&aacute;s eficaz: la misa del domingo. Eso no es preparar para el Sacramento de Cristo, &ldquo;eso no es celebrar la cena del Se&ntilde;or&rdquo;, eso es una mentira y simulacro de preparaci&oacute;n para la primera y &uacute;ltima Eucarist&iacute;a. Por lo menos mentalizar, exigirlo, intentarlo y sufrir por Cristo. Por eso, a pesar de tener sobre quince ni&ntilde;os de Primera Comuni&oacute;n, toda mi vida he tenido una misa especial para ellos, a la que l&oacute;gicamente van tambi&eacute;n adultos, especialmente los abuelos; venimos a estar ciento treinta-ciento cincuenta personas y la predicaci&oacute;n va muchas veces a los padres, a trav&eacute;s de los ni&ntilde;os. Y as&iacute; la misa de ni&ntilde;os se convierte en misa de adultos, porque me atrevo a decir cosas que a los adultos no me atrever&iacute;a directamente. Al explicar la misa a los ni&ntilde;os, se enteran los padres. Y hasta haci&eacute;ndolos re&iacute;r: por ejemplo, antes de la consagraci&oacute;n, un ni&ntilde;o se acerca al micro y dice: &laquo;ahora, en la consagraci&oacute;n, el que est&eacute; bien de los huesos, que se ponga de rodillas&raquo;Y todos se ponen de rodillas, mayores y peque&ntilde;os. Por eso, &laquo;la misa de ni&ntilde;os&raquo;es misa de adultos. Hay que luchar mucho con los padres para la participaci&oacute;n en la misa del domingo; hay que luchar por convertirlos, por mentalizarles en la fe de la Iglesia, exigirles el cumplimiento de Cristo: &ldquo;Haced esto en memoria m&iacute;a&rdquo; o el de los cristianos coherentes, los m&aacute;rtires de Abitinia: &laquo;sine dominico... sin el domingo no podemos vivir&raquo;; la Eucarist&iacute;a es el mejor alimento de la fe en Cristo, la mejor catequesis de la Primera Comuni&oacute;n. &iexcl;C&oacute;mo decir que Cristo nos ama, da su vida por nosotros, hace presente su pasi&oacute;n y muerte y resurrecci&oacute;n, y nosotros estamos ausentes y le dejamos plantado; poca fe, poco amor, poco sentido de lo que queremos que sea y celebremos en la Primera Comuni&oacute;n de los ni&ntilde;os/as. Un ni&ntilde;o que no venga a misa el domingo habitualmente no est&aacute; preparado ni ha entendido el misterio eucar&iacute;stico que va a recibir. Creo que por lo menos hay que luchar para sacarlos de la ignorancia o falta de amor a Jesucristo Eucarist&iacute;a. La misa del domingo es la mejor catequesis para padres y ni&ntilde;os que se preparan para la Primera Comuni&oacute;n, es la verdad del misterio que van a celebrar, es alimentarse y beber en la misma fuente de vida, es que SIN MISA DE DOMINGO, NO PUEDE HABER PRIMERA COMUNI&Oacute;N. Repito: si un ni&ntilde;o ve a su padre en la misa, si le ve rezar o de rodillas, no se le olvida en la vida. Por eso la tercera verdad: 5. 3. (Sacerdote) SI TENEMOS PADRES CRISTIANOS// (ni&ntilde;os) NO NECESITAMOS NI CURAS&hellip; Es la responsabilidad de los padres en la educaci&oacute;n cristiana de sus hijos, es la &laquo;Iglesia dom&eacute;stica&raquo;, es que los ni&ntilde;os no aprenden lo que oyen sino imitan lo que ven hacer a los padres. De nada valen que bajen los &aacute;ngeles del cielo, o que tengamos las mejores catequistas del mundo, si los padres no colaboran y ayudan. Si los padres son la negaci&oacute;n de lo que les ense&ntilde;amos sacerdotes y catequistas, como para ellos sus padres son dios, ellos los obedecen y siguen m&aacute;s que al mismo Dios. Si un ni&ntilde;o no ve rezar nunca a sus padres, qu&eacute; dif&iacute;cil que rece. En cambio, cuando un padre o madre reza, eso es verdad e importante. Lo otro es cosa de curas y de los catequistas, porque su padre que es el que m&aacute;s sabe&hellip; Y esto hay que decirlo claro, por amor a Cristo y a la verdad de la fe y del sacramento que van a recibir, y no digo que han pedido, porque muchos padres ya no saben qu&eacute; es y de qu&eacute; va la Primera Comuni&oacute;n, los sacramentos, la Confesi&oacute;n, la Eucarist&iacute;a. La mayor conquista y eficacia es que los ni&ntilde;os y los padres contin&uacute;en participando en la Eucarist&iacute;a del domingo, una vez hecha la Primera Comuni&oacute;n. A&ntilde;adir&eacute; que todav&iacute;a a esta generaci&oacute;n de ni&ntilde;os le salvan las abuelas, pero cuando pase esta generaci&oacute;n... Este a&ntilde;o voy a tener la iniciativa de tener alguna reuni&oacute;n con los abuelos; nos pueden ayudar mucho, sobre todo las abuelas. 5.- Terminada la catequesis, hay un respiro para lo que quieran hablar, ruegos y preguntas&hellip; 6.- Terminado este espacio, concluimos con una oraci&oacute;n breve. Y hasta la pr&oacute;xima reuni&oacute;n, una al mes, menos las dos primeras que suelen ser seguidas por raz&oacute;n de eficacia. MATERIAL PARA EL APARTADO 3&ordm; DE LAS REUNIONES CON PADRES (Querido hermano sacerdote, como te he dicho anteriormente, algunas de estas oraciones o salmos o preces pueden servir tambi&eacute;n como tema meditativo, catequ&eacute;tico o doctrinal, seg&uacute;n veas el ambiente y lo que t&uacute; creas m&aacute;s conveniente. En principio se recita el salmo y la oraci&oacute;n, toda entera, y t&uacute; luego vuelves sobre ellas comentando cada una de sus partes o dices a los padres que digan en voz alta el vers&iacute;culo que m&aacute;s les haya gustado del salmo o lo que se te ocurra. Van en folios completos para que puedas fotocopiarlas independientemente. Por eso pongo aparte las advertencias, como ahora). VATICANO II: GAUDIUM ET SPES CAP&Iacute;TULO I DIGNIDAD DEL MATRIMONIO Y DE LA FAMILIA El matrimonio y la familia en el mundo actual 47. El bienestar de la persona y de la sociedad humana y cristiana est&aacute; estrechamente ligado a la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar. Por eso los cristianos, junto con todos lo que tienen en gran estima a esta comunidad, se alegran sinceramente de los varios medios que permiten hoy a los hombres avanzar en el fomento de esta comunidad de amor y en el respeto a la vida y que ayudan a los esposos y padres en el cumplimiento de su excelsa misi&oacute;n; de ellos esperan, adem&aacute;s, los mejores resultados y se afanan por promoverlos. El car&aacute;cter sagrado del matrimonio y de la familia 48. Fundada por el Creador y en posesi&oacute;n de sus propias leyes, la &iacute;ntima comunidad conyugal de vida y amor se establece sobre la alianza de los c&oacute;nyuges, es decir, sobre su consentimiento personal e irrevocable. As&iacute;, del acto humano por el cual los esposos se dan y se reciben mutuamente, nace, aun ante la sociedad, una instituci&oacute;n confirmada por la ley divina. Este v&iacute;nculo sagrado, en atenci&oacute;n al bien tanto de los esposos y de la prole como de la sociedad, no depende de la decisi&oacute;n humana. Pues es el mismo Dios el autor del matrimonio, al cual ha dotado con bienes y fines varios, todo lo cual es de suma importancia para la continuaci&oacute;n del g&eacute;nero humano, para el provecho personal de cada miembro de la familia y su suerte eterna, para la dignidad, estabilidad, paz y prosperidad de la misma familia y de toda la sociedad humana. Por su &iacute;ndole natural, la instituci&oacute;n del matrimonio y el amor conyugal est&aacute;n ordenados por s&iacute; mismos a la procreaci&oacute;n y a la educaci&oacute;n de la prole, con las que se ci&ntilde;en como con su corona propia. De esta manera, el marido y la mujer, que por el pacto conyugal ya no son dos, sino una sola carne (Mt 19,6), con la uni&oacute;n &iacute;ntima de sus personas y actividades se ayudan y se sostienen mutuamente, adquieren conciencia de su unidad y la logran cada vez m&aacute;s plenamente. Esta &iacute;ntima uni&oacute;n, como mutua entrega de dos personas, lo mismo que el bien de los hijos, exigen plena fidelidad conyugal y urgen su indisoluble unidad&hellip; as&iacute; ahora el Salvador de los hombres y Esposo de la Iglesia sale al encuentro de los esposos cristianos por medio del sacramento del matrimonio. Adem&aacute;s, permanece con ellos para que los esposos, con su mutua entrega, se amen con perpetua fidelidad, como El mismo am&oacute; a la Iglesia y se entreg&oacute; por ella. El genuino amor conyugal es asumido en el amor divino y se rige y enriquece por la virtud redentora de Cristo y la acci&oacute;n salv&iacute;fica de la Iglesia para conducir eficazmente a los c&oacute;nyuges a Dios y ayudarlos y fortalecerlos en la sublime misi&oacute;n de la paternidad y la maternidad. Por ello los esposos cristianos, para cumplir dignamente sus deberes de estado, est&aacute;n fortificados y como consagrados por un sacramento especial, con cuya virtud, al cumplir su misi&oacute;n conyugal y familiar, imbuidos del esp&iacute;ritu de Cristo, que satura toda su vida de fe, esperanza y caridad, llegan cada vez m&aacute;s a su propia perfecci&oacute;n y a su mutua santificaci&oacute;n, y , por tanto, conjuntamente, a la glorificaci&oacute;n de Dios. Gracias precisamente a los padres, que preceder&aacute;n con el ejemplo y la oraci&oacute;n en familia, los hijos y aun los dem&aacute;s que viven en el c&iacute;rculo familiar encontrar&aacute;n m&aacute;s f&aacute;cilmente el camino del sentido humano, de la salvaci&oacute;n y de la santidad. En cuanto a los esposos, ennoblecidos por la dignidad y la funci&oacute;n de padre y de madre, realizar&aacute;n concienzudamente el deber de la educaci&oacute;n, principalmente religiosa, que a ellos, sobre todo, compete. Los hijos, como miembros vivos de la familia, contribuyen, a su manera, a la santificaci&oacute;n de los padres. Pues con el agradecimiento, la piedad filial y la confianza corresponder&aacute;n a los beneficios recibidos de sus padres y, como hijos, los asistir&aacute;n en las dificultades de la existencia y en la soledad, aceptada con fortaleza de &aacute;nimo, ser&aacute; honrada por todos. La familia har&aacute; part&iacute;cipes a otras familias, generosamente, de sus riquezas espirituales. As&iacute; es como la familia cristiana, cuyo origen est&aacute; en el matrimonio, que es imagen y participaci&oacute;n de la alianza de amor entre Cristo y la Iglesia, manifestar&aacute; a todos la presencia viva del Salvador en el mundo y la aut&eacute;ntica naturaleza de la Iglesia, ya por el amor, la generosa fecundidad, la unidad y fidelidad de los esposos, ya por la cooperaci&oacute;n amorosa de todos sus miembros. Del amor conyugal 49. Muchas veces a los novios y a los casados les invita la palabra divina a que alimenten y fomenten el noviazgo con un casto afecto, y el matrimonio con un amor &uacute;nico. Muchos contempor&aacute;neos nuestros exaltan tambi&eacute;n el amor aut&eacute;ntico entre marido y mujer, manifestado de varias maneras seg&uacute;n las costumbres honestas de los pueblos y las &eacute;pocas. Este amor, por ser eminentemente humano, ya que va de persona a persona con el afecto de la voluntad, abarca el bien de toda la persona, y , por tanto, es capaz de enriquecer con una dignidad especial las expresiones del cuerpo y del esp&iacute;ritu y de ennoblecerlas como elementos y se&ntilde;ales espec&iacute;ficas de la amistad conyugal. El Se&ntilde;or se ha dignado sanar este amor, perfeccionarlo y elevarlo con el don especial de la gracia y la caridad. Un tal amor, asociando a la vez lo humano y lo divino, lleva a los esposos a un don libre y mutuo de s&iacute; mismos, comprobado por sentimientos y actos de ternura, e impregna toda su vida; m&aacute;s a&uacute;n, por su misma generosa actividad crece y se perfecciona. Supera, por tanto, con mucho la inclinaci&oacute;n puramente er&oacute;tica, que, por ser cultivo del ego&iacute;smo, se desvanece r&aacute;pida y lamentablemente. Este amor, ratificado por la mutua fidelidad y, sobre todo, por el sacramento de Cristo, es indisolublemente fiel, en cuerpo y mente, en la prosperidad y en la adversidad, y, por tanto, queda excluido de &eacute;l todo adulterio y divorcio. El reconocimiento obligatorio de la igual dignidad personal del hombre y de la mujer en el mutuo y pleno amor evidencia tambi&eacute;n claramente la unidad del matrimonio confirmada por el Se&ntilde;or. Para hacer frente con constancia a las obligaciones de esta vocaci&oacute;n cristiana se requiere una insigne virtud; por eso los esposos, vigorizados por la gracia para la vida de santidad, cultivar&aacute;n la firmeza en el amor, la magnanimidad de coraz&oacute;n y el esp&iacute;ritu de sacrificio, pidi&eacute;ndolos asiduamente en la oraci&oacute;n. Se apreciar&aacute; m&aacute;s hondamente el genuino amor conyugal y se formar&aacute; una opini&oacute;n p&uacute;blica sana acerca de &eacute;l si los esposos cristianos sobresalen con el testimonio de su fidelidad y armon&iacute;a en el mutuo amor y en el cuidado por la educaci&oacute;n de sus hijos y si participan en la necesaria renovaci&oacute;n cultural, psicol&oacute;gica y social en favor del matrimonio y de la familia. Hay que formar a los j&oacute;venes, a tiempo y convenientemente, sobre la dignidad, funci&oacute;n y ejercicio del amor conyugal, y esto preferentemente en el seno de la misma familia. As&iacute;, educados en el culto de la castidad, podr&aacute;n pasar, a la edad conveniente, de un honesto noviazgo al matrimonio. El progreso del matrimonio y de la familia, obra de todos 52. La familia es escuela del m&aacute;s rico humanismo. Para que pueda lograr la plenitud de su vida y misi&oacute;n se requieren un clima de ben&eacute;vola comunicaci&oacute;n y uni&oacute;n de prop&oacute;sitos entre los c&oacute;nyuges y una cuidadosa cooperaci&oacute;n de los padres en la educaci&oacute;n de los hijos. La activa presencia del padre contribuye sobremanera a la formaci&oacute;n de los hijos; pero tambi&eacute;n debe asegurarse el cuidado de la madre en el hogar, que necesitan principalmente los ni&ntilde;os menores, sin dejar por eso a un lado la leg&iacute;tima promoci&oacute;n social de la mujer. La educaci&oacute;n de los hijos ha de ser tal, que al llegar a la edad adulta puedan, con pleno sentido de la responsabilidad, seguir la vocaci&oacute;n, aun la sagrada, y escoger estado de vida; y si &eacute;ste es el matrimonio, puedan fundar una familia propia en condiciones morales, sociales y econ&oacute;micas adecuadas. Es propio de los padres o de los tutores guiar a los j&oacute;venes con prudentes consejos, que ellos deben o&iacute;r con gusto, al tratar de fundar una familia, evitando, sin embargo, toda coacci&oacute;n directa o indirecta que les lleve a casarse o a elegir determinada persona. Pertenece a los sacerdotes, debidamente preparados en el tema de la familia, fomentar la vocaci&oacute;n de los esposos en la vida conyugal y familiar con distintos medios pastorales, con la predicaci&oacute;n de la palabra de Dios, con el culto lit&uacute;rgico y otras ayudas espirituales; fortalecerlos humana y pacientemente en las dificultades y confortarlos en la caridad para que formen familias realmente espl&eacute;ndidas. Las diversas obras, especialmente las asociaciones familiares, pondr&aacute;n todo el empe&ntilde;o posible en instruir a los j&oacute;venes y a los c&oacute;nyuges mismos, principalmente a los reci&eacute;n casados, en la doctrina y en la acci&oacute;n y en formarlos para la vida familiar, social y apost&oacute;lica. Los propios c&oacute;nyuges, finalmente, hechos a imagen de Dios vivo y constituidos en el verdadero orden de personas, vivan unidos, con el mismo cari&ntilde;o, modo de pensar id&eacute;ntico y mutua santidad, para que, habiendo seguido a Cristo, principio de vida, en los gozos y sacrificios de su vocaci&oacute;n por medio de su fiel amor, sean testigos de aquel misterio de amor que el Se&ntilde;or con su muerte y resurrecci&oacute;n revel&oacute; al mundo. Para empezar la reuni&oacute;n hacer ACTOS DE FE, y para terminar: ACTOS DE CARIDAD o ACTOS de ESPERANZA; o viceversa, como quieras. El sacerdote hace lo que est&aacute; en cursiva y los presentes todos lo que est&aacute; en letra normal. LA ORACI&Oacute;N DEUN NI&Ntilde;O QUE QUER&Iacute;A SER TELEVISOR Se&ntilde;or Jes&uacute;s, T&uacute; eres bueno, T&uacute; eres Dios y lo puedes todo. Quiero pedirte una cosa. Porque T&uacute; escuchas a todo el que acude a Ti pero especialmente a los ni&ntilde;os. Un d&iacute;a abrazaste a uno en Palestina porque nos amas a todos los ni&ntilde;os y para decir a los mayores que as&iacute; ten&iacute;an que ser nosotros, buenos y sencillos. T&uacute; siempre me escuchas, cuando te rezo por la ma&ntilde;ana y por la noche. T&uacute; eres mi mejor amigo. Hoy estoy un poco disgustado y antes de dormirme quiero rezarte y pedirte una cosa: SE&Ntilde;OR, HAZME UN TELEVISOR, TRANSF&Oacute;RMAME EN UN TELEVISOR, QUIERO SER UN TELEVISOR PARA QUE MIS PADRES ME MIREN CON EL MISMO CARI&Ntilde;O QUE LE MIRAN A EL, PARA QUE ME MIMEN CON EL MISMO CUIDADO QUE LE MIMAN A EL. S&Iacute;, JES&Uacute;S, QUIERO QUE MI MAM&Aacute; Y MI PADRE RECEN CONMIGO TODAS LAS NOCHES Y SE OLVIDEN UN MOMENTO DE SU PROGRAMA O TELENOVELA PREFERIDA. QUIERO QUE MI PADRE TENGA UN RATO PARA HABLARME Y ESCUCHARME CON EL MISMO INTER&Eacute;S QUE ESCUCHA Y NOS HACE CALLAR A TODOS EN LAS NOTICIAS O LA PEL&Iacute;CULA., QUIERO SER COMO UNO DE ESOS ANIMADORES DE LA TELE QUE CUANDO HABLAN TODA LA FAMILIA CALLA PARA ESCUCHARLOS CON ATENCI&Oacute;N Y SIN INTERRUMPIRLOS. SE&Ntilde;OR, DE VERDAD TE LO DIGO, QUIERO SER UN TELEVISOR. QUIERO SENTIR SOBRE M&Iacute; LA MISMA ATENCI&Oacute;N QUE TIENEN MIS PADRES CUANDO LA TELE SE ROMPE Y R&Aacute;PIDAMENTE LLAMAN AL T&Eacute;CNICO PARA QUE LA ARREGLE Y CUANDO MI PADRE VIENE A CASA POR LA NOCHE, LO PRIMERO QUE PREGUNTA ES POR LA TELE, SI EST&Aacute; ARREGLADA, ANTES QUE POR NADA NI POR NADIE. PORQUE PODEMOS VIVIR SIN HABLAR NI REZAR NI JUGAR JUNTOS EN FAMILIA, PERO SIN TELEVISI&Oacute;N NO PODEMOS VIVIR EN CASA. Y QU&Eacute; DISGUSTO SE COGE MI PADRE SI VIENE POR LA NOCHE Y NO EST&Aacute; ARREGLADA LA TELEVISI&Oacute;N... M&Aacute;S QUE SI NO VOY A LA CATEQUESIS O A MISA. SE&Ntilde;OR, QUE NO SE ENTEREN MIS PADRES DE ESTO QUE PIENSO Y TE ESTOY DICIENDO PORQUE SE ENFADAR&Iacute;AN MUCHO. PERO TE ESTOY DICIENDO LA VERDAD. PORQUE TU ERES DIOS Y LO VES Y LO SABES TODO. JES&Uacute;S, VOY A DORMIR PERO QUIERO TERMINAR MI ORACI&Oacute;N ESTA NOCHE COMO LA EMPEC&Eacute;: ME GUSTAR&Iacute;A SER TELEVISOR PARA PODER SER EL MEJOR AMIGO DE MIS PADRES Y SU H&Eacute;ROE FAVORITO. SE&Ntilde;OR, POR FAVOR, D&Eacute;JAME SER TELEVISOR, AUNQUE SOLO SEA POR UN D&Iacute;A. DESPU&Eacute;S VOLVER&Iacute;A A SER UN NI&Ntilde;O, PORQUE ES LO MAS GRANDE DEL MUNDO Y A LOS QUE T&Uacute; M&Aacute;S QUIERES... PARA REUNIONES CERCANAS A LA NAVIDAD UNA COMUNIDAD EN MARCHA SAN PEDRO, 2. &ndash; TEL.927-412036 HORARIO DE MISAS DIARIAS: 12,30: CRISTO de las Batallas; 7 tarde: CRISTO de la Batallas; 7,30 tarde: S. PEDRO; V&Iacute;SPERAS DE DOMINGOS Y FESTIVOS: 7,30 tarde: S. PEDRO; 12,30 y 8 tarde: CRISTO DE LAS BATALLAS DOMINGOS: 10,30: CRISTO; 12: CRISTO; 12,30: S. PEDRO; 13: CRISTO; 8 tarde: CRISTO DE LAS BATALLAS. OFICINA: MARTES, JUEVES Y S&Aacute;BADO: de una a dos DICIEMBRE: NAVIDAD 2007 1.- NAVIDAD: "D&iacute;joles el &aacute;ngel: os anuncio una gran alegr&iacute;a que es para todo el mundo: os ha nacido un salvador, que es Cristo el Se&ntilde;or&rdquo;. SI DIOS NACE, ES NAVIDAD. SI DIOS NACE, DIOS NO SE OLVIDA DEL HOMBRE. SI DIOS NACE, DIOS SIGUE AMANDO AL HOMBRE. SI DIOS NACE, LA VIDA TIENE SENTIDO. SI DIOS NACE, EL HOMBRE TIENE SALVACION. SI DIOS NACE, TODO HOMBRE ES MI HERMANO. SI DIOS NACE, EL HOMBRE SE HACE ETERNIDAD EN CRISTO. "Tanto am&oacute; Dios al mundo, que le entrego su propio Hijo, para que no perezca ninguno de los que creen en &Eacute;l, sino que tengan vida eterna&rdquo;. ESTE ES EL FUNDAMENTO DE NUESTRA ALEGR&Iacute;A: "HOY VAIS A SABER QUE EL SE&Ntilde;OR VENDR&Aacute; Y NOS SALVAR&aacute;, Y MA&Ntilde;ANA CONTEMPLAREIS SU GLORIA"(Evangelio). La comunidad cristiana se alegra porque ha terminado la larga espera de la humanidad. El Mes&iacute;as nace de Mar&iacute;a, la Virgen Madre elegida por Dios. Agradecemos, Padre, tu amor. Te felicitamos, Cristo, por tu venida hasta nosotros, para amarnos y salvarnos. Te adoramos, Esp&iacute;ritu Santo, porque tu potencia de Amor hizo el Misterio de la Navidad. Y te damos las gracias, Madre, porque nos diste al Hijo del Eterno Padre, que estaba junto a Dios. UNA CARTA DE JES&Uacute;S PARA TI EN NAVIDAD Como sabr&aacute;s, nos acercamos nuevamente a la fecha de mi cumplea&ntilde;os: Navidad. La verdad es que me alegra saber que, al menos un d&iacute;a del a&ntilde;o, algunas personas piensan un poco en m&iacute;. Recuerdo el a&ntilde;o pasado, al llegar el d&iacute;a de mi cumplea&ntilde;os, todos los hombres, especialmente los cristianos, hicieron una gran fiesta en mi honor; pero &iquest;sabes una cosa? Ni siquiera me invitaron. Yo era el invitado de honor y ni siquiera se acordaron de invitarme ni de mencionarme. Ni siquiera se molestaron en bendecir la mesa. La fiesta era para m&iacute; y cuando lleg&oacute; el gran d&iacute;a me dejaron afuera, me cerraron la puerta... y yo hab&iacute;a venido como todas las Navidades para compartir ese momento con ellos. La verdad que no me sorprend&iacute;, porque en los &uacute;ltimos a&ntilde;os muchos, que se llaman cristianos, me cierran la puerta. Y, como no me invitaron, se me ocurri&oacute; entrar sin hacer ruido, porque lo puedo hacer con mi amor y poder infinitos. Entr&eacute; y me qued&eacute; en el rinc&oacute;n, por si alguno quer&iacute;a recordarme. Estaban todos bebiendo, hab&iacute;a algunos ebrios contando chistes, lo estaban pasando en grande. Para colmo, lleg&oacute; un viejo gordito, vestido de rojo, de barba blanca y dando voces y gritos. Parec&iacute;a que hab&iacute;a bebido de m&aacute;s. Se dej&oacute; caer pesadamente en un sill&oacute;n y todos los ni&ntilde;os corrieron hacia &eacute;l, diciendo: &ldquo;&iexcl;Santa Claus, Santa Claus!&rdquo; &ldquo;&iexcl;Pap&aacute; Noel, Pap&aacute; Noel!&rdquo; &iexcl;Como si la fiesta fuese en su honor! Llegaron las doce de la noche y todos comenzaron a besarse y abrazarse; yo extend&iacute; mis brazos esperando que alguien me abrazara y... &iquest;sabes? nadie me abraz&oacute;... De repente todos empezaron a repartirse los regalos; uno a uno los fueron abriendo, hasta que se abrieron todos; yo me acerqu&eacute; para ver si por casualidad hab&iacute;a alguno para m&iacute;, y nada &iquest;Qu&eacute; sentir&iacute;as t&uacute; si el d&iacute;a de tu cumplea&ntilde;os se hicieran regalos unos a otros y a ti no te regalaran nada? Comprend&iacute; entonces que yo sobraba en esa fiesta, sal&iacute; sin hacer ruido, cerr&eacute; la puerta y me retir&eacute;. Cada a&ntilde;o que pasa es peor; la gente s&oacute;lo se acuerda de la cena, de los regalos y de las fiestas, y de m&iacute; nadie se acuerda. Quisiera que esta Navidad me permitieras entrar en tu vida, quisiera que reconocieras que hace dos mil a&ntilde;os vine a este mundo para dar mi vida por ti en la cruz y de esa forma poder salvarte. Hoy s&oacute;lo quiero que t&uacute; creas esto con todo tu coraz&oacute;n. Voy a contarte algo, he pensado que como muchos no me invitaron a su fiesta, voy a hacer la m&iacute;a propia, una fiesta grandiosa como la que jam&aacute;s nadie se imagin&oacute;, una fiesta espectacular, en la que har&eacute; presente todo lo que consegu&iacute; viviendo en la primera Navidad. Todav&iacute;a estoy haciendo los &uacute;ltimos arreglos. Porque voy a venir con el mismo amor infinito y traigo todo el mismo amor y la salvaci&oacute;n y la eternidad y el Misterio de Dios Trino y Uno. S&oacute;lo quiero que me digas si quieres asistir; te reservar&eacute; un lugar, y escribir&eacute; tu nombre con letras de oro en mi gran libro de invitados al cielo. Te espero, en Navidad, en la Eucarist&iacute;a, en el pesebre, en la oraci&oacute;n y en la Comuni&oacute;n Eucar&iacute;stica para darte mis regalos. LA ALEGR&Iacute;A Y BELLEZA DE LA NAVIDAD Me siento feliz cuando recuerdo la Navidad. Me alivia interiormente saber que Dios nos ha amado tanto que se ha hecho &ldquo;viajero de camino&rdquo; con todos los que peregrinamos por este mundo. Tambi&eacute;n me fascina conocer al Ni&ntilde;o que naci&oacute; en Bel&eacute;n y mirarle a los ojos. Su ternura es especial y hace que mi coraz&oacute;n exulte de alegr&iacute;a y se emocione. Nunca he encontrado una mirada tan penetrante como la de Jesucristo y de modo particular en aquel que naci&oacute; en una cueva pobre y fr&iacute;a donde sus &uacute;nicos acompa&ntilde;antes eran Maria, Jos&eacute;, los pastores y los animales. &iexcl;Y saber que en la figura de este ni&ntilde;o se mostraba toda la divinidad! &iexcl;Es el Hijo de Dios encarnado que, sin hacer alarde de ello, se presenta como cualquier ni&ntilde;o! Este sentimiento profundo me hace m&aacute;s humano y m&aacute;s creyente. Jam&aacute;s me ha fallado su amor y su amistad. Lo he visto tan cerca de m&iacute; que ya no lo puedo abandonar. &iexcl;Qu&eacute; gran suerte tenemos los humanos al ser totalmente amados por este Ni&ntilde;o-Dios! Las luces de las calles, las serpentinas de los hogares, los &ldquo;belenes&rdquo; en los rincones y en los salones de nuestras casas manifiestan que no s&oacute;lo es un recuerdo m&aacute;s o menos de a&ntilde;oranzas sino la memoria de alguien que nos ha penetrado hasta lo m&aacute;s intimo de nuestra m&eacute;dula espiritual. Lo que hemos aprendido cuando &eacute;ramos ni&ntilde;os nadie nos lo podr&aacute; robar. Al calor de la estufa o al calor de los radiadores se re&uacute;ne la familia y todos, sin excepci&oacute;n, albergan una amistad muy especial con alguien que nos atrae como nadie. &iexcl;Es Jesucristo, el Ni&ntilde;o- Dios! En todos crece el deseo de paz y perd&oacute;n, de ayuda y solidaridad, de cari&ntilde;o y amor verdadero, de mirada m&aacute;s limpia y conversi&oacute;n. Parece que el tiempo se ha parado y que cambia de finalidad. No son los rutinarios d&iacute;as que aburren sino las horas de una &ldquo;nueva vida&rdquo; --la Navidad--, que hace saborear el presente. Nos ilusiona y nos da esperanza aun en medio de las dificultades que la misma vida depara. Era ni&ntilde;o y en mi familia siempre se pon&iacute;a el &laquo;bel&eacute;n&raquo;. Nunca olvidar&eacute; aquellos d&iacute;as dedicados a prepararlo. Todos est&aacute;bamos en torno al nacimiento de un Ni&ntilde;o y &iexcl;qu&eacute; Ni&ntilde;o! Los r&iacute;os de plata parec&iacute;an de verdad. Las figuras se incorporaban a la familia como si alguien nuevo viniera a visitarnos. Las monta&ntilde;as de papel y cubiertas de musgo mostraban la belleza de una naturaleza gozosa de albergar, all&aacute; en la cueva, al Ni&ntilde;o y &iexcl;qu&eacute; Ni&ntilde;o! ... Nunca lo olvidar&eacute; y nunca me cansar&eacute; de vivir la Navidad. Por ello bien se puede decir &iexcl;qu&eacute; bella y alegre es la Navidad! &iexcl;Qu&eacute; gran suerte tenemos los humanos por ser totalmente amados por este Ni&ntilde;o-Dios, qu&eacute; suerte creer y poder celebrar la Navidad cristiana! &iexcl;FELIZ NAVIDAD! NAVIDAD, S&Iacute;; PERO &iquest;QU&Eacute; NAVIDAD? Me dirijo a ti, Jes&uacute;s, porque quiero decirte algunas cosas. Mira, por mi calle ya han pasado colocando los adornos de Navidad. Luces de colores que imitan abetos, un Rey Mago a lomos del camello y el inevitable &ldquo;Felices Fiestas&rdquo;. Ya ves, la primera en la frente: &ldquo;Felices fiestas&rdquo; para que nadie se ofenda con el Felices Pascuas de otras &eacute;pocas. Somos as&iacute; de &ldquo;pol&iacute;ticamente correctos&rdquo;, como es moda decir ahora. Es m&aacute;s, Jes&uacute;s, aqu&iacute; al lado hay una ciudad donde las luces de colores imitan una media luna. Es que manda..., si no fuera una groser&iacute;a que t&uacute; no te mereces, soltar&iacute;a la frase entera. No s&eacute; qu&eacute; quieres que te diga. Jes&uacute;s, pero tal y como est&aacute;n las cosas en este mundo, casi no va a merecer la pena que vuelvas esta Navidad. Vas a venir a los tuyos y los tuyos no te van a recibir. Anda, echa un vistazo a tu alrededor y ver&aacute;s c&oacute;mo est&aacute; el patio: La familia destrozada, atacada, descafeinada. Aquello de &ldquo;hasta que la muerte os separe&rdquo; lo han disminuido de tal manera que algunos matrimonios ni amortizan los gastos de la boda. Y encima vas t&uacute; y sueltas aquella frase tan redonda: &ldquo;Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre&rdquo;. No cabe duda, eres todo un retr&oacute;grado, no eres &ldquo;progresista&rdquo; y te andas todav&iacute;a por los tiempos de Carracuca. &iquest;Y los ni&ntilde;os que no llegan a nacer? Me imagino que por all&aacute; arriba los estar&aacute;s viendo llegar a miles. Ni m&aacute;s ni menos que unos cien mil ni&ntilde;os se abortaron en Espa&ntilde;a el a&ntilde;o pasado. Y es que de verdad, Jes&uacute;s, de lejos parecemos tontos, pero de cerca lo somos. Porque, f&iacute;jate y esc&uacute;chame, (que &uacute;ltimamente parece que no me haces repajolero caso). Nos oponemos con u&ntilde;as y dientes a la pena de muerte, y est&aacute; bien; nos manifestamos contra las guerras, y no dir&eacute; yo que no; y luego vamos y nos callamos como muertos ante la condena a muerte de tantos inocentes. O sea, lo que t&uacute; tambi&eacute;n dijiste: Colamos el mosquito y nos tragamos el camello. &iquest;Quieres que siga? Pues v&aacute;monos a ver la tele. &iquest;Qu&eacute; cadena quieres que ponga? Sin ir m&aacute;s lejos, ayer mismo tuve que apagar el televisor avergonzado de lo que se estaba viendo. Y el horario era de estar los ni&ntilde;os en casa. Claro, como ah&iacute; arriba ten&eacute;is otras diversiones, no reparas en estas menudencias. Y luego est&aacute;n el hambre, el paro, el terrorismo, las inacabables guerras, la ignorancia, la falta de agua potable y, lo que es peor, que yo mismo, que llego a fin de mes con un euro sobrante en el bolsillo, estoy incluido en el grupo del ocho por ciento de los m&aacute;s afortunados del mundo. &iquest;Imag&iacute;nate c&oacute;mo estar&aacute; el resto! En fin, lo que te dec&iacute;a. Deja tranquilos a los Reyes en su Oriente y a los pastores en su majada y no andes viniendo por Navidad. JES&Uacute;S CONTESTA Cuando a la ma&ntilde;ana siguiente despert&eacute; Alguien me estaba susurrando a la oreja: Desde luego, Antonio, es que no cambias. Sigues siendo el mismo testarudo de siempre, porque vamos a ver, t&iacute;o, &iquest;es que el mundo estaba mejor cuando yo vine la primera vez? En un pesebre nac&iacute; porque, como &eacute;ramos pobres, no hubo sitio para nosotros en la posada. Tambi&eacute;n a m&iacute; quisieron matarme y tuvimos que salir por piernas camino de Egipto. Y all&iacute; fuimos inmigrantes y, hasta que mi padre encontr&oacute; trabajo, nos defendimos con los tres regalos que me hicieron los Magos. Te quejas de la tele, pero en todas las partes se han cocido siempre habas. Acu&eacute;rdate, botarate, a mi primo Juan Bautista le cost&oacute; la cabeza echarle en cara a Herodes que estaba muy feo andar liado con la mujer de su hermano. En mi mismo pueblo trataron de matarme ech&aacute;ndome barranco abajo. Todo por decir la verdad. &iquest;Y en la cruz qui&eacute;n crees que estuvo colgado como un facineroso? El mundo, amigo m&iacute;o, siempre ha sido injusto. Pobres siempre habr&aacute; entre vosotros. A ver si acabas de entender una cosa que tantas veces te tengo explicada. Si quieres que algo cambie, empieza por cambiar t&uacute;. Haz mejor el trocito de mundo que tienes a tu alrededor. Y as&iacute; tu vecino y tu vecina, tus amigos, tambi&eacute;n aquel que viene de comprar el pan, en casa, en el trabajo, en la diversi&oacute;n... Como la levadura en la masa. Por eso vuelvo cada Navidad. A ver si comenz&aacute;is alg&uacute;n d&iacute;a. &iexcl;Felices Pascuas! (Para entregar en Navidad a los ni&ntilde;os y padres en la misa o reuni&oacute;n de Navidad) RITO SENCILLO PARA BENDECIR LA MESA ESTOS D&Iacute;AS DE NAVIDAD: El mayor o el m&aacute;s peque&ntilde;o de los comensales dice:" OS ANUNCIO EL MENSAJE DE LOS &Aacute;NGELES EN LA NOCHE BUENA: GLORIA A DIOS EN EL CIELO Y EN LA TIERRA PAZ A LOS HOMBRES". Ahora pong&aacute;monos todos de pie y oremos juntos, cogidos de la mano: "PADRE NUESTRO QUE EST&Aacute;S EN EL CIELO, SANTIFICADO SEA TU NOMBRE, VENGA A NOSOTROS TU REINO, H&Aacute;GASE TU VOLUNTAD... CANTEMOS TODOS: NOCHE DE DIOS, NOCHE DE PAZ, CLARO SOL BRILLA YA Y LOS ANGELES CANTANDO EST&Aacute;N: GLORIA A DIOS, GLORIA AL REY ETERNAL. DUERME EL NI&Ntilde;O JES&Uacute;S, DUERME EL NI&Ntilde;O JESUS. NOCHE DE DIOS, NOCHE DE PAZ, AL PORTAL VA EL PASTOR Y ENTRE PAJAS ENCUENTRA AL SE&Ntilde;OR. ES EL VERBO QUE CARNE TOMO. DUERME EL NI&Ntilde;O JESUS, DUERME EL NI&Ntilde;O JESUS. BENDICI&Oacute;N DE LA MESA: QUE EL SE&Ntilde;OR NOS BENDIGA A TODOS Y NOS LLENE EL ALMA DE ALEGRIA Y DE PAZ. TODOS:AM&Eacute;N. AHORA NOS DAMOS EL ABRAZO DE LA PAZ. Y se abrazan todos los comensales y se felicitan la Navidad. 9.- VILLANCICOS: EL TAMBORILERO: El camino que lleva a Bel&eacute;n, baja hasta el valle que la nieve cubri&oacute;. Los pastorcitos quieren ver a su Rey, le traen regalos en su humilde zurr&oacute;n, rompompon, rompompon, ha nacido en el portal de Bel&eacute;n el ni&ntilde;o Dios... hu... hu... hu... Yo quisiera poner a tus pies, alg&uacute;n presente que te agrade, Se&ntilde;or, mas T&uacute; ya sabes que soy pobre tambi&eacute;n y no poseo m&aacute;s que un viejo tambor, rompompon, rompompon... pon.en tu honor frente al portal tocare, con mi tambor... hu..hu&hellip;hu&hellip; 10.- CAMPANA SOBRE CAMPANA, y sobre campana una, as&oacute;mate a esa ventana ver&aacute;s al Ni&ntilde;o en la cuna. BEL&Eacute;N, CAMPANAS DE BEL&Eacute;N, QUE LOS &Aacute;NGELES TOCAN, QU&Eacute; NUEVA NOS TRAEIS. Recogido su reba&ntilde;o, a d&oacute;nde vas pastorcito? Voy a llevar al portal reques&oacute;n, manteca y vino. BEL&Eacute;N, CAMPANAS DE BEL&Eacute;N.......... CAMPANA SOBRE CAMPANA Y SOBRE CAMPANA, DOS, as&oacute;mate a esa ventana, porque est&aacute; naciendo Dios. BELEN, CAMPANAS DE BELEN..... Caminando a medianoche &iquest;d&oacute;nde caminas, pastor? Le llevo al Ni&ntilde;o que nace, como a Dios mi coraz&oacute;n. BEL&Eacute;N, CAMPANAS DE BEL&Eacute;N, QUE LOS A&Aacute;GELES TOCAN QU&Eacute; NUEVAS NOS TRAEIS. LA PARROQUIA REZAY CANTA PARA TODOS: FELIZ NAVIDAD MON&Oacute;LOGO ETERNO DEL HIJO DE DIOS EL SO&Ntilde;ADOR Fue al principio, cuando no hab&iacute;a ni espacio ni tiempo, cuando la Trinidad infinita llenaba todo. Fue en ese reloj sin horas ni minutos cuando tuve este sue&ntilde;o: Sue&ntilde;o con reflejar, en un cosmos diminuto, la sombra de mi luz, y en poblar de seres semejantes a m&iacute; la rotonda de un planeta azul. Y cuando la evoluci&oacute;n llegue al nivel de los humanos, y la humanidad alcance la plenitud de los tiempos, sue&ntilde;o mezclarme con ellos para gustar sus sonrisas y l&aacute;grimas. Sue&ntilde;o hacerlo de puntillas, sin trompeter&iacute;a celestial. Elegir&eacute; una muchacha sencilla, agraciada por mi Padre. Le enviar&eacute; de cartero a Gabriel para pedirle permiso; y, si ella dice s&iacute;, bajar&eacute; a su seno virgen y la har&eacute; mi madre. Sue&ntilde;o encerrar mi infinitud en dos d&eacute;cimas de mil&iacute;metro de carne y someter mi eternidad a nueve meses de claustro materno. Como en un cuento de la cenicienta al rev&eacute;s, me descalzar&eacute; de mi riqueza divina y me vestir&eacute; de pobre: una cueva de pastores y un pesebre de animales me bastar&aacute;. Sue&ntilde;o, despu&eacute;s, pasar de inc&oacute;gnito treinta a&ntilde;os en una vida gris, entre virutas y el calor del hogar, en un pueblo sin pedigr&iacute;, para degustar la existencia de la mayor&iacute;a, como uno de tantos. Y al concluir ese triple decenio nazareno, sue&ntilde;o cambiar de tercio, salir a los cruces de los caminos a decir mis secretos a la gente: envuelto entre par&aacute;bolas sencillas, les hablar&eacute; de un reino donde los vasallos ser&aacute;n hijos y el soberano, un Padre. Sue&ntilde;o con seres humanos buenos, que no giren sobre s&iacute; mismos, sino abiertos en c&iacute;rculos conc&eacute;ntricos hacia los dem&aacute;s: desde los pr&oacute;ximos hasta los m&aacute;s lejanos, aproxim&aacute;ndose a ellos. Sue&ntilde;o con un grupo de adictos, levadura de esa nueva humanidad, cuya &uacute;nica ley sea entablar relaciones de amor solidario; un pu&ntilde;ado de incondicionales, fermento de una sociedad nueva, que viva la paradoja de que dar es m&aacute;s gratificante que recibir. Sue&ntilde;o con una historia animada por las ocho felicidades: la de quienes tienen las manos vac&iacute;as por llenar las de los dem&aacute;s; la de cuantos conquistan los corazones con la sencillez y la humildad; la de los que sienten misericordia hacia los miserables; la de quienes llevan el coraz&oacute;n a la intemperie, sin dobleces, y van destilando la paz que rebosa de su esp&iacute;ritu pac&iacute;fico. Y al pararse el reloj de la historia, sue&ntilde;o con una vida sin fin donde brille la juventud, la belleza, el bien y el gozo para todos, en la casa solariega del Padre, a la lumbre de su hogar-coraz&oacute;n. EL PAYASO SERIO EL INCENDIO ALEGRE es el t&iacute;tulo de una de las c&eacute;lebres par&aacute;bolas de Kierkegaard, de quien Thomas Oden dijo que, como antes se dijo de Jes&uacute;s, &laquo;no dec&iacute;a nada a no ser en par&aacute;bolas&raquo;(Mateo 13,34). Es como sigue. &laquo;Sucedi&oacute; una vez que se declar&oacute; un incendio entre bastidores en un teatro, El payaso sali&oacute; al escenario a informar al p&uacute;blico. Creyeron que era una broma y aplaudieron. Repiti&oacute; el aviso, y aplaudieron m&aacute;s fuerte. Por eso creo que el mundo se acabar&aacute; en medio de los aplausos de todos los graciosos que se creer&aacute;n que es una broma&raquo;. Nos dicen cristianos serios que la Iglesia est&aacute; perdiendo credibilidad. Y nos re&iacute;mos. Nos dicen que en grandes regiones no hay apenas j&oacute;venes que aspiren al sacerdocio y a la vida religiosa. Y no le damos importancia. Nos dicen que los j&oacute;venes de hoy &laquo;pasan&raquo;de la iglesia. Y no nos afecta, porque sabemos que la iglesia durar&aacute; para siempre. Nos dicen que impera &laquo;el cristianismo a la carta&raquo;, donde cada cual toma lo que quiere y deja lo que quiere de dogmas y mandamientos y creencias y conductas, con la consiguiente confusi&oacute;n y anarqu&iacute;a y debilitamiento de fe y costumbres, y seguimos tan tranquilos. Nos est&aacute;n dando los avisos m&aacute;s serios que pueden darse, y que son verdad porque el fuego se ha declarado ya entre bastidores. Y seguimos riendo y aplaudiendo. Siento en el rostro del payaso responsable su agon&iacute;a en el escenario. A veces sue&ntilde;o que yo soy ese payaso. EL VENDEDOR DE SEMILLAS Un joven so&ntilde;&oacute; que entraba en un supermercado reci&eacute;n inaugurado y, para su sorpresa, descubri&oacute; que Jesucristo se encontraba detr&aacute;s del mostrador. - &iquest;Que vendes aqu&iacute;? - le pregunt&oacute;. - Todo lo que tu coraz&oacute;n desee - respondi&oacute; Jesucristo. Sin atreverse a creer lo que estaba oyendo, el joven emocionado se decidi&oacute; a pedir lo mejor que un ser humano podr&iacute;a desear: - Quiero tener amor, felicidad, sabidur&iacute;a, paz de esp&iacute;ritu y ausencia de todo temor - dijo el joven-. Deseo que en el mundo se acaben las guerras, el terrorismo, el narcotr&aacute;fico, las injusticias sociales, la corrupci&oacute;n y las violaciones a los derechos humanos. Cuando el joven termin&oacute; de hablar, Jesucristo le dice: - &ldquo;Amigo, creo que no me has entendido. Aqu&iacute; no vendemos frutos; solamente vendemos semillas. Convierte en frutos las semillas que hay en ti". ACTO DE CONSAGRACION AL CORAZON INMACULADO DE MARIA Madre de Cristo y Madre Nuestra, al conmemorar el Aniversario de la proclamaci&oacute;n de tu Inmaculada Concepci&oacute;n, deseamos unirnos a la consagraci&oacute;n que tu Hijo hizo de s&iacute; mismo: &ldquo;Yo por ellos me consagro, para que ellos sean consagrados en la verdad&rdquo; (Jn 17, 19), y renovar nuestra consagraci&oacute;n, personal y comunitaria, a tu Coraz&oacute;n Inmaculado. Te saludamos a ti, Virgen Inmaculada, que est&aacute;s totalmente unida a la consagraci&oacute;n redentora de tu Hijo. Madre de la Iglesia: Ilumina a todos los fieles cristianos de Espa&ntilde;a en los caminos de la fe, de la esperanza y de la caridad; protege con tu amparo materno a todos los hombres y mujeres de nuestra patria en los caminos de la paz, el respeto y la prosperidad. &iexcl;Coraz&oacute;n Inmaculado! Ay&uacute;danos a vencer la amenaza del mal que atenaza los corazones de las personas e impide vivir en concordia: &iexcl;De toda clase de terrorismo y de violencia, l&iacute;branos! &iexcl;De todo atentado contra la vida humana, desde el primer instante de su existencia hasta su &uacute;ltimo aliento natural, l&iacute;branos! &iexcl;De los ataques a la libertad religiosa y a la libertad de conciencia, l&iacute;branos! &iexcl;De toda clase de injusticias en la vida social, l&iacute;branos! &iexcl;De la facilidad de pisotear los mandamientos de Dios, l&iacute;branos! &iexcl;De las ofensas y desprecios a la dignidad del matrimonio y de la familia, l&iacute;branos! &iexcl;De la propagaci&oacute;n de la mentira y del odio, l&iacute;branos! &iexcl;Del extrav&iacute;o de la conciencia del bien y del mal, l&iacute;branos! &iexcl;De los pecados contra el Esp&iacute;ritu Santo, l&iacute;branos! Acoge, oh Madre Inmaculada, esta s&uacute;plica llena de confianza y agradecimiento. Protege a Espa&ntilde;a entera y a sus pueblos, a sus hombres y mujeres. Que en tu Coraz&oacute;n Inmaculado se abra a todos la luz de la esperanza. Am&eacute;n. PARA ORAR EN REUNIONES PARROQUIALES 1.- CANTO DE ENTRADA: JUNTOS, COMO HERMANOS, MIEMBROS DE UNA IGLESIA... 2.- JUNTOS, COMO HERMANOS, INVOCAMOS TODOS AL ESP&Iacute;RITU SANTO: VEN, ESPIR&Iacute;TU SANTO, LLENA LOS CORAZONES DE TUS FIELES Y ENCIENDE EN ELLOS EL FUEGO DE TU AMOR: - ENV&Iacute;A, SE&Ntilde;OR, TU ESP&Iacute;RITU Y SER&Aacute;N CREADOS, - Y RENOVAR&Aacute;S LA FAZ DE LA TIERRA. OREMOS: Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus fieles con la luz del Esp&iacute;ritu Santo, danos a conocer lo que es recto seg&uacute;n el mismo Santo Esp&iacute;ritu y gozar siempre de su consuelo. Por Jesucristo Nuestro Se&ntilde;or. AMEN. 3.- JUNTOS, COMO HERMANOS, ORAMOS COMUNITARIAMENTE: CRISTO ES EL FUNDAMENTO, NO EL EDIFICIO; ES LA VI&Ntilde;A, NO LOS SARMIENTOS; ES EL ESPOSO, NO LA ESPOSA; ES EL PASTOR, NO LAS OVEJAS; ES EL CAMINO, NO LOS VIAJEROS; ES EL TEMPLO, NO LOS MORADORES; ES EL PRIMOG&Eacute;NITO, NO LOS HERMANOS; ES EL HEREDERO, NO LOS COHEREDEROS; ES LA VIDA, NO LOS VIVIENTES; ES LA RESURRECCI&Oacute;N, NO LOS RESUCITADOS; ES LA LUZ, NO LOS ILUMINADOS; (S. Juan Cris&oacute;stomo) 4.- SALMO 99: (Sentados). Lo rezamos a dos coros. Terminado el salmo, meditamos sobre &eacute;l. MEDITACI&Oacute;N: Soy tuyo, Se&ntilde;or, porque soy oveja de tu reba&ntilde;o. Hazme caer en la cuenta de que te pertenezco porque soy miembro de tu pueblo en la tierra. No soy un individuo aislado, no tengo derecho a reclamar atenci&oacute;n personal, no me salvo solo, pertenezco a una comunidad, a tu Iglesia. Es verdad que t&uacute;, Se&ntilde;or, me amas con amor personal, cuidas de m&iacute; y diriges mis pasos uno a uno. Pero tambi&eacute;n es verdad que tu manera de obrar entre nosotros es a trav&eacute;s del grupo que has formado, del pueblo que has escogido. Y Te gusta tratar con nosotros como un pastor a su reba&ntilde;o. El pastor conoce a cada oveja y cuida personalmente de ellas, con atenci&oacute;n especial a la que lo necesita m&aacute;s en cada momento; pero las lleva juntas, las apacienta juntas, las protege juntas en la unidad de su reba&ntilde;o. As&iacute; haces t&uacute; con nosotros, Se&ntilde;or... Haz que lo comprenda y lo viva, Se&ntilde;or. Haz que me sienta oveja de tu reba&ntilde;o. Haz que me sienta responsable del grupo, sociable, amable, hermano de mis hermanos mientras vivo en este grupo. No me permitas pensar que puedo vivir por mi cuenta, que no necesito a nadie. No permitas que me a&iacute;sle en orgullo in&uacute;til, que me vuelva solitario, que sea un extra&ntilde;o en mi propia tierra. Haz que me sienta orgulloso de mis hermanos y hermanas, que aprecie con gozo y verdad sus cualidades y disfrute de su compa&ntilde;&iacute;a. Haz que me encuentre a gusto en el reba&ntilde;o... Haz que disfrute saliendo con todos a los pastos comunes. Que funcione yo bien en el grupo, y al verme apreciado por los dem&aacute;s, yo tambi&eacute;n los aprecie y frag&uuml;e con ellos la unidad de tu Iglesia. Te repito, Se&ntilde;or, que quiero sentirme miembro de tu reba&ntilde;o, porque T&uacute; eres mi pastor. T&uacute; eres la ra&iacute;z de nuestra unidad. Al depender de Ti, todos buscamos refugio en Ti y as&iacute; nos encontramos unidos bajo tu cayado. Mi lealtad al pastor se tiene que traducir en lealtad a todos los miembros del reba&ntilde;o. No quiero enga&ntilde;arme, porque no puedo enga&ntilde;arte. Me f&iacute;o de los dem&aacute;s, porque me f&iacute;o de Ti. Amo a los dem&aacute;s porque Te amo a Ti. Haz, Se&ntilde;or, que todos aprendamos a vivir juntos a tu lado. &iexcl;Jesucristo, nosotros creemos en Ti. Jesucristo, nosotros confiamos en Ti. Jesucristo, T&uacute; eres el Hijo de Dios! Con todas las fuerzas de nuestro amor te decimos: &iexcl;Ven, Se&ntilde;or Jes&uacute;s, &iexcl;TE NECESITAMOS! &iexcl;Te necesita tu Iglesia! 5.- ACTOS DE FE Dios m&iacute;o, creo firmemente todo lo que cree y ense&ntilde;a la santa Iglesia Cat&oacute;lica. (El director lee lo que est&aacute; en cursiva y todos los presentes lo que est&aacute; en letra normal). Jesucristo, creo en ti, Jesucristo, creo en ti. Jesucristo, conf&iacute;o en ti, Jesucristo, conf&iacute;o en ti. Jesucristo, te amo, Jesucristo, te amo. Jesucristo, ay&uacute;dame, Jesucristo, ay&uacute;dame. Jesucristo, dame fuerzas, Jesucristo, dame fuerzas. Jesucristo, creo que eres el Hijo eterno del Padre. Jesucristo, creo que eres el Salvador de los hombres. Jesucristo, creo que te encarnaste en el seno de la Virgen por obra del Esp&iacute;ritu Santo Jesucristo, creo que padeciste y moriste en la cruz para redimirnos de nuestros pecados Jesucristo, creo que resucitaste a1tercer d&iacute;a. Jesucristo, creo que est&aacute;s sentado a la derecha del Padre. Jesucristo, creo que vendr&aacute;s a juzgar a los vivos y a los muertos. Jesucristo, creo que eres la piedra angular de la Iglesia. Jesucristo, creo que te has quedado realmente con nosotrosen el sacramento de la Eucarist&iacute;a Jesucristo, creo que eres el Se&ntilde;or de la vida y de la historia. Jesucristo, creo que eres el camino, la verdad y la vida Jesucristo, creo que contigo todo lo puedo. 6.- ACTOS DE CARIDAD Dios m&iacute;o, te amo con todo mi coraz&oacute;n, con toda mi alma, con todas mis fuerzas, y sobre todas las cosas, por ser infinitamente bueno e infinitamente amable, y a mi pr&oacute;jimo, como a m&iacute; mismo, por tu amor. Jesucristo, te amo porque me has amado t&uacute; primero, Jesucristo, te amo porque me has redimido del pecado. Jesucristo, te amo porque me has abierto las puertas de tu Reino. Jesucristo, te amo porque me has hecho hijo de Dios. Jesucristo, te amo porque me has entregado a tu Madre al pie de la cruz. Jesucristo, te amo por el don de la fe cat&oacute;lica. Jesucristo, te amo porque te has quedado conmigo, con amor extremo, en el Sagrario. Jesucristo, te amo porque me has confiado tu palabra para transmitirla a mis hermanos. Jesucristo, te amo porque me has enviado, como a los ap&oacute;stoles, a extender tu Reino Jesucristo, te amo porque eres mi Dios y mi Se&ntilde;or. 7. &ndash; (De pi&eacute;) OREMOS JUNTOS COMO EL SE&Ntilde;OR NOS ENSE&Ntilde;&Oacute;: PADRE NUESTRO... &ldquo;Se&ntilde;or Jesucristo, que dijiste a tus ap&oacute;stoles... D&Eacute;MONOS FRATERNALMENTE LA PAZ... Comentario: EL SE&Ntilde;OR ES MI PASTOR Con profundo agradecimiento reconozco que &laquo;El Se&ntilde;or es mi Pastor&raquo;. Aqu&iacute; ante el Sant&iacute;simo, deseo fijarme en la adorable persona del Pastor con los trazos magistrales que, como pastor que era, nos dej&oacute; el propio David, y con el autorretrato que nos pint&oacute; Jes&uacute;s de s&iacute; mismo cuando nos dijo: Yo soy el Buen Pastor (Jn 10). Aqu&iacute; ante Jes&uacute;s Eucarist&iacute;a, la figura del Buen Pastor no es imaginativa, sino real. Estoy aqu&iacute; junto al Pastor de los pastores. Estoy aqu&iacute; bajo la mirada atenta, amable, viva, acogedora de mi Pastor. Estoy aqu&iacute; a la escucha de su voz que habla en silencio. Estoy aqu&iacute; tranquilo pues el Pastor que conoce a todas sus ovejas, me conoce a mi personal e &iacute;ntimamente. &Eacute;l sabe por qu&eacute; praderas me ha de conducir para que mi apostolado sea lo fecundo que &Eacute;l quiere, para que haga el bien a las personas que &Eacute;l quiere, para que llegue su voz de amigo a los que no quieren o&iacute;rle. T&uacute; y yo s&iacute; deseamos o&iacute;r su voz. Por eso miramos atentamente al sagrario; por eso somos conducidos por los senderos de la verdad y de la vida; por eso aqu&iacute; &laquo;reparamos nuestras fuerzas&raquo;; por eso aqu&iacute;, saciamos nuestra sed &laquo;en fuentes tranquilas&raquo;. NADA ME FALTA: T&uacute; y yo podemos y debemos hacer nuestras estas palabras de David: Nada me falta. No es que abundemos en comodidades palaciegas, ni que nuestra mesa sea como la del Rey salmista, no. Ni me refiero a los bienes materiales. Me fijo en los dones espirituales que Jes&uacute;s Eucarist&iacute;a nos comunica en estas visitas sosegadas y entra&ntilde;ables que tenemos el &laquo;privilegio&raquo; de poder hacer. &laquo;Basta que me mires&raquo; exclam&eacute; un d&iacute;a ante el Sant&iacute;simo expuesto cuando todo eran ruidos y distracciones. Basta que la mirada cari&ntilde;osa, acogedora, alegre del Pastor Eucar&iacute;stico pose sobre nosotros para sentirnos amados, comprendidos, valorados e interiormente rejuvenecidos. No solamente podemos decir: NADA ME FALTA, sino que proclamamos muy alto que cada d&iacute;a somos interiormente m&aacute;s enriquecidos con gracias espirituales que, sin merecimiento propio, adornan nuestro coraz&oacute;n haci&eacute;ndolo m&aacute;s semejante al del Divino Pastor. SALMO 30, 1-8 A ti, Se&ntilde;or, me acojo: no quede yo nunca defraudado; T&uacute;, que eres justo, ponme a salvo, inclina tu o&iacute;do hacia m&iacute;. Ven aprisa a librarme, s&eacute; la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve, T&uacute; eres m&iacute; roca y mi baluarte. Por tu nombre dir&iacute;geme y gu&iacute;ame: s&aacute;came de la red que me han tendido, porque t&uacute; eres mi amparo. A tus manos encomiendo mi esp&iacute;ritu, T&uacute;, el Dios leal, me librar&aacute;s; T&uacute; aborreces a los que veneran &iacute;dolos inertes, Pero yo conf&iacute;o en el Se&ntilde;or; tu misericordia sea mi gozo y m&iacute; alegr&iacute;a. Te has fijado en mi aflicci&oacute;n, velas por mi vida en peligro; no me has entregado en manos del enemigo, has puesto mis pies en un camino ancho. INTRODUCCI&Oacute;N &laquo;PERO YO CONF&Iacute;O EN TI, SE&Ntilde;OR&raquo; Salmo 30, II Ya conocemos este maravilloso salmo que rezuma confianza a pesar de estar escrito por un David afligido, miedoso, burlado por sus enemigos que se r&iacute;en de &eacute;l a sus anchas. En medio de una tribulaci&oacute;n tan personal y tan fuerte, el Rey Salmista no cesa de confiar y de confiar m&aacute;s en Yahv&eacute;h en la certeza que el Se&ntilde;or saldr&aacute; a librarle. Por eso puede escribir con verdad experimentada en su propia carne: &ldquo;Qu&eacute; bondad tan grande, Se&ntilde;or, reservas para tus fieles y concedes a los que a ti se acogen a la vista de todos&rdquo;. Todos pasamos d&iacute;as amargos. A todos nos amenazan nubarrones que bloquean la vista de la esperanza y del &eacute;xito. Todos necesitamos grandes dosis de optimismo realista que nos aliente en el trabajo. Por eso sale espont&aacute;neamente de nuestro coraz&oacute;n la jaculatoria milagrosa: &ldquo;Sagrado Coraz&oacute;n, en Vos conf&iacute;o&rdquo;. Mil a&ntilde;os antes de Cristo, de los labios del Rey David brota otra jaculatoria casi igual que la nuestra actual: &ldquo;Yo conf&iacute;o en ti, Se&ntilde;or, te digo: &ldquo;T&uacute; eres mi Dios&rdquo;. Con esta fe del salmista recemos la segunda parte del salmo 30. COMENTARIO Confiar a&uacute;n en medio de sentir la mayor soledad o el m&aacute;s grande abandono. La raz&oacute;n de nuestra confianza no radica en la fuerza de nuestras buenas obras, ni en las muestras de fidelidad que hemos dado al Se&ntilde;or en nuestra vida; sino s&oacute;lo y exclusivamente en la bondad y misericordia sin l&iacute;mites del Se&ntilde;or. &ldquo;En tus manos est&aacute;n mis azares&rdquo; recuerda David a Yahv&eacute;h. Y los nuestros tambi&eacute;n. En buenas manos est&aacute;n. Conviene record&aacute;rselo al Se&ntilde;or del Sagrario porque as&iacute; nos reafirmamos nosotros en ello. A veces parece un poco exagerado que el mismo Jes&uacute;s nos diga que &ldquo;hasta los cabellos de la cabeza est&aacute;n contados&rdquo; (Mt 10,30); pero no es as&iacute;. Nos falta tener una visi&oacute;n m&aacute;s grande y poderosa de lo que es la sabidur&iacute;a divina, de lo que es el poder&iacute;o y la superioridad de Yahv&eacute;h siempre dispuesto a socorrernos. No s&oacute;lo nos ayuda el Se&ntilde;or en las necesidades materiales, sino que como ruega el Salmista, &ldquo;haz brillar tu rostro sobre tu siervo&rdquo;, pues es el rostro bondadoso y acogedor del Se&ntilde;or lo que brilla siempre sobre sus siervos y nos llena de alegr&iacute;a. Ojal&aacute; nuestra confianza en Dios en los azares del d&iacute;a a d&iacute;a, nos ayude a descubrir la faz alegre y afable del Se&ntilde;or del Sagrario. La raz&oacute;n m&aacute;s convincente y apremiante para que nuestra confianza en el Se&ntilde;or atraviese las nubes y llegue al altar de Yahv&eacute;h es la misma de siempre: &ldquo;S&aacute;lvame por tu misericordia&rdquo;. Aqu&iacute; est&aacute; la clave de todo lo bueno que nos llega del cielo: &ldquo;la misericordia del Se&ntilde;or que nos ha dado a su Hijo unig&eacute;nito&rdquo;. Por eso Jes&uacute;s al conversar con Nicodemo, dej&oacute; bien clara la raz&oacute;n de su existencia: &ldquo;tanto am&oacute; Dios al mundo, que ha enviado a su Hijo &Uacute;nico&rdquo; (Jn 3, 16). Esta es la fuente de nuestra confianza ilimitada e irrompible en el amor de Jes&uacute;s por ti y por m&iacute;. Por eso repito y repito: &ldquo;PERO YO CONF&Iacute;O EN TI, SE&Ntilde;OR&rdquo;. SALMO 93 Dichoso el hombre a quien t&uacute; educas al que ense&ntilde;as tu ley, d&aacute;ndole descanso tras los a&ntilde;os duros, mientras al malvado le cavan la fosa Porque el Se&ntilde;or no rechaza a pueblo ni abandona a su heredad, el justo obtendr&aacute; su derecho y un porvenir los rectos de coraz&oacute;n. &iquest;Qui&eacute;n se pone a mi favor contra los perversos, qui&eacute;n se coloca a mi lado frente a los malhechores? Si el Se&ntilde;or no me hubiera auxiliado, yo estar&iacute;a habitando en el silencio. Cuando me parece que voy a tropezar, tu misericordia, Se&ntilde;or, me sostiene; cuando se multiplican mis preocupaciones tus consuelos son mis delicias. Aunque atenten contra la vida del justo y condenen la vida del inocente, el Se&ntilde;or ser&aacute; mi alc&aacute;zar, Dios ser&aacute; la roca de mi refugio. &ldquo;Dichoso el hombre a quien t&uacute; educas&rdquo;. &iexcl;Qu&eacute; palabras m&aacute;s reconfortantes para ti y para m&iacute; que somos educados aqu&iacute;, junto al Sagrario! Confiemos en el inter&eacute;s que tiene Jes&uacute;s Eucarist&iacute;a para hacer que nuestro coraz&oacute;n se parezca m&aacute;s y m&aacute;s al suyo. Tarea larga. Tarea que requiere todo el talento y toda la fineza de Jes&uacute;s. Tarea a veces incomprensible para nosotros, pero tarea que nos sorprender&aacute; al ver su resultado. No queramos dar lecciones a Jes&uacute;s de c&oacute;mo nos tiene que ir moldeando para que nos parezcamos a &Eacute;l. Dichosos si nos dejamos moldear por &Eacute;l anim&aacute;ndole, dici&eacute;ndole que lo hace bien, que siga as&iacute; para que d&iacute;a a d&iacute;a y momento a momento podamos reflejar en nosotros toda la bondad y la benevolencia, toda la generosidad y la paciencia de Jes&uacute;s Sacramentado. Ya sabemos en d&oacute;nde est&aacute; la c&aacute;tedra de Jes&uacute;s. Aqu&iacute;, ante el Sant&iacute;simo, somos iluminados interiormente por el que es la Luz y la Palabra, por el que es el Maestro de ayer, de hoy y de siempre. &ldquo;Dichoso el hombre a quien t&uacute; educas&rdquo; en la fe, en el arte de amar y en el compromiso de servir, pues esta educaci&oacute;n nos lleva a la libertad de obrar el bien con alegr&iacute;a e ilusi&oacute;n, siempre y en todas partes. &laquo;Dichoso el hombre a quien t&uacute; educas&raquo; en la esperanza para que sepa hallar en ti su paz y su sosiego; para que vea tu mano bondadosa y fiel, fuerte y abierta para conducirme tambi&eacute;n &laquo;por las ca&ntilde;adas oscuras&raquo; del dolor y de la adversidad. &laquo;Dichoso el hombre a quien t&uacute; educas&raquo; en el servicio desinteresado, en la ayuda al necesitado, en la acogida al refugiado en busca de pan y de sonrisas. Dichosos nosotros a quienes t&uacute; nos educas en la fortaleza de ser tu testigo en este mundo incre&iacute;do, insolidario y ego&iacute;sta. Dichosos si t&uacute;, Se&ntilde;or, nos educas en la fe sencilla, en la humildad alegre, en la confianza franca y en la caridad servicial. As&iacute;, dichosos por haber sido instruidos en la presencia eucar&iacute;stica, no vacilaremos en proclamar con firmeza y gratitud &laquo;que el Se&ntilde;or es mi alc&aacute;zar; mi Dios es la roca de mi refugio&raquo;. &iexcl;Jes&uacute;s Sacramentado! Hazme dichoso. Ed&uacute;came t&uacute; para que en mi coraz&oacute;n se afiancen tus virtudes y florezcan los dones del Esp&iacute;ritu Santo para la mayor gloria de nuestro Padre que est&aacute; en los cielos. Gracias, Se&ntilde;or, por todo lo bueno que has hecho a favor de los dem&aacute;s; por todo lo bueno que he dicho para alabar tu nombre y aconsejar al hermano; por todo lo bueno de los dem&aacute;s con lo que he sido enriquecido por ti. &iexcl;Sigue educ&aacute;ndome, Jes&uacute;s Eucarist&iacute;a! Sigue instruy&eacute;ndome en tus caminos y en tus sendas. Sigue mostr&aacute;ndome lo que te gusta, lo que te place, lo que tengo que hacer para llegar a ser un ap&oacute;stol fiel, activo, prudente e incansable de tu Coraz&oacute;n Sant&iacute;simo. Salmo 100 PARA TI ES MI M&Uacute;SICA, SE&Ntilde;OR Voy a cantar la bondad y la justicia, para ti es mi m&uacute;sica, Se&ntilde;or; voy a explicar el camino perfecto: &iquest;Cu&aacute;ndo vendr&aacute;s a m&iacute;? Andar&eacute; con rectitud de coraz&oacute;n dentro de mi casa; no pondr&eacute; mi ojos en intenciones viles. Aborrezco al que obra mal, no se juntar&aacute; conmigo; lejos de mi el coraz&oacute;n torcido, no aprobar&eacute; al malvado. Al que en secreto difama a su pr&oacute;jimo le har&eacute; callar; ojos engre&iacute;dos, corazones arrogantes no los soportar&eacute;. Pongo los ojos en los que son leales, ellos vivir&aacute;n conmigo; el que sigue un camino perfecto, &eacute;se me servir&aacute;. No habitar&aacute; en mi casa quien comete fraudes; el que dice mentiras no durar&aacute; en mi presencia. Cada ma&ntilde;ana har&eacute; callar a los hombres malvados, para excluir de la ciudad del Se&ntilde;or a todos los malhechores.COMENTARIO La m&uacute;sica de la que nos habla el salmista consiste en &laquo;cantar la bondad y la justicia&raquo;, los dos grandes atributos de Dios y que el pueblo hebreo orgulloso de su Dios, reconoc&iacute;a al afirmar: &ldquo;No hay dios como nuestro Dios&rdquo;. &iquest;Cu&aacute;l es la m&uacute;sica que el Se&ntilde;or quiere escuchar salida de nuestro coraz&oacute;n? El salmista nos la describe con rasgos positivos para enaltecer lo bueno, y con rasgos negativos para dejar bien patente lo que &laquo;no es m&uacute;sica&raquo; a los o&iacute;dos del Se&ntilde;or. T&uacute; y yo, ante el Tabern&aacute;culo, tenemos muchas &laquo;m&uacute;sicas&raquo; para tocar al Se&ntilde;or y mostrarle as&iacute; nuestro respeto, nuestra sumisi&oacute;n, nuestra confianza y nuestra continua dependencia de &Eacute;l. &iexcl;Qu&eacute; bien suenan en los o&iacute;dos de Jes&uacute;s nuestras palabras de reconocimiento, haci&eacute;ndonos as&iacute; eco del Samaritano leproso que volvi&oacute; al encuentro de Jes&uacute;s para agradecerle su curaci&oacute;n! Ser agradecidos cuesta poco, pero vale mucho. Quiz&aacute; cuesta el tener que andar un rato m&aacute;s para llegar a una iglesia en donde est&aacute; expuesto el Sant&iacute;simo durante todo el d&iacute;a; pero vale la pena el que el Coraz&oacute;n de Jes&uacute;s se estremezca complacido, cuando nos vea arrodillados ante el Sant&iacute;simo dici&eacute;ndole, lo primero de todo, esta palabra: Gracias. &ldquo;Para Ti es mi m&uacute;sica Se&ntilde;or&rdquo;. Notemos tambi&eacute;n que la gratitud es una &laquo;m&uacute;sica&raquo; que suena muy agradablemente en los o&iacute;dos humanos; por eso debemos &laquo;cantar fuerte&raquo; para que resuene en los o&iacute;dos de nuestros bienhechores los sentimientos agradecidos de nuestro coraz&oacute;n. &laquo;Mi m&uacute;sica diaria&raquo; es tambi&eacute;n mi oraci&oacute;n cotidiana por la Iglesia y por el Reino de Cristo. &laquo;Mi m&uacute;sica matinal&raquo; es el ofrecimiento diario de mis trabajos, &eacute;xitos y fracasos al Coraz&oacute;n de Jes&uacute;s para que &Eacute;l los ofrezca al Padre desde el altar. &laquo;Mi m&uacute;sica personal&raquo; son estos secretos que yo solo s&eacute; y que s&oacute;lo a Jes&uacute;s puedo y debo contar. Y no por ser muy conocida, deja de ser &laquo;m&uacute;sica&raquo; en los o&iacute;dos de Jes&uacute;s Eucarist&iacute;a, la letan&iacute;a de necesidades, carencias, deseos y aspiraciones que no podemos dejar de &laquo;cantar ante el Se&ntilde;or&raquo;, pues son los ahogos con los que la vida moderna nos acorrala diariamente. &laquo;M&uacute;sica&raquo; si tenemos que tocar ante el Sagrario. Escojamos cu&aacute;l es la que, en esta ma&ntilde;ana de luz y de sol, hemos de cantar al &laquo;Se&ntilde;or de los Se&ntilde;ores&raquo;. Jes&uacute;s Eucarist&iacute;a, ens&eacute;&ntilde;anos a cantar la m&uacute;sica que te gusta, la que sale de nuestro coraz&oacute;n lleno de agradecimiento. Te canto, Se&ntilde;or, con la m&aacute;s profunda gratitud. Te canto, Se&ntilde;or, con mis aciertos y desaciertos en el trabajo cotidiano. Te canto con mis siempre mayores necesidades que hacen que &laquo;mi m&uacute;sica&raquo; se parezca muchas veces a un preg&oacute;n de necesidades. Jes&uacute;s Sacramentado, que quede bien claro que &laquo;mi m&uacute;sica&raquo; de pobre pecador y de &laquo;gran amigo tuyo&raquo; es s&oacute;lo para Ti. Salmo 145 Alaba, alma m&iacute;a, al Se&ntilde;or: alabar&eacute; al Se&ntilde;or mientras viva, ta&ntilde;er&eacute; para mi Dios mientras exista. No confi&eacute;is en los pr&iacute;ncipes, seres de polvo que no pueden salvar; exhalan el esp&iacute;ritu y vuelven al polvo, ese d&iacute;a perecen sus planes. Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob, el que espera en el Se&ntilde;or, su Dios, que hizo el cielo y la tierra, el mar y cuanto hay en &eacute;l; que mantiene su fidelidad perpetuamente, que hace justicia a los oprimidos, que da pan a los hambrientos. El Se&ntilde;or liberta a los cautivos, el Se&ntilde;or abre los ojos al ciego, el Se&ntilde;or endereza a los que ya se doblan, el Se&ntilde;or ama a los justos. El Se&ntilde;or guarda a los peregrinos, sustenta al hu&eacute;rfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. El Se&ntilde;or reina eternamente, tu Dios, Si&oacute;n, de edad en edad. INTRODUCCI&Oacute;N &ldquo;DICHOSO EL QUE ESPERA EN EL SE&Ntilde;OR&rdquo; A este salmo se le ha puesto el t&iacute;tulo de &laquo;el salmo de la felicidad de los que esperan en Dios&raquo; porque describe la dicha del que pone su confianza en el Se&ntilde;or y de &Eacute;l lo espera enteramente todo. El salmo 145 empieza invit&aacute;ndonos a alabar al Se&ntilde;or por su inmensa bondad, advirti&eacute;ndonos que no pongamos nuestra esperanza en los pr&iacute;ncipes y poderosos &ldquo;seres de polvo que no pueden salvar&rdquo;. El salmista contin&uacute;a describiendo las bondades del Se&ntilde;or con toda persona que fundamenta su vida en la felicidad del Se&ntilde;or que &ldquo;liberta a los cautivos, abre los ojos a los ciegos, endereza a los que ya se doblan pues el Se&ntilde;or ama a los justos&rdquo;. Para quien conf&iacute;a, el Se&ntilde;or le abre, a su tiempo, todas las puertas. Este salmo es el comienzo de un tercer grupo de salmos que los jud&iacute;os recitaban por la ma&ntilde;ana en alabanza a su Dios grande, inmenso, infinito, poderoso bondadoso, fiel para con todos, especialmente para los que conf&iacute;an en &Eacute;L. COMENTARIO Con qu&eacute; facilidad y con qu&eacute; alegr&iacute;a t&uacute; y yo, aqu&iacute; ante el Sant&iacute;simo, repetimos la alabanza agradecida que nace espont&aacute;nea de nuestra alma: &ldquo;Alabar&eacute; al Se&ntilde;or mientras viva; ta&ntilde;er&eacute; para mi Dios mientras exista&rdquo;. Y lo hacemos con una gratitud grande porque palpamos a diario la nobleza, la inmensidad, la magnitud de amor que supone la real y perenne presencia de Jes&uacute;s en la Eucarist&iacute;a. Nuestra propia experiencia nos confirma lo que dice el salmista de que &laquo;el Se&ntilde;or mantiene su fidelidad perpetuamente&raquo;; y la pr&aacute;ctica que nos da nuestra uni&oacute;n con Jes&uacute;s Eucarist&iacute;a tambi&eacute;n nos lo atestigua cada d&iacute;a y cada a&ntilde;o, de que aqu&iacute; en el Sagrario est&aacute; el Se&ntilde;or sin cansarse de nosotros ni de ti ni de mi, aunque hayamos hecho m&eacute;ritos para que nos dejara en la soledad m&aacute;s seca y m&aacute;s des&eacute;rtica, que para nosotros ser&iacute;a la carencia de su presencia, la lejan&iacute;a de su persona y la p&eacute;rdida de su mirada compasiva y regeneradora, vivificante y optimista. Por eso no nos cansemos de urgirnos a nosotros mismos y de instarnos a repetir una y mil veces las primeras l&iacute;neas de este salmo 145. &ldquo;Alaba alma m&iacute;a al Se&ntilde;or&rdquo;; y esto no s&oacute;lo una vez, no s&oacute;lo un d&iacute;a ni en sola una ocasi&oacute;n, sino &ldquo;alabar&eacute; al Se&ntilde;or mientras viva&rdquo; porque su amor y su benignidad para con nosotros TODOS, &ldquo;dura de edad en edad&rdquo;. SI QUIERES REZAR BIEN EL PADRENUESTRO... EL DOMINGO CRISTIANO: ORIGEN E IMPORTANCIA SIN DOMINGO NO HAY CRISTIANISMO. El Domingo nace de la Pascua. La Pascua es la Resurrecci&oacute;n del Se&ntilde;or: fundamento de nuestra fe. El Domingo es la Pascua semanal. La importancia que tiene el Triduo Pascual - Jueves Santo, Viernes Santo y Pascua- en relaci&oacute;n con el a&ntilde;o lit&uacute;rgico, la tiene el Domingo en relaci&oacute;n al resto de la semana. EL DOMINGO DE RESURRECCI&Oacute;N ES EL PRIMER DOMINGO DEL A&Ntilde;O, LA FIESTA QUE DA ORIGEN A TODOS LOS DOMINGOS Y A TODAS LAS FIESTAS, EL D&Iacute;A M&Aacute;S GRANDE DE LA HISTORIA, QUE RECORDAMOS Y CELEBRAMOS TODOS LOS DEM&Aacute;S DOMINGOS DEL A&Ntilde;O. ESTA ES LA DOCTRINA DEL VATICANO II: &laquo;La Iglesia, por una tradici&oacute;n apost&oacute;lica que trae su origen del mismo d&iacute;a de la resurrecci&oacute;n de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho d&iacute;a, en el d&iacute;a en que es llamado con raz&oacute;n "d&iacute;a del Se&ntilde;or&rdquo;, o domingo. En este d&iacute;a los fieles deben reunirse a fin de que escuchando la palabra de Dios y participando de la Eucarist&iacute;a, recuerden la pasi&oacute;n, la resurrecci&oacute;n... Por esto el domingo es la fiesta primordial que debe presentarse e inculcarse a la piedad de los fieles...&raquo;(SC.106) Jes&uacute;s resucit&oacute;, a ese d&iacute;a se le llam&oacute; "d&iacute;a del Se&ntilde;or", en lat&iacute;n &laquo;dominica&raquo;, en espa&ntilde;ol &laquo;domingo&raquo;: ese d&iacute;a el Se&ntilde;or resucit&oacute; y celebr&oacute; la eucarist&iacute;a con sus disc&iacute;pulos. A los ocho d&iacute;as volvi&oacute; a aparecerse y celebr&oacute; la eucarist&iacute;a. Subi&oacute; al cielo y los Ap&oacute;stoles y los cristianos siguieron haciendo lo mismo cada ocho d&iacute;as y desde entonces celebramos la Eucarist&iacute;a en el domingo: &laquo;D&iacute;a en que Cristo resucit&oacute; y nos hizo part&iacute;cipes de su resurrecci&oacute;n&raquo;, como rezamos en el canon de la misa. Es el Se&ntilde;or qui&eacute;n instituy&oacute; el domingo, no la Iglesia, y es &Eacute;l quien quiere que todos sus disc&iacute;pulos nos reunamos en torno a &Eacute;l para celebrar la Eucarist&iacute;a, para hacer su Iglesia, alimentarla con su presencia, con su palabra y con el pan de la vida eterna. QUIEN NO VA A MISA EL DOMINGO NO SABE DE QU&Eacute; VA EL CRISTIANISMO, NO ES NI HACE IGLESIA DE CRISTO Y ROMPE EL CUERPO DE CRISTO. CATEQUESIS SOBRE GESTOS Y POSTURAS EN LA MISA La postura de todos los que participan en la misa debe ser uniforme como signo de unidad y comunidad en la asamblea. Las posturas no son de gusto personal, cuando se trata de una acci&oacute;n comunitaria. Es importante no destacarse ni significarse en la asamblea. &iquest;QUE INDICAN LAS DIVERSAS POSTURAS DE LA MISA? -- DE RODILLAS significa rebajamiento, penitencia, adoraci&oacute;n oraci&oacute;n humilde. -- DE PIE significa expectaci&oacute;n, respeto, disponibilidad, oraci&oacute;n pascual, vigilancia. -- SENTADOS significa ense&ntilde;ar, escuchar, meditar, orar... Es signo de reposo y de familiaridad. En nuestra parroquia se hacen bien todas las posturas menos las siguientes: DE RODILLAS: EN LA CONSAGRACI&Oacute;N, a no ser que haya impedimento f&iacute;sico. ES DE RODILLAS COMO HAY QUE RECIBIR LA PRESENCIA DEL SE&Ntilde;OR EN EL MOMENTO M&Aacute;S IMPORTANTE DE LA MISA, LA CONSAGRACION. DE PIE: LA ORACI&Oacute;N SOBRE LAS OFRENDAS, que reza el sacerdote inmediatamente antes del prefacio; hay muchos que permanecen sentados. COMO TODA ORACI&Oacute;N AL SE&Ntilde;OR, HAY QUE HACERLA DE PIE. SIGNIFICADO DE ALGUNAS RESPUESTAS: 1.- Y CON TU ESP&Iacute;RITU: As&iacute; responde la asamblea a &laquo;EL SE&Ntilde;OR EST&Eacute; CON VOSOTROS&raquo;del sacerdote. Significa: que la asamblea desea que el Se&ntilde;or est&eacute; con el que preside, que lo inspire, que lo santifique, para que pueda cumplir su misi&oacute;n. 2.- SE&Ntilde;OR, TEN PIEDAD (KYRIE, ELEISON) Es la traducci&oacute;n de esta expresi&oacute;n griega presente en la liturgia desde siempre. Exclamaci&oacute;n espont&aacute;nea de angustia y confianza en la misericordia del Se&ntilde;or. Est&aacute; dirigida a Cristo. Conviene decirla o cantarla en griego alguna vez. 3.- AMEN. Es una expresi&oacute;n hebrea que nunca debe traducirse por AS&Iacute; SEA. Am&eacute;n significa: esto es verdadero y fiel, as&iacute; es, lo creo. Es grito de fe, aplauso de la asamblea a un dicho o hecho. Debe ser cantado o pronunciado con fuerza. 4.- ALELUYA. Es otra palabra hebrea, conservada en la liturgia y no traducida al espa&ntilde;ol por no empobrecer su significado. Suena muy bien y significa &laquo;ALABADO SEA DIOS&raquo;. Es exclamaci&oacute;n de gloria y alabanza, de triunfo y de victoria. Es canto de todo el pueblo ante la proclamaci&oacute;n de la Palabra del Resucitado. HOMIL&Iacute;A DE LA SAGRADA FAMILIA: JES&Uacute;S, MAR&Iacute;A Y JOS&Eacute;, EJEMPLO DE TODA FAMILIA QUERIDOS HERMANOS: La fiesta de la Sagrada Familia, colocada lit&uacute;rgicamente en pleno tiempo y clima navide&ntilde;o, pone de relieve que el Hijo de Dios, viniendo al mundo, ha querido inserirse, como todos los hombres, en un n&uacute;cleo familiar; haci&eacute;ndose hombre, ha querido seguir el camino de todos los hombres, tener una familia como la nuestra, incluso m&aacute;s humilde y pobre. Es hermoso recorrer el evangelio en algunos de los episodios en los que nos habla de la Sagrada Familia formada por Jes&uacute;s, Mar&iacute;a y Jos&eacute;, para sentir y admirar su talante eminentemente espiritual. La Sagrada Familia es propuesta por la Iglesia en esta solemnidad como modelo de toda familia cristiana. Ante todo, por la supremac&iacute;a de Dios reconocida profundamente, a&uacute;n en medio de dificultades y escollos casi insuperables. En la casa de Nazaret, Dios est&aacute; en primer lugar y todo est&aacute; subordinado a su voluntad. Los gozos convividos como don de Dios y los sufrimientos son aceptados como purificaci&oacute;n y salvaci&oacute;n de todos, siempre dentro de un plan divino, que no siempre comprendemos los hombres. Nada turba la armon&iacute;a familiar precisamente porque todo es contemplado a la luz del misterio y del designio divino. Por eso, cuando en una familia, todo se inspira en semejantes principios, la uni&oacute;n con Dios y con la familia no se rompe, sino que esta armon&iacute;a y uni&oacute;n se fortalece m&aacute;s, por encima de penas y dificultades; todo lleva a obedecer a Dios y sus mandamientos, a honrar a los padres, a servir a los hermanos, a comprenderse y amarse mutuamente, a sacrificarse los unos por los otros y a educar y vivir respetando los derechos de Dios sobre toda la familia. En una familia verdaderamente cristiana lo primero es el amor, porque Dios es Amor, su esencia es amar y si dejara de amar dejar&iacute;a de existir; lo mismo en la familia, en el matrimonio, lo primero es el amor, porque el hombre y la mujer est&aacute;n hechos a semejanza de Dios y, si dejan de amar, dejan de asemejarse a su Creador y se autodestruyen. Y al destruirse el amor entre ellos y dar lugar a separaciones y divorcios, los que sufren m&aacute;s y sufrir&aacute;n las consecuencias de su falta de amor ser&aacute;n los ni&ntilde;os peque&ntilde;os, que tienen derecho a que sus padres se quieran siempre y vivir en el abrazo de ambos. El amor es la felicidad del hogar: una esposa y un esposo es feliz cuando se siente amado y amada y los hijos crecen con alegr&iacute;a y sin complejos de ning&uacute;n tipo cuando no existe violencia entre los padres o entre los hijos. Los hijos de los divorciados sufren consecuencias y complejos psicol&oacute;gicos, a veces durante toda la vida, al no haber vivido en el amor de los padres, para lo que fueron creados. Sobre el derecho de los padres a separarse est&aacute; el derecho de los hijos a crecer en una atm&oacute;sfera de amor, concordia y perd&oacute;n. En la segunda Lectura de hoy San Pablo amonesta a los Colosenses: &ldquo;Hermanos, revest&iacute;os de entra&ntilde;as de misericordia, bondad, humildad, mansedumbre, longanimidad, soport&aacute;ndoos y perdon&aacute;ndoos mutuamente siempre que alguno diere a otro motivo de queja&rdquo; (Col 3, 12-14). Si hay amor, respeto mutuo, obediencia debida, todos ganan y superan dificultades y son felices. Si no hay amor, servicio mutuo, no hay familia, convivencia y felicidad, aunque no se rompa el matrimonio o la familia, es pura pensi&oacute;n. Y el &uacute;nico amor que supera y sostiene todos los dem&aacute;s amores para que no se rompan es el amor de Dios sobre todas las cosas. Hoy, festividad de la Sagrada Familia, vamos a pedir tres dones para todas las familias, especialmente para los que creen y honran a la Familia de Nazaret. Lo primero que pedimos para todos es el amor. Ya lo hemos dicho. Lo primero es el amor, no como una realidad totalmente conseguida, sino como proyecto permanente de aumento y desarrollo entre todos los miembros de la familia; el amor familiar como ilusi&oacute;n y conquista, en tensi&oacute;n permanente, sin descanso y desfallecimiento, con la mirada siempre en Dios y en su ayuda, mirando siempre a Mar&iacute;a y a Jos&eacute; que permanecieron fieles en medio de todas las dificultades. Pedimos, por vosotros, queridos esposos y queridas familias, que no abandon&eacute;is nunca esta ascesis y cultivo, porque el amor es la base, el fundamento y la esencia de la familia, de su armon&iacute;a y de su felicidad, y lo pedimos hoy m&aacute;s que nunca cuando se han roto tantos hogares y el ambiente no ayuda nada en este sentido, con tantos divorcios, separaciones, promiscuidad y relaciones prematrimoniales, donde el amor es sustituido por el sexo, que luego, al casarse, por no haber purificado el amor y haber llegado a su verdad completa, porque solo era buscar el placer material, ante la menor dificultad, se rompe. Hoy hay mucho sexo y poco amor. Me ha impresionado lo que le&iacute; en una revista: En el hospital, el m&eacute;dico va acompa&ntilde;ado por la enfermera, al llegar junto a una cama donde hay uno ni&ntilde;o, le dice: al ni&ntilde;o de la n&uacute;mero 33 hay que recetarle una raci&oacute;n de besos. Eso mismo pido yo esta ma&ntilde;ana para todos los matrimonios y familias presentes. Hoy los matrimonios est&aacute;n m&aacute;s tristes, las familias m&aacute;s tristes, los j&oacute;venes y los hijos m&aacute;s tristes, porque falta el amor; y ahora que lo tenemos todo, estamos m&aacute;s solos y tristes y m&aacute;s vac&iacute;os, porque nos falta el amor, nos falta Dios, sobre todo su amor. Estos matrimonios de ahora tan tristes y divorciados est&aacute;n aburridos teniendo todo, consumiendo todo y de todo, poseyendo todo, porque les falta la raci&oacute;n de amor sin la cual nadie puede vivir; y nos sobra ego&iacute;smo, individualismo, materialismo; y nos falta ternura, sacrificio, ascesis de amor. Los matrimonios y las familias, si no tienen la raz&oacute;n diaria y necesaria de amor verdadero, de amor integral, que es cuerpo y alma, y que necesitan, para amar y vivir unidos, los esposos y los padres y los hijos y la familia se deforma, se separan cada d&iacute;a m&aacute;s, a&uacute;n permaneciendo bajo un mismo techo. Por eso, para que nuestras familias sean como la de Nazaret, verdaderas comunidades de amor, deben ser primero comunidades de fe. Es la segunda gracia que pido en esta santa misa para todos: la fe en Dios, en Cristo. Los padres, verdaderos creyentes, saben que la transmisi&oacute;n de la fe a sus hijos no puede reducirse a la ense&ntilde;anza de una doctrina, ni de unas costumbres o pr&aacute;cticas religiosas. Ha de ser la propia vivencia de fe la que sirva de testimonio vivo que suscite y eduque la fe de los hijos. Y es que nadie da lo que no tiene. Ya sab&eacute;is lo que dicen los ni&ntilde;os de Primera Comuni&oacute;n de nuestra parroquia: Si tenemos padres cristianos, no necesitamos ni curas. Si un ni&ntilde;o ve rezar a sus padres, si un ni&ntilde;o ve a su padre de rodilllas, esto no lo olvidar&aacute; nunca en la vida. Pero aunque tenga los mejores catequistas del mundo o vengan los &aacute;ngeles del cielo a darle catequesis, si sus padres no rezan, &eacute;l tampoco rezar&aacute; en cuanto haga la Primera Comuni&oacute;n. La fe es el fundamento del amor verdaderamente cristiano, de la familia verdaderamente cristiana, en un mundo descristianizado, laico, ateo. Si queremos constituir una familia verdaderamente cristiana, donde crezca el amor, la paz, y la armon&iacute;a, lo primero es crecer en la fe, cultivar la fe. Y para terminar, un tercer fundamento de la familia es que tienen que comer juntos, hablar y jugar juntos. Y si a mis oraciones hoy por la familia cristiana tuviera que darle un tono lit&uacute;rgico lo har&iacute;a as&iacute;: Oraci&oacute;n colecta: &laquo;Se&ntilde;or, t&uacute; quisiste que tu Hijo viviera la vida de familia en el hogar de Nazaret como hijo obediente, amante y obsequioso de Mar&iacute;a y Jos&eacute;; t&uacute; sabes tambi&eacute;n que nuestras familias actuales, por diversas causas, est&aacute;n lejos de este ideal, querido por ti y vivido por Jes&uacute;s, Mar&iacute;a y Jos&eacute;. Conc&eacute;denos imitar a la Sagrada Familia en el amor y obediencia a tus mandatos, para que reine en nuestras casas un clima de amor, de alegr&iacute;a y servicio mutuo. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo Nuestro Se&ntilde;or. Amen&raquo; Oraci&oacute;n sobre las ofrendas: &laquo;Con estos dones te presentamos, Se&ntilde;or, nuestras alegr&iacute;as y nuestras dificultades familiares y te pedimos, por intercesi&oacute;n de Jes&uacute;s, Maria y Jos&eacute;, que edifiques nuestras familias en el amor y en la paz&raquo;. Postcomuni&oacute;n: &laquo;Se&ntilde;or, nos hemos reunido en una misma mesa como una sola familia y hemos participado de un mismo pan, que es tu mismo amor extremo hasta dar la vida por los hermanos; conc&eacute;denos, que nuestros hogares cristianos, imitando a la familia de Nazaret, sean un testimonio vivo de tu Iglesia para el mundo, que anime e invite a formar parte de la gran familia de los hijos de Dios&raquo;. Por JNS. TEMAS EUCAR&Iacute;STICOS PARA REUNIONES CON PADRES DE PRIMERA COMUNI&Oacute;N TEOLOG&Iacute;A Y ESPIRITUALIDAD DE LA COMUNI&Oacute;N EUCAR&Iacute;STICA (Tomado de mi libro: &laquo;CELEBRAR LA MISA &ldquo;EN ESP&Iacute;RITU Y VERDAD&rdquo;&raquo;, Edibesa, Madrid 2004; all&iacute; podr&aacute;s encontrar abundante material eucar&iacute;stico) 5. 1 La comida de comuni&oacute;n Durante la &Uacute;ltima Cena, la intenci&oacute;n fundamental de Jes&uacute;s fue la ofrenda sacramental de su sacrificio, la de instituir la Eucarist&iacute;a como misa y como comida espiritual a trav&eacute;s de la comida material del pan y del vino, para que todos comi&eacute;ramos su cuerpo y sangre y nos aliment&aacute;ramos de su misma vida: &ldquo;Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida... el que me coma vivir&aacute; por m&iacute;...&rdquo; El Se&ntilde;or instituy&oacute; esta celebraci&oacute;n de la Alianza Nueva mediante una comida, que se convertir&aacute; en los siglos venideros en el memorial de su sacrificio, siguiendo el modelo de la antigua alianza junto al monte Sina&iacute;: sacrificio y comida. La Instrucci&oacute;nRedemptionis Sacramentum nos recuerda que la Eucarist&iacute;a no debe perder este car&aacute;cter convivial y sacrificial ( RS 38). Los relatos evang&eacute;licos nos muestran que las comidas en su vida apost&oacute;lica fueron momentos siempre de salvaci&oacute;n: en casa de Sim&oacute;n, con la mujer arrepentida (Lc7, 36-50), fue, por ejemplo, comida de perd&oacute;n; fue comida de salvaci&oacute;n, con los recaudadores de impuestos en casa de Lev&iacute; (Mt 9, 10); encuentro de gracia, perd&oacute;n y amistad con Zaqueo (Lc 19,2-10); en Betania fue signo de amistad con los amigos L&aacute;zaro, Mar&iacute;a y Marta, incluyendo las quejas de Marta porque Mar&iacute;a permanece a los pies del Maestro (Jn 11,1). A diferencia de Juan el Bautista que ayunaba, Jes&uacute;s participaba gustoso en las comidas de sus contempor&aacute;neos: &ldquo;El Hijo del hombre come y bebe&rdquo; (Mt 11,19). Esto no era nada extra&ntilde;o para Jes&uacute;s y los Ap&oacute;stoles. En la religi&oacute;n hebrea, en la cual ellos nacieron y vivieron, la comida tuvo siempre un papel muy importante en las relaciones de Dios con los hombres, en la ratificaci&oacute;n de los pactos y alianzas, que siempre se ratificaron con una comida: mediante una comida se sellan los pactos o alianzas entre Isaac y Abimelec (cfr Gn 26, 26-30), entre Jacob y su suegro Lab&aacute;n (cfr Gn 31,53) y en concreto, en la alianza de Dios con el pueblo de Israel, donde el texto del &Eacute;xodo nos refiere una doble tradici&oacute;n: una, que describe al sacrificio como rito esencial de la alianza, y otra, que muestra a la comida, como expresi&oacute;n de esta misma alianza. En lo referente a esta &uacute;ltima tradici&oacute;n se nos dice que los setenta ancianos de Israel, que hab&iacute;an subido con Mois&eacute;s al monte, contemplaron a Dios: &ldquo;Y luego comieron y bebieron&rdquo; (Ex 24,11). A la contemplaci&oacute;n se une la comida que confirma la introducci&oacute;n en la intimidad divina. Los sacrificios deb&iacute;an ser ofrecidos en un santuario elegido por Dios, y en el mismo lugar consagrado a Dios se ten&iacute;an tambi&eacute;n las comidas. As&iacute; se resta&ntilde;aban y se potenciaban las relaciones de Dios con los hombres: com&iacute;an en su presencia. A la primera comida, que en su tiempo ratific&oacute; la alianza establecida con Mois&eacute;s y los ancianos de Israel, corresponde la &uacute;ltima comida, la &Uacute;ltima Cena, que sellar&aacute; la conclusi&oacute;n de la Alianza Nueva y Eterna en fidelidad a las promesas hechas a David: &ldquo;En aquel d&iacute;a, preparar&aacute; el Se&ntilde;or de los Ej&eacute;rcitos, para todos los pueblos, en este monte, un fest&iacute;n de manjares suculentos. Y arrancar&aacute; en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el pa&ntilde;o que tapa a todas las naciones. Aniquilar&aacute; la muerte para siempre. El Se&ntilde;or Dios enjugar&aacute; las l&aacute;grimas de todos los rostros, y el oprobio de su pueblo los alejar&aacute; de todo el pa&iacute;s. -Lo ha dicho el Se&ntilde;or- Aquel d&iacute;a se dir&aacute;: aqu&iacute; est&aacute; nuestro Dios, de quien esper&aacute;bamos que nos salvara; celebremos y gocemos con su salvaci&oacute;n&rdquo; (Is 25,6-9). La comida har&aacute; comprender todos los beneficios y todas las gracias que Dios dar&aacute; a los hombres con aquella alianza. Tambi&eacute;n en el libro de Enoch, cronol&oacute;gicamente m&aacute;s cercano a la &eacute;poca de Cristo, la felicidad de la vida futura est&aacute; representada por la imagen de un banquete celestial: &ldquo;El Se&ntilde;or de los esp&iacute;ritus habitar&aacute; con ellos y &eacute;stos comer&aacute;n con el Hijo del hombre; tomar&aacute;n parte en su mesa por los siglos de los siglos&rdquo; (62,14). La felicidad consistir&aacute; en sentarse a la mesa con el Mes&iacute;as o Hijo del hombre, muy cercanos al Se&ntilde;or de los esp&iacute;ritus, es decir, a Dios. Naturalmente en la comida eucar&iacute;stica, instituida por Cristo, no es comida y bebida ordinaria lo que se come, sino su carne gloriosa, llena de Esp&iacute;ritu Santo, y su sangre gloriosa, derramada por nuestros pecados. Pero el comer es esencial en toda comida, tambi&eacute;n en la eucar&iacute;stica: &ldquo;Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida&rdquo; (Jn 6,55), con la particularidad de que en la Eucarist&iacute;a Jes&uacute;s no implica s&oacute;lo su cuerpo y sangre, sino que se implica &Eacute;l mismo entero y completo. En la &Uacute;ltima Cena Jes&uacute;s inaugura la comida de la Nueva Alianza, que luego continuar&iacute;a celebrando despu&eacute;s de su resurrecci&oacute;n con la comunidad de Jerusal&eacute;n, que fueron encuentros de gozo y reconocimiento y alegr&iacute;a por parte de los Ap&oacute;stoles. Y as&iacute; se sigui&oacute; celebrando la Eucarist&iacute;a como comida o cena hasta que empezaron a darse los abusos de que nos habla S. Pablo en su carta a los Corintios junto con el aumento de miembros en las comunidades. Entonces comenzaron a separarse Eucarist&iacute;a y banquete o &aacute;gape, con el peligro que llevaba consigo de que la liturgia se convirtiera a veces en un espect&aacute;culo para ver a unos comer y a otros pasar hambre, m&aacute;s que en una comida familiar de encuentro en la fe y en la palabra, en comida participada. Una descripci&oacute;n interesante de la celebraci&oacute;n de la comuni&oacute;n en el siglo IV aparece en una de las instrucciones catequ&eacute;ticas de Cirilo de Jerusal&eacute;n: &ldquo;Cuando os acerqu&eacute;is, no vay&aacute;is con las manos extendidas o con los dedos separados, sin hacer con la mano izquierda un trono para la derecha, la cual recibir&aacute; al Rey, y luego poned en forma de copa vuestras manos y tomad el cuerpo de Cristo, recitando el Am&eacute;n... Despu&eacute;s, una vez que hab&eacute;is participado del Cuerpo de Cristo, tomad el c&aacute;liz de la Sangre sin abrir las manos, y haced una reverencia, en postura del culto y adoraci&oacute;n y repetid Am&eacute;n y santificaos al recibir la Sangre de Cristo... Luego permaneced en oraci&oacute;n y agradeced a Dios que os ha hecho dignos de tales misterios&rdquo; (San Cirilo, CM, V 21ss). Despu&eacute;s del siglo XII la comuni&oacute;n bajo la especie de vino fue desapareciendo en la Iglesia de Occidente. 5. 2 Mirada lit&uacute;rgica a la Eucarist&iacute;a como comuni&oacute;n La comuni&oacute;n con el Cuerpo y la Sangre de Cristo no es un a&ntilde;adido o un complemento a la Eucarist&iacute;a, sino una exigencia intencional y real de las mismas palabras de Cristo, al instituirla:&ldquo;Tomad y comed todos de &eacute;l, porque esto es mi Cuerpo... tomad y bebed... porque &eacute;sta es mi sangre&rdquo;; es decir, que, si Jes&uacute;s consagr&oacute; el pan y celebr&oacute; la Eucarist&iacute;a fue para que los comensales nos aliment&aacute;semos de su cuerpo y sangre como &Eacute;l mismo hab&iacute;a prometido varias veces durante su vida. Los ap&oacute;stoles comieron su cuerpo, su sangre, su divinidad, sus deseos de inmolarse para obedecer al Padre y de darse en alimento a todos. No cabe, por tanto, duda de que tanto por la promesa, como por las palabras de la instituci&oacute;n de la Eucarist&iacute;a, Jes&uacute;s quiso ser comido como el nuevo cordero de la Nueva Pascua y Nueva Alianza, sacrificado y comido en signo de la amistad y de pacto logrado entre Dios y los hombres por su muerte y resurrecci&oacute;n, como era el cordero de la pascua jud&iacute;a: &Eacute;xodo, cap. 12. No podemos dudar de este deseo de Cristo, expresado abiertamente al empezar la &Uacute;ltima Cena: &ldquo;Ardientemente he deseado comer esta pascua con vosotros, antes de padecer&rdquo;, es decir, &eacute;sta es la cena de la Pascua Nueva y en esta comida el cordero sacrificado y comido soy yo, que entrego mi vida como sacrificio y alimento por todos. La pascua jud&iacute;a era la celebraci&oacute;n de la liberaci&oacute;n de Egipto, del paso del mar Rojo, de la Alianza en la sangre de los sacrificios en la falda del monte Sina&iacute; y de la entrada en la tierra prometida... La pascua cristiana, inaugurada por Cristo en la &Uacute;ltima Cena, es la liberaci&oacute;n del pecado, el paso de la muerte a la vida y la Nueva Alianza en la sangre de Cristo, nuevo cordero de la Nueva Alianza. Como hemos insinuado, ya desde la noche de la pascua jud&iacute;a, figura e imagen de la Nueva Pascua cristiana, Dios, nuestro Padre pensaba en darnos a su Hijo como nuevo Cordero de la nueva alianza por su sangre. &ldquo;Yo ver&eacute; la sangre y pasar&eacute; de largo, dice Dios&rdquo;. Pascua significa paso, paso de Yahv&eacute; sobre las casas de los jud&iacute;os en Egipto sin herirlos, y ahora, en la nueva pascua, paso de la muerte de Cristo a la resurrecci&oacute;n, que se convierte en nuestra pascua, paso, por Cristo, del pecado y de la muerte a la salvaci&oacute;n y a la eternidad. Los Padres de la Iglesia se preguntaban qu&eacute; cosa tan maravillosa vio el &aacute;ngel exterminador en la sangre puesta sobre los dinteles de las casas de los jud&iacute;os para pasar de largo y no hacerles da&ntilde;o aquella noche de la salida de la esclavitud de Egipto, en que fueron exterminados los primog&eacute;nitos egipcios. En uno de los primeros textos pascuales de la Iglesia, Melit&oacute;n de Sardes, pon&iacute;a estas palabras: &laquo;&iexcl;Oh misterio nuevo e inexpresable! La inmolaci&oacute;n del cordero se convierte en salvaci&oacute;n para Israel, la muerte del cordero se transforma en vida del pueblo y la sangre atemoriz&oacute; al &aacute;ngel. Resp&oacute;ndeme, &aacute;ngel, &iquest;qu&eacute; fue lo que te caus&oacute; temor, la muerte del cordero o la vida del Se&ntilde;or? &iquest;La sangre del cordero o el Esp&iacute;ritu del Se&ntilde;or? Est&aacute; claro qu&eacute; fue lo que te espant&oacute;: t&uacute; has visto el misterio de Cristo en la muerte del cordero, la vida de Cristo en la inmolaci&oacute;n del cordero, la persona de Cristo en la figura del cordero y, por eso, no has castigado a Israel. Qu&eacute; cosa tan maravillosa ser&aacute; la fuerza de la Eucarist&iacute;a, de la Pascua cristiana, cuando ya la simple figura de ella, era la causa de la salvaci&oacute;n&raquo;. Queridos hermanos: Cristo hizo el sacrificio de su Cuerpo y Sangre, y quiso hacer a los suyos part&iacute;cipes del mismo, mediante una comida, una cena, un banquete. Aqu&iacute; est&aacute; la raz&oacute;n de lo que os dec&iacute;a al principio. Est&aacute; claro que Cristo quiere que todos los que asisten a la Eucarist&iacute;a participen del banquete mediante la comuni&oacute;n. Si no se comulga, no hay participaci&oacute;n plena e integral en los m&eacute;ritos y la ofrenda de Cristo, hecha sacrificio y comida. Cuando comulgamos, no s&oacute;lo comemos el Cuerpo de Cristo, sino que comulgamos tambi&eacute;n con su obediencia al Padre hasta la muerte, con la adoraci&oacute;n de su voluntad hasta el sacrificio: &ldquo;Mi comida es hacer la voluntad del que me ha enviado&rdquo;. La redenci&oacute;n y salvaci&oacute;n que Jes&uacute;s realiza en la Eucarist&iacute;a llega a todo el mundo, a todos los hombres, vivos y difuntos, porque nos injerta as&iacute; en la vida nueva y resucitada, prenda de la gloria futura que nos comunica:&ldquo;Yo soy la resurrecci&oacute;n y la vida, el que coma de este pan vivir&aacute; eternamente&rdquo;. Por lo tanto, el altar, en torno al cual la Iglesia se une para la celebraci&oacute;n de la Eucarist&iacute;a, representa dos aspectos del mismo misterio de Cristo: el altar de su sacrificio y la mesa de su cena: son dos realidades inseparables. Por eso, ir a la Eucarist&iacute;a y no comulgar es como ir a un banquete y no comer, es un feo que hacemos al que nos invita, es tanto como dejar a Cristo con el pan en las manos y no recibirlo, es dejar a Cristo iniciando el abrazo de la uni&oacute;n sacramental y quedarse sentado... Si hemos dicho que sin Eucarist&iacute;a-Eucarist&iacute;a no hay cristianismo, habr&iacute;a que decir tambi&eacute;n que sin Eucarist&iacute;a-comuni&oacute;n no puede haber vida cristiana en plenitud:&ldquo;En verdad, en verdad os digo: si no com&eacute;is la carne del Hijo del hombre y no beb&eacute;is su sangre, no tendr&eacute;is vida en vosotros&rdquo; (Jn 6,53). Sab&eacute;is que muchos se escandalizaron por esto y desde aquel momento le dejaron. Hasta sus mismos ap&oacute;stoles dudaron y estuvieron a punto de irse. Tuvo que preguntarles el Se&ntilde;or sobre sus intenciones y provocar la respuesta de Pedro: &ldquo;A qui&eacute;n vamos a ir, t&uacute; tienes palabras de vida eterna&rdquo;. Podemos afirmar que el sacrificio nos lleva a la Comuni&oacute;n, y la Comuni&oacute;n al sacrificio. Y en esto est&aacute; toda la espiritualidad de la Comuni&oacute;n. Por eso, el Vaticano II, en la S. C. nos dice: &laquo;Se recomienda la participaci&oacute;n m&aacute;s perfecta en la Eucarist&iacute;a, recibiendo los fieles, despu&eacute;s de la comuni&oacute;n del sacerdote, el cuerpo del Se&ntilde;or&raquo;. Y es que por voluntad expresa del Se&ntilde;or, sacrificio y banquete, Eucarist&iacute;a y comuni&oacute;n est&aacute;n inseparablemente unidas. 5. 3. Frecuencia de la comuni&oacute;n En la Iglesia primitiva se consideraba la comuni&oacute;n como parte integrante de la Eucarist&iacute;a, en raz&oacute;n de las palabras de Cristo. Esta costumbre dur&oacute; hasta el siglo IV aproximadamente. Durante alg&uacute;n tiempo fue costumbre celebrar la Eucarist&iacute;a s&oacute;lo el domingo. Durante este periodo los fieles pod&iacute;an llevar el pan consagrado a sus casas y darse ellos mismos la comuni&oacute;n todos los d&iacute;as. La comuni&oacute;n se tomaba antes de cualquier alimento. A partir del siglo VIII comulgar una vez al a&ntilde;o se hab&iacute;a convertido en una pr&aacute;ctica acostumbrada, incluso en los conventos. El Concilio Lateranense IV estableci&oacute; como m&iacute;nimo comulgar durante el tiempo de Pascua. Al final del siglo XII una nueva ola de devoci&oacute;n eucar&iacute;stica recorri&oacute; Europa, aunque el acento se pon&iacute;a en la Presencia Eucar&iacute;stica: mirar al Sant&iacute;simo Sacramento era tan eficaz como comulgar sacramentalmente, y se volvi&oacute; a la comuni&oacute;n espiritual: comuni&oacute;n de deseo. El Concilio de Trento trat&oacute; de reanimar la comuni&oacute;n frecuente pero estaba reservado al siglo XX potenciar la frecuencia de la comuni&oacute;n con los esfuerzos del Papa San P&iacute;o X, que impuls&oacute; esta pr&aacute;ctica y redujo la edad de la Primera Comuni&oacute;n a la edad del uso de raz&oacute;n. El Vaticano II ha hablado mucho y bien de la Eucarist&iacute;a como Eucarist&iacute;a, como comuni&oacute;n y presencia y el domingo es el d&iacute;a de la Eucarist&iacute;a, plenamente participada por la Comuni&oacute;n. 5. 4. Espiritualidad de la Eucarist&iacute;a como comuni&oacute;n La Eucarist&iacute;aes el centro y culmen de toda la vida cristiana. De la Eucarist&iacute;a como misa y sacrificio deriva toda la espiritualidad eucar&iacute;stica como comuni&oacute;n y presencia. En la comuni&oacute;n eucar&iacute;stica, Jes&uacute;s quiere comunicarnos su vida, su mismo amor al Padre y a los hombres, sus mismos sentimientos y actitudes. Por eso, lo m&aacute;s importante para recibir al Se&ntilde;or son las disposiciones del alma, no las del cuerpo. De hecho los ap&oacute;stoles comulgaron despu&eacute;s de haber comido. Por los abusos tuvo la Iglesia que proponer unas disposiciones pertinentes al cuerpo, que hoy ya no son necesarias y van desapareciendo. Lo importante es que cada comuni&oacute;n eucar&iacute;stica aumente mi hambre de &Eacute;l, de la pureza de su alma, del fuego de su coraz&oacute;n, del amor abrasado a los hombres, del deseo infinito del Padre, que &Eacute;l ten&iacute;a. Qu&eacute; adelantamos con que se acerquen personas en ayuno corporal si sus almas est&aacute;n sin hambre de Eucarist&iacute;a, tan repletas de cosas y deseos materiales que no cabe Jes&uacute;s en su coraz&oacute;n. Cristo quiere ser comido por almas hambrientas de uni&oacute;n de vida con &Eacute;l, de santidad, de pureza, de generosidad, de entrega a los dem&aacute;s, con hambre de Dios y sed de lo Infinito. Pero si el coraz&oacute;n no ama, no quiere amar, para qu&eacute; queremos los ayunos... Comulgar con una persona es querer vivir su misma vida, tener sus mismos sentimientos y deseos, querer tener sus mismas maneras de ser y de existir. Comulgar no es abrir la boca y recibir la sagrada forma y rezar dos oraciones de memoria, sin hablarle, sin entrar en di&aacute;logo y revisi&oacute;n de vida con &Eacute;l, sin decirle si estamos tristes o alegres y por qu&eacute;... Esto es una comuni&oacute;n rutinaria, puro rito, con la que nunca llegamos a entrar en amistad con el que viene a nosotros en la hostia santa para amarnos y llenarnos de sus sentimientos de certeza y paz y gozo, para darnos su misma vida. Y luego algunas personas se quejan de que no sienten, no gustan a Jes&uacute;s... Lo primero de todo es la fe, pedirla y vivirla, como lo fue con el Jes&uacute;s hist&oacute;rico. Para creer y comulgar con Cristo-Eucarist&iacute;a, necesitamos fe en su realidad eucar&iacute;stica, porque &laquo;este es el sacramento de nuestra fe&raquo;. Cuando en Palestina le presentaban los enfermos, los tullidos, los ciegos... &ldquo;T&uacute; crees que puedo hacerlo, t&uacute; crees en m&iacute;, vosotros qu&eacute; pens&aacute;is de m&iacute;...&rdquo;. Y &eacute;ste sigue siendo hoy el camino de encuentro con &Eacute;l. A los que quieran entrar en amistad con &Eacute;l, les exige fe, cada vez m&aacute;s fe, como vemos en todos los santos, porque hay que pasar de la fe heredada a la fe personal: &iquest;t&uacute; qu&eacute; dices de m&iacute;&hellip;?, puesto que vamos a iniciar una amistad personal &iacute;ntima y profunda con &Eacute;l. Todos los d&iacute;as hay que ped&iacute;rsela: &ldquo;Se&ntilde;or yo creo, pero aumenta mi fe&rdquo;. Las crisis de fe, las &ldquo;noches&rdquo; de San Juan de la Cruz, son camino obligado para profundizar en esta fe, ayudan a potenciar la fe, la purifican, hacen que nos vayamos acomodando a los criterios del evangelio, que pasan a ser nuestros y todo esto es con trabajo y dolor. Las crisis de fe son buen&iacute;simas, porque el Esp&iacute;ritu Santo quiere purificarnos, quiere quitar los falsos conceptos que tenemos sobre Cristo, su evangelio y, al quitar estas adherencias de nuestra fe heredada, se nos va la vida... Cristo quiere escuchar de cada uno: Yo creo en Ti, Se&ntilde;or, porque te veo y te siento, no porque otros me lo han dicho. Superada esta primera etapa de fe como conocimiento de su persona y palabra, vendr&aacute; o es simult&aacute;nea la etapa de comuni&oacute;n en su vida, de convertirse a &Eacute;l, de vivir su misma vida, de comulgar en serio con su obediencia al Padre, con su entrega a los hombres, viene la conversi&oacute;n en serio que dura toda la vida, como la misma comuni&oacute;n: &ldquo;quien coma, vivir&aacute; por m&iacute;...&rdquo;, pero ahora al principio es m&aacute;s dura, porque no se siente a Cristo, y hay que purificar y quitar muchas imperfecciones de car&aacute;cter, cr&iacute;ticas, comodidad; aqu&iacute; es donde nos jugamos la amistad con Cristo, la experiencia de Dios, la santidad de vida, seg&uacute;n los planes de Cristo, que ahora aprieta hasta el hond&oacute;n del alma. Para llenarnos &Eacute;l, primero tiene que vaciarnos de nosotros mismos &iexcl;Qu&eacute; poco nos conocemos, Se&ntilde;or! &iexcl;qu&eacute; cari&ntilde;o, qu&eacute; ternura me tengo! Se&ntilde;or, me doy cuenta despu&eacute;s que lo paso. Me adoro, me doy culto y quiero que todos me lo den, s&oacute;lo quiero celebrar mi liturgia y no la tuya. Y claro, no cabemos dos &ldquo;yo&rdquo; en la liturgia eucar&iacute;stica de la vida, eres T&uacute; al que tengo que vivir hasta decir con S. Pablo: &ldquo;para m&iacute; la vida es Cristo&rdquo;, o &ldquo;estoy crucificado con Cristo, vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en m&iacute;...&rdquo;. El primer efecto de la comuni&oacute;n eucar&iacute;stica en mi persona es la presencia real y aut&eacute;ntica de Cristo en mi alma para ser compa&ntilde;ero permanente de mi peregrinaje por la tierra, para ser mi confidente y amigo, para compartir conmigo las alegr&iacute;as y tristezas de mi existencia, convirti&eacute;ndolas en momentos de salvaci&oacute;n y suavizando las penas con su compa&ntilde;&iacute;a, su palabra y su amor permanente, destruyendo el pecado en mi vida. Porque en la comuni&oacute;n no se trata de estar con el Se&ntilde;or unos momentos, hacerlo m&iacute;o en mi corazoncito, de decirle palabras u oraciones bonitas, m&aacute;s o menos inspiradas y de memoria. &Eacute;l viene para comunicarme su vida y yo tengo que morir a la m&iacute;a que est&aacute; cimentada sobre el pecado, sobre el hombre viejo, que &Eacute;l viene a destruir, para que tengamos su misma vida, la vida nueva del Resucitado, de la gracia, del amor total al Padre y a los hombres. Si queremos transformarnos en el alimento que recibimos por la comuni&oacute;n, si queremos que no seamos nosotros sino Cristo el que habite en nosotros y vivir su vida, si queremos construir la amistad con &Eacute;l por la comuni&oacute;n eucar&iacute;stica sobre roca firme y no sobre arena movediza de ligerezas y superficialidad, la comuni&oacute;n eucar&iacute;stica nos llevar&aacute; a la comuni&oacute;n de vida, mortificando en nosotros todo lo que no est&aacute; de acuerdo con su vida y evangelio. Nunca podemos olvidar que comulgamos con un Cristo que en cada Eucarist&iacute;a hace presente su muerte y resurrecci&oacute;n por nosotros. Para resucitar a su vida, primero hay que morir a la nuestra de pecado, hay que crucificar mucho en nuestros ojos, sentidos, cuerpo y esp&iacute;ritu, para poder vivir como &Eacute;l, amar como &Eacute;l, ver y pensar como &Eacute;l. Comulgamos con un Cristo crucificado y resucitado. Hay que vivir como &Eacute;l: perdonando las injurias como &Eacute;l, ayudando a los pobres como &Eacute;l, echando una mano a todos los que nos necesiten, sin quedarnos con los brazos cruzados ante los problemas de los hombres; &Eacute;l quiere seguir salvando y ayudando a trav&eacute;s de nosotros, para eso ha instituido este sacramento de la comuni&oacute;n eucar&iacute;stica. Qu&eacute; comuni&oacute;n puede tener con el Se&ntilde;or el coraz&oacute;n que no perdona: &ldquo;En esto conocer&aacute;n que sois disc&iacute;pulos m&iacute;os si os am&aacute;is los unos a los otros... Si vas a ofrecer tu ofrenda y all&iacute; te acuerdas de que tienes algo contra tu hermano...&rdquo; Qu&eacute; comuni&oacute;n puede haber de Jes&uacute;s con los que adoran becerros de oro, o danzan bailes de lujuria o tienen su yo entronizado en su coraz&oacute;n y no se bajan del pedestal para que Dios sea colocado en el centro de su coraz&oacute;n... Esta es la verdadera comuni&oacute;n con el Se&ntilde;or. Las comuniones verdaderas nos hacen humildes y sencillos como &Eacute;l: &ldquo;Aprended de m&iacute; que soy manso y humilde de coraz&oacute;n...&rdquo;; nos llevan a ocupar los segundos puestos como &Eacute;l, a lavar los pies de los hermanos como &Eacute;l:&ldquo;Ejemplo os he dado, haced vosotros lo mismo&rdquo;; a perdonar siempre: &ldquo;Padre, perd&oacute;nales porque no saben lo que hacen&rdquo;. Una cosa es comer el cuerpo de Cristo y otra comulgar con Cristo. Comulgar es muy comprometido, es muy serio, es comulgar con la carne sacrificada y llena de sudor y sangre de Cristo, crucificarse por &Eacute;l en obediencia al Padre, es estar dispuesto a correr su misma suerte, a ser injuriado, perseguido, desplazado... a no buscar honores y prebendas, a buscar los &uacute;ltimos puestos... a pisar sus mismas huellas de sangre, de humillaci&oacute;n, de perd&oacute;n... es muy duro... y sin Cristo es imposible. Se&ntilde;or, llegar a esta comuni&oacute;n perfecta contigo, comulgar con tus actitudes y sentimientos de sacerdote y v&iacute;ctima, de adoraci&oacute;n hasta la muerte al Padre y de amor extremo a los hombres... me cuesta much&iacute;simo, bueno, lo veo imposible. Lo que pasa es que ya creo en Ti y al comulgar con frecuencia, te amo un poco m&aacute;s cada d&iacute;a y ya he empezado a sentirte y saber que existes de verdad, porque la Eucarist&iacute;a hace este milagro, y no s&oacute;lo como si fueras verdad, como si hubieras existido, sino como existente aqu&iacute; y ahora, porque la liturgia supera el espacio y el tiempo, es una cu&ntilde;a de eternidad metida en el tiempo y en nosotros; es Jesucristo vivo, vivo y resucitado, y ya por experiencia s&eacute; que eres verdad y eres la verdad... pasa como con el evangelio, s&oacute;lo lo comprendo en la medida en que lo vivo. Las comuniones eucar&iacute;sticas me van llevando, Se&ntilde;or, a la comuni&oacute;n vital contigo, a vivir poco a poco como T&uacute;. Y esta comuni&oacute;n vital, este proceso tiene que durar toda la vida, porque cuando ya creo que estoy purificado, que no me busco, sino que vivo tu vida... nuevamente vuelvo a caer en otra forma de amor propio y la comuni&oacute;n lit&uacute;rgica con tu muerte, resurrecci&oacute;n y vida me descubre otros modos de preferirme a Ti, de preferir mi vivir al tuyo, mis criterios a los tuyos, mi afectos a los tuyos, que hacen que esta comuni&oacute;n vital contigo no sea total, y otra vez la purificaci&oacute;n y la necesidad de Ti... as&iacute; que no puedo dejar de comulgar y de orar y de pedirte, porque yo no entiendo ni puedo hacer esta uni&oacute;n vital, vivir como T&uacute;, s&oacute;lo T&uacute; sabes y puedes y entiendes... para eso comulgo con hambre todos los d&iacute;as, por eso, me abandono a Ti, me entrego a Ti, conf&iacute;o en Ti, s&oacute;lo T&uacute; sabes y puedes. Y esto me llena de Ti y me hace feliz y ya no me imagino la vida sin Ti. La verdad es que ya no s&eacute; vivir sin Ti, sin comulgar y comer la Eucarist&iacute;a, que eres T&uacute;. El d&iacute;a que no quiera comulgar con tus sentimientos y actitudes, con tu vida, no tendr&eacute; hambre de ti; para vivir seg&uacute;n mis criterios, mi yo, mi soberbia, mi comodidad, mis pasiones, no tengo necesidad de comuni&oacute;n ni de Eucarist&iacute;a ni de sacramentos ni de Dios. Me basto a m&iacute; mismo. El mundo no tiene necesidad de Cristo, para vivir como vive, como un animalito, lleno de ego&iacute;smos y sensualismo y materialismos, se basta a s&iacute; mismo. Por eso el mundo est&aacute; necesitando siempre un salvador para librarle de todos sus pecados y limitaciones de criterios y acciones, y s&oacute;lo hay un salvador y &eacute;ste es Jesucristo. Y las &eacute;pocas hist&oacute;ricas, y las vidas personales s&oacute;lo son plenas y acertadas en la familia, en los matrimonios, entre los hombres, en la medida en que han cre&iacute;do y se han acercado a &Eacute;l. Jesucristo es la plenitud del hombre y de lo humano. Para eso &Eacute;l ha instituido este sacramento de la comuni&oacute;n eucar&iacute;stica: para estar cerca y ayudarnos, alimentarnos con su misma alegr&iacute;a de servir al Padre, experimentando su uni&oacute;n gozosa, llena de fogonazos de cielo y abrazos y besos del Viviente, de sentirnos amados por el mismo amor, luz y fuego a la vez, de la Sant&iacute;sima Trinidad... de sepultarnos en &Eacute;l para contemplar los paisajes del misterio de Dios, de escuchar al Padre canturreando su PALABRA, una Canci&oacute;n Eterna llena de Amor Personal, pronunciada a los hombres con ese mismo Amor Personal, que es Esp&iacute;ritu Santo, Vida y Amor y Alma del Padre y del Hijo. Para eso instituy&oacute; Cristo la sagrada comuni&oacute;n &iexcl;C&oacute;mo me amas, Se&ntilde;or! &iquest;Por qu&eacute; me amas tanto, qu&eacute; buscas en m&iacute;, qu&eacute; puedo yo darte que T&uacute; no tengas...? &iexcl;C&oacute;mo me ayudas y recompensas y estimulas mi apetito de Ti, mi hambre y deseo de Ti! Las almas eucar&iacute;sticas, que son muchas en parroquias, instituciones... en la Iglesia, no hubieran podido comulgar con los sufrimientos corredentores, que lleva consigo el cumplimiento del evangelio y de la voluntad de Dios y la purificaci&oacute;n de los pecados sin la comuni&oacute;n sacramental, sin la fuerza y la ayuda del Se&ntilde;or. Y es que solo cuando uno a trav&eacute;s de las comuniones ha llegado a comulgar de verdad con sus sentimientos y actitudes, es cuando es >llagado> vitalmente por su amor, y s&oacute;lo entonces ya ha empezado la amistad eterna que no se romper&aacute; nunca: &laquo;&iquest;Por qu&eacute; pues has llagado este coraz&oacute;n no le sanaste, y pues me los has robado, por qu&eacute; as&iacute; lo dejaste, y no tomas el robo que robaste? Descubre tu presencia, y m&aacute;teme tu rostro y hermosura, mira que la dolencia de amor no se cura sino con la presencia y la figura&raquo;. En la Iglesia y en el mundo nos faltan comuniones eucar&iacute;sticas, almas eucar&iacute;sticas, religiosos y sacerdotes eucar&iacute;sticos, padres y madres eucar&iacute;sticas, j&oacute;venes eucar&iacute;sticos, &iquest;d&oacute;nde est&aacute;n, con qui&eacute;n comulgan los j&oacute;venes de ahora&hellip;? ni&ntilde;as y ni&ntilde;os eucar&iacute;sticos, es decir, cristianos identificados con Cristo por la comuni&oacute;n eucar&iacute;stica. Esta purificaci&oacute;n o transformaci&oacute;n es larga y dolorosa: &iexcl;Cu&aacute;ntas l&aacute;grimas en tu presencia, Se&ntilde;or, d&iacute;as y noches, T&uacute; el &uacute;nico testigo... parece que nunca va a acabar el sufrimiento, a veces a&ntilde;os y a&ntilde;os... T&uacute; lo sabes! En ocasiones extremas uno siente deseos de decirte: Se&ntilde;or, ya est&aacute; bien, no seas tan exigente, en Palestina no lo eras... Cu&aacute;nta oscuridad, sequedad, desierto, dudas de Dios, de Cristo, de la Salvaci&oacute;n, soledad ante las pruebas de vida interior y exterior, complicaciones humanas, calumnias, sufrimientos personales y familiares, humillaciones externas e internas... &iexcl;lo que cuesta comulgar con Cristo! Especialmente con el Cristo eucar&iacute;stico, con el misterio eucar&iacute;stico que se hace presente en cada Eucarist&iacute;a, esto es, con tu pasi&oacute;n, muerte y resurrecci&oacute;n. Es m&aacute;s f&aacute;cil comulgar con un Cristo hecho a la medida de cada uno, parcial, de un aspecto o acci&oacute;n o palabra del evangelio, pero no con el Cristo eucar&iacute;stico, que me pone delante del Cristo entero y completo, que muere por amor extremo al Padre y a los hombres, obedeciendo, hasta dar la vida. Por eso, quien come Eucarist&iacute;a, quien comulga de verdad a Cristo Eucarist&iacute;a, se va haciendo poco a poco Eucarist&iacute;a perfecta, muere al pecado de cualquier clase que sea y va resucitando a la vida nueva que Cristo le comunica, va viviendo su misma vida, con sus mismos sentimientos de amor a Dios y entrega a los hombres. Quien come Eucarist&iacute;a termina haci&eacute;ndose Eucarist&iacute;a perfecta. En cada comuni&oacute;n le decimos: Jesucristo, Eucarist&iacute;a divina, T&uacute; lo has dado todo por nosotros, con amor extremo, hasta dar la vida. Tambi&eacute;n nosotros queremos darlo todo por Ti, porque para nosotros T&uacute; lo eres todo, yo quiero lo seas todo. Jesucristo Eucarist&iacute;a, yo creo en Ti; Jesucristo Eucarist&iacute;a, yo conf&iacute;o en Ti; Jesucristo Eucarist&iacute;a, T&uacute; eres el Hijo de Dios. El alma, que llega a esta primera y perfecta comuni&oacute;n con Cristo en la tierra, ya s&oacute;lo desea de verdad a Cristo, y todo lo dem&aacute;s es con &Eacute;l y por &Eacute;l. Lo expresamos tambi&eacute;n en este canto popular de la comuni&oacute;n, que tanto os deseo como vivencia a todos mis lectores, aunque a m&iacute; me falta mucho: &laquo;V&eacute;ante mis ojos, dulce Jes&uacute;s bueno, v&eacute;ante mis ojos, m&uacute;erame yo luego. Vea quien quisiere, rosas y jazmines, que si yo te viere, ver&eacute; mil jardines, flor de serafines, Jes&uacute;s Nazareno, v&eacute;ante mis ojos, m&uacute;erame yo luego. No quiero contento, mi Jes&uacute;s ausente, que todo es tormento, a quien esto siente. Solo me sustente tu amor y deseo, v&eacute;ante mis ojos, m&uacute;erame yo luego&raquo;. 5. 5. Frutos de la comuni&oacute;n eucar&iacute;stica. La comuni&oacute;n acrecienta nuestra uni&oacute;n y transformaci&oacute;n en Cristo En la descripci&oacute;n de los frutos de la Comuni&oacute;n sigo al Catecismo de la Iglesia Cat&oacute;lica: n&ordm; 11391-1397. Como toda comida alimenta y fortalece la vida, el alimento eucar&iacute;stico est&aacute; destinado a fortalecer nuestra vida en Cristo. &Eacute;ste es el efecto primero: Cristo entra como alimento espiritual en los comulgantes para estrechar cada vez m&aacute;s las relaciones transformantes, asimil&aacute;ndonos a su propia vida. En la &Uacute;ltima Cena, Jes&uacute;s se define a s&iacute; mismo como vid, cuyos sarmientos deben estar unidos a &Eacute;l para tener su misma vida y producir sus mismos frutos: &ordf;Permaneced en m&iacute; y yo en vosotros... quien permanece en m&iacute; y yo en &eacute;l, da mucho fruto, porque sin m&iacute; no pod&eacute;is hacer nada&rdquo; (Jn 15,5). La comuni&oacute;n tiene por tanto un efecto cristol&oacute;gico: as&iacute; como el cuerpo formado por el Esp&iacute;ritu Santo en el seno de la Virgen Madre se hizo una sola realidad en Cristo y fue la humanidad que sosten&iacute;a y manifestaba al Verbo de Dios, as&iacute; nosotros, comiendo este pan, que es Cristo, nos hacemos una &uacute;nica realidad con &Eacute;l y debemos vivir su misma vida:&ldquo;El que me come vivir&aacute; por m&iacute;&rdquo;. Recibir la Eucarist&iacute;a como comuni&oacute;n da como fruto principal la uni&oacute;n &iacute;ntima con Cristo Jes&uacute;s. En efecto, el Se&ntilde;or dice: &ldquo;Quien come mi Carne y bebe mi Sangre habita en m&iacute; y yo en &eacute;l&rdquo; (Jn 6,56). La vida en Cristo encuentra su fundamento en el banquete eucar&iacute;stico: &ldquo;Lo mismo que me ha enviado el Padre, que vive y yo vivo por el Padre, tambi&eacute;n el que me coma vivir&aacute; por m&iacute;&rdquo; (Jn 6,57). Lo expresa muy bien el Concilio de Florencia: &ldquo;El efecto de este sacramento es la adhesi&oacute;n del hombre a Cristo. Y puesto que el hombre es incorporado a Cristo y unido a sus miembros por medio de la gracia, dicho sacramento, en aquellos que lo reciben dignamente, aumenta la gracia y produce, para la vida espiritual, todos aquellos efectos que la comida y bebida naturales realizan en la vida sensible, sustentando, desarrollando, reparando, deleitando&rdquo;. Ser&iacute;a bueno meditar sobre esto. Lo que el alimento material produce en nuestra vida corporal, la comuni&oacute;n lo realiza de manera admirable en nuestra vida espiritual. La comuni&oacute;n con la Carne de Cristo resucitado, &laquo;vivificada por el Esp&iacute;ritu Santo y vivificante&raquo; (PO 5) conserva, acrecienta y renueva la vida de gracia recibida en el Bautismo. Este crecimiento de la vida cristiana necesita ser alimentado por la comuni&oacute;n eucar&iacute;stica, pan de nuestra peregrinaci&oacute;n, hasta el momento de la muerte, cuando nos sea dada como vi&aacute;tico. Por eso debemos acercarnos a este sacramento con hambre de Cristo, y consiguientemente con fe sincera y esperanza de que la acci&oacute;n transformadora de Cristo tenga efecto en nuestra vida. Acercarse a la comuni&oacute;n es recibir a Cristo como amigo en nuestro coraz&oacute;n, es dejar que tome posesi&oacute;n de nuestra vida. Y como nuestra debilidad en el orden sobrenatural es grande, tenemos necesidad de alimentarnos todos los d&iacute;as para tener en nosotros los mismos sentimientos que Cristo Jes&uacute;s. El poder de Cristo para transformarnos es omnipotente, pero nuestra voluntad es d&eacute;bil y enseguida tiende a separarse de Cristo para seguir sus propias inclinaciones. Nos queremos mucho y el ego, que est&aacute; metido en la carne y en el m&aacute;s profundo centro de nuestro ser, se opone a esta uni&oacute;n con Cristo. La comuni&oacute;n frecuente es necesaria si queremos vivir con Cristo y como Cristo, tener sus mismos sentimientos y actitudes. Y esto lo expresamos en el breve di&aacute;logo que mantenemos con el sacerdote que nos da la comuni&oacute;n: &ldquo;El cuerpo de Cristo&rdquo;, y respondemos: &ldquo;Am&eacute;n&rdquo;, queriendo as&iacute; reafirmar nuestra fe y fidelidad sincera a Cristo, con el que nos encontramos en ese momento. Nuestro &ldquo;am&eacute;n&rdquo;, nuestro &ldquo;s&iacute;&rdquo; implica en nosotros una misi&oacute;n de caridad, de celo apost&oacute;lico, de generosa obediencia y piedad filial. La comuni&oacute;n eucar&iacute;stica es una inyecci&oacute;n de vida sobrenatural en nosotros y un compromiso de vivir su misma vida. La comuni&oacute;n realiza, fortalece y alimenta nuestra uni&oacute;n espiritual y existencial con Cristo. 5. 6. La comuni&oacute;n perdona los pecados veniales y preserva de los mortales Cuando nos reunimos para celebrar la Eucarist&iacute;a, somos invitados a comulgar sacramental y espiritualmente con Jes&uacute;s en su propia pascua, a continuar el viaje pascual iniciado en santo bautismo que nos injert&oacute; a &Eacute;l, matando en nosotros al pecado, por la inmersi&oacute;n en las aguas bautismales y por la resurrecci&oacute;n a la vida nueva del Viviente y Resucitado por la emergencia de las mismas. Este poder de romper las ataduras del pecado, del ego&iacute;smo, orgullo, sensualidad, injusticias y dem&aacute;s ra&iacute;ces del pecado original que encontramos en nosotros, se potencia por medio de la comuni&oacute;n sacramental con Cristo en todos los comensales de la mesa eucar&iacute;stica. Muchos tienen la experiencia de la propia debilidad, sobre todo, en el campo moral. Hacen prop&oacute;sitos serios y se sienten humillados cuando no los cumplen. No debemos olvidar los ejemplos de Pedro y de los otros ap&oacute;stoles, que hab&iacute;a prometido fidelidad al Maestro y lo abandonaron. Y Jes&uacute;s lo sab&iacute;a y los perdon&oacute; y celebr&oacute; como prueba de ello la Eucarist&iacute;a en la primera aparici&oacute;n del Resucitado. La mejor ayuda para no pecar es la ayuda de Cristo Eucarist&iacute;a. Nunca debemos considerar la Eucarist&iacute;a como un premio o una recompensa apta s&oacute;lo para perfectos sino una ayuda para los que quieren vivir la vida de Cristo por la gracia de Dios. Nos debemos acercar a Cristo para que nos perdone y ayude y fortalezca, como la pecadora en la casa de Sim&oacute;n. &Eacute;ste es el sentido de la comida eucar&iacute;stica. Nos hacemos libres con Cristo, no somos esclavos de nadie ni de nada. El Cuerpo de Cristo que recibimos en la comuni&oacute;n es &ldquo;entregado por nosotros&rdquo; y la Sangre que bebemos es &ldquo;derramada por muchos para el perd&oacute;n de los pecados&rdquo;. Por eso la Eucarist&iacute;a no puede unirnos a Cristo sin purificarnos al mismo tiempo de los pecados cometidos y preservarnos de futuros pecados precisamente al comer su carne limpia y salvadora. &ldquo;Cada vez que lo recib&iacute;s, anunci&aacute;is la muerte del Se&ntilde;or&rdquo;(1Cor 11,26). &laquo;Si anunciamos la muerte del Se&ntilde;or, anunciamos tambi&eacute;n el perd&oacute;n de los pecados. Si cada vez que su Sangre es derramada, lo es para el perd&oacute;n de los pecados, debo recibirle siempre, para que siempre me perdone los pecados. Yo que peco siempre, debo tener siempre un remedio&raquo; (San Ambrosio, sacr. 4,28). Como el alimento corporal sirve para restaurar la p&eacute;rdida de fuerzas, la Eucarist&iacute;a fortalece la caridad que, en la vida cotidiana, tiende a debilitarse; y esta caridad vivificadora &ldquo;borra los pecados veniales&rdquo; (Concilio de Trento: DS. 1638). D&aacute;ndose a nosotros, Cristo reaviva nuestro amor a &Eacute;l y nos hace capaces de romper los lazos desordenados para vivir m&aacute;s en &Eacute;l: &ldquo;Porque Cristo muri&oacute; por nuestro amor, cuando hacemos conmemoraci&oacute;n de su muerte en nuestro sacrificio, pedimos que venga el Esp&iacute;ritu Santo y nos comunique el amor: suplicamos fervorosamente que aquel mismo amor que impuls&oacute; a Cristo a dejarse crucificar por nosotros sea infundido por el Esp&iacute;ritu Santo en nuestros corazones..., y llenos de caridad, muramos al pecado y vivamos para Dios&rdquo; (San Fulgencio de Ruspe, Fab.28,16-19). Por la misma caridad que enciende en nosotros, la Eucarist&iacute;a nos preserva de futuros pecados mortales. Cuanto m&aacute;s participamos en la vida de Cristo y m&aacute;s progresamos en su amistad, tanto m&aacute;s dif&iacute;cil se nos har&aacute; romper con &Eacute;l por el pecado mortal. La Eucarist&iacute;a no est&aacute; ordenada al perd&oacute;n de los pecados mortales, pero tiene toda la fuerza y el amor para hacerlo porque es la realizaci&oacute;n de la Alianza y del borr&oacute;n y cuenta nueva. Fue un tema muy discutido en Trento y lo es todav&iacute;a. La Eucarist&iacute;a es fuente de toda gracia, tambi&eacute;n de la gracia que perdona los pecados en el sacramento de la Penitencia. Es toda la salvaci&oacute;n y redenci&oacute;n de Cristo que se hace presente. Es el abrazo del perd&oacute;n del Padre por el Hijo. Es la Nueva Alianza. Si lo es, perdona los pecados. Es importante en este punto recordar la recomendaci&oacute;n dada por el Papa San P&iacute;o X para la comuni&oacute;n frecuente y cotidiana. El Papa reaccion&oacute; contra una mentalidad que tend&iacute;a a disminuir la frecuencia por sentimientos de indignidad. La conciencia de ser pecadores debe llevarnos al sacramento de la penitencia, pero esto no debe limitar su acercamiento a la comuni&oacute;n, que es nuestra ayuda, la ayuda del Se&ntilde;or contra el mal. &laquo;El deseo de Jesucristo y de la Iglesia, de que todos los fieles cristianos accedan cada d&iacute;a al convite sagrado, consiste principalmente en que los fieles, unidos a Dios por medio del sacramento, encuentren en &eacute;l la fuerza para dominar las pasiones, la purificaci&oacute;n de las culpas leves que cometamos cada d&iacute;a, y la preservaci&oacute;n de los pecados m&aacute;s graves, a los que est&aacute; expuesta la fragilidad humana; no es sobre todo para procurar el honor y la veneraci&oacute;n del Se&ntilde;or, ni para tener una recompensa o un premio por las virtudes practicadas. Por esto, el sagrado concilio de Trento llama a la Eucarist&iacute;a &ldquo;ant&iacute;doto&rdquo;, gracias al cual nos libramos de las culpas cotidianas y nos preservamos de los pecados mortales&raquo; (DS 3375). 5. 7 La Eucarist&iacute;a hace la iglesia: caridad fraterna La Eucarist&iacute;ahace la Iglesia y la Iglesia hace la Eucarist&iacute;a. La comuni&oacute;n renueva, fortalece y profundiza la incorporaci&oacute;n a la Iglesia realizada por el Bautismo: &ldquo;Puesto que todos comemos un mismo pan, formamos un solo cuerpo&rdquo; (1Cor 10, 17). De aqu&iacute; el fruto y la exigencia de caridad fraterna para celebrar la Eucarist&iacute;a. En la &Uacute;ltima Cena se manifiesta claramente que la Eucarist&iacute;a en la intenci&oacute;n de Cristo es fuente de caridad y debe fomentar el amor fraterno, porque ha sido el momento elegido por el Se&ntilde;or para darnos el mandato nuevo del amor fraterno. Uniendo nuestra voluntad a la de Cristo podemos esperar de &Eacute;l la fuerza necesaria para el aumento de amor y la reconciliaci&oacute;n fraterna deseada. Como comida sacrificial, la Eucarist&iacute;a tiende a comunicar a los participantes el amor que inspir&oacute; el sacrificio de Cristo en obediencia al Padre por amor extremo a sus hermanos, los hombres. El primer efecto de la comida eucar&iacute;stica es una uni&oacute;n m&aacute;s &iacute;ntima con Cristo, como hemos dicho. Pero por este mismo efecto, porque comemos todos el mismo Cristo, se produce inseparablemente otro efecto: la uni&oacute;n m&aacute;s profunda entre todos los que viven la vida de Cristo, es decir, la uni&oacute;n de su Cuerpo M&iacute;stico, la Iglesia. La Eucarist&iacute;a estimula el crecimiento del Cuerpo entero, Cabeza y miembros, en fidelidad al mandato recibido y realizado por el Se&ntilde;or: &ldquo;Amaos los unos a los otros como yo os he amado&rdquo; (Jn 13,34). La Eucarist&iacute;a tiende a desarrollar todos los aspectos y todas las actitudes del amor rec&iacute;proco, de tal forma que de la Cabeza, que es Cristo,&ldquo;se procura el crecimiento del cuerpo, para construcci&oacute;n de s&iacute; mismo en el amor&rdquo; (Ef 4,16). Jes&uacute;s no ha hecho s&oacute;lo un himno a la caridad sino que ha indicado el modelo:&ldquo;como yo os he amado&rdquo;; propone su vida como modelo de caridad y perd&oacute;n. La comuni&oacute;n no termina en la uni&oacute;n con Cristo sino que con &Eacute;l, en &Eacute;l y por &Eacute;l nos unimos a toda la Iglesia. Por ello mismo, Cristo los une a todos los fieles en un solo cuerpo: la Iglesia. La Comuni&oacute;n renueva, fortifica, profundiza esta incorporaci&oacute;n a la Iglesia realizada ya por el Bautismo. Por el Bautismo fuimos llamados a formar un solo cuerpo en Cristo. La Comuni&oacute;n lo perfecciona y completa: &ldquo;El c&aacute;liz de bendici&oacute;n que bendecimos &iquest;no es acaso comuni&oacute;n con la sangre de Cristo? y el pan que partimos &iquest;no es comuni&oacute;n con el Cuerpo de Cristo? Porque aun siendo muchos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un solo pan&rdquo; (1Co 10, 16-17). &laquo;Si vosotros mismos sois Cuerpo y miembros de Cristo, sois el sacramento que es puesto sobre la mesa del Se&ntilde;or, y recib&iacute;s este sacramento vuestro. Respond&eacute;is &ldquo;am&eacute;n&rdquo; (es decir, <s&iacute;> <es verdad>) a lo que recib&iacute;s, con lo que respondiendo, lo reafirm&aacute;is. Oyes decir &laquo;el Cuerpo de Cristo&raquo;, y respondes <am&eacute;n>. Por lo tanto, s&eacute; t&uacute; verdadero miembro de Cristo para que tu &ldquo;am&eacute;n&rdquo; sea tambi&eacute;n verdadero&raquo; (San Agust&iacute;n, serm. 272). El Vaticano II, al hablar del Obispo como sumo sacerdote de su Iglesia local, nos dice: &laquo;...en la Eucarist&iacute;a que &eacute;l mismo (obispo) ofrece o procura que sea ofrecida y en virtud de la cual vive y crece la Iglesia&hellip; se celebra el misterio de la cena del Se&ntilde;or a fin de que por el cuerpo y la sangre del Se&ntilde;or quede unida toda la fraternidad. En toda comunidad de altar, bajo el ministerio sagrado del obispo, se manifiesta el s&iacute;mbolo de aquel amor y unidad del Cuerpo M&iacute;stico de Cristo sin el cual no puede haber salvaci&oacute;n&raquo; (LG 24). 5. 8. La Eucarist&iacute;a compromete en favor de los pobres. Este amor fraterno lleva consigo una predilecci&oacute;n cristiana especial por los pobres, como en la vida de Jes&uacute;s: &ldquo;Lo que hicisteis con cualquiera de estos, conmigo lo hicisteis&rdquo;. Es impresionante el modo en el que San Juan Cris&oacute;stomo advert&iacute;a la plena uni&oacute;n entre celebraci&oacute;n de la Eucarist&iacute;a y el compromiso de caridad con los pobres. Seg&uacute;n &eacute;l, la participaci&oacute;n en la mesa del Se&ntilde;or no permite incoherencias entre Eucarist&iacute;a y caridad con los pobres: &laquo;&iexcl;Que ning&uacute;n Judas se acerque a la mesa!, -exclama en una homil&iacute;a- &iexcl;...porque no era de plata aquella mesa, ni de oro el c&aacute;liz, del cual Cristo dio su sangre a sus disc&iacute;pulos...! &iquest;Quieres honrar el cuerpo de Cristo? No permitas que &eacute;l est&eacute; desnudo: y no lo honres aqu&iacute; en la iglesia con telas de seda, para despu&eacute;s tolerar, fuera de aqu&iacute;, que &eacute;l mismo muera de fr&iacute;o y de desnudez. El que ha dicho: &ldquo;Esto es mi cuerpo&rdquo;, ha dicho tambi&eacute;n: &ldquo;Me hab&eacute;is visto con hambre y no me hab&eacute;is dado de comer&rdquo;, y &ldquo;lo que no hab&eacute;is hecho a uno de mis peque&ntilde;os, no lo hab&eacute;is hecho conmigo&rdquo;. Aprendamos, pues, a ser sabios, y a honrar a Cristo como &Eacute;l quiere, gastando las riquezas en los pobres. Dios no tiene necesidad de utensilios de oro sino del alma de oro. &iquest;Qu&eacute; ventajas hay si su mesa est&aacute; llena de c&aacute;lices de oro, cuando &Eacute;l mismo muere de hambre? Primero sacia el hambre del hambriento, y entonces con lo superfluo ornamenta su mesa&raquo;[1]. Y el mismo santo doctor comenta en otro lugar: &laquo;&iquest;Has gustado la sangre del Se&ntilde;or y no reconoces a tu hermano? Deshonras esta mesa, no juzgando digno de compartir tu alimento al que ha sido juzgado digno de participar en esta mesa. Dios te ha liberado de todos los pecados y te ha invitado a ella. Y t&uacute;, a&uacute;n as&iacute;, no te has hecho m&aacute;s misericordioso&raquo;[2]. 5. 9. 1. La Eucarist&iacute;a, prenda de la gloria futura En una antigua ant&iacute;fona de la fiesta del Corpus Christi rezamos: &laquo;&iexcl;Oh sagrado banquete, en que Cristo es nuestra comida, se celebra el memorial de su Pasi&oacute;n, el alma se llena de gracia y se nos da la prenda de la gloria futura!&raquo;. Llamamos a la Eucarist&iacute;a prenda de la gloria futura y anticipaci&oacute;n de la vida eterna, porque nos hace part&iacute;cipes del germen de nuestra resurrecci&oacute;n, que es Cristo resucitado y glorioso, bien &uacute;ltimo y conclusivo del proyecto del Padre. La Eucarist&iacute;a y la comuni&oacute;n son prenda del cielo: &ldquo;El que coma de este pan tiene vida eterna... vivir&aacute; para siempre&rdquo;. La uni&oacute;n con Cristo resucitado nos va transformando en cada Eucarist&iacute;a en carne de resurrecci&oacute;n. Es verdaderamente el sacramento de la esperanza cristiana. Si la Eucarist&iacute;a es el memorial de la Pascua del Se&ntilde;or y si por nuestra comuni&oacute;n en el altar somos colmados &laquo;de gracia y bendici&oacute;n&raquo;, la Eucarist&iacute;a es tambi&eacute;n la anticipaci&oacute;n de la gloria celestial, puesto que recibimos al que los &aacute;ngeles y los santos contemplan resplandeciente en el banquete del reino, al Cristo glorioso y resucitado. La Iglesia sabe que, ya ahora, el Se&ntilde;or resucitado, el Viviente, viene en la Eucarist&iacute;a y que est&aacute; ah&iacute; en medio de nosotros. Sin embargo, esta presencia est&aacute; velada. Por eso celebramos la Eucarist&iacute;a &laquo;mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo&raquo;, como rezamos en la Eucarist&iacute;a, pidiendo adem&aacute;s &laquo;entrar en tu reino, donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria; all&iacute; enjugar&aacute;s las l&aacute;grimas de nuestros ojos porque, al contemplarte como T&uacute; eres, Dios nuestro, seremos para siempre semejantes a Ti y cantaremos eternamente tus alabanzas, por Cristo, Se&ntilde;or Nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes&raquo; (Plegaria III). De esta gran esperanza, la de los cielos nuevos y la tierra nueva, la de los bienes &uacute;ltimos escatol&oacute;gicos, no tenemos prenda m&aacute;s segura, signo m&aacute;s manifiesto que la Eucarist&iacute;a. En efecto, cada vez que se celebra este misterio &laquo;se realiza la obra de nuestra redenci&oacute;n&raquo; (Plegaria III) y &laquo;partimos un mismo pan que es remedio de inmortalidad, ant&iacute;doto para no morir, sino para vivir en Jesucristo para siempre&raquo; (San Ignacio de Antioquia, Eph.20,2). 5. 9. 2. Dimensi&oacute;n escatol&oacute;gica. Ahora bien, la Iglesia, que se manifiesta en un determinado lugar, cuando se re&uacute;ne para celebrar la Eucarist&iacute;a, no est&aacute; formada &uacute;nicamente por los que integran la comunidad terrena. Existe una iglesia invisible, la &ldquo;Jerusal&eacute;n celeste&rdquo;, que desciende de arriba (Ap. 21, 2); por eso, &laquo;en la liturgia terrena pregustamos y nos unimos por el Viviente a la liturgia celestial, que se celebra en la ciudad santa, Jerusal&eacute;n del cielo, hacia la cual nos dirigimos como peregrinos, donde Cristo est&aacute; sentado a la derecha del Padre como ministro del santuario y del tabern&aacute;culo verdadero&raquo; (SC.8). Por la comuni&oacute;n eucar&iacute;stica, nos unimos tambi&eacute;n a los fieles difuntos que se purifican a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegr&iacute;a del cielo. La comuni&oacute;n en la Eucarist&iacute;a es el m&aacute;s excelente sufragio por los difuntos y el signo m&aacute;s expresivo de las exequias. Asistida por el Esp&iacute;ritu Santo, la Iglesia peregrinante se mantiene fiel al mandato de comer el pan y beber el c&aacute;liz, anunciando la muerte y proclamando la resurrecci&oacute;n del Se&ntilde;or a fin de que venga de nuevo para consumar su obra: &ldquo;Pues cuantas veces com&aacute;is &eacute;ste pan y beb&aacute;is este c&aacute;liz, anunci&aacute;is la muerte del Se&ntilde;or hasta que &Eacute;l venga&rdquo; (1Co 11, 26). Bajo la acci&oacute;n del Esp&iacute;ritu Santo toda celebraci&oacute;n de la Eucarist&iacute;a es s&uacute;plica ardiente de la esposa: &laquo;marana tha&raquo; . &Eacute;ste es el grito de toda la asamblea cuando se hace presente el Se&ntilde;or por la consagraci&oacute;n: &ldquo;Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrecci&oacute;n, ven, Se&ntilde;or Jes&uacute;s&rdquo;. Un fil&oacute;sofo franc&eacute;s, Gabriel Marcel, ha escrito: &laquo;Amar a alguien es decirle: t&uacute; no morir&aacute;s&raquo;. Esto es lo que nos dice en cada Eucarist&iacute;a Aquel, que ha vencido a la muerte: Os quiero, vosotros no morir&eacute;is. Y en la comuni&oacute;n eucar&iacute;stica nos lo dice particularmente a cada uno. Que este deseo de Cristo, pronunciado y celebrado con palabras y gestos suyos en la santa Eucarist&iacute;a y comuni&oacute;n, nos haga vivir seguros y confiados en su amor y salvaci&oacute;n y lo hagamos vida en nosotros para gozo de la Sant&iacute;sima Trinidad, en la que nos sumergimos ya por la vida de Aquel, que, siendo Dios, se hizo hombre y muri&oacute; por nosotros, para que todos pudi&eacute;ramos vivir por la comuni&oacute;n eucar&iacute;stica la Vida, la Sabidur&iacute;a y el Amor del Dios &Uacute;nico y Trinitario: PADRE, HIJO Y ESP&Iacute;RITU SANTO. 5. 10. Al comulgar, me encuentro en vivo con todos los dichos y hechos salvadores del Se&ntilde;or La instrucci&oacute;n Eucharisticum mysterium lo expresa as&iacute;: &laquo;La piedad, que impulsa a los fieles a acercarse a la sagrada comuni&oacute;n, los lleva a participar m&aacute;s plenamente en el misterio pascual... permaneciendo ante Cristo el Se&ntilde;or, disfrutan de su trato &iacute;ntimo, le abren su coraz&oacute;n pidiendo por s&iacute; mismos y por todos los suyos y ruegan por la paz y la salvaci&oacute;n del mundo. Ofreciendo su vida al Padre por el Esp&iacute;ritu Santo, sacan de este trato admirable un aumento de su fe, esperanza y caridad&raquo; (n 50). &ldquo;&iquest;C&oacute;mo pagar&eacute; al Se&ntilde;or todo el bien que me ha hecho? Alzar&eacute; la copa de la salvaci&oacute;n, invocando su nombre&rdquo; (Sal.116). Estas palabras de un salmo pascual de acci&oacute;n de gracias brotan de lo m&aacute;s hondo de nuestro coraz&oacute;n ante el misterio que estamos celebrando: la Eucarist&iacute;a, Nueva Pascua y Nueva Alianza por su sangre derramada por amor extremo a sus hermanos los hombres. &laquo;Reunidos en comuni&oacute;n con toda la Iglesia&raquo;, con el Papa, los Obispos, la Iglesia entera, vamos a levantar el c&aacute;liz eucar&iacute;stico invocando el nombre de Dios, alab&aacute;ndole, d&aacute;ndole gracias y ofreciendo la v&iacute;ctima santa para pedir al Padre una nueva efusi&oacute;n de su Esp&iacute;ritu transformante para todos nosotros. Junto al Cuerpo y la Sangre de Cristo, Hijo de Dios, entregado por amor y presente en todos los sagrarios de la tierra, piadosamente custodiado por la fe y el amor de todos los creyentes, hemos de meditar una vez m&aacute;s en las maravillas de este misterio, para reencontrarnos as&iacute; con el mismo Cristo de ayer, de hoy y de siempre, con todos sus hechos y dichos salvadores, con su Encarnaci&oacute;n y Predicaci&oacute;n, con el mismo Cristo de Palestina, y llenarnos as&iacute; de sus mismas actitudes de entrega y amor al Padre y a los hombres, que nos lleven tambi&eacute;n a nosotros a dar la vida por entrega a los hermanos y obediencia de adoraci&oacute;n al Padre, en una vida y muerte como la suya. Queremos compartir, con todos los hermanos y hermanas en la fe, nuestra convicci&oacute;n profunda de que el Se&ntilde;or est&aacute; siempre con nosotros para alimentarnos y ayudarnos y, en consecuencia, que la Eucarist&iacute;a, que &Eacute;l entreg&oacute; a la iglesia como memorial permanente de su sacrificio pascual, es &ldquo;centro, fuente y culmen&rdquo; de la vida de la comunidad cristiana, porque nos permite encontrarnos con la misma persona y los mismos hechos salvadores del Dios encarnado. Encarnaci&oacute;n y Eucarist&iacute;a. La Encarnaci&oacute;n y la Eucarist&iacute;a no son dos misterios separados sino que se iluminan mutuamente y alcanzan el uno al lado del otro un mayor significado, al hacernos la Eucarist&iacute;a compartir hoy la vida divina de aquel que se ha dignado compartir con el hombre (encarnaci&oacute;n) la condici&oacute;n humana. Est&aacute; claro que en la comuni&oacute;n eucar&iacute;stica el Hijo de Dios no se encarna en cada uno de los fieles que le comulgan, como lo hizo en el seno de Mar&iacute;a, sino que nos comunica su misma vida divina, como &Eacute;l mismo prometi&oacute;: &ldquo;Yo soy el pan vivo bajado del cielo; si alguno come de este pan, vivir&aacute; para siempre, y el pan que yo le dar&eacute; es mi carne, vida del mundo&rdquo; (Jn 6, 48). De esta forma, la Eucarist&iacute;a culmina y perfecciona la incorporaci&oacute;n a Cristo realizada en el Bautismo y la Confirmaci&oacute;n, y en Cristo y por Cristo, formamos un solo cuerpo con &Eacute;l y con los hermanos, los que comemos el mismo pan: &ldquo;Porque el pan es uno, somos muchos un solo cuerpo, pues todos participamos de ese &uacute;nico pan&rdquo; (1Co 10,17). Esta uni&oacute;n estrech&iacute;sima entre Encarnaci&oacute;n y Eucarist&iacute;a, entre el Cristo de ayer y de hoy, entre el Cristo hecho presente por la Encarnaci&oacute;n y la Eucarist&iacute;a, es posible y real porque &laquo;lo que en la plenitud de los tiempos se realiz&oacute; por obra del Esp&iacute;ritu Santo, solamente por obra suya puede surgir ahora de la memoria de la iglesia&raquo;. Es el Esp&iacute;ritu Santo y solamente &Eacute;l, quien no s&oacute;lo es &laquo;memoria viva de la iglesia&raquo;, porque con su luz y sus dones nos facilita la inteligencia espiritual de estos misterios y de todo lo contenido en la palabra de Dios, sino que su acci&oacute;n, invocada en la ep&iacute;clesis del sacramento, nos hace presente (memorial) las maravillas narradas en la an&aacute;mnesis (memoria) de todos los sacramentos y actualiza y hace presente en el rito sacramental los acontecimientos salv&iacute;ficos que son celebrados, desde la Encarnaci&oacute;n hasta la subida a los cielos, especialmente el misterio pascual, centro y culmen de toda acci&oacute;n lit&uacute;rgica. Presencia permanente Y esta presencia de Cristo en la celebraci&oacute;n de la santa Eucarist&iacute;a no termina con ella, sino que existe una continuidad temporal de su morada en medio de nosotros como &Eacute;l hab&iacute;a prometido repetidas veces durante su vida. En el sagrario es el eterno Enmanuel, Dios con nosotros, todos los d&iacute;as hasta el fin del mundo (Mt 28,20). Es la presencia real por antonomasia, no meramente simb&oacute;lica, sino verdadera y sustancial. Por esta maravilla de la Eucarist&iacute;a, aquel, cuya delicia es &ldquo;estar con los hijos de los hombres&rdquo; (cf Pr 8, 31) lleva dos mil a&ntilde;os poniendo de manifiesto, de modo especial en este misterio, que&ldquo;la plenitud de los tiempos&rdquo; (cf.Ga 4,4) no es un acontecimiento pasado sino una realidad en cierto modo presente mediante los signos sacramentales que lo perpet&uacute;an. Esta presencia permanente de Jesucristo hac&iacute;a exclamar a santa Teresa de Jes&uacute;s: &laquo;H&eacute;le aqu&iacute; compa&ntilde;ero nuestro en el sant&iacute;simo sacramento, que no parece fue en su mano apartarse un momento de nosotros&raquo; (Vida, 22,26). Desde esta presencia Jes&uacute;s nos sigue repitiendo y realizando todos sus dichos y hechos salvadores. Pan de Vida Pero la Eucarist&iacute;a tambi&eacute;n, seg&uacute;n el deseo del mismo Cristo, quiere ser el alimento de los que peregrinan en este mundo. &ldquo;Yo soy el pan de vida, quien come de este pan, vivir&aacute; eternamente, si no com&eacute;is mi carne y no beb&eacute;is mi sangre no ten&eacute;is vida en vosotros; el que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna&hellip;&rdquo; (Jn 6, 54-55). La Eucarist&iacute;a es el pan de vida, en cualquier necesidad de bienes b&aacute;sicos de vida o de gracia, de salud, de consuelo, de justicia y libertad, de muerte o de vida, de misericordia o de perd&oacute;n...debe ser el alimento sustancial para el ni&ntilde;o que se inicia en la vida cristiana o para el joven o adulto que sienten la debilidad de la carne, en la lucha diaria contra el pecado, especialmente como vi&aacute;tico para los que est&aacute;n a punto de pasar de este mundo a la casa del Padre. La Eucarist&iacute;a es el mejor alimento para la eternidad, para llegar hasta el final del viaje con fuerza, fe, amor y esperanza. La comuni&oacute;n sacramental produce tal grado de uni&oacute;n personal de los fieles con Jesucristo que cada uno puede hacer suya la expresi&oacute;n de San Pablo: &ldquo;vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en m&iacute;&rdquo; (Ga 2,20). La comuni&oacute;n sacramental con Cristo nos hace part&iacute;cipes de sus actitudes de entrega, de amor y misericordia, de sus ansias de glorificaci&oacute;n del Padre y salvaci&oacute;n de los hombres. Lo contrario ser&iacute;a comer, pero no comulgar el cuerpo de Cristo o hacerlo indignamente, como nos recuerda Pablo en la primera a los Corintios: (cf 1Co 11, 18-21). En la Eucarist&iacute;a todos somos invitados por el Padre a formar la &uacute;nica iglesia, como misterio de comuni&oacute;n con &Eacute;l y con sus hijos: &ldquo;La sabidur&iacute;a ha preparado el banquete, mezclado el vino y puesto la mesa; ha despachado a sus criados para que lo anuncien en los puestos que dominan la ciudad: venid a comer mi pan y a beber el vino que he mezclado&rdquo; (Pr 9,2-3.5). No podemos, por tanto, rechazar la invitaci&oacute;n y negarnos a entrar como el hijo mayor de la par&aacute;bola (cf. Lc 15, 28.30). Entremos, pues, con gozo a esta casa de Dios y sent&eacute;monos a la mesa que nos tiene preparada para celebrar el banquete de bodas de su Hijo y comamos el pan de la vida preparado por &Eacute;l con tanto amor y deseos. De la Eucarist&iacute;a como comuni&oacute;n, a la misi&oacute;n Cuando la Eucarist&iacute;a se celebra en lat&iacute;n, la despedida del presidente es &laquo;pod&eacute;is ir en paz&raquo;, que en lat&iacute;n se dice: &laquo;Ite, missa est&raquo;. &laquo;Mitto, missus&raquo;significa enviar. La liturgia del misterio celebrado env&iacute;a e invita a todos a cumplir en su vida ordinaria lo que all&iacute; han celebrado. Enraizados en la vid, los sarmientos son llamados a dar fruto abundante: &ldquo;Yo soy la vid, vosotros sois los sarmientos&rdquo;. En efecto, la Eucarist&iacute;a, a la vez que corona la iniciaci&oacute;n de los creyentes en la vida de Cristo, los impulsa a su vez a anunciar el evangelio y a convertir en obras de caridad y de justicia cuanto han celebrado en la fe. Por eso, la Eucarist&iacute;a es la fuente permanente de la misi&oacute;n de la Iglesia. All&iacute; encontraremos a Cristo que nos dice a todos: &ldquo;Id y anunciad a mis hermanos... amaos los unos a los otros... id al mundo entero...&rdquo; 5. 11 En la Eucarist&iacute;a se encuentra la fuente y la cima de todo apostolado La centralidad de la Eucarist&iacute;a en la vida cristiana ha de concebirse como algo din&aacute;mico, no est&aacute;tico, que tira de nosotros desde las regiones mas apartadas de nuestra tibieza espiritual y nos une a Jesucristo que nos toma como humanidad supletoria para seguir cumpliendo su tarea de adorador del Padre, intercesor de los hombres, redentor de todos los pecados del mundo y salvador y garante de la vida nueva nacida de la nueva pascua, el nuevo paso de lo humano a la tierra prometida de lo divino. En cada Eucarist&iacute;a se nos aparece Cristo para realizar todo su misterio de Encarnaci&oacute;n y para explicarnos las Escrituras y su proyecto de Salvaci&oacute;n y para que le reconozcamos al partirnos el pan de vida. La Eucarist&iacute;a es entonces un encuentro personal y eclesial, &iacute;ntimo y vivencial con &Eacute;l, un momento cargado de sentido salvador y trascendente para quienes le amamos y queremos compartir con &Eacute;l la existencia. Y, como la Eucarist&iacute;a no es una gracia m&aacute;s sino Cristo mismo en persona, se convierte en fuente y cima de toda la vida de la Iglesia, dado que &ldquo;los dem&aacute;s sacramentos, al igual que todos los ministerios eclesi&aacute;sticos y las obras de apostolado, est&aacute;n unidos con la Eucarist&iacute;a y a ella se ordenan&rdquo; (PO 5; LG 10; SC. 41). Por eso, la Eucarist&iacute;a, como misterio de unidad y de amor de Dios con los hombres y de los hombres entre s&iacute;, es referencia esencial, criterio y modelo de la vida de la Iglesia en su totalidad y para cada uno de los ministerios y servicios. HOMIL&Iacute;A DE JUEVES SANTO QUERIDOS HERMANOS: Ninguna lengua de hombre ni de &aacute;ngel podr&aacute; jam&aacute;s alabar suficientemente el designio y el amor de Cristo, al instituir la sagrada Eucarist&iacute;a. Nadie ser&aacute; capaz de explicar ni de comprender lo que ocurri&oacute; aquella tarde del Jueves Santo, lo que sigue aconteciendo cada vez que un sacerdote pronuncia las palabras de la consagraci&oacute;n sobre un trozo de pan. Todos los esfuerzos del coraz&oacute;n humano son incapaces de penetrar ese n&uacute;cleo velado, que cubre el misterio, y que s&oacute;lo admite una palabra, la que la Iglesia ha introducido en el mismo coraz&oacute;n de la liturgia eucar&iacute;stica: &laquo;Mysterium fidei&raquo;: &laquo;Este es el misterio de nuestra fe&raquo;. Y la liturgia copta responde a esta afirmaci&oacute;n: &laquo;Am&eacute;n, es verdad, nosotros lo creemos&raquo;. Fray Antonio de Molina, monje de Miraflores, escribi&oacute; hace tres siglos y medio esta p&aacute;gina vibrante y llena de amor eucar&iacute;stico: &laquo;Si se junta la caridad que han tenido los hombres desde el principio del mundo hasta ahora y tendr&aacute;n los que hubiere hasta el fin de &eacute;l, y los m&eacute;ritos de todos y las alabanzas que han dado a Dios, aunque entren en cuenta las pasiones y tormentos de todos los m&aacute;rtires y los ejercicios y virtudes de todos los santos, profetas, patriarcas, monjes... y finalmente, junta toda la virtud y perfecci&oacute;n que ha habido y habr&aacute; de todos los santos hasta que se acabe el mundo... Todo esto junto no da a Dios tanta honra ni tan perfecta alabanza ni le agrada tanto como una sola Eucarist&iacute;a, aunque sea dicha, por el m&aacute;s pobre sacerdote del mundo&raquo;. Queridos hermanos, el Jueves Santo fue la primera Eucarist&iacute;a del primer sacerdote del Nuevo Testamento: Jesucristo. Pero si grande fue el misterio, grande fue tambi&eacute;n el marco. Otros a&ntilde;os, en el Jueves Santo, atra&iacute;do por la excelencia del misterio eucar&iacute;stico, que es el centro y coraz&oacute;n de todo este d&iacute;a, no ten&iacute;amos tiempo para contemplar el marco grandioso que encuadra aquella primera Eucarist&iacute;a de Jesucristo. Hoy vamos a meditar sobre este marco y vamos a tratar de explicarlo con palabras luminosas, suaves y meditativas. Este a&ntilde;o nos quedaremos en el pr&oacute;logo del gran misterio. Siguiendo el relato que San Juan nos hace en su evangelio, podemos captar los hechos y matices que acontecieron en aquella noche llena de amores y desamores, donde se cruzaron la traici&oacute;n de Judas al Se&ntilde;or por dinero, juntamente con la huida y el abandono de los once por miedo y los deseos de salvaci&oacute;n y entrega total por parte de Cristo, en un cruce de sentimientos y contrastes de caminos humanos y divinos, que es el Jueves Santo. Nos dice San Juan:&ldquo;Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jes&uacute;s que llegaba su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los am&oacute; hasta el extremo&rdquo;. &ldquo;Sabiendo...&rdquo; Jes&uacute;s sab&iacute;a lo que ten&iacute;a que hacer, aquello para lo que se hab&iacute;a ofrecido al Padre en el seno de la Trinidad:&ldquo;Padre, no quieres ofrendas y sacrificios, aqu&iacute; estoy yo para hacer tu voluntad...&rdquo; los Ap&oacute;stoles barruntaban tambi&eacute;n algo especial aquella tarde; San Juan, como reclin&oacute; la cabeza sobre el coraz&oacute;n de Cristo, capt&oacute; m&aacute;s profundamente este dramatismo. Hay dos formas principales de conocer las cosas para los humanos: por el coraz&oacute;n o por la raz&oacute;n. Si el objeto de conocimiento no es pura materia, no es puro c&aacute;lculo, el coraz&oacute;n capta mejor el objeto, poni&eacute;ndose en contacto de amor y sentimientos con &eacute;l. La Eucarist&iacute;a no es pura materia muerta o pura verdad abstracta, quien se acerque a ella as&iacute;, no la capta; aqu&iacute; no es suficiente la fe seca y puramente te&oacute;rica; la Eucarist&iacute;a es una realidad en llamas, es Jesucristo vivo, vivo y resucitado, amando hasta el extremo, y hay que arder en amor y fe viva para captarla. La Eucarist&iacute;a no es una cosa, es una persona amando con pasi&oacute;n, es Jesucristo amando hasta donde nunca comprenderemos los hombres. Sin amor no es posible captarla, sentirla y vivirla; sin fe viva, no la experimentamos, y si no la experimentamos, no la comprendemos. Es puro rito y ceremonia. S&oacute;lo se comprende si se vive. Por eso, aunque siempre es eficaz en s&iacute; misma, a unos no les dice nada y a otros, a los santos y vivientes, los llena de su amor, de su amor vivo y quemante. Queridos hermanos, no os acerqu&eacute;is nunca al Cristo del Jueves Santo, al Cristo de todas las Eucarist&iacute;as, no os acerqu&eacute;is a ning&uacute;n sagrario de la tierra, no comulgu&eacute;is nunca sin hambre, sin ansias de amor o al menos sin deseos de ser inflamados; si no am&aacute;is o no quer&eacute;is amar como &Eacute;l, no captar&eacute;is nada. Por eso, Se&ntilde;or, qu&eacute; verg&uuml;enza siento, Se&ntilde;or, por este coraz&oacute;n m&iacute;o, tan sensible para otros amores humanos, para los afectos terrenos y tan duro e insensible para Ti, para tu pan consagrado, para tu entrega total y eucar&iacute;stica, tan insensible para Ti; celebro y comulgo sin hambre, sin deseos de Ti, sin deseos de uni&oacute;n y amistad contigo. Pero T&uacute; siempre nos perdonas y sigues esperando, empezar&eacute; de nuevo, aquella primera Eucarist&iacute;a tampoco fue plena, Judas te traicion&oacute;, los Ap&oacute;stoles estaban distra&iacute;dos; s&oacute;lo Juan, porque amaba, porque sinti&oacute; los latidos de tu coraz&oacute;n y se entreg&oacute; y confi&oacute; totalmente en Ti, comprendi&oacute; tus palabras y tus gestos y nos los transmiti&oacute; con hondura. Por eso, queridos hermanos, esta tarde, lo primero que hemos de pedirle a Jes&uacute;s es su amor, que nos haga part&iacute;cipes del amor que siente por nosotros y as&iacute; podremos comprenderle y comprender sus gestos de entrega y donaci&oacute;n, porque el Cristo del Jueves Santo es amor, solo amor entregado y derramado en el pan que se entrega y se reparte, en la sangre que se derrama por todos nosotros. Podr&iacute;amos aplicarle aquellos versos del alma enamorada, que, buscando sus amores, que se concentran s&oacute;lo en Cristo, lo deja todo y pasa todas las mortificaciones necesarias de la carne y los sentidos, todas las pruebas de fe y purificaciones de afectos y amor a s&iacute; mismo para llegar hasta Cristo: &ldquo;Buscando mis amores ir&eacute; por esos montes y riberas; ni coger&eacute; las flores, ni temer&eacute; las fieras y pasar&eacute; los fuertes y fronteras&rdquo; (C&aacute;ntico Espiritual, 3). Esto lo hizo realidad el Se&ntilde;or con su Encarnaci&oacute;n, atraves&oacute; los l&iacute;mites del espacio y del tiempo para hacerse hombre y ahora contin&uacute;a venciendo los nuevos l&iacute;mites, para hacerse presente a nosotros en cada Eucarist&iacute;a, permaneciendo luego en cada sagrario de la tierra, en amistad y salvaci&oacute;n permanentemente ofrecidas, pero sin imponerse. Ha vencido por amor a nosotros todas las barreras, los muros y dificultades. Sigamos, hermanos, con este pr&oacute;logo de San Juan a la Cena del Se&ntilde;or, porque &laquo;La instituci&oacute;n de la Eucarist&iacute;a, en efecto, anticipaba sacramentalmente los acontecimientos que tendr&iacute;an lugar poco m&aacute;s tarde, a partir de la agon&iacute;a en Getseman&iacute;. Vemos a Jes&uacute;s que sale del Cen&aacute;culo, baja con los disc&iacute;pulos, atraviesa el Cedr&oacute;n y llega al Huerto de los Olivos. En aquel huerto quedan a&uacute;n hoy algunos &aacute;rboles de olivo muy antiguos. Tal vez fueron testigos de lo que ocurri&oacute; a su sombra aquella tarde, cuando Cristo en oraci&oacute;n experiment&oacute; una angustia mortal y &ldquo;su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que ca&iacute;an en tierra&rdquo; (Lc 22,44). La sangre, que poco antes hab&iacute;a entregado a la Iglesia como bebida de salvaci&oacute;n el el Sacramento eucar&iacute;stico, &ldquo;comenz&oacute; a ser derramada&rdquo; &raquo; (Ecclesia de Eucharistia, 3). Jes&uacute;s sabe que ha llegado su &ldquo;hora&rdquo;, es la Hora del Padre, esa Hora para la que ha venido, por la que se ha encarnado, que le ha llevado polvoriento y sudoroso en busca de almas por los caminos de Palestina y que ahora le va a hacer pasar por la pasi&oacute;n y muerte para llevarle a la resurrecci&oacute;n y a la vida. Cristo se ve, por otra parte, en plenitud de edad y fuerza apost&oacute;lica, con cuerpo y sangre perfectos, en plenitud de vida y misi&oacute;n; por eso, &ldquo;aunque sometido a una prueba terrible, no huye ante su &ldquo;Hora&rdquo;: &ldquo;&iquest;Qu&eacute; voy a decir? &iexcl;Padre, l&iacute;brame de esta hora! Pero &iexcl;si he llegado a esta hora para esto! (Jn 12,27). Desea que los disc&iacute;pulos le acompa&ntilde;en y, sin embargo, debe experimentar la soledad y el abandono: &ldquo;&iquest;Con que no hab&eacute;is podido velar una hora conmigo? Velad y orad par que no caig&aacute;is en tentaci&oacute;n&rdquo; (Mt 26, 40-41) (Ecclesia de Eucharistia 4a). La agon&iacute;a en Getseman&iacute; ha sido la introducci&oacute;n de la agon&iacute;a de la Cruz del Viernes Santo: las palabras de Jes&uacute;s en Getseman&iacute;: &ldquo;Padre, si es posible, pase de m&iacute; este c&aacute;liz...&rdquo; tienen el mismo sentido que las pronunciadas desde la cruz: &ldquo;&iexcl;Dios m&iacute;o, Dios m&iacute;o! &iquest;por qu&eacute; me has abandonado? Y es que en Getseman&iacute; ya siente dentro de s&iacute; toda esta pasi&oacute;n de oscuridad: la divinidad le ha dejado solo, se ha alejado de su humanidad, no la siente, ha empezado a dejarle solo con todo el peso de la salvaci&oacute;n de los hombres por la muerte en cruz... es la noche de la fe de Cristo, m&aacute;s dolorosa y cruel que la cruz, que es dolor f&iacute;sico... pero estando acompa&ntilde;ado, se lleva mejor; Cristo ve que va a ser inmolado como cordero llevado al matadero y &Eacute;l quiere aceptar esa voluntad del Padre, quiere inmolarse, pero le cuesta. En el primer Jueves Santo, prof&eacute;ticamente realizado, como actualmente recordado en cada Eucarist&iacute;a, &ldquo;en memoria m&iacute;a&rdquo;, son dos las partes principales del sacrificio ofrecido por Cristo al Padre y representadas ahora en el pan y el vino: el sacrificio del alma en noche y sequedad total de luz y comprensi&oacute;n y el sacrificio de su cuerpo que ser&aacute; triturado como el racimo en el lagar. Y ante estos hechos, &iquest;c&oacute;mo reaccion&oacute; Jes&uacute;s? Nos lo dice S. Lucas: &ldquo;Ardientemente he deseado comer esta cena pascual con vosotros antes de padecer&rdquo; (Lc 22,15); &ldquo;Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los am&oacute; hasta el extremo...&rdquo; Para comprender al Cristo del Jueves Santo uno tiene que estar dispuesto a amar mucho, tiene que haber amado mucho alguna vez...&ldquo;los am&oacute; hasta el extremo&rdquo;, hasta donde el amor se agota y ya no existe m&aacute;s fuerza, tiempo o espacio, hasta la plenitud natural, psicol&oacute;gica y humana posible, hasta el &uacute;ltimo &aacute;tomo y latido de su coraz&oacute;n, hasta donde su amor infinito encuentra el l&iacute;mite de lo posible en abandono sensible de su divinidad. En la hora trascendente de la muerte, de la sinceridad total y definitiva, Cristo se olvida de s&iacute;, s&oacute;lo piensa en nosotros, pens&oacute; en ti, en m&iacute; y nos am&oacute; y nos ama y se entrega hasta el extremo. Por eso, desde que existe el Jueves Santo, ning&uacute;n hombre, ning&uacute;n cat&oacute;lico puede sentirse solo y abandonado, porque hay un Cristo que ya pas&oacute; por ah&iacute; y baja nuevamente en cada Eucarist&iacute;a hasta ah&iacute; para ayudarte y sacarte de la soledad y sufrimiento en que te encuentres. Si nos sentimos a veces solos o abandonados es que nuestra fe es d&eacute;bil, poca, porque desde cualquier Eucarist&iacute;a y desde cualquier sagrario de la tierra Cristo me est&aacute; diciendo que me ama hasta el extremo, que piensa en t&iacute;, que no est&aacute;s abandonado, que ardientemente desea celebrar la pascua de la vida y de la amistad contigo. Queridos hermanos, el Amor existe, la Vida existe, la Felicidad existe, la podemos encontrar en cualquier sagrario de la tierra, en cualquier Eucarist&iacute;a, en cualquier comuni&oacute;n eucar&iacute;stica. Esto debe provocar en nosotros sentimientos de compa&ntilde;&iacute;a, amistad, gozo, de no sentirnos nunca solos, hay un Dios que nos ama. Cristo me explica en cada Eucarist&iacute;a que me ama hasta el extremo, y todo este amor sigue en el pan consagrado. Pidamos a Dios virtudes teologales, solo las teologales, las que nos unen directamente con &Eacute;l, luego vendr&aacute; todo lo dem&aacute;s. Es imposible creer y no sentirse amado hasta el extremo, es imposible amar a Cristo y no sentirse feliz, aun en medio de la hora del Padre que nos hace pasar a todos, si la aceptamos, por la pasi&oacute;n y la muerte del yo, de la carne y del pecado, para pasar a la vida nueva y resucitada de la gracia, de la caridad verdadera, de la generosidad, de la humildad y el silencio de las cosas, que nos vienen por la amistad con &Eacute;l. Cristo es &ldquo;&aacute;gape&rdquo;, no &laquo;eros&raquo;. Me busca para hacerme feliz y me quiere para llenarme, no para explotarme o para vaciarme, para hacerse feliz a costa de m&iacute;. Sigue San Juan: &ldquo;Comenzada la cena, como el diablo hubiese puesto ya en el coraz&oacute;n de Judas Iscariote, hijo de Sim&oacute;n, el prop&oacute;sito de entregarle, sabiendo que el Padre hab&iacute;a puesto en sus manos todas las cosas, y que hab&iacute;a salido de Dios y a El volv&iacute;a, se levant&oacute; de la mesa, se quit&oacute; los vestidos y, tomando una toalla, se la ci&ntilde;&oacute;, luego ech&oacute; agua en una jofaina y comenz&oacute; a lavar los pies de los disc&iacute;pulos&rdquo; (13,3-5). &ldquo;Comenzada la cena...&rdquo; Cristo hab&iacute;a comido y bebido muchas veces con otros durante su vida. Le acusaron de borracho y comil&oacute;n. Pero la comida en torno a la mesa congrega tambi&eacute;n los corazones y unifica sentimientos, quita diferencias. Y esta cena era especial, porque, en primer lugar, recordaba la liberaci&oacute;n del pueblo escogido. Estamos en la celebraci&oacute;n de la pascua jud&iacute;a, dentro de la cual Cristo va a instaurar la nueva pascua cristiana, el definitivo paso de Dios junto a nosotros, el pacto de amor definitivo: &ldquo;Yo ser&eacute; vuestro &uacute;nico Dios y vosotros ser&eacute;is mi pueblo&rdquo;. Por eso, en esta Cena, har&aacute; gestos tambi&eacute;n definitivos. Se levanta de la mesa, lo dice San Juan, y se dispone a lavar los pies de sus disc&iacute;pulos, trabajo propio de esclavos. Pedro lo rechaza, pero Jes&uacute;s insiste, para que nos demos cuenta todos sus disc&iacute;pulos de que a la Eucarist&iacute;a hay que ir siempre con sentimientos de humildad y servicio a los hermanos, limpios de amor propio, para que sepamos que el amor verdadero a Dios pasa por el amor al hermano, como Cristo nos ense&ntilde;&oacute; y practic&oacute;; se quit&oacute; el manto, para decirnos a todos sus disc&iacute;pulos que, para comprender la Eucarist&iacute;a, hay que quitarse todos los ropajes de los conceptos y sentimientos puramente humanos, el abrigo de los afectos desordenados, de los instintos y de las pasiones humanas. Nos ense&ntilde;a a arrodillarnos unos ante otros y lavarnos los pies mutuamente, las ofensas, las suciedades de tanta envidia, que mancha nuestro coraz&oacute;n y nuestros labios de cr&iacute;tica que nos emponzo&ntilde;a y mancha el cuerpo y el alma, impidiendo a Cristo morar en &Eacute;l. Cristo nos ense&ntilde;a, en definitiva, humildad: &ldquo;Porque el hombre en su soberbia se hubiera perdido para siempre si Dios en su humildad no le hubiera encontrado&rdquo;. S&oacute;lo ejercit&aacute;ndonos en amar y ser humildes, nos vamos capacitando para comprender esa lecci&oacute;n de amor y humildad, que es la Eucarist&iacute;a. Y ahora, ya lavados, pueden comprender y celebrar el misterio: &ldquo;Tomad y comed, esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros&rdquo; Este pan que ahora os doy es mi propio cuerpo que ya se lo ofrezco al Padre y a vosotros, como hecho prof&eacute;tico y anticipado que realizar&eacute; ma&ntilde;ana cruentamente en la cruz; de &eacute;l quiero que com&aacute;is y os aliment&eacute;is hasta que se abran un d&iacute;a los graneros inacabables y eternos del cielo. No os dejo hu&eacute;rfanos, me voy de una forma para venir de otra, no os doy tan solo mi recuerdo, mis palabras; os dejo en este pan toda mi persona entera, mi evangelio entero y completo, toda mi vida entera, hecha adoraci&oacute;n obediencial al Padre hasta la muerte y amor redentor por vosotros. Estar&eacute; presente con vosotros con una presencia misteriosa pero real hasta el final de los siglos. Estos panes de miga blanca o morena sentir&aacute;n el ardor del horno y fuego de mi coraz&oacute;n y con ellos quemar&eacute; y abrasar&eacute; a los que me coman y me amen y los transformar&eacute; en amor y ofrenda al Padre. Todas las ma&ntilde;anas y todas las tardes de todos los d&iacute;as de todos los siglos bajar&eacute; del cielo a la tierra para alimentaros y estar con vosotros:&ldquo;el que me coma, vivir&aacute; por m&iacute;&rdquo;, nunca estar&aacute; solo. &ldquo;Bebed todos de este c&aacute;liz, es mi sangre que ser&aacute; derramada por la salvaci&oacute;n de todos...&rdquo;. Mi sangre no ha ca&iacute;do todav&iacute;a en la tierra mezclada con sudor de muerte bajo los olivos y no ha goteado todav&iacute;a desde los clavos de G&oacute;lgota, pero ha sido ofrecida ya en esta hora del Jueves Santo, ya est&aacute; hecho el sacrificio. Ya os dije antes, queridos amigos, que, en el coraz&oacute;n de Cristo, esta Eucarist&iacute;a del jueves es tan dolorosa como la del viernes. Por fin, despu&eacute;s de una larga espera de siglos, la sangre, que sellaba el primer pacto de la Alianza en el Sina&iacute;, va a ser sustituida por otra sangre de valor infinito. Cesar&aacute; la figura, la imagen, ha llegado lo profetizado, el verdadero Cordero, que, por su sangre derramada en el sacrificio, quita el pecado del mundo; y, por voluntad de Cristo, esta carne sacrificada a Dios por los hombres, se convierte tambi&eacute;n en banquete de acci&oacute;n de gracias, que celebra y hace presente la verdadera y definitiva Pascua, el sacrificio y el banquete de la Alianza y el pacto de perd&oacute;n y de amor definitivos. La sangre que se verter&aacute; ma&ntilde;ana en la colina del G&oacute;lgota es sangre verdadera, sangre limpia y ardiente que se mezclar&aacute; con l&aacute;grimas tambi&eacute;n de sangre. Es el bautismo de sangre con que Cristo sab&iacute;a que ten&iacute;a que ser bautizado, para que todos tuvi&eacute;ramos vida. No fue suficiente el bautismo de Juan en el Jord&aacute;n con brillante teofan&iacute;a, era necesario este bautismo de sangre con ocultamiento total de la divinidad, prueba tremenda para &Eacute;l y para sus mismos disc&iacute;pulos, obligados a creer que era el Salvador del mundo el que mor&iacute;a como un fracasado en la cruz. No fue suficiente el bautismo de salivazos y sangre brotada de los latigazos de los que le azotaron... era necesaria toda la sangre de los clavos y de la cruz para borrar el pecado del mundo... Y terminada la cena pascual, Cristo, siguiendo el rito jud&iacute;o, se levanta para cantar el himno de la liturgia pascual, el gran Hallel: &ldquo;El Eterno est&aacute; a favor m&iacute;o, no tengo miedo &iquest;qu&eacute; me pueden hacer los hombres? Me hab&iacute;an rodeado como abejas. Yo no morir&eacute;, vivir&eacute;...&rdquo;. La v&iacute;ctima est&aacute; dispuesta. Salen hacia el monte de los Olivos. El Jueves Santo termina aqu&iacute;. Pero Cristo hab&iacute;a dejado ya el pan y el vino sobre la mesa, que guardaban en su hond&oacute;n la realidad de la Nueva Pascua y de la Nueva Alianza, que Cristo se dispon&iacute;a a realizar cruentamente el Viernes Santo. TERCERA HOMIL&Iacute;A DEL CORPUS CHRISTI QUERIDOS HERMANOS: Hoy es la fiesta del CUERPO Y DE LA SANGRE DE CRISTO, la fiesta de su presencia amiga en medio de los hombres. El pueblo cat&oacute;lico, en estos tiempos tan malos para la fe, va perdiendo poco a poco la clave de su identidad cristiana, que es Cristo Eucarist&iacute;a. Por eso se secan tantas vidas de j&oacute;venes y adultos bautizados, porque se alejan de la &laquo;fuente que mana y corre, aunque es de noche. Aquesta fonte est&aacute; escondida, en este vivo pan por darnos vida, aunque es de noche. Aqu&iacute; se est&aacute; llamando a las criaturas, y de esta agua se hartan aunque a oscuras, porque es de noche&raquo; (por la fe). Creo que en este d&iacute;a, en que vamos a llevar por nuestras calles y plazas a Jesucristo Eucarist&iacute;a, nosotros, los cat&oacute;licos creyentes y convencidos, debemos exponer con claridad, con valent&iacute;a y sin complejos, los motivos de nuestra fe y amor a la Eucarist&iacute;a. Y si alguien nos preguntase por qu&eacute; cantamos, adoramos y sacamos en procesi&oacute;n este pan consagrado, nosotros respondemos con toda claridad: 1.- PORQUE EN ESE PAN EUCAR&Iacute;STICO est&aacute; el Amor del Padre que me pens&oacute; para una Eternidad de felicidad con &Eacute;l, y, roto este primer proyecto por el pecado de Ad&aacute;n, me envi&oacute; a su propio Hijo, para recuperarlo y rehacerlo, pero con hechos maravillosos que superan el primer proyecto, como es la instituci&oacute;n de la Eucarist&iacute;a, de su presencia permanente entre los hombres. Por eso, la adoramos y exponemos p&uacute;blicamente al &ldquo;amor de los amores&rdquo;: &ldquo;Me quedar&eacute; con vosotros hasta el final de los tiempos&rdquo;. 2.- PORQUE EN ESE PAN EUCAR&Iacute;STICO est&aacute; el Amor del Hijo que se hizo carne por m&iacute;, para revelarme y realizar este segundo proyecto del Padre, tan maravilloso que la Liturgia Pascual casi blasfema y como si se alegrase de que el primero fuera destruido por el pecado de los hombres: &laquo;&iexcl;Oh feliz culpa, que nos mereci&oacute; un tan grande Salvador!&raquo;. La Eucarist&iacute;a y la Encarnaci&oacute;n de Cristo tienen muchas cosas comunes. La Eucarist&iacute;a es una encarnaci&oacute;n continua de su amor en entrega a los hombres. 3.- PORQUE EN ESE PAN EUCAR&Iacute;STICO est&aacute; el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Cristo, que sufri&oacute; y muri&oacute; por m&iacute; y resucit&oacute; para que yo tuviera comuni&oacute;n de vida y amor eternos con el Padre, el Hijo y el Esp&iacute;ritu Santo: &ldquo;Tanto am&oacute; Dios al mundo que entreg&oacute; a su propio Hijo para que no perezca ninguno de los que creen en &Eacute;l&rdquo;; &ldquo;Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, el que coma de este pan, vivir&aacute; para siempre... vivir&aacute; por m&iacute;...&rdquo; . &laquo;La Eucarist&iacute;a es verdadero banquete, en el cual Cristo se ofrece como alimento. Cuando Jes&uacute;s anuncia por primera vez esta comida, los oyentes se quedaron asombrados y confusos, obligando al Maestro a recalcar la verdad objetiva de sus palabras: &laquo;En verdad, en verdad os digo: si no com&eacute;is la carne del Hijo del hombre, y no beb&eacute;is su sangre, no tendr&eacute;is vida en vosotros&raquo; (Jn 6,53). No se trata de alimento metaf&oacute;rico: &laquo;Mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida&raquo;&raquo; (Jn 6,55) (Ecclesia de Eucharistia 16). 4.- PORQUE EN ESE PAN EUCAR&Iacute;STICO est&aacute; Jesucristo vivo, vivo y resucitado, que antes de marcharse al cielo... &ldquo;habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los am&oacute; hasta el extremo&rdquo;. Y en la noche de la &Uacute;ltima Cena, cogi&oacute; un poco de pan y dijo: &ldquo;Esto es mi cuerpo, esta es mi sangre que se derrama por vosotros&rdquo; y como &Eacute;l es Dios, as&iacute; se hizo y as&iacute; permanece por los siglos, como pan que se reparte con amor, como sangre que se derrama en sacrificio para el perd&oacute;n de nuestros pecados. &laquo;La eficacia salv&iacute;fica del sacrificio se realiza cuando se comulga recibiendo el cuerpo y la sangre del Se&ntilde;or. De por s&iacute;, el sacrificio eucar&iacute;stico se orienta a la &iacute;ntima uni&oacute;n de nosotros, los fieles, con Cristo mediante la comuni&oacute;n: le recibimos a &Eacute;l mismo, que se ha ofrecido por nosotros; su cuerpo, que &Eacute;l ha entregado por nosotros en la Cruz; su sangre, &laquo;derramada por muchos para perd&oacute;n de los pecados&raquo; (Mt 26,28). Recordemos sus palabras: &laquo;Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, tambi&eacute;n el que me coma vivir&aacute; por m&iacute;&raquo;. Jes&uacute;s mismo nos asegura que esta uni&oacute;n, que &Eacute;l pone en relaci&oacute;n con la vida trinitaria, se realiza efectivamente&raquo; (Ecclesia de Eucharistia 16). 5.- PORQUE EN ESTE PAN EUCAR&Iacute;STICO est&aacute; el precio que yo valgo, el que Cristo ha pagado para rescatarme; ah&iacute; est&aacute; la persona que m&aacute;s me ha querido, que m&aacute;s me ha valorado, que m&aacute;s ha sufrido por m&iacute;, el que m&aacute;s ha amado a los hombres, el &uacute;nico que sabe lo que valemos cada uno de nosotros, porque ha pagado el precio por cada uno. Cristo es el &uacute;nico que sabe de verdad lo que vale el hombre, la mayor&iacute;a de los pol&iacute;ticos, de los fil&oacute;sofos, de tantos pseudo-salvadores, cient&iacute;ficos y cantama&ntilde;anas televisivos no valoran al hombre, porque no lo saben ni han pagado nada por &eacute;l ni se han jugado nada por &eacute;l; si es mujer, vale lo que valga su f&iacute;sico, y si es hombre, lo que valga su cartilla, su dinero, pero ninguno de esos da la vida por m&iacute;... El hombre es m&aacute;s que hombre, m&aacute;s que esta historia y este espacio, el hombre es eternidad. S&oacute;lo Dios sabe lo que vale el hombre. Porque Dios pens&oacute; e hizo al hombre, y porque lo sabe, por eso le ama y entreg&oacute; a su propio Hijo para rescatarlo. &iexcl;Cu&aacute;nto valemos! Valemos el Hijo de Dios muerto y resucitado, valemos la Eucarist&iacute;a. 6.- PORQUE &laquo;EN LA SANT&Iacute;SIMA EUCARIST&Iacute;A SE CONTIENE TODO EL BIEN ESPIRITUAL DE LA IGLESIA, A SABER, CRISTO MISMO, PASCUA Y PAN VIVO QUE DA LA VIDA A LOS HOMBRES, VIVIFICADA Y VIVIFICANTE POR EL ESP&Iacute;RITU SANTO&raquo; (PO 6) &laquo;...los otros sacramentos, as&iacute; como todos los ministerios eclesi&aacute;sticos y obras de apostolado, est&aacute;n &iacute;ntimamente unidos a la Sagrada Eucarist&iacute;a y a ella se ordenan&raquo;. &laquo;Ninguna Comunidad cristiana se construye si no tiene su ra&iacute;z y quicio en la celebraci&oacute;n de la sant&iacute;sima Eucarist&iacute;a, por la que debe, consiguientemente, comenzar toda educaci&oacute;n en el esp&iacute;ritu de comunidad&raquo; (PO 5 y 6). Por todo ello y mil razones m&aacute;s, que no caben en libros sino s&oacute;lo en el coraz&oacute;n de Dios, los cat&oacute;licos verdaderos, los que creen de verdad y viven su fe, adoramos, visitamos y celebramos los misterios de nuestra fe y salvaci&oacute;n y nos encontramos con el mismo Cristo Jes&uacute;s en la Eucarist&iacute;a. Queridos hermanos, en este d&iacute;a del Corpus expresemos nuestra fe y nuestro amor a Jes&uacute;s Eucarist&iacute;a por las calles de nuestra ciudad, mientras cantamos: &laquo;adoro te devote, latens deitas...&raquo;. Te adoro devotamente, oculta divinidad, bajo los signos sencillos del pan y del vino, porque quien te contempla con fe, se extas&iacute;a de amor. &iexcl;Adorado sea el Sant&iacute;simo Sacramento del Altar! Esta presencia de Cristo no se puede experimentar y vivir con gozo desde los sentidos, s&oacute;lo la fe viva y despierta por el amor nos lleva poco a poco a reconocerla y descubrirla y gozar al Se&ntilde;or, al Amado, bajo las especies del pan y del vino. &ldquo;&iexcl;Es el Se&ntilde;or!&rdquo; exclam&oacute; el ap&oacute;stol Juan en medio de la penumbra y niebla del lago de Genesaret despu&eacute;s de la resurrecci&oacute;n, mientras los otros disc&iacute;pulos, menos despiertos en la fe y en el amor, no lo hab&iacute;an descubierto. Si no se descubre su presencia y se experimenta, para lo cual no basta una fe heredada y seca sino que hay que pasar a la fe personal e iluminada por el fuego del amor, el sagrario se convierte en un trasto m&aacute;s de la iglesia y una vida eucar&iacute;stica pobre indica una vida cristiana y un apostolado pobre, incluso nulo. Qu&eacute; vida tan distinta en un seglar, sobre todo en un sacerdote, qu&eacute; apostolado tan diferente entre una catequista, una madre, una novia eucar&iacute;stica y otra que no ha encontrado todav&iacute;a este tesoro y no tiene intimidad con el Se&ntilde;or. Conversar y pasar largos ratos con Jes&uacute;s Eucarist&iacute;a es vital y esencial para mi vida cristiana, sacerdotal, apost&oacute;lica, familiar, profesional... para ser buen hijo, buen padre, buena madre cristiana... A los pies del Sant&iacute;simo, a solas con &Eacute;l, con la luz de la lamparilla de la fe y del amor encendidos, aprendemos las lecciones de amor y de entrega, de humildad y paciencia que necesitamos para amar y tratar a todos y tambi&eacute;n poco a poco nos vamos encontrando con el Cristo del Tabor en el que el Padre tiene sus complacencias y nosotros, como Pedro, Santiago y Juan, alg&uacute;n d&iacute;a luminoso de nuestra fe, cuando el Padre quiera, oiremos su voz desde el cielo de nuestra alma habitada por los TRES que nos dice: &ldquo;Este es mi Hijo, el amado, escuchadle&rdquo;. Venerando y amando a Jesucristo Eucarist&iacute;a, no solo me encuentro con &Eacute;l, me voy encontrando poco a poco tambi&eacute;n con todo el misterio de Dios, de la Sant&iacute;sima Trinidad que le env&iacute;a por el Padre, para cumplir su proyecto de Salvaci&oacute;n, por la fuerza y potencia amorosa del Esp&iacute;ritu Santo, que lo forma y consagra en el seno de Mar&iacute;a y en el pan y en el vino, y se nos manifiesta y revela como Palabra y Verbo de Dios, que nos revela todo el misterio de Dios. Vener&aacute;ndole, yo doy gloria al Padre, a su proyecto de Salvaci&oacute;n, que le ha llevado a manifestarme su amor hasta el extremo en el Hijo muy amado, Palabra pronunciada y velada y revelada para m&iacute; en el sagrario por su Amor personal que es el Esp&iacute;ritu Santo. CUARTA HOMIL&Iacute;A DEL CORPUS Queridos hermanos y hermanas: Jes&uacute;s lo hab&iacute;a prometido:&ldquo;Me quedar&eacute; con vosotros hasta el final de los tiempos&rdquo;. Y San Juan nos dice en su evangelio que Jes&uacute;s: &ldquo;habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los am&oacute; hasta el extremo&rdquo;, hasta el extremo de su amor y fuerzas, dando su vida por nosotros, y hasta el extremo de los tiempos, permaneciendo con nosotros para siempre en el pan consagrado de todos los sagrarios de la tierra. Sinceramente es tanto lo que debo a esta presencia eucar&iacute;stica del Se&ntilde;or, a Jes&uacute;s, confidente y amigo, en esta presencia tan maravillosa, que se ofrece, pero no se impone, trat&aacute;ndose de todo un Dios, que, cuando lo pienso un poco, le amo con todo mi cari&ntilde;o, y quiero compartir con vosotros este gozo desde la humildad, desde el reconocimiento de quien se siente agradecido, pero a la vez deudor, necesitado de su fuerza y amor. Santa Teresa estuvo siempre muy unida a Jesucristo Eucarist&iacute;a. En relaci&oacute;n con la presencia de Jes&uacute;s en el sagrario, exclama: &laquo;&iexcl;Oh eterno Padre, c&oacute;mo aceptaste que tu Hijo quedase en manos tan pecadoras como las nuestras... no permitas, Se&ntilde;or, que sea tan mal tratado en este sacramento. El se qued&oacute; entre nosotros de un modo tan admirable!&raquo; Ella se extasiaba ante Cristo Eucarist&iacute;a. Y lo mismo todos los santos, que en medio de las ocupaciones de la vida, ten&iacute;an su mirada en el sagrario, siempre pensaban y estaban unidos a Jes&uacute;s Eucarist&iacute;a. Y la madre Teresa de Calcuta, tan amante de los pobres, que parece que no tiene tiempo para otra cosa, lo primero que hace y nos dice que hagamos, para ver y socorrer a los pobres, es pasar ratos largos con Jesucristo Eucarist&iacute;a. En la congregaci&oacute;n de religiosas, fundada por ella para atender a los pobres, todas han de pasar todos los d&iacute;as largo rato ante el Sant&iacute;simo; debe ser porque hoy Jesucristo en el sagrario es para ella el m&aacute;s pobre de los pobres, y desde luego, porque para ella, para poder verlo en los pobres, primero hay que verlo donde est&aacute; con toda plenitud, en la Eucarist&iacute;a. Y as&iacute; en todos los santos. Ni uno solo que no sea eucar&iacute;stico, que no haya tenido hambre de este pan, de esta presencia, de este tesoro escondido, ni uno solo que no haya sentido necesidad de oraci&oacute;n eucar&iacute;stica, primero en fe seca y oscura, sin grandes sentimientos, para luego, avanzando poco a poco, llegar a tener una fe luminosa y ardiente, pasando por etapas de purificaci&oacute;n de cuerpo y alma, hasta llegar al encuentro total del Cristo viviente y glorioso, compa&ntilde;ero de viaje en el sacramento. LA EUCARIST&Iacute;A COMO MISA. Podemos considerar la Eucarist&iacute;a como misa, como comuni&oacute;n y como presencia permanente de Jesucristo en la Hostia santa. De todos los modos de considerar la Eucarist&iacute;a, el m&aacute;s importante es la Eucarist&iacute;a como sacrificio, como misa, como pascua, como sacrificio de la Nueva Alianza, especialmente la Eucarist&iacute;a del domingo, porque es el fundamento de toda nuestra vida de fe y la que construye la Iglesia de Cristo. Voy a citar unas palabras del Vaticano II donde se nos habla de esto: &laquo;La Iglesia, por una tradici&oacute;n apost&oacute;lica que trae su origen del mismo d&iacute;a de la resurrecci&oacute;n de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho d&iacute;as, en el d&iacute;a que es llamado con raz&oacute;n &ldquo;d&iacute;a del Se&ntilde;or&rdquo; o domingo. En este d&iacute;a los fieles deben reunirse a fin de que, escuchando la palabra de Dios y participando de la Eucarist&iacute;a, recuerden la pasi&oacute;n, la resurrecci&oacute;n y la gloria del Se&ntilde;or Jes&uacute;s y den gracias a Dios que los hizo renacer a la viva esperanza por la resurrecci&oacute;n de Jesucristo entre los muertos (1Pe 1,3). Por esto, el domingo es la fiesta primordial que debe presentarse e inculcarse a la piedad de los fieles...&raquo; (SC 106). Por este texto y otros, que podr&iacute;amos citar, podemos afirmar que, sin Eucarist&iacute;a dominical, no hay cristianismo, no hay Iglesia de Cristo, no hay parroquia. Porque Cristo es el fundamento de nuestra fe y salvaci&oacute;n, mediante el sacrificio redentor, que se hace presente en la Eucarist&iacute;a; por eso, toda Eucarist&iacute;a, especialmente la dominical, es Cristo haciendo presente entre nosotros su pasi&oacute;n, muerte y resurrecci&oacute;n, que nos salv&oacute; y nos sigue salvando, toda su vida, todo su misterio redentor. Sin domingo, Cristo no ha resucitado y, si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe y no tenemos salvaci&oacute;n, dice San Pablo. Sin Eucarist&iacute;a del domingo, no hay verdadera fe cristiana, no hay Iglesia de Cristo. No vale decir &laquo;yo soy cristiano pero no practicante&raquo;. O vas a la Eucarist&iacute;a los domingos o eso que t&uacute; llamas cristianismo es pura invenci&oacute;n de los hombres, pura incoherencia, religi&oacute;n inventada a la medida de nuestra comodidad y falta de fe; no es eso lo que Cristo quiso para sus seguidores e hizo y celebr&oacute; con sus Ap&oacute;stoles y ellos continuaron luego haciendo y celebrando. La Eucarist&iacute;a del domingo es el centro de toda la vida parroquial. Sobre la puerta del Cen&aacute;culo de la Parroquia de San Pedro, hace ya m&aacute;s de cuarente a&ntilde;os, puse este letrero: Ninguna comunidad cristiana se construye, si no tiene como ra&iacute;z y quicio la celebraci&oacute;n de la Sant&iacute;sima Eucarist&iacute;a&raquo;. Este texto del Concilio nos dice que la Eucarist&iacute;a es la que construye la parroquia, es el centro de toda su vida y apostolado, el coraz&oacute;n de la parroquia. La Iglesia, por una tradici&oacute;n que viene desde los Ap&oacute;stoles, pero que empez&oacute; con el Se&ntilde;or resucitado, que se apareci&oacute; y celebr&oacute; la Eucarist&iacute;a con los Ap&oacute;stoles en el mismo d&iacute;a que resucit&oacute;, continu&oacute; celebrando cada ocho d&iacute;as el misterio de la salvaci&oacute;n presencializ&aacute;ndolo por la Eucarist&iacute;a. Luego, los Ap&oacute;stoles, despu&eacute;s de la Ascensi&oacute;n, continuaron haciendo lo mismo. Por eso, el domingo se convirti&oacute; en la fiesta principal de los creyentes. Aunque algunos puedan pensar, sobre todo, porque es cada ocho d&iacute;as, que el domingo es menos importante que otras fiestas del Se&ntilde;or, por ejemplo, la Navidad, la Ascensi&oacute;n, el Viernes o Jueves Santo, la verdad es que si Cristo no hubiera resucitado, esas fiestas no existir&iacute;an. Y eso es precisamente lo que celebramos cada domingo: la muerte y resurrecci&oacute;n de Cristo, que se convierten en nuestra Salvaci&oacute;n. En este d&iacute;a del Se&ntilde;or resucitado, en el domingo, Jes&uacute;s nos invita a la Eucarist&iacute;a, a la santa misa, que es nuestra tambi&eacute;n, a ofrecernos con &Eacute;l a la Sant&iacute;sima Trinidad, que concibi&oacute; y realiz&oacute; este proyecto tan maravilloso de su Encarnaci&oacute;n, muerte y resurrecci&oacute;n para llevarnos a su misma vida trinitaria. En el ofertorio nos ofrecemos y somos ofrecidos con el pan y el vino; por las palabras de la consagraci&oacute;n, nosotros tambi&eacute;n quedamos consagrados como el pan y el vino ofrecidos, y ya no somos nosotros, ya no nos pertenecemos, y al no pertenecernos y estar consagrados con Cristo para la gloria del Padre y la salvaci&oacute;n de los hombres, porque voluntariamente hemos querido correr la suerte de Cristo, cuando salimos de la Iglesia, tenemos que vivir como Cristo para glorificar a la Sant&iacute;sima Trinidad, cumplir su voluntad y salvar a los hermanos, haciendo las obras de Cristo: &ldquo;Mi comida es hacer la voluntad de mi Padre&rdquo;; &ldquo;El que me come vivir&aacute; por m&iacute;&rdquo;; &rdquo;Como el Padre me ha amado, as&iacute; os he amado yo: permaneced en mi amor. Si guard&aacute;is mis mandamientos, permanecer&eacute;is en mi amor, lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor&rdquo; (Jn15,9). En la consagraci&oacute;n, obrada por la fuerza del Esp&iacute;ritu Santo, tambi&eacute;n nosotros nos convertimos por &Eacute;l, con &Eacute;l y en &Eacute;l, en &ldquo;alabanza de su gloria&rdquo;, en alabanza y buena fama para Dios, como Cristo fue alabanza de gloria para la Sant&iacute;sima Trinidad y nosotros hemos de esforzarnos tambi&eacute;n con &Eacute;l por serlo, como buenos hijos que deben ser la gloria de sus padres y no la deshonra. En la Comuni&oacute;n nos hace part&iacute;cipes de sus mismos sentimientos y actitudes y para esto le envi&oacute; el Padre al mundo, para que vivamos por El: &ldquo;En esto se manifest&oacute; el amor que Dios nos tiene: en que Dios mand&oacute; al mundo a su Hijo &uacute;nico para que vivamos por medio de &eacute;l&rdquo; (1Jn 4,8). Esta es la raz&oacute;n de su venida al mundo; el Padre quiere hacernos a todos hijos en el Hijo y vivir as&iacute; amados por &Eacute;l en el Amado. Y eso es vivir y celebrar y participar en la Eucarist&iacute;a, la santa Eucarist&iacute;a, el sacrificio de Cristo. Es un misterio de amor y de adoraci&oacute;n y de alabanza y de salvaci&oacute;n, de intercesi&oacute;n y s&uacute;plica con Cristo a la Sant&iacute;sima Trinidad. Y esto es el Cristianismo, la religi&oacute;n cristiana: intentar vivir como Cristo para gloria de Dios y salvaci&oacute;n de los hombres. La Eucarist&iacute;a dominical parroquial renueva todos los domingos este pacto, esta alianza, este compromiso con Dios por Cristo, porque es Cristo resucitado y glorioso, quien, en aparici&oacute;n pascual, se presenta entre nosotros y nos construye como Iglesia suya y nos consagra juntamente con el pan y el vino para hacernos part&iacute;cipes de sus sentimientos y actitudes de ofrenda al Padre y salvaci&oacute;n de los hermanos y hacernos ya ciudadanos de la nueva Jerusal&eacute;n, que est&aacute; salvada y participa de los bienes futuros anticip&aacute;ndolos, encontr&aacute;ndonos as&iacute; por la Eucarist&iacute;a con el Cristo glorioso, llegados al &uacute;ltimo d&iacute;a y proclamando con su venida eucar&iacute;stica la llegada de los bienes escatol&oacute;gicos, es decir, definitivos: &laquo;Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrecci&oacute;n, VEN, SE&Ntilde;OR , JES&Uacute;S&raquo;. Queridos amigos, ning&uacute;n domingo sin Eucarist&iacute;a. Este es mi ruego, mi consejo y exhortaci&oacute;n por la importancia que tiene en nuestra vida espiritual. Es que mis amigos no van, es que he dejado de ir hace ya mucho tiempo, no importa, t&uacute; vuelve y la Eucarist&iacute;a te salvar&aacute;, el Se&ntilde;or te lo premiar&aacute; con vitalidad de fe y vida cristiana. Los que abandonan la Eucarist&iacute;a del domingo, pronto no saben de qu&eacute; va Cristo, la salvaci&oacute;n, el cristianismo, la Iglesia... El domingo es el d&iacute;a m&aacute;s importante del cristianismo y el coraz&oacute;n del domingo es la Eucarist&iacute;a, la Eucarist&iacute;a, sobre todo, si participas comulgando. M&aacute;s de una vez hago referencia a unos versos que reflejan un poco esta espiritualidad. Frente a tu altar, Se&ntilde;or, emocionado veo hacia el cielo el c&aacute;liz levantar. Frente a tu altar, Se&ntilde;or, anonadado he visto el pan y el vino consagrar. Frente a tu altar, Se&ntilde;or, humildemente ha bajado hasta m&iacute; tu eternidad. Frente a tu altar, Se&ntilde;or, he comprendido el milagro constante de tu amor. &iexcl;Querer T&uacute; que mi barro est&eacute; contigo haciendo templo a quien te ha ofendido! &iexcl;Llorando estoy frente a tu altar, Se&ntilde;or! (Tantos abandonos, tantos pecados, tantas faltas de fe y amor ante un Dios que tanto me quiere, llorando estoy frente a tu altar, Se&ntilde;or) QUINTA HOMIL&Iacute;A DEL CORPUS Queridos hermanos: Las primeras palabras de la instituci&oacute;n de la Eucarist&iacute;a, as&iacute; como todo el discurso sobre el pan de vida, en el cap&iacute;tulo sexto de San Juan, versan sobre la Eucarist&iacute;a como alimento, como comida. L&oacute;gicamente esto es posible porque el Se&ntilde;or est&aacute; en el pan consagrado. Pero su primera intenci&oacute;n, sus primeras palabras al consagrar el pan y el vino es para que sean nuestro alimento: &ldquo;Tomad y comed... tomad y bebed...&rdquo;; &ldquo;Mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida... el que no come mi carne... si no com&eacute;is mi carne no tendr&eacute;is vida en vosotros...&rdquo; Por eso, en esta fiesta del Cuerpo y de la Sangre del Se&ntilde;or, vamos a hablar de este deseo de Cristo de ser comido de amor y con fe por todos nosotros. LA EUCARIST&Iacute;A COMOCOMUNI&Oacute;N La plenitud del fruto de la Eucarist&iacute;a viene a nosotros sacramentalmente por la Comuni&oacute;n eucar&iacute;stica. La Eucarist&iacute;a como Comuni&oacute;n es el momento de mayor uni&oacute;n sacramental con el Se&ntilde;or, es el sacramento m&aacute;s lleno de Cristo que recibimos en la tierra, porque no recibimos una gracia sino al autor de todas las gracias y dones, no recibimos agua abundante sino la misma fuente de agua viva que salta hasta la vida eterna. Por la comuni&oacute;n realizamos la mayor uni&oacute;n posible en este mundo con Cristo y sus dones, y juntamente con &Eacute;l y por &Eacute;l, con el Padre y el Esp&iacute;ritu Santo. Por la comuni&oacute;n eucar&iacute;stica la Iglesia consolida tambi&eacute;n su unidad como Iglesia y cuerpo de Cristo: &laquo;Ninguna comunidad cristiana se construye si no tiene como ra&iacute;z y quicio la celebraci&oacute;n de la sagrada Eucarist&iacute;a&raquo; (PO 6). Por eso, volver&iacute;a a repetir aqu&iacute; todas las mismas exhortaciones que dije en relaci&oacute;n con no dejar la santa Eucarist&iacute;a del domingo. Comulgad, comulgad, sint&aacute;is o no sint&aacute;is, porque el Se&ntilde;or est&aacute; ah&iacute;, y hay que pasar por esas etapas de sequedad, que entran dentro de sus planes, para que nos acostumbremos a recibir su amistad, no por ego&iacute;smo, porque siento m&aacute;s o menos, porque me lo paso mejor o peor, sino principalmente por &Eacute;l, porque &Eacute;l es el Se&ntilde;or y yo soy una simple criatura, y tengo necesidad de alimentarme de &Eacute;l, de tener sus mismos sentimientos y actitudes, de obedecer y buscar su voluntad y sus deseos m&aacute;s que los m&iacute;os, porque si no, nunca entrar&eacute; en el camino de la conversi&oacute;n y de la amistad sincera con &Eacute;l. A Dios tengo que buscarlo siempre porque &Eacute;l es lo absoluto, lo primero, yo soy simple invitado, pero infinitamente elevado hasta &Eacute;l por pura gratuidad, por pura benevolencia. Dios es siempre Dios. Yo soy simple criatura, debo recibirlo con suma humildad y devoci&oacute;n, porque esto es reconocerlo como mi Salvador y Se&ntilde;or, esto es creer en &Eacute;l, esperar de &Eacute;l. Luego vendr&aacute;n otros sentimientos. Es que no me dice nada la comuni&oacute;n, es que lo hago por rutina, t&uacute; comulga con las debidas condiciones y ya pasar&aacute; toda esa sequedad, ya ver&aacute;s c&oacute;mo alg&uacute;n d&iacute;a notar&aacute;s su presencia, su cercan&iacute;a, su amor, su dulzura. Los santos, todos los verdaderamente santos, pasaron a veces a&ntilde;os y a&ntilde;os en noche oscura de entendimiento, memoria y voluntad, sin sentir nada, en purificaci&oacute;n de la fe, esperanza y caridad, hasta que el Se&ntilde;or los vaci&oacute; de tanto yo y pasiones personales que ten&iacute;an dentro y poco a poco pudo luego entrar en sus corazones y llegar a una uni&oacute;n grande con ellos. Lo importante de la religi&oacute;n no es sentir o no sentir, sino vivir y esforzarse por cumplir la voluntad de Dios en todo y para eso comulgo, para recibir fuerzas y est&iacute;mulos, la comuni&oacute;n te ayudar&aacute; a superar todas las pruebas, todos los pecados, todas las sequedades. La sequedad, el cansancio, si no es debido a mis pecados, no pasa nada. El Se&ntilde;or viene para ayudarnos en la luchas contra los pecados veniales consentidos, que son la causa principal de nuestras sequedades. Sin conversi&oacute;n de nuestros pecados no hay amistad con el Dios de la pureza, de la humildad, del amor extremo a Dios y a los hombres. Por eso, la noche, la cruz y la pasi&oacute;n, la muerte total del yo, del pecado, que se esconde en los mil repliegues de nuestra existencia, hay que pasarlas antes de llegar a la transformaci&oacute;n y la uni&oacute;n perfecta con Dios. Cuando comulgamos, hacemos el mayor acto de fe en Dios y en todo su misterio, en su doctrina, en su evangelio; manifestamos y demostramos que creemos todo el evangelio, todo el misterio de Cristo, todo lo que ha dicho y ha hecho, creemos que &Eacute;l es Dios, que hace y realiza lo que dice y promete, que se ha encarnado por nosotros, que muri&oacute; y resucit&oacute;, que est&aacute; en el pan consagrado y por eso, comulgo. Cuando comulgamos, hacemos el mayor acto de amor a quien dijo &ldquo;Tomad y Comed, esto es mi Cuerpo&rdquo;, porque acogemos su entrega y su amistad, damos adoraci&oacute;n y alabanza a su cuerpo entregado como don, y esperamos en &Eacute;l como prenda de la gloria futura. Creemos y recibimos su misterio de fe y de amor:&ldquo;Mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida... Si no com&eacute;is mi carne no tendr&eacute;is vida en vosotros...&rdquo;. Le ofrecemos nuestra fe y comulgamos con sus palabras. Cuando comulgamos, hacemos el mayor acto de esperanza, porque deseamos que se cumplan en nosotros sus promesas y por eso comulgamos, creemos y esperamos en sus palabras y en su persona:&ldquo;Yo soy el pan de vida, el que coma de este pan, vivir&aacute; eternamente... si no com&eacute;is mi carne, no ten&eacute;is vida en vosotros...&rdquo;. Se&ntilde;or, nosotros queremos tener tu vida, tu misma vida, tus mismos deseos y actitudes, tu mismo amor al Padre y a los hombres, tu misma entrega al proyecto del Padre... queremos ser humildes y sencillos como T&uacute;, queremos imitarte en todo y vivir tu misma vida, pero yo solo no puedo, necesito de tu ayuda, de tu gracia, de tu pan de cada d&iacute;a, que alimenta estos sentimientos. Para los que no comulgan o no lo hacen con las debidas disposiciones, ser&iacute;a bueno meditasen este soneto de Lope de Vega, donde Cristo llama insistentemente a la puerta de nuestro coraz&oacute;n, a veces sin recibir respuesta: &iquest;Qu&eacute; tengo yo que mi amistad procuras, qu&eacute; inter&eacute;s se te sigue, Jes&uacute;s m&iacute;o, que a mi puerta cubierto de roc&iacute;o pasas las noches del invierno oscuras? &iexcl;Oh, cu&aacute;nto fueron mis entra&ntilde;as duras, pues no te abr&iacute;! &iexcl;qu&eacute; extra&ntilde;o desvar&iacute;o, si de mi ingratitud el hielo fr&iacute;o sec&oacute; las llagas de tus plantas puras! &iexcl;Cu&aacute;ntas veces el &aacute;ngel me dec&iacute;a: <Alma, as&oacute;mate ahora a la ventana ver&aacute;s con cu&aacute;nto amor llamar porf&iacute;a!> &iexcl;Y cu&aacute;ntas, hermosura soberana, <ma&ntilde;ana le abriremos>, respond&iacute;a, para lo mismo responder ma&ntilde;ana! &iquest;Habr&aacute; alguno de vosotros que responda as&iacute; a Jes&uacute;s? &iquest;Habr&aacute; corazones tan duros entre vosotros y vosotras, hermanos creyentes de esta parroquia? Que todos abramos las puertas de nuestro coraz&oacute;n a Cristo, que no le hagamos esperar m&aacute;s. Todos llenos del mismo deseo, del mismo amor de Cristo; as&iacute; hay que hacer Iglesia, parroquia, familia. C&oacute;mo cambiar&iacute;an los pueblos, la juventud, los matrimonios, los hijos, si todos comulg&aacute;ramos al mismo Cristo, el mismo evangelio, la misma fe. Cuando comulgu&eacute;is, pod&eacute;is decirle: Se&ntilde;or, acabo de recibirte, te tengo en mi persona, en mi alma, en mi vida, en mi coraz&oacute;n, que tu comuni&oacute;n llegue a todos los rincones de mi car&aacute;cter, de mi cuerpo, de mi lengua y sentidos, que todo mi ser y existir viva unido a Ti, que no se rompa por nada esta uni&oacute;n, qu&eacute; alegr&iacute;a tenerte conmigo, tengo el cielo en la tierra porque el mismo Jesucristo vivo y resucitado que sacia a los bienaventurados en el cielo, ha venido a m&iacute; ahora; porque el cielo es Dios, eres T&uacute;, Dios m&iacute;o, y T&uacute; est&aacute;s dentro de m&iacute;. Tr&aacute;eme del cielo tu resurrecci&oacute;n, que al encuentro contigo todo en m&iacute; resucite, sea vida nueva, no la m&iacute;a, sino la tuya, la vida nueva de gracia que me has conseguido en la misa; Se&ntilde;or, que est&eacute; bien despierto en mi fe, en mi amor, en mi esperanza; c&uacute;rame, fortal&eacute;ceme, ay&uacute;dame y si he de sufrir y purificarme de mis defectos, que sienta que t&uacute; est&aacute;s conmigo. &iexcl;Eucarist&iacute;a divina! &iexcl;C&oacute;mo te deseo! &iexcl;C&oacute;mo te necesito! &iexcl;C&oacute;mo te busco! &iexcl;Con qu&eacute; hambre de tu presencia camino por la vida! Te a&ntilde;oro m&aacute;s cada d&iacute;a, me gustar&iacute;a morirme de estos deseos que siento y que no son m&iacute;os, porque yo no los s&eacute; fabricar ni todo esto que siento. &iexcl;Qu&eacute; nostalgia de mi Dios cada d&iacute;a! Necesito comerte ya, porque si no morir&eacute; de ansias del pan de vida. Necesito comerte ya para amarte y sentirme amado. Quiero comer para ser comido y asimilado por el Dios vivo. Quiero vivir mi vida siempre en comuni&oacute;n contigo. SEXTA HOMIL&Iacute;A DEL CORPUS Queridos hermanos: Estamos en la festividad del Corpus y la mejor manera de celebrar este d&iacute;a es mirar con amor a Cristo en su presencia eucar&iacute;stica, desde donde nos est&aacute; expresando su amor, entreg&aacute;ndonos su salvaci&oacute;n y d&aacute;ndose permanentemente en amistad a todos los hombres. El se qued&oacute; con todo su amor; nosotros, al menos hoy, debemos corresponder a tanto amor, ador&aacute;ndole, vener&aacute;ndole, mir&aacute;ndole agradecidos en su entrega hasta el extremo. LA EUCARIST&Iacute;A COMO PRESENCIA Cuando celebramos la Eucarist&iacute;a, despu&eacute;s de haber comulgado, el pan consagrado se guarda en el sagrario para la comuni&oacute;n de los enfermos y para la veneraci&oacute;n de los fieles. All&iacute; permanece el Se&ntilde;or vivo y resucitado en Eucarist&iacute;a perfecta, es decir, no est&aacute;ticamente, como si fuera un cuadro, una imagen, sino vivo, din&aacute;mico, ofreciendo al Padre su vida por nosotros, intercediendo por todos, dando su vida por los hombres. Es un misterio, un sacramento permanente de amor y salvaci&oacute;n. Pablo VI en su enc&iacute;clica Mysterium fidei nos dice: &laquo;Durante el d&iacute;a, los fieles no omitan la visita al Sant&iacute;simo Sacramento... La visita es prueba de gratitud, signo de amor y deber de adoraci&oacute;n a Cristo Nuestro Se&ntilde;or, all&iacute; presente&raquo;. Cada uno de nosotros puede decirle al Se&ntilde;or: Se&ntilde;or, s&eacute; que est&aacute;s ah&iacute;, en el sagrario. S&eacute; que me amas, me miras, me proteges y me esperas todos los d&iacute;as. Lo s&eacute;, aunque a veces viva olvidando esta verdad y me porte como t&uacute; no mereces ni yo debiera. Quisiera sentir m&aacute;s tu presencia y ser atrapado por este ardiente deseo, que se llama Jes&uacute;s Eucarist&iacute;a, porque cuando se tiene, ya no se cura. Quiero saber, Se&ntilde;or, por qu&eacute; me buscas as&iacute;, por qu&eacute; te humillas tanto, por qu&eacute; vienes en mi busca haci&eacute;ndote un poco de pan, una cosa, humill&aacute;ndote m&aacute;s que en la Encarnaci&oacute;n, en que te hiciste hombre. T&uacute; que eres Dios y todo lo puedes &iquest;por qu&eacute; te has quedado aqu&iacute; en el sagrario? &iquest;Qu&eacute; puedo yo darte que t&uacute; no tengas? Y Jes&uacute;s nos dice a todos algo que no podemos comprender bien en la tierra sino que tenemos que esperar al cielo para saberlo: Lo tengo todo menos tu amor, si t&uacute; no me lo das. Y sin ti no puedo ser feliz. Vine a buscarte y quiero encontrarte para vivir una amistad eterna que empieza en el tiempo. Y es que debemos de valer mucho para el Padre, por lo mucho que nos ama y ha sufrido por nosotros el Hijo. Nosotros no nos valoramos todo lo que valemos. Solo Dios sabe lo que vale el hombre para El: &ldquo;En esto consiste el amor, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que &Eacute;l nos am&oacute; primero y envi&oacute; a su Hijo como propiciaci&oacute;n de nuestros pecados&rdquo; (1Jn 4,3). Entonces, Se&ntilde;or, si yo valgo tanto para Ti, m&aacute;s que lo que yo me valoro y valoro a mis hermanos, ay&uacute;dame a descubrirlo y a vivir s&oacute;lo para Ti, que tanto me quieres, que me quieres desde siempre y para siempre, porque T&uacute; me pensaste desde toda la eternidad. Quiero desde ahora escucharte en visitas hechas a tu casa, quiero contarte mis cosas, mis dudas, mis problemas, que ya los sabes, pero que quieres escucharlos nuevamente de m&iacute;, quiero estar contigo, ay&uacute;dame a creer m&aacute;s en Ti, a quererte m&aacute;s y esperar y buscar m&aacute;s tu amistad: Estate, Se&ntilde;or, conmigo,siempre, sin jam&aacute;s partirte, y, cuando decidas irte, ll&eacute;vame, Se&ntilde;or, contigo, porque el pensar que te ir&aacute;s, me causa un terrible miedo, de si yo sin ti me quedo, de si t&uacute; sin m&iacute; te vas. Ll&eacute;vame en tu compa&ntilde;&iacute;a, donde tu vayas, Jes&uacute;s, porque bien s&eacute; que eres t&uacute; la vida del alma m&iacute;a; si tu vida no me das, yo s&eacute; que vivir no puedo, ni si yo sin ti me quedo, ni si t&uacute; sin m&iacute; te vas. Las puertas del sagrario son para muchas almas las puertas del cielo y de la eternidad ya en la tierra, las puertas de la esperanza abiertas; el sagrario para la parroquia y para todos los creyentes es &ldquo;la fuente que mana y corre&rdquo;, aunque no lo veamos con los ojos de la carne, porque la Eucarist&iacute;a supera la raz&oacute;n, sino por la fe, que todo lo ve y nos lo comunica; el sagrario es el man&aacute; escondido ofrecido en comida siempre, ma&ntilde;ana y noche, es la tienda de la presencia de Dios entre los hombres. Siempre est&aacute; el Se&ntilde;or, bien despierto, intercediendo y continuando la Eucarist&iacute;a por nosotros ante el altar de la tierra y el altar del Padre en el cielo. Por eso no me gusta que el sagrario est&eacute; muy separado del altar y tampoco me importar&iacute;a si est&aacute; sobre un altar en el que ordinariamente no se ofrece la misa. El sagrario para la parroquia es su coraz&oacute;n, desde donde extiende y comunica la sangre de la vida divina a todos los feligreses y al mundo entero. Lo dice Cristo, el evangelio, la Iglesia, los santos, la experiencia de los siglos y de los m&iacute;sticos. As&iacute; lo expresa San Juan de la Cruz: Qu&eacute; bien s&eacute; yo la fuente que mana y corre, aunque es de noche. Aquesta fonte est&aacute; escondida, en esta pan por darnos vida,aunque es de noche. Aqu&iacute; se est&aacute; llamando a las criaturas, y de este agua se hartan aunque a oscuras, porque es de noche. Aquesta eterna fonte que deseo, en este pan de vida yo la veo, aunque es de noche. (Es por la fe, que es oscura al entendimiento) Para San Juan de la Cruz, como para todos los que quieran adentrarse en el misterio de Dios, tiene que ser a oscuras de todo lo humano, que es limitado para entender y captar al Dios infinito. Por eso hay que ir hacia Dios &laquo;toda ciencia trascendiendo&raquo;, para meterse en el Ser y el Amor del Ser y del Amor Infinito que todo lo supera. Para las almas que llegan a estas alturas, s&oacute;lo hay una realidad superior a estos ratos de oraci&oacute;n silenciosa y contemplativa ante el sagrario: la Eternidad en el Dios Trinitario, la visi&oacute;n cara a cara de la Sant&iacute;sima Trinidad en su esencia infinita, en el &eacute;xtasis trinitario y eterno, hasta donde es posible a la pura criatura. Por eso, aunque nosotros no lo comprendamos, muchas de estas almas desean de verdad morir para ir a Dios, porque los bienes de esta vida no les dicen nada. Es lo m&aacute;s l&oacute;gico y f&aacute;cil de comprender: &laquo;Vivo sin vivir en m&iacute; y de tal manera espero, que muero porque no muero. S&aacute;came de aquesta vida, mi Dios y d&aacute;me la muerte, no me tengas impedida en este lazo tan fuerte, mira que peno por verte y mi mal es tan entero, que muero porque no muero&raquo;. Solo desean el encuentro total con Cristo, a quien han llegado a descubrir en la Eucarist&iacute;a y ya no quieren otra compa&ntilde;&iacute;a. Nosotros, si tuvi&eacute;ramos estas vivencias, tambi&eacute;n lo desear&iacute;amos. Es cuesti&oacute;n de amor. Si subi&eacute;ramos hasta esas cumbres, nos quemar&iacute;amos tambi&eacute;n. Para eso hay que purificarse mucho, en el silencio, sin testigos ni excusas ni explicaciones, renunciando a nuestra soberbia, envidia, ira, lujuria..., s&oacute;lo deseando al Se&ntilde;or y cumplir su voluntad. Hay que dejar que el Se&ntilde;or desde el sagrario nos vaya diciendo y quitando nuestros pecados, sin echarnos para atr&aacute;s. &ldquo;Los limpios de coraz&oacute;n ver&aacute;n a Dios&rdquo;. Sentirse amado es la felicidad humana. Sentirse amado por Dios es la felicidad suprema, que desborda la capacidad del hombre limitado. Queridos hermanos y hermanas: Jes&uacute;s lo hab&iacute;a prometido:&ldquo;Me quedar&eacute; con vosotros hasta el final de los tiempos&rdquo;. Y San Juan nos dice en su evangelio que Jes&uacute;s: &ldquo;habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los am&oacute; hasta el extremo...&rdquo; hasta el extremo de su amor y fuerzas, dando su vida por nosotros, y hasta el extremo de los tiempos, permaneciendo con nosotros en el pan consagrado de todos los sagrarios de la tierra. Las almas de Eucarist&iacute;a, las almas de sagrario, las almas despiertas de fe y amor a Cristo son felices, a&uacute;n en medio de pruebas y sufrimientos en la tierra, porque su coraz&oacute;n ya no es suyo, ya no es propiedad humana, se lo ha robado Dios y ya no saben vivir sin El: &laquo;&iquest;Por qu&eacute;, pues has llagado aqueste coraz&oacute;n, no lo sanaste? Y, pues me lo has robado, &iquest;por qu&eacute; as&iacute; lo dejaste y no tomas el robo que robaste?&raquo; (C.9) &iexcl;Se&ntilde;or, ya que me has robado el coraz&oacute;n, el amor y la vida, pues ll&eacute;vame ya contigo! S&Eacute;PTIMA HOMIL&Iacute;A DEL CORPUS CHRISTI QUERIDOS HERMANOS: Estamos celebrando la fiesta del Corpus Christi. Todo cuerpo tiene un coraz&oacute;n, es el &oacute;rgano principal, si el coraz&oacute;n se para, el hombre muere. &laquo;Te amo con todo mi coraz&oacute;n&raquo;, &laquo;te lo digo de coraz&oacute;n...&raquo; son expresiones que indican que lo que hacemos o decimos es desde lo m&aacute;s profundo y sincero de nuestro ser, con todas nuestras fuerzas. Pues bien, este cuerpo de Cristo Eucarist&iacute;a que hoy veneramos, tiene un coraz&oacute;n que es el Coraz&oacute;n del Verbo Encarnado. El Coraz&oacute;n eucar&iacute;stico de Cristo es el que realiz&oacute; este milagro de amor y sabidur&iacute;a y poder de la Eucarist&iacute;a. Este coraz&oacute;n, que est&aacute; con nosotros en el sagrario y que recibimos en la Comuni&oacute;n, es aquel coraz&oacute;n, que viendo la miseria de la humanidad, sin posibilidad de Dios por el pecado y viendo que los hombres hab&iacute;amos quedado impedidos de subir al cielo, se compromete a bajar a la tierra para buscarnos y salvarnos: &ldquo;Padre, no quieres ofrendas y sacrificios, aqu&iacute; estoy yo para hacer tu voluntad&rdquo;. Este Coraz&oacute;n, centrado en el amor al Padre y al hombre, con una entrega total y victimal hasta la muerte, es el coraz&oacute;n de Cristo que &ldquo;me am&oacute; y se entreg&oacute; por m&iacute;&rdquo;, en adoraci&oacute;n y obediencia perfecta al Padre hasta el sacrificio de su vida. Y este Coraz&oacute;n est&aacute; aqu&iacute; y en cada sagrario de la tierra y este coraz&oacute;n quiero ponerlo hoy, en este d&iacute;a de la festividad del Corpus, del Cuerpo de Cristo, como modelo del nuestro, como ideal de vida que agrada a Dios y salva a los hermanos. Este Coraz&oacute;n eucar&iacute;stico de Cristo, puesto en contacto con las miserias de su tiempo: ignorancia de lo divino, odios fratricidas, miserias de todo tipo, incluso enfermedades f&iacute;sicas, morales, ps&iacute;quicas... fu&eacute; todo salud, compasi&oacute;n, verdad y vida. Por eso, sabiendo que est&aacute; aqu&iacute; con nosotros, en el pan consagrado, ese mismo Coraz&oacute;n de Cristo, porque no tiene otro, debemos ahora meditar en este Coraz&oacute;n que nos am&oacute; hasta el extremo en su Encarnaci&oacute;n y en el G&oacute;lgota, que nos am&oacute; y sigue am&aacute;ndonos hasta el extremo en la Eucarist&iacute;a, pero como de esto ya he hablado en otras fiestas del Corpus, hoy vamos a fijarnos en los rasgos de su coraz&oacute;n amant&iacute;simo reflejado en sus palabras que escuchamos esta ma&ntilde;ana desde su presencia eucar&iacute;stica y que le siguen saliendo de los m&aacute;s &iacute;ntimo de su coraz&oacute;n. A trav&eacute;s de la lengua, habla el coraz&oacute;n de los hombres. Jes&uacute;s, el predicador fascinante que arrastraba las multitudes, haciendo que se olvidaran hasta de comer, el que se sent&iacute;a bien entre los sencillos y plantaba cara a los soberbios, el que jugaba con los ni&ntilde;os y miraba con amor a los j&oacute;venes y con misericordia a los pecadores, ten&iacute;a el coraz&oacute;n m&aacute;s compasivo y fuerte de la humanidad. Vamos a fijarnos hoy en algunas de sus palabras, que hoy nos las dice desde el sagrario y le retratan y le dibujan ante nosotros como en un lienzo bell&iacute;simo, en una figura con ojos misericordiosos, llenos de ternura, con su Coraz&oacute;n compasivo y lleno de perdones, con sus manos que nunca se cansaron de hacer el bien: - &ldquo;Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo&rdquo;,para estar cerca de los hombres y alimentar y fortalecer la debilidad y el cansancio humano con mi energ&iacute;a divina de amor renovado, de entrega, de entusiasmo, servicio. - &ldquo;Yo soy la luz del mundo&rdquo;, nos repite todos los d&iacute;as desde el sagrario, para iluminar vuestra oscuridad de sentido de la vida: por qu&eacute; existimos, para qu&eacute; vivimos, a donde vamos... yo soy la luz de la verdad sobre el hombre y su trascendencia. - &ldquo;Yo soy el pastor bueno,&rdquo; &ldquo;yo soy la puerta&rdquo; para que el hombre acierte en el camino que lleva a la eternidad, al amor de Dios, a los pastos del amor fraterno, al servicio humano y compasivo de las necesidades humanas, yo soy la puerta de vida personal o familiar honrada, yo soy la puerta de los matrimonios verdaderos, para toda la vida, de las familias unidas, que superan todas las dificultades, de uni&oacute;n y la paz entre los hombres, entre los vecinos. - &ldquo;Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida&rdquo;, todo est&aacute; en m&iacute; para vosotros, para que no caig&aacute;is en las cunetas del error, de la muerte, de los vicios y pecados que quitan al hombre la libertad, la alegr&iacute;a y lo reducen a las esclavitudes de los vicios, al vac&iacute;o existencial. - &ldquo;Yo he venido a salvar lo que estaba perdido&rdquo;; &ldquo;Yo he venido para que teng&aacute;is vida y la teng&aacute;is abundante&rdquo;, os he pensado y creado desde el Padre por amor, os he recreado por amor como Hijo desde la Encarnaci&oacute;n, os he redimido y he sufrido la muerte para que teng&aacute;is vida eterna, y por la potencia de mi Esp&iacute;ritu, consagro el pan en mi cuerpo y sangre para la salvaci&oacute;n del mundo. -&ldquo;Yo he venido a traer fuego a la tierra y s&oacute;lo quiero que arda&rdquo;: que ardan de amor cristiano los matrimonios, que ardan de amor y perd&oacute;n los padres y los hijos, que los esposos ardan de mi amor y superen todos los ego&iacute;smos, incomprensiones, que ardan de amor verdadero los j&oacute;venes, los novios, sin consumismos, sin reducirlo s&oacute;lo a cuerpo... el amor de los m&iacute;os tiene que ser humilde y sin orgullo, sincero y generoso como el m&iacute;o, dador de gracias y dones, sin cansancio, sin ego&iacute;smos, con ardor y fuego humano y divino. - &ldquo;Si alguien tiene sed que venga a mi y beba... un agua que salta hasta la vida eterna&hellip;&rdquo; es el agua de la vida de gracia, la vida eterna, la misma vida de Dios que es su felicidad eterna, la que quiere compartir con cada uno de nosotros. Queridos hermanos: repito e insisto: ese coraz&oacute;n lo ten&eacute;is muy cerca, late muy cerca de nosotros en la Eucarist&iacute;a, en la comuni&oacute;n, en el sagrario, est&aacute; aqu&iacute;. Pidamos la fe necesaria para encontrarlo en este pan consagrado, pid&aacute;mosle con insistencia: &ldquo;Se&ntilde;or, yo creo, pero aumenta mi fe&rdquo;. Vivir en sinton&iacute;a con este Coraz&oacute;n de Cristo significa amar y pensar como &Eacute;l, entregarse en servicio al Padre y a los hombres como &Eacute;l, en ayuda a todos, especialmente a los m&aacute;s necesitados, es aceptar su amistad ofrecida aqu&iacute; y ahora. Esto es lo que pretende y desea con su presencia eucar&iacute;stica. Para esto se qued&oacute; en el sagrario. Y esto es lo que le pedimos con fe y amor. CARTAS A LOS PADRES DE PRIMERA COMUNI&Oacute;N PARROQUIA DE SAN PEDRO PLASENCIA A LOS PADRES Y MADRES DE 2&ordm; DE PRIMARIA QUERIDAS MADRES, QUERIDOS PADRES: Os felicito, porque vuestro hijo o hija, despu&eacute;s de este a&ntilde;o de introducci&oacute;n catequ&eacute;tica, empezar&aacute; ya el pr&oacute;ximo curso su preparaci&oacute;n espec&iacute;fica para la Primera Comuni&oacute;n. Es un motivo de alegr&iacute;a para todos, porque se trata del misterio m&aacute;s grande de la Iglesia, a cuya celebraci&oacute;n digna y cristiana todos debemos de colaborar: padres, sacerdotes y catequistas. Conviene desde el principio tener ideas claras sobre qu&eacute; debe ser y qu&eacute; no debe ser la Primera Comuni&oacute;n. Tristemente este a&ntilde;o, aunque solo en uno o dos casos, han vuelto a aparecer excesos que cre&iacute;amos totalmente superados y que son totalmente ajenos a la celebraci&oacute;n del sacramento. Por otra parte, es necesario que los padres colabor&eacute;is m&aacute;s responsablemente en la catequesis y en el seguimiento de la formaci&oacute;n cristiana de vuestros hijos. Con este objeto, el pr&oacute;ximo curso abriremos una escuela catequ&eacute;tica para padres y madres, que quieran acompa&ntilde;ar desde el hogar, --deber&iacute;ais ser todos&mdash;a sus hijos en este camino de fe y vida cristiana, pudiendo, incluso, si lo quieren, formar parte del grupo de catequistas de la parroquia. POR TODO ESTO Y OTROS MOTIVOS, OS CONVOCO A TODOS LOS PADRES Y MADRES DE 2&ordm; DE PRIMARIA, A UNA REUNI&Oacute;N QUE TENDREMOS EN LA PARROQUIA EL DIA 19 DE MAYO, JUEVES, A LAS 8 de la TARDE, EN LOS SALONES PARROQUIALES. OS ESPERO A TODOS. EL PR&Oacute;XIMO CURSO, EN OCTUBRE, SER&Eacute;IS PADRES Y MADRES DE NI&Ntilde;OS DE PRIMERA COMUNION. Y ESTO ES SERIO EN NUESTRA PARROQUIA. CON TODO AFECTO, Gonzalo PARROQUIA DE SAN PEDRO PLASENCIA.- A LOS PADRES Y MADRES DE 3&ordm; Y 4&ordm;: PRIMERA COMUNI&Oacute;N: REUNI&Oacute;N, JUEVES, 15 DE OCTUBRE, 8 TARDE, EN LA PARROQUIA. QUERIDOS PADRES Y MADRES: QUIERO REPETIR UN POCO AQU&Iacute; LO QUE HAB&Eacute;IS LE&Iacute;DO EN LA HOJA PARROQUIAL: Los dos cursos de 3&ordm; y 4&ordm; son preparatorios y obligatorios para la Primera Comuni&oacute;n. Los padres y madres de ambos cursos deben prepararse tambi&eacute;n para este acontecimiento religioso. Por esta raz&oacute;n os convocamos a todos para esta reuni&oacute;n en que trataremos de QU&Eacute; DEBE SER Y QU&Eacute; NO DEBE SER LA PRIMERA COMUNION, TANTO PARA LOS NI&Ntilde;OS COMO PARA LOS PADRES. Habr&aacute; que empezar diciendo que la Primera Comuni&oacute;n no es LA FIESTA DE LOS NI&Ntilde;OS NI DE LOS PADRES SINO DE JESUCRISTO EUCARISTIA, DEL CRISTO QUE NOS AM&Oacute;, VINO EN NUESTRA B&Uacute;SQUEDA Y NOS ABRI&Oacute; EL CAMINO DE LA ETERNIDAD. &Eacute;STE ES EL CRISTO QUE HAY RECIBIR DESDE LA FE Y EL AMOR, Y PARA ESO, TODOS, ESPECIALMENTE LOS NI&Ntilde;OS, DEBEN PREPARARSE CON SUMO INTER&Eacute;S DE TODOS. Quiere decir esto, que si hay fe en los ni&ntilde;os y en los padres, todo esto tiene orden y sentido; pero si no hay amor ni fe, no es honrado celebrar y pedir un sacramento en el que no se cree: &iexcl;MYSTERIUM FIDEI! lo proclama el sacerdote despu&eacute;s de la consagraci&oacute;n; por eso, toda preparaci&oacute;n es poca y debe ser muy cuidada por ni&ntilde;os y padres. Es m&aacute;s, los ni&ntilde;os terminar&aacute;n perfectamente preparados. Modernamente, en este tiempo de secularizaci&oacute;n y confusi&oacute;n religiosa, son los padres los que necesitan mayor preparaci&oacute;n. Por eso, la necesidad de las reuniones, que en nuestra Parroquia son ya una tradici&oacute;n. OS ESPERAMOS A TODOS, PORQUE SOIS VOSOTROS LOS PRIMEROS RESPONSABLES DE LA FE Y DE LA EDUCACION CRISTIANA DE VUESTROS HIJOS. NOSOTROS OS AYUDAMOS EN LA MEDIDA EN QUE VOSOTROS NOS DEJEIS Y ACOMPA&Ntilde;EIS. Con el afecto de siempre, vuestro p&aacute;rroco, GONZALO PARROQUIA DE SAN PEDRO PLASENCIA.- SOLICITUD DE PRIMERA COMUNION QUERIDOS PADRES Y MADRES: CUANDO LOS HIJOS SON PEQUE&Ntilde;OS, LOS PADRES DEBEIS PROCURARLES TODOS LOS BIENES NECESARIOS PARA LA SALUD, PARA LA VIDA Y PARA LA FE. LA PRIMERA COMUNION ES UN BIEN ESENCIAL PARA LA VIDA CRISTIANA DE VUESTRO HIJO/A. ESTO OS OBLIGA A LOS PADRES BAUTIZADOS A RENOVAR VUESTRA OPCION DE FE POR JESUCRISTO, COMO DIOS Y SALVADOR. SI TENEIS FE EN JESUCRISTO Y LA CONSIDERAIS UN BIEN PARA VUESTROS HIJOS, PODEIS SOLICITAR EL SACRAMENTO DE LA EUCARISTIA PARA ELLOS. SI NO TENEIS FE EN JESUCRITO EUCARIST&Iacute;A O NO LA CONSIDERAIS UN BIEN PARA VUESTROS HIJOS, DEBEIS DEJAR LA PRIMERA COMUNI&Oacute;N HASTA QUE SEA VUESTRO HIJO QUIEN PUEDA RESPONSABILIZARSE, ES DECIR, PARA CUANDO EL HIJO/A SEA UN POCO MAYOR Y PUEDA DECIDIR POR SU CUENTA. PORQUE LA PRIMERA COMUNION DE LOS HIJOS OBLIGA A LOS PADRES A TOMAR EN SERIO SU VIDA CRISTIANA, PRINCIPALMENTE SU FE EN EL MISTERIO EUCARISTICO, LA CELEBRACION DE ESA FE, SOBRE TODO EN LA MISA DEL DOMINGO Y EN LA ORACI&Oacute;N EN EL HOGAR. SI NO TEN&Eacute;IS FE O NO QUER&Eacute;IS ACOMPA&Ntilde;AR A VUESTRO HIJO EN ESTE CAMINO, POR LAS CAUSAS QUE SEAN, REPITO, QUE POR COHERENCIA Y VERDAD, NO POD&Eacute;IS PEDIR PARA VUESTROS HIJOS UN SACRAMENTO EN EL QUE NO CREEIS O NO PRACTICAIS. POR TANTO, PADRES Y MADRES, PENSAD BIEN LO QUE VAIS A SOLICITAR. VUESTROS COMPROMISOS, COMO PADRES Y MADRES, QUE SOLICITAIS LA PRIMERA COMUNION PARA VUESTRO HIJO/A, SON LOS SIGUIENTES: 1&ordm;.- VELAR POR LA ASISTENCIA DE VUESTRO HIJO A LA MISA DOMINICAL. 2&ordm;.- PRESENCIA DE VUESTRO HIJO/A EN LA CATEQUESIS SEMANAL. 3&ordm;.- PRESENCIA VUESTRA EN LAS REUNIONES PARROQUIALES DE PREPARACI&Oacute;N PARA LOS PADRES. Si est&aacute;is dispuestos, rellenad esta Solicitud: Los padres del ni&ntilde;o/a ........................................... SOLICITAMOS comprometidos y gustosos su Primera Comuni&oacute;n. Naci&oacute; el d&iacute;a.... del mes de.................. del a&ntilde;o........ Se bautiz&oacute; el dia....del mes de................ del a&ntilde;o...... en la PARROQUIA de ............................. de la ciudad de .................. ............................................... (Sello de la parroquia) FIRMA DE LOS PADRES: Padre Madre PARROQUIA DE SAN PEDRO PLASENCIA.- A LOS PADRES Y MADRES DE NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS DE 4&ordm; QUE PERTENECEN AL GRUPO DE CATEQUESIS DE GUADALUPE: (A modo de ejemplo) SARA ROBLE FRAILE JUAN MANUEL REAL ALCON MARTA MU&Ntilde;OZ GARCIA SERGIO DIAZ ROMERO LAURA OLIVA OLIVA ADRIANA PARAMIO SANGUINO VICTOR PE&Ntilde;A DACOSTA MARIO DELGADO ALONSO QUERIDOS PADRES Y MADRES DE ESTOS NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS: EL PROXIMO JUEVES, DIA 24 DE NOVIEMBRE, A LAS 8 TARDE, EN LOS SALONES PARROQUIALES, TENDREMOS UNA REUNION CON EL SIGUIENTE PROGRAMA: 1.- EVANGELIO DEL DIA Y COMENTARIO. 2.- TEMA EUCAR&Iacute;STICO 3.- INFORME DE LA CATEQUISTA SOBRE EL GRUPO. 4.- PREGUNTAS Y SUGERENCIAS DE LOS PADRES Y MADRES. 5.- RECEPCION DE LAS SOLICITUDES DE PRIMERA COMUNION. ANTE EL NUMERO DE SOLICITANTES VEREMOS Y TENIENDO EN CUENTA LAS DEM&Aacute;S SOLICITUDES OS INVITAR&Eacute; A TODOS LOS PADRES Y MADRES DE PRIMERA COMUNI&Oacute;N PARA COMUNICAROS LOS D&Iacute;AS DE CELEBRACI&Oacute;N DE LA PRIMERA COMUNI&Oacute;N. DADA LA IMPORTANCIA DE ESTA REUNI&Oacute;N, ESPERO QUE NO FALT&Eacute;IS. 5.- RECEPCION DE LAS PARTIDAS DE BAUTISMOS. OS ESPERO A TODOS. CON TODO AFECTO, Gonzalo PARROQUIA DE SAN PEDRO PLASENCIA.- A LOS PADRES Y MADRES DE HIJOS DE PRIMERA COMUNION QUERIDOS PADRES Y MADRES: Ya estamos m&aacute;s cerca de ese d&iacute;a tan esperado y preparado por todos: ni&ntilde;os, padres, catequistas y sacerdotes: LA PRIMERA COMUNI&Oacute;N DE VUESTRO HIJO. Os convoco a todos los padres y madres a la reuni&oacute;n general que tendremos en los salones parroquiales, el jueves, d&iacute;a 2 de febrero, a las 8 de la tarde, para estar seguros de los d&iacute;as que elegisteis definitivamente para la Primera Comuni&oacute;n, que, como sab&eacute;is, ser&aacute;n los d&iacute;as 30 de abril y 7 de mayo. El ideal ser&iacute;a que en cada domingo no hubiera m&aacute;s de 12 ni&ntilde;os ni menos de 6. Parece ser que ser&aacute; as&iacute; por el tanteo que hicimos. Recuerdo una vez m&aacute;s el compromiso de participar en la Eucarist&iacute;a del domingo, que para los ni&ntilde;os y ni&ntilde;as tenemos especialmente en el Cristo de las Batallas, a las 12 de la ma&ntilde;ana. Una vez m&aacute;s tengo que repetir que la Primera Comuni&oacute;n de los hijos obliga a los padres a tomarse en serio su fe cristiana. No practicar la fe es un impedimento importante para una digna y coherente celebraci&oacute;n del misterio eucar&iacute;stico, adem&aacute;s de no estar cumpliendo lo firmado en la Solicitud de la Primera Comuni&oacute;n para sus hijos. Los que no hayan aportado todav&iacute;a el certificado del bautismo de su hijo, deben hacerlo en esta reuni&oacute;n. El domingo, d&iacute;a 5 de febrero, tendremos la Presentaci&oacute;n de los ni&ntilde;os y ni&ntilde;as de Primera Comuni&oacute;n a la Comunidad en la misa de las 12 en el Cristo de las Batallas. Esperamos vuestra presencia. Con el afecto de siempre, hasta el d&iacute;a 2 de este me de febrero, vuestro p&aacute;rroco, GONZALO. PARROQUIA DE SAN PEDRO PLASENCIA. - A LOS PADRES Y MADRES DE PRIMERA COMUNION EL PR&Oacute;XIMO S&Aacute;BADO CELEBRAREMOS EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA O CONFESI&Oacute;N. QUERIDOS PADRES Y MADRES: Ya falta menos. Y el jueves, d&iacute;a 9 de marzo, celebraremos con vosotros y con vuestros hijos y familia el sacramento de la Penitencia, en el Cristo de las Batallas, a las 7,30 de la tarde. Para vuestros hijos ser&aacute; la primera vez. Ayudadlos. Rezad por ellos. Me hubiera gustado, como otros a&ntilde;os, tener una charla introductoria con vosotros sobre el tema, pero no ha sido posible por determinadas causas. Por eso, me gustar&iacute;a que fuerais muy puntuales ese d&iacute;a, para dedicar los primeros minutos a una breve catequesis sobre este sacramento, dirigida como siempre a los ni&ntilde;os, pero pensando en los padres, como siempre, porque ya me conoc&eacute;is de las misas. Me gustar&iacute;a que vosotros tambi&eacute;n recibieseis el abrazo de Dios Padre por su Hijo Jesucristo en el Esp&iacute;ritu Santo, Dios Amor que nos perdona. &iquest;Cu&aacute;nto tiempo que no confes&aacute;is? No teng&aacute;is miedo alguno. Cristo desea llenaros de su paz y perd&oacute;n. Muchas depresiones y tristezas del mundo vienen porque vamos cargados con ese peso, y qu&eacute; respiro cuando los descargamos. Haced la prueba, pero bien celebrada la confesi&oacute;n, sin mentir, porque a Dios no podemos enga&ntilde;arlo. Deb&eacute;is recibirlo con plena libertad, si os encontr&aacute;is dispuestos. Ahora solo quiero deciros: -- Que es un verdadero sacramento instituido por Cristo, no por la Iglesia o los sacerdotes. Jes&uacute;s dijo: "Id por todo el mundo.... bautizad... a los que perdon&eacute;is los pecados, les quedan perdonados, a los que se los retuvierais, les quedan retenidos." Son palabras de Jes&uacute;s y &Eacute;l nos ama y no puede mentir. -- Nos perdona Dios, no el sacerdote, puesto que a Dios es a quien ofendemos cuando pecamos, cuando no cumplimos su voluntad y adem&aacute;s solo Dios puede perdonar los pecados. -- El sacerdote hace de Cristo, es su presencia sacramental en la tierra. -- Dios ha querido perdonarnos a trav&eacute;s del sacerdote. Es bueno antes pedirle a Dios, confesarse con Dios, pero luego hay que manifestarlo a sus ministros para recibir la gracia del sacramento. -- Cuando se tiene conciencia de pecado, es condici&oacute;n indispensable para recibir el perd&oacute;n y poder comulgar a Cristo. &iexcl;PERO SI YO NO TENGO PECADOS! NO MATO, NO ROBO, pues bien, ahora tambi&eacute;n quiero brevemente ayudarte a descubrir tus pecados: En primer lugar, examina tu comportamiento con Dios : rezas o no, vas a misa, blasfemas, tienes faltas de fe, esperanza... En segundo lugar, examina tu comportamiento con las personas que debes amar y respetar: tu conyuge, hijos, padres, hermanos, amigos de trabajo...tienes ira, criticas de ellos, piensas o les haces mal de palabra o de obra...tienes odio, rencor a alguien. En tercer lugar, exam&iacute;nate a t&iacute; mismo: eres orgulloso, envidioso, lujurioso, iracundo, perezoso en tus deberes... TAMBI&Eacute;N PUEDES DECIR AL SACERDOTE: AY&Uacute;DEME. Y TODOS LOS CURAS TE AYUDARAN A HACER UNA BUENA CONFESI&Oacute;N. NO TENGAS MIEDO PORQUE ES EL SACRAMENTO DEL GOZO Y LA ALEGR&Iacute;A. T&Uacute; SIMPLEMENTE PONTE EN CAMINO, COMO EL HIJO PRODIGO. Y VEN. SENTIR&Aacute;S EL ABRAZO DEL PADRE. OS ESPERAMOS A TODOS. &ldquo;NADIE TE HA CONDENADO, DIJO JES&Uacute;S A LA AD&Uacute;LTERA, YO TAMPOCO TE CONDENO. VETE EN PAZ...&rdquo; HASTA PRONTO. VUESTRO P&Aacute;RROCO, GONZALO PARROQUIA DE SAN PEDRO PLASENCIA.- P R I M E R A S C O M U N I O N E S QUERIDA FAMILIA: El pr&oacute;ximo domingo de mayo celebraremos un gran acontecimiento religioso familiar: LA PRIMERA COMUNION de uno de vuestros hijos. Puedo aseguraros que ellos se encuentran perfectamente preparados, gracias principalmente al trabajo de las catequistas, que les han acompa&ntilde;ado durante estos dos a&ntilde;os que ha durado su preparaci&oacute;n catecumenal. Repito que es un acontecimiento religioso familiar. Por eso, no solo los ni&ntilde;os sino tambi&eacute;n sus padres y hermanos mayores deben prepararse para este paso de la Gracia, esta pascua del Se&ntilde;or. SON D&Iacute;AS EN QUE TODA LA FAMILIA DEBE CONFESAR Y RECIBIR EL PAN DE LA EUCARIST&Iacute;A. Os invito, pues, a los sacramentos de la Penitencia y Eucarist&iacute;a juntamente con vuestro hijo/a. Para comulgar fructuosamente es necesario: -- CREER EN JESUCRISTO, HIJO DE DIOS, PRESENTE EN EL SACRAMENTO. --ESTAR LIMPIO DE PECADO, confesando previamente si es necesario. Por amor a Dios, que no haya ning&uacute;n sacrilegio ese d&iacute;a. Que nadie se acerque sin estar debidamente preparado. Y ahora paso a describiros el camino a seguir la semana anterior a la Primera Comuni&oacute;n: -- MI&Eacute;RCOLES ANTERIOR A LA PRIMERA COMUNION: Catequesis ordinaria -- JUEVES ANTERIOR A LA PRIMERA COMUNION: 6 tarde: Catequesis s&oacute;lo con los ni&ntilde;os y ni&ntilde;as que har&aacute;n el domingo su Primera Comuni&oacute;n y preparaci&oacute;n de la liturgia. -- VIERNES ANTERIOR, 9 tarde: REUNI&Oacute;N CON PADRES Y MADRES DE ESOS NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS. -- SABADO , A LAS 8,45 de la tarde, EN EL CRISTO DE LAS BATALLAS: CONFESIONES PARA TODOS: NI&Ntilde;OS, PADRES Y FAMILIARES DOMINGO, 12 de la ma&ntilde;ana, EN EL CRISTO: PRIMERAS COMUNIONES QUE JESUCRISTO EUCARIST&Iacute;A SEA ALABADO Y NOS LLENE EL ALMA DE ALEGR&Iacute;A Y PAZ. CON EL AFECTO DE SIEMPRE, GONZALO ESQUEMA DE LA PRIMERA REUNION ADVERTENCIAS PREVIAS: Dar carta a los ni&ntilde;os el mi&eacute;rcoles anterior e interesarles en que los padres deben venir a la reuni&oacute;n. Como siempre, lo hicieron muy bien. Hablar con suma tranquilidad y misericordia sin t&oacute;picos ni palabras hechas y duras. No ofender lo m&aacute;s m&iacute;nimo, ya que la Eucarist&iacute;a es excelsa y exigente por s&iacute; misma. ORDEN DE LA REUNION 1.- HIJOS, PERDONADNOS: EN EL FOLIO DE ORACION DE LOS NOVIOS. 2.- LECTURA DEL EVANGELIO DEL DOMINGO QUE VIENE: COMENTARIO BREVE 3.- LECTURA DE LA CARTA QUE LES HE DIRIGIDO EN LA HOJA O ENTREGADO A LOS NI&Ntilde;OS PARA QUE SE LA DIESEN A SU PADRES. 4.- LECTURA Y EXPLICACI&Oacute;N DE LA SOLICITUD DE PRIMERA COMUNI&Oacute;N. EL QUE SE SIENTA CON FE SUFICIENTE Y SE COMPROMETA A CUMPLIR LOS COMPROMISOS DEBE ENTREGARLA EN LA REUNION QUE TENDREMOS EL PR&Oacute;XIMO JUEVES Y A LA QUE DEBEN VENIR PADRES Y MADRES SI ESTAN INTERESADOS EN LA PRIMERA COMUNION DE SUS HIJOS. ADVERTIRSELO E INSISTIR EN SU NECESARIA PRESENCIA, PORQUE SOLO LAS RECIBO EN LAS REUNIONES, NO EN LA CALLE. 5.- &iquest;QU&Eacute; DEBE SER LA PRIMERA COMUNION? UN ENCUENTRO POR LA FE Y EL AMOR CON CRISTO, CON EL MISTERIO DE DIOS. Este ser&aacute; el tema de la pr&oacute;xima reuni&oacute;n. Ahora s&oacute;lo quiero anticipar: En ese pan tan peque&ntilde;o, consagrado, para los cat&oacute;licos, para la Iglesia, para los despiertos en su fe cristiana y cat&oacute;lica se encierra todo el misterio del Amor de Dios Padre, Hijo y Esp&iacute;ritu Santo: Creaci&oacute;n, recreaci&oacute;n en Cristo por su muerte y resurrecci&oacute;n que se hacen presente en el Jueves Santo: en la Eucarist&iacute;a: existo porque soy amado por el Padre; existo, porque soy redimido por el Hijo; comulgo con su salvaci&oacute;n porque soy amado por el Hijo en el Esp&iacute;ritu Santo. En la Eucarist&iacute;a me siento amado por Dios Padre, Salvado por Cristo, y Templo de Dios por el Esp&iacute;ritu Santo que me habita. Lo hago brevemente porque lo tratar&eacute; el pr&oacute;ximo jueves. 6.- &iquest;QU&Eacute; NO DEBE SER LA PRIMERA COMUNION? Habl&eacute; primero de lo que tengo escrito, luego este a&ntilde;o tuve una lectura de la pastoral del Obispo de Ciudad Rodrigo que me ven&iacute;a muy bien. No digo fechas de Comuni&oacute;n para que vengan otro d&iacute;a: excusa: que como no se los que har&aacute;n la Primera Comuni&oacute;n, porque quiero ver antes las solicitudes. 7.- ENTREGO LAS SOLICITUDES Y REZAMOS. ESQUEMA DE SEGUNDA REUNION CON PADRES 1&ordf; COMUNION ADVERTENCIA: Di carta a los ni&ntilde;os semana anterior e insist&iacute; en que sin rellenar los padres la solicitud no puede haber Primera Comuni&oacute;n. Hablar con tranquilidad y sin t&oacute;picos. El d&iacute;a anterior fue muy bueno, vinieron todos. Les conmovi&oacute; mucho la oraci&oacute;n: HIJOS, PERDONADNOS, que rec&eacute; al final de la reuni&oacute;n. ORDEN DE LA REUNI&Oacute;N 1.- ORACION DE LA FAMILIA CRISTIANA: FOLIO DE NOVIOS. 2.- LECTURA DEL EVANGELIO 3.- LECTURA DE LA SOLICITUD QUE ME ENTREGAR&Aacute;N AL FINAL DE LA REUNI&Oacute;N E INSISTIR EN LA FE EUCAR&Iacute;STICA, SACRAMENTO M&Aacute;XIMO DE LA IGLESIA, EN LA MISA DEL DOMINGO Y EN LA EDUCACI&Oacute;N CRISTIANA DE SUS HIJOS. 4.- QU&Eacute; NO DEBE SER Y QU&Eacute; DEBE SER LA PRIMERA COMUNION : TAL Y COMO LO TENGO ESCRITO EN EL CUADERNO. 5.- QU&Eacute; NO DEBE SER: YA LO TRAT&Eacute; BREVEMENTE EL JUEVES ANTERIOR. AHORA COMPLETO SIGUIENDO EL CUADERNO. 6.- RECIBO LAS SOLICITUDES QUE FALTA Y ADVIERTO QUE SOLO LAS RECIBIR&Eacute; EN LAS REUNIONES. 7.- ORACI&Oacute;N A LA VIRGEN. PARROQUIA DE SAN PEDRO PLASENCIA CARTA DIRIGIDA A LOS QUE NO PUDIERON ESTAR EN LA &Uacute;LTIMA REUNI&Oacute;N, AUNQUE ESTUVIERA UNO DE LOS PADRES QUERIDOS PADRE O MADRE QUE NO PUDISTE VENIR: Las personas solemos poner mucha atenci&oacute;n en aquello que nos interesa, que llevamos en el coraz&oacute;n. Los hijos son vuestro coraz&oacute;n y vuestro aliento y vida: lo merecen todo para vosotros. Ellos se est&aacute;n abriendo espont&aacute;neamente a la amistad con Dios y su coraz&oacute;n ama a su Hijo, Jesucristo, a quien est&aacute;n conociendo y amando y siguiendo. El Se&ntilde;or dijo una vez: "DEJAD QUE LOS NI&Ntilde;OS VENGAN A MI". Espero que ning&uacute;n padre se lo impida con su palabra o su ejemplo. El tema de las primeras comuniones me preocupa much&iacute;simo y me quita el sue&ntilde;o, porque se trata del Se&ntilde;or y de vuestro hijo. Te confieso nuevamente que las reuniones con los padres las considero sumamente importantes y necesarias para vosotros y no tienen otro objeto que conoceros y ayudaros a vivir mejor este misterio de fe. Es, por otra parte, una exigencia de mi deber sacerdotal que me obliga por amor a Cristo Eucarist&iacute;a y a todos vosotros a instruiros en este misterio de Amor. Por favor, espero que todos colabor&eacute;is y que nadie se invente pretextos a la hora de venir. No me gustar&iacute;a que los ni&ntilde;os sufrieran por este motivo. Si yo quiero reunirme con vosotros es para que todos, los m&aacute;s y menos creyentes, nos acerquemos con ideas claras a este misterio del AMOR DIVINO y lo celebremos &laquo;religiosamente&raquo;. Muchos de nosotros descubrimos el rostro de Dios y de la Iglesia en la Primera Comuni&oacute;n; es bueno que ayudemos a descubrirlo en nuestros hijos, y esto es lo que nos sigue animando cada a&ntilde;o. Creo, pido y espero que Dios siga tocando vuestro coraz&oacute;n de padres. Con delicadeza, en la reuni&oacute;n del jueves, nos hicimos una serie de preguntas, atrevidas ciertamente, pero necesarias para un m&eacute;dico de almas que quiere curarlas: &iquest;Cual es tu fe en Cristo y en la Iglesia? &iquest;Qu&eacute; est&aacute;is haciendo de vuestro cristianismo? &iquest;Por qu&eacute; dominan m&aacute;s las razones sociales que los motivos de fe a veces en este sacramento? &iquest;C&oacute;mo poder ser m&aacute;s coherentes? Aqu&iacute; estamos para ayudaros en cualquier situaci&oacute;n en la que os encontr&eacute;is. La Primera Comuni&oacute;n de vuestro hijo est&aacute; ya ante vosotros y es una pregunta para todos. En ella cada ni&ntilde;o, pero sobre todo, el sacerdote, como ministro del Sacramento, os pregunta a los padres: -&iquest; Por qu&eacute; me llev&aacute;is a comulgar si vosotros no lo hac&eacute;is? -&iquest; Por qu&eacute; alegraros de mi Primera Comuni&oacute;n con Cristo si vosotros dud&aacute;is (no cre&eacute;is) en &Eacute;l y habl&aacute;is mal de su Iglesia y de los curas? -&iquest; Para qu&eacute; hacer la Primera Comuni&oacute;n si no existir&aacute; la segunda? Queridos padres: Os sugiero un peque&ntilde;o ejercicio de reflexi&oacute;n antes de la reuni&oacute;n que tendremos el jueves. Quedaos un minuto en silencio, contemplando a vuestro hijo o a vuestra hija y preg&uacute;ntate en tu coraz&oacute;n, sin que ella o &eacute;l se de cuenta, pero donde ALGUIEN te est&aacute; esperando: &iquest;Qu&eacute; responder a estas preguntas que me hace mi hijo? &iquest;Por qu&eacute; me he alejado de t&iacute;, Cristo? Gonzalo PARROQUIA DE SAN PEDRO PLASENCIA. QUERIDOS PADRES Y MADRES DE PRIMERA COMUNI&Oacute;N: DIOS OS HA CONCEDIDO LA GRACIA DE DAR LA VIDA A UN HIJO/A Y AHORA QUER&Eacute;IS QUE ESTE HIJO/A LLEGUE A PLENITUD CRISTIANA POR EL SACRAMENTO DE LA EUCARIST&Iacute;A. EL SACRAMENTO DE LA EUCARIST&Iacute;A ES EL M&Aacute;S GRANDE MISTERIO DE LA IGLESIA CAT&Oacute;LICA PORQUE HACE PRESENTE A CRISTO, TODA SU VIDA Y SALVACI&Oacute;N, TODO SU EVANGELIO, TODO SU AMOR POR LOS HOMBRES. POR ESO ES CONVENIENTE QUE NOS REUNAMOS PADRES Y MADRES, REPITO, PADRES Y MADRES DE NI&Ntilde;OS/AS DE 4&ordm; PARA PREPARAR ESTE ACONTECIMIENTO DE GRACIA PARA VUESTROS HIJOS Y PARA TODA LA FAMILIA. LA REUNI&Oacute;N SER&Aacute; MA&Ntilde;ANA, JUEVES, 23 DE OCTUBRE, A LAS 8 TARDE, EN LOS SALONES PARROQUIALES. OS ESPERO ATODOS; NO FALT&Eacute;IS POR AMOR A VUESTROS HIJOS Y POR RESPETO A TODOS LOS DEM&Aacute;S PADRES. &laquo;SI TENEMOS PADRES CRISTIANOS, NO NECESITAMOS NI CURAS&raquo; CON AFECTO, VUESTRO P&Aacute;RROCO, Gonzalo PARROQUIA DE SAN PEDRO PLASENCIA. QUERIDOS PADRES Y MADRES: Por fin hemos llegado al d&iacute;a tan esperado y preparado de la Primera Comuni&oacute;n de vuestros hijos. Pido &iexcl;lo he pedido tanto, tanto! que sea un acontecimiento de gracia y salvaci&oacute;n para toda la familia. Me gustar&iacute;a que los padres y toda la familia se preparasen y comulgasen ese d&iacute;a, confes&aacute;ndose antes y deseando comer el Cuerpo de Cristo, prenda de salvaci&oacute;n, de amor y de vida eterna; ser&aacute; la mejor forma, la m&aacute;s cristiana, de celebrar la Primera Comuni&oacute;n de sus hijos, alegrando as&iacute; el coraz&oacute;n de Jesucristo Eucarist&iacute;a; ser&iacute;a tambi&eacute;n un gozo para los hijos verse acompa&ntilde;ados por sus padres y hermanos. El programa y el horario de preparaci&oacute;n ser&aacute; el siguiente; ATENTOS: 1.- TODOS LOS PADRES Y MADRES DE LOS NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS QUE HAR&Aacute;N LA PRIMERA COMUNI&Oacute;N EL DOMINGO, D&Iacute;A 14 tendr&aacute;n con D. Gonzalo una reuni&oacute;n el jueves, d&iacute;a 11, a las 8,30, en San Pedro. Es una reuni&oacute;n breve para elegir lectores, explicar la liturgia, pagar las flores&hellip; etc. Media hora. 2.- LOS NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS, QUE HAR&Aacute;N LA COMUNI&Oacute;N EL DOMINGO, ensayar&aacute;n la liturgia de la Primera Comuni&oacute;n, el viernes, d&iacute;a12, a las 6 de la tarde, en el Cristo de las Batallas. 3.- ESTOS MISMOS NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS CON SUS PADRES Y MADRES Y FAMILIARES CONFESAR&Aacute;N sus pecados el s&aacute;bado, d&iacute;a 13, a las 9 de la tarde, en el Cristo de las Batallas. 4.- El domingo, d&iacute;a 14, a las 12, ser&aacute;n las Primeras Comuniones en el Cristo de las Batallas. A las 11, 30 esperar&aacute; el fot&oacute;grafo para las fotos primeras. Que Dios os bendiga y os ayude a vivir este misterio de gracia y salvaci&oacute;n. Con todo afecto, vuestro p&aacute;rroco, Gonzalo. CANTOS PARA LA EUCARISTIA CON NI&Ntilde;OS 1.-LA MISA ESUNA FIESTA LA MISA ESUNA FIESTA MUY ALEGRE, LA MISA ESUNA FIESTA CON JES&Uacute;S, LA MISA ESUNA FIESTA QUE NOS UNE, LA MISA ESUNA FIESTA CON JES&Uacute;S. CADA DOMINGO CELEBRAMOS QUE NUESTRO AMIGO NOS SALVO, QUE POR AMOR NOS DIO SU VIDA Y RESUCIT&Oacute;. CON SU PALABRA NOS ENSE&Ntilde;A, NOS ALIMENTA CON SU PAN, NOS COMPROMETE A SER AMIGOS Y A CAMINAR. 2.-ALABAR&Eacute;, ALABAR&Eacute;, ALABAR&Eacute;. ALABAR&Eacute;, ALABAR&Eacute;, ALABAR&Eacute;, ALABAR&Eacute; A MI SE&Ntilde;OR.(BIS) TODOS UNIDOS, ALEGRES CANTAMOS GLORIA Y ALABANZAS AL SE&Ntilde;OR, GLORIA AL PADRE, GLORIA AL HIJO GLORIA AL ESPIRITU DE AMOR. ALABAR&Eacute;, ALABAR&Eacute;, ALABAR&Eacute;, ALABAR&Eacute; A MI SE&Ntilde;OR.(BIS) 3.- SANTO, SANTO, SANTO. SANTO, SANTO, SANTO, LOS CIELOS TE PROCLAMAN, SANTO, SANTO, SANTO, ES NUESTRO REY YAHVE, SANTO, SANTO, SANTO, EL QUE NOS REDIME, PORQUE MI DIOS ES SANTO, LA TIERRA DESU GLORIA LLENA ES, PORQUE MI DIOS ES SANTO, LA TIERRA LLENADE SU GLORIA ES. CIELO Y TIERRA PASAR&Aacute;N, MAS TUS PALABRAS NO PASAR&Aacute;N,(BIS) NO, NO, NO PASAR&Aacute;N.(BIS) BENDITO EL QUE VIENE EN NOMBRE DEL SE&Ntilde;OR, DA GLORIA A JESUCRISTO, AL HIJO DE DAVID. HOSANNA EN LAS ALTURAS A NUESTRO SALVADOR, BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SE&Ntilde;OR. BENDITO EL QUE VIENE, EN EL NOMBRE DEL SE&Ntilde;OR. CIELO Y TIERRA PASAR&Aacute;N, MAS TUS PALABRAS NO PASAR&Aacute;N. CIELO Y TIERRA PASAR&Aacute;N, MAS TUS PALABRAS NO PASAR&Aacute;N. NO, NO, NO PASAR&Aacute;N, NO, NO, NO PASAR&Aacute;N. 4.- UN NI&Ntilde;O SE TE ACERC&Oacute;. UN NI&Ntilde;O SE TE ACERC&Oacute; AQUELLA TARDE SUS CINCO PANES TE DIO PARA AYUDARTE LOS DOS HICISTEIS QUE YA NO HUBIERA HAMBRE..(BIS) LA TIERRA, EL AIRE Y EL SOL SON TUS REGALOS, Y MIL ESTRELLAS DE LUZ SEMBRO TU MANO, EL HOMBRE PONE SU AMOR Y SU TRABAJO, EL HOMBRE PONE SU AMOR Y SU TRABAJO TAMBIEN YO QUIERO PONER SOBRE SU MESA, MIS CINCO PANES QUE SON UNA PROMESA, DE DARTE TODO MI AMOR Y MI POBREZA, DE DARTE TODO MI AMOR Y MI POBREZA. 5.- SI EN VERDAD DIOS TE AMA SI EN VERDAD DIOS TE AMA, DI AMEN, AMEN. SI EN VERDAD DIOS TE AMA, DI AMEN, AMEN SI EN VERDAD DIOS TE AMA, TESTIFICA CON SU VIDA, SI EN VERDAD DIOS TE AMA, DI AMEN.(ELEVAR LAS MANOS) SI EN VERDAD DIOS TE AMA, DA LAS PALMAS, (SE TOCAN LAS PALMAS) SI EN VERDAD DIOS TE AMA, TACONEA, (SE HACE TRES VECES) CELEBRACI&Oacute;N DE LA PRIMERA COMUNI&Oacute;N INTRODUCCI&Oacute;N (UNA CATEQUISTA): Buenos d&iacute;as a todos, sed bienvenidos a la casa del Se&ntilde;or. Desde ahora guardemos silencio religioso para poder participar m&aacute;s atentamente en esta Eucarist&iacute;a de Primera Comuni&oacute;n, que vamos a comenzar. Los mayores debemos controlar a los m&aacute;s peque&ntilde;os y, si se cansan, haremos bien en sacarlos un ratito fuera de la Iglesia. Y todos los que estamos aqu&iacute; esta ma&ntilde;ana, con nuestra oraci&oacute;n, con nuestros cantos y nuestra atenci&oacute;n participemos con cuerpo y alma en esta fiesta sagrada. Ahora nos ponemos de pie y recibimos al sacerdote con un canto. CANTO DE ENTRADA: LA MISA ESUNA FIESTA MUY ALEGRE... SACERDOTE: EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESP&Iacute;RITU SANTO: TODOS: AM&Eacute;N SACERDOTE: BIENVENIDOS TODOS, HERMANOS, A ESTA IGLESIA, EN TORNO AL ALTAR SANTO, DONDE CRISTO VA RENOVAR SU SACRIFICIO POR NOSOTROS, ESPECIALMENTE POR ESTOS NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS QUE HAR&Aacute;N SU PRIMERA COMUNI&Oacute;N. EL SE&Ntilde;OR EST&Eacute; CON TODOS VOSOTROS. TODOS: Y CON TU ESP&Iacute;RITU. SACERDOTE: QUERIDOS NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS, QUERIDOS PADRES, esta Eucarist&iacute;a es una celebraci&oacute;n especial para todos, pero sobre todo para estos ni&ntilde;os y ni&ntilde;as que comulgar&aacute;n por primera vez del Pan de Vida, que es Jesucristo, Hijo de Dios y Salvador de los hombres. Lo es tambi&eacute;n para vosotros, queridos padres y madres, y para toda la Parroquia de San Pedro, sacerdotes, catequistas y miembros de la Comunidad, que hemos orado y ayudado a estos ni&ntilde;os a conocer y seguir a Jes&uacute;s. Todos nos alegramos de participar con ellos en la Pascua del Se&ntilde;or. QUERIDOS NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS DE PRIMERA COMUNION: todo lo que os hemos ense&ntilde;ado, durante estos dos a&ntilde;os de preparaci&oacute;n, es verdad y Jes&uacute;s, por su Iglesia, lo va a hacer ahora presente para vosotros y para todos. Y para que as&iacute; sea, ahora, como siempre, al empezar la santa misa, pidamos perd&oacute;n de nuestros pecados: TODOS: YO CONFIESO ANTE DIOS TODOPODEROSO Y ANTE VOSOTROS... SACERDOTE: -- Por no haber amado al Padre del cielo como buenos hijos, no rezarle ni acordarnos de &Eacute;l todos los d&iacute;as, como &Eacute;l merece y espera de nosotros... SE&Ntilde;OR, TEN PIEDAD. -- Por haber re&ntilde;ido con los hermanos y amigos, por no amarnos como Jes&uacute;s nos mand&oacute;: CRISTO, TEN PIEDAD -- Por nuestras envidias y rencores, por nuestras malas palabras y acciones: SE&Ntilde;OR, TEN PIEDAD SACERDOTE: DIOS TODOPODEROSO TENGA MISERICORDIA DE NOSOTROS, PERDONE NUESTROS PECADOS Y NOS LLEVE A LA VIDA ETERNA. TODOS: AMEN. SACERDOTE: Ahora vamos a bendecir y alabar a Dios Padre, Hijo y Esp&iacute;ritu Santo, por las muchas cosas buenas que han hecho y siguen haciendo por todos nosotros: Te alabamos, Padre nuestro, porque nos das la vida y has hecho este mundo tan maravilloso para nosotros: TODOS: GLORIA A TI, SE&Ntilde;OR, PORQUE NOS AMAS. SACERDOTE: Te alabamos, Padre Santo, porque por Jesucristo, tu Hijo, quitas los pecados del mundo y atiendes nuestras s&uacute;plicas. TODOS: GLORIA, A TI, SE&Ntilde;OR, PORQUE NOS AMAS. SACERDOTE: Te alabamos, Padre nuestro, porque tu Hijo Jesucristo es amigo nuestro y se hace Pan de Vida para todos. TODOS: GLORIA A TI, SE&Ntilde;OR, PORQUE NOS AMAS. SACERDOTE: Te alabamos, Padre nuestro, porque el Esp&iacute;ritu Santo nos re&uacute;ne por la fe y el amor en esta comunidad cristiana para celebrar la Primera Comuni&oacute;n de tus hijos m&aacute;s peque&ntilde;os. TODOS: GLORIA A T&Iacute;, SE&Ntilde;OR, PORQUE NOS AMAS. SACERDOTE: Te alabamos, Padre nuestro, porque estos ni&ntilde;os y ni&ntilde;as que van a comulgar alegran nuestro coraz&oacute;n y confortan nuestra fe. TODOS: GLORIA A TI, SE&Ntilde;OR, PORQUE NOS AMAS. SACERDOTE: OREMOS: Oh Dios que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasi&oacute;n, te pedimos nos concedas celebrar, participar y venerar de tal modo los sagrados misterios de tu cuerpo y de tu sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redenci&oacute;n. Por Jesucristo nuestro Se&ntilde;or. PALABRA DE DIOS: LA MESA Y EL PAN DE LA PALABRA LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DE SAN PABLO A LOS CORINTIOS: Hermanos: Yo he recibido una tradici&oacute;n, que procede del Se&ntilde;or y que a mi vez os he transmitido: Que el Se&ntilde;or Jes&uacute;s, en la noche en que iban a entregarlo, tom&oacute; un pan y pronunciando la Acci&oacute;n de Gracias, lo parti&oacute; y dijo: &ldquo;Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria m&iacute;a.&rdquo; Lo mismo hizo con la copa despu&eacute;s de cenar, diciendo: &ldquo;Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que beb&aacute;is, en memoria m&iacute;a.&rdquo; Por eso, cada vez que com&eacute;is de este pan y beb&eacute;is de la copa, proclam&aacute;is la muerte del Se&ntilde;or, hasta que vuelva. PALABRA DE DIOS. TODOS: TE ALABAMOS, SE&Ntilde;OR. SALMO RESPONSORIAL: ALABAR&Eacute;, ALABAR&Eacute;, ALABAR&Eacute; A MI SE&Ntilde;OR SACERDOTE: LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEG&Uacute;N SAN JUAN: En aquel tiempo Jes&uacute;s dijo a sus disc&iacute;pulos: Yo soy el pan que ha bajado del cielo; el que coma de este pan, vivir&aacute; para siempre. Y el pan que yo le dar&eacute; es mi carne para la vida del mundo. Y a&ntilde;adi&oacute;: os aseguro que si no com&eacute;is mi carne y beb&eacute;is mi sangr&eacute;, no tendr&eacute;is vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo le resucitar&eacute; en el &uacute;ltimo d&iacute;a. Este es el pan que ha bajado del cielo; el que coma de este pan, vivir&aacute; para siempre. PALABRA DEL SE&Ntilde;OR. TODOS: GLORIA A TI, SE&Ntilde;OR JES&Uacute;S. HOMIL&Iacute;A. PROFESI&Oacute;N DE FE: SACERDOTE: QUERIDOS NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS DE PRIMERA COMUNI&Oacute;N: El d&iacute;a de vuestro bautismo, vuestros padres rezaron el Credo por vosotros, porque erais muy peque&ntilde;os. Hoy, ya sois mayores y responsables de vuestra fe. Por eso, la Iglesia os invita a que hag&aacute;is p&uacute;blicamente profesi&oacute;n de vuestra fe cat&oacute;lica. (Todos de pi&eacute;) SACERDOTE: QUERIDOS NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS DE PRIMERA COMUNI&Oacute;N &iquest;Cre&eacute;is en Dios nuestro Padre? TODOS: S&Iacute;, CREO QUE DIOS ES NUESTRO PADRE, QUE HA CREADO EL CIELO Y LA TIERRA, Y QUIERE QUE TODOS LOS HOMBRES VAYAN AL CIELO, PORQUE NOS AMA DESDE TODA LA ETERNIDAD. SACERDOTE: &iquest;Cre&eacute;is en Jesucristo, su &Uacute;nico Hijo? TODOS: S&Iacute;, CREO EN JESUCRISTO, QUE ES EL HIJO &Uacute;NICO DE DIOS, QUE NACI&Oacute; DE LA VIRGEN MAR&Iacute;A, MURI&Oacute; POR NUESTROS PECADOS Y RESUCIT&Oacute; AL TERCER D&Iacute;A PARA QUE TODOS RESUCITEMOS A LA VIDA ETERNA. SACERDOTE: &iquest;Cre&eacute;is en el Esp&iacute;ritu Santo? TODOS: S&Iacute;, CREO EN EL ESP&Iacute;RITU SANTO, DIOS AMOR DEL PADRE Y DEL HIJO, QUE NOS UNE A TODOS EN LA IGLESIA Y NOS LLENA DE LA GRACIA DE DIOS. SACERDOTE: Esta es nuestra fe, esta es la fe de la Iglesia, que nos ense&ntilde;aron los Ap&oacute;stoles, esta es la fe que nos salva y que todos juntos acabamos de profesar. Sin embargo, para recibir a Jesucristo, no basta s&oacute;lo con creer en &Eacute;l, hay que amarlo y querer recibirlo. POR ESO OS PREGUNTO: NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS DE PRIMERA COMUNI&Oacute;N &iquest;QU&Eacute; QUER&Eacute;IS? NI&Ntilde;OS: QUEREMOS RECIBIR A JESUCRISTO. SACERDOTE: &iquest;D&oacute;nde est&aacute; Jesucristo? NI&Ntilde;OS: JESUCRISTO EST&Aacute; EN LA EUCARIST&Iacute;A, VERDADERA Y REALMENTE PRESENTE, TODO ENTERO, EN TODAS Y CADA UNA DE LAS PARTES DEL PAN Y DEL VINO CONSAGRADOS. SACERDOTE: &iquest;Qu&eacute; ha prometido Jes&uacute;s a los que comulgan? NI&Ntilde;OS: A LOS QUE COMULGAN JES&Uacute;S LES HA PROMETIDO LA VIDA ETERNA, PORQUE DIJO: &ldquo;EL QUE COME MI CARNE Y BEBE MI SANGRE TIENE LA VIDA ETERNA Y YO LE RESUCITAR&Eacute; EN EL &Uacute;LTIMO D&Iacute;A&rdquo;. SACERDOTE: Me parecen buen&iacute;simos vuestros deseos, pero solamente me falta una cosa: quiero saber si vuestros padres quieren que recib&aacute;is a Jesucristo-Eucarist&iacute;a. Por eso les invito a que respondan alto y claro a los que les voy a preguntar: QUERIDAS MADRES Y QUERIDOS PADRES: Dese&aacute;is que vuestros hijos reciban el Cuerpo y la Sangre de Cristo? MADRES Y PADRES: S&Iacute;, LO DESEAMOS. SACERDOTE: Os compromet&eacute;is a seguir acompa&ntilde;ando a vuestros hijos en este camino de fe y salvaci&oacute;n que iniciasteis en el Santo Bautismo? MADRES Y PADRES: S&Iacute;, NOS COMPROMETEMOS. SACERDOTE: &iquest;Est&aacute;is dispuestos a darle ejemplos de fe y vida cristiana para que puedan ser testigos fieles de Jesucristo? MADRES Y PADRES: S&Iacute;, ESTAMOS DISPUESTOS. SACERDOTE: Y vosotros, familiares y amigos todos aqu&iacute; presentes &iquest;acept&aacute;is tambi&eacute;n que estos ni&ntilde;os y ni&ntilde;as participen plenamente en el banquete eucar&iacute;stico? TODA LA COMUNIDAD PRESENTE: S&Iacute;, LO ACEPTAMOS. SACERDOTE: Pues que se cumplan vuestros deseos, queridos ni&ntilde;os y ni&ntilde;as de Primera Comuni&oacute;n. Y como se&ntilde;al de nuestra aprobaci&oacute;n y gozoso consentimiento recibid un fuerte aplauso. (Aplaude toda la asamblea). ORACI&Oacute;N DE LOS FIELES SACERDOTE: OREMOS, HERMANOS, A DIOS NUESTRO PADRE POR LAS NECESIDADES DE LA IGLESIA, DEL MUNDO Y DE NOSOTROS MISMOS: (UNA NI&Ntilde;A/O): POR EL PAPA, POR LOS OBISPOS Y POR TODA LA IGLESIA, PARA QUE PERMANEZCAMOS UNIDOS COMO CRISTO QUIERE: OREMOS AL SE&Ntilde;OR. (UN NI&Ntilde;O/A): PARA QUE HAYA PAZ ENTRE LOS PUEBLOS Y SE ACABEN LAS GUERRAS Y LOS ODIOS ENTRE LAS NACIONES: OREMOS AL SE&Ntilde;OR. NI&Ntilde;A/O: POR TODOS LOS QUE SUFREN, POR LOS POBRES, LOS ENFERMOS, LOS PARADOS, LOS DEPRIMIDOS, LOS ANCIANOS ABANDONADOS: ROGUEMOS AL SE&Ntilde;OR. NI&Ntilde;O/A: POR TODOS LOS NI&Ntilde;OS DEL MUNDO, ESPECIALMENTE POR LOS QUE SON EXPLOTADOS PARA EL TRABAJO, LAS GUERRAS O EL SEXO: ROGUEMOS AL SE&Ntilde;OR. NI&Ntilde;A/O: EN ESTE D&Iacute;A TAN MARAVILLOSO QUIERO HACER UNA PETICI&Oacute;N ESPECIAL A DIOS: DIOS, TE PIDO POR NUESTROS PADRES: QUE SE QUIERAN MUCHO Y NUNCA RI&Ntilde;AN NI SE SEPAREN, QUE ESTEMOS SIEMPRE UNIDOS COMO HOY Y QUE EL SE&Ntilde;OR NOS AYUDE A QUERERNOS CADA D&Iacute;A M&Aacute;S: ROGUEMOS AL SE&Ntilde;OR. NI&Ntilde;A/O: POR NUESTROS ABUELOS, FAMILIARES Y AMIGOS, POR NUESTROS SACERDOTES, CATEQUISTAS Y TODOS LOS QUE NOS HAN AYUDADO EN NUESTRA VIDA, PARA QUE NUESTRA PRIMERA COMUNI&Oacute;N SIRVA PARA ACERCARNOS M&Aacute;S A DIOS: ROGUEMOS AL SE&Ntilde;OR. NI&Ntilde;O/A: POR NUESTROS ABUELOS Y FAMILIARES DIFUNTOS, PARA DESDE EL CIELO SE ALEGREN EN ESTE D&Iacute;A Y RECEN A DIOS POR NOSOTROS: ROGUEMOS AL SE&Ntilde;OR SACERDOTE: TE LO PEDIMOS, POR JESUCRISTO NUESTRO SE&Ntilde;OR. TODOS: AMEN. PRESENTACI&Oacute;N DE LAS OFRENDAS (Todos los ni&ntilde;os y ni&ntilde;as se acercan en doble fila al altar, llevando los dos primeros el c&aacute;liz y el cop&oacute;n, y todos, un ramo de flores y el donativo para los pobres. Luego, presentan las ofrendas) UNA NI&Ntilde;A/O: SE&Ntilde;OR, TE OFRECEMOS ESTAS FLORES PARA QUE ADORNEN ESTE ALTAR DONDE T&Uacute; VAS A HACERTE PRESENTE: NOSOTROS QUEREMOS SER COMO ELLAS: QUEREMOS DARTE BUEN OLOR DE AMOR Y ALEGRARTE CON NUESTRAS VIDAS. UN NI&Ntilde;O/A: SE&Ntilde;OR, TE OFRECEMOS ESTE DINERO. QUEREMOS QUE NADIE PASE HAMBRE Y EXPRESA NUESTRO DESEO DE COMPARTIR NUESTROS BIENES CON LOS M&Aacute;S NECESITADOS. UNA NI&Ntilde;A/O: SE&Ntilde;OR, TE PRESENTAMOS ESTE VINO QUE EL SACERDOTE CONSAGRAR&Aacute; EN TU SANGRE PARA SALVACI&Oacute;N DE LOS HOMBRES, QUEREMOS ESTE D&Iacute;A SER CONSAGRADOS A TU AMOR. UN NI&Ntilde;O/A: SE&Ntilde;OR, TE PRESENTAMOS ESTE PAN QUE EL SACERDOTE CONSAGRAR&Aacute; EN TU CUERPO, PARA ALIMENTAR NUESTRAS VIDAS. HAZ QUE SIEMPRE LO COMAMOS CON AMOR. SACERDOTE: TE OFRECEMOS, SE&Ntilde;OR, ESTE PAN Y ESTE VINO Y ORAD, HERMANOS, PARA QUE ESTE SACRIFICIO, M&Iacute;O Y VUESTRO, LE AGRADE A DIOS PADRE TODOPODEROSO. ORACI&Oacute;N SOBRE LAS OFRENDAS: CONCEDE, SE&Ntilde;OR, A TU IGLESIA EL DON DE LA PAZ Y LA UNIDAD SIGNIFICADO EN LAS OFRENDAS SACRAMENTALES QUE TE HEMOS OFRECIDO Y QUE SE CONVERTIR&Aacute;N POR EL ESP&Iacute;RITU SANTO EN EL CUERPO Y LA SANGRE DE NUESTRO SE&Ntilde;OR JESUCRISTO, QUE CONTIGO VIVE... PADRE NUESTRO: Al Padre Dios lo que m&aacute;s le agrada, como a todos los padres de la tierra, es ver a toda la familia unida. Nos gustar&iacute;a que al menos hoy el mundo entero fuera como una gran familia: la familia de los hijos de Dios. Para que as&iacute; sea, cogidos todos de la mano, recemos como Jes&uacute;s nos ense&ntilde;&oacute;... RITO DE LA PAZ: (Los ni&ntilde;os/as bajan a dar la paz a sus padre y familiares y se quedan ya en el banco con ellos. Antes de comulgar, los ni&ntilde;os renuevan su deseo de hacer la Primera Comuni&oacute;n). SACERDOTE: Ha llegado el momento tan esperado de vuestra Primera Comuni&oacute;n. Pero antes, quiero que renov&eacute;is una vez m&aacute;s vuestro deseo de comulgar y ser para siempre amigos de Jes&uacute;s. Poneos de pi&eacute;: SACERDOTE: JES&Uacute;S NOS DICE: &ldquo;TOMAD Y COMED, ESTO ES MI CUERPO&rdquo;. NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS: QUEREMOS PARTICIPAR DEL PAN DE VIDA. SACERDOTE: EL PAN DE CRISTO ALIMENTA NUESTRA VIDA Y NOS DA FUERZAS PARA SER CRISTIANOS DE VERDAD. NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS: QUEREMOS PARTICIPAR DEL PAN DE VIDA. SACERDOTE: JES&Uacute;S NOS DICE: &ldquo;EL PAN QUE YO OS DAR&Eacute; ES MI CARNE PARA LA VIDA DEL MUNDO&rdquo;. NI&Ntilde;AS Y NI&Ntilde;OS: NOSOTROS CREEMOS QUE T&Uacute; EST&Aacute;S EN EL PAN CONSAGRADO Y NOS COMUNICAS TU MISMA VIDA Y AMOR. SACERDOTE: LOS QUE COMEMOS EL MISMO PAN FORMAMOS LA MISMA FAMILIA. NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS: SE&Ntilde;OR, D&Aacute;NOS SIEMPRE DE ESE PAN. COMUNI&Oacute;N: (Cada ni&ntilde;o se acerca con sus padres y s&oacute;lo &eacute;l recibe la comuni&oacute;n; los padres, si quieren comulgar, lo har&aacute;n luego con toda la asamblea). POSTCOMUNI&Oacute;N: OREMOS ANTES DE DESPEDIRNOS: TE DAMOS GRACIAS, PADRE, POR LOS SACRAMENTOS QUE HEMOS RECIBIDO; HAZ QUE DEN EN NOSOTROS FRUTOS ABUNDANTES DE VIDA CRISTIANA. POR JESUCRISTO NUESTRO... AMEN. NI&Ntilde;O/A: JES&Uacute;S, TE DAMOS GRACIAS PORQUE HAS VENIDO A NUESTRO CORAZ&Oacute;N Y EST&Aacute;S CON NOSOTROS. TU ERES NUESTRO HERMANO Y NUESTRO AMIGO. TE QUEREMOS. GRACIAS POR NUESTROS PADRES Y FAMILIARES QUE HOY NOS ACOMPA&Ntilde;AN. GRACIAS POR NUESTROS CATEQUISTAS Y POR TODAS LAS PERSONAS QUE NOS HAN AYUDADO A RECIBIRTE EN LA COMUNI&Oacute;N. GRACIAS POR TODAS LAS COSAS BUENAS QUE HAS PUESTO EN NOSOTROS Y EN TODAS LAS PERSONAS QUE EST&Aacute;N A NUESTRO LADO. POR TODO, GRACIAS, SE&Ntilde;OR. TE QUEREMOS. UN PADRE: SE&Ntilde;OR JESUCRISTO, GRACIAS POR TU AMOR Y SALVACI&Oacute;N QUE HOY HA LLEGADO EN PLENITUD A TODOS, ESPECIALMENTE A NUESTROS HIJOS. GRACIAS POR ESTA ALEGR&Iacute;A TAN GRANDE QUE TODOS SENTIMOS EN NUESTRO CORAZ&Oacute;N, LLENO DE TU PRESENCIA Y AGRADECIMIENTO. QUEREMOS RENOVAR EN ESTE D&Iacute;A NUESTRO COMPROMISO DE SEGUIR ACOMPA&Ntilde;ANDO A NUESTROS HIJOS EN SU VIDA CRISTIANA. &iexcl;BENDITO SEAS POR TODO, SE&Ntilde;OR JESUCRISTO, NUESTRO DIOS Y SALVADOR! UNA MADRE: PREGUNT&Oacute; DIOS A UNA MADRE: &iquest;A CU&Aacute;L DE TUS HIJOS QUIERES M&Aacute;S? Y RESPONDI&Oacute; ELLA: SE&Ntilde;OR: -AL AUSENTE HASTA QUE VUELVA, -AL ENFERMO HASTA QUE SANE, -AL TRISTE HASTA QUE EST&Aacute; DE NUEVO ALEGRE, -AL PRESO HASTA QUE RECOBRE LA LIBERTAD, -AL MALO HASTA QUE OTRA VEZ SEA BUENO, -AL POBRE HASTA QUE NO LE FALTE NADA, -AL DESCARRIADO HASTA QUE ENCUENTRE EL BUEN CAMINO, -AL QUE SUFRE HASTA QUE SE SIENTA CONSOLADO. CONMOVIDO DIJO ENTONCES DIOS: -NO S&Eacute; POR QU&Eacute; ALGUNOS DUDAN DE QUE HAY UN DIOS EN EL CIELO, CUANDO HAY TANTAS MADRES EN LA TIERRA. SACERDOTE: LAS MADRES Y LOS PADRES SON EL REFLEJO Y LA PRESENCIA DE DIOS EN EL MUNDO. SIN ELLOS NO EXISTIR&Iacute;AMOS NI SER&Iacute;A POSIBLE ESTA CELEBRACI&Oacute;N. POR ESO PIDO PARA TODOS ELLOS, PARA NUESTROS PADRES Y MADRES, UN FUERTE Y AGRADECIDO APLAUSO. SACERDOTE: Y POR ESO TAMBI&Eacute;N, HERMANOS, A LA MADRE M&Aacute;S MADRE, A LA MADRE DEL CIELO: UN BESO Y UN CANTO: DESDE NI&Ntilde;O TU NOMBRE BENDITO, DE MI MADRE EN SU SENO APREND&Iacute;, ELLA ALIENTA MI ALMA Y MI VIDA, NUNCA... LAS CATEQUISTAS van llamando a los ni&ntilde;os y ni&ntilde;as de Primera Comuni&oacute;n por su nombre y apellido y les entregan el icono y el recordatorio de la Primera Comuni&oacute;n, qued&aacute;ndose los ni&ntilde;os junto al altar para la foto, mientras los participantes van saliendo de la iglesia. HOMIL&Iacute;AS DE PRIMERA COMUNI&Oacute;N QUERIDOS NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS DE PRIMERA COMUNI&Oacute;N: Por fin ha llegado ese d&iacute;a tan ardientemente deseado por... Cristo, s&iacute;, y lo siento que muchos no lo comprendan; porque en la Primera Comuni&oacute;n los protagonistas no son los ni&ntilde;os ni las ni&ntilde;as con sus vestidos y trajes, sino Jesucristo Eucarist&iacute;a, sin &Eacute;l no existir&iacute;a este d&iacute;a, ni habr&iacute;a motivo para tanta alegr&iacute;a. &Eacute;l pens&oacute; en este d&iacute;a desde la &Uacute;ltima Cena, que vosotros record&aacute;is muy bien y sab&eacute;is las palabras que Jes&uacute;s dijo sobre el pan y el vino. Dice el evangelio, viendo Jes&uacute;s que estaba cerca su hora, y sabiendo que hab&iacute;a llegado el momento de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los am&oacute; hasta el extremo... hasta el extremo de su amor, de sus fuerzas, del tiempo, qued&aacute;ndose para siempre entre nosotros en el pan consagrado, en la misa... Jes&uacute;s, aquella noche, estaba emocionado, no lo pod&iacute;a disimular, le temblaba el pan en las manos. Se sent&oacute; a la mesa y lo primero que dijo fue: ardientemente he deseado comer esta cena pascual con vosotros; la llam&oacute; pascual, porque era la &uacute;ltima que celebraba con ellos y porque despu&eacute;s iban a matarlo por amor los hombres y as&iacute; pasaba de este mundo al Padre, como jud&iacute;os pasaron de la esclavitud de Egipto a la tierra prometida.. Y despu&eacute;s de cenar, Jes&uacute;s cogi&oacute; un poco de pan, nos dice el evangelio, y lo parti&oacute; y dijo: qu&eacute; dijo... Luego cogi&oacute; un c&aacute;liz, como el que vosotros vais a traer al altar y dijo:.. Y como &Eacute;l es Dios as&iacute; se hizo y el pan se convirti&oacute; en su Cuerpo y el vino en sangre y as&iacute; nosotros podemos comerlo, eso que &Eacute;l dijo y predic&oacute; tantas veces en su vida y no le comprend&iacute;an. Recordad cuando la multiplicaci&oacute;n de los panes, estaban hambrientos y Jes&uacute;s multiplic&oacute; los panes para que comieran y despu&eacute;s que comieron les dijo: Yo soy el pan vivo bajado del cielo, el que coma de este pan.... El que coma mi carne y beba mi sangre habita en m&iacute; y yo en &eacute;l; mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. Ante este misterio nosotros decimos: Todos: Se&ntilde;or, yo creo en ti, se&ntilde;or yo creo que t&uacute; eres el pan de vida eterna, Se&ntilde;or, yo creo en t&igrave; pero aumenta mi fe, Se&ntilde;or, d&aacute;nos siempre de ese pan. &iexcl;Jesucristo, Eucarist&iacute;a divina, c&oacute;mo te deseo, c&oacute;mo te busco, con qu&eacute; hambre de Ti camino por la vida, qu&eacute; nostalgia de mi Dios todo el d&iacute;a. 3.- HOY ES UN D&Iacute;A GRANDE PARA DIOS PADRE: nos ha pensado para estar siempre con &Eacute;l y hoy nos da lo que m&aacute;s quiere, a su Hijo, a JESUCRISTO. HOY ES D&Iacute;A GRANDE PARA JESUCRISTO: porque el Padre le confi&oacute; la salvaci&oacute;n de todos los hombres y hoy esa salvaci&oacute;n viene a nosotros: &ldquo;Yo soy el pan de vida, el que coma de este pan vivir&aacute; para siempre&rdquo;. Y vosotros vais a comer en este pan la vida eterna, todo su amor y salvaci&oacute;n, todos sus sentimientos y sus emociones, todo su amor a los hombres. Alimentaos bien, llenaros bien de tanta felicidad y vida. Esto es lo que pedimos para vosotros todos los que estamos aqu&iacute; esta ma&ntilde;ana. D&Iacute;A GRANDE PARA VUESTROS PADRES: so&ntilde;aron con vosotros, os dieron la vida porque os amaron y cuando m&aacute;s se quieren los padres nace los m&aacute;s hermoso del mundo que es el hijo, la vida. Hoy Dios premia todo ese amor, todos los trabajos y fatigas que lleva consigo el cuidad de los hijos, lo que se han sacrificado por vosotros... Hoy tambi&eacute;n vosotros ten&eacute;is que agradecerles todo lo que os han dado y sacrificado por vosotros: Gracias, padre, gracias, madre, por la vida y el amor, el alimento y el trabajo, pido a Jes&uacute;s Eucarist&iacute;a cuando lo tenga dentro de m&iacute;, que os bendiga y os ayude a ser los mejores esposos y padres, y a nosotros, los mejores hijos. HOY ES D&Iacute;A GRANDE PARA EL SACERDOTE Y EL CATEQUISTA que con tanto cari&ntilde;o y constancia han preparado este encuentro vuestro eucar&iacute;stico con Jesucristo... Jes&uacute;s viene como amigo, como alimento de vida para que viv&aacute;is como &Eacute;l y am&eacute;is como &Eacute;l, para abrazaros como a los ni&ntilde;os del evangelio: &ldquo;Dejad que los ni&ntilde;os vengan a mi, no se lo impid&aacute;is, si no os hac&eacute;is como ni&ntilde;os no entrar&eacute;is en el reino-amistad conmigo, el que escandalice a uno de estos m&aacute;s peque&ntilde;os, m&aacute;s le valdr&iacute;a que le arrojaran en el mar...&rdquo; &iexcl;qu&eacute; enchufados est&aacute;is con Jes&uacute;s; &Eacute;l os prefiere a todos, os abraza como entonces y se siente feliz de que hag&aacute;is la Primera Comuni&oacute;n. REZAD CONMIGO: &iexcl;Jesucristo Eucarist&iacute;a, yo creo en Ti! &iexcl;Jesucristo Eucarist&iacute;a, yo conf&iacute;o en ti! &iexcl;Jesucristo Eucarist&iacute;a, T&uacute; eres el Hijo de Dios! PRIMERA HOMIL&Iacute;A (Lecturas y Salmo: Fiesta del Sant&iacute;simo Cuerpo y Sangre de Cristo: Ciclo C) Amad&iacute;simos ni&ntilde;os y ni&ntilde;as, muy apreciados padres y familiares, fieles todos muy estimados en el Se&ntilde;or: Esta es la fiesta de Cristo eucarist&iacute;a, sin &Eacute;l, aunque la Iglesia estuviera llena de ni&ntilde;os y ni&ntilde;as, no tendr&iacute;amos el gozo del Se&ntilde;or; vosotros, queridos ni&ntilde;os y ni&ntilde;as, sois ahora para el Se&ntilde;or que tanto os ama, las personas m&aacute;s importantes de esta gran fiesta, motivo de su gozo y el nuestro. Los cantos, las flores del altar, la alegr&iacute;a bien visible en todos los rostros de los asistentes, son un regalo para todos, para Cristo, para vosotros, ni&ntilde;os y ni&ntilde;as, y para vuestros padres y amigos. Hace tiempo que suspirabais por este d&iacute;a tan grande y solemne, y os hab&eacute;is preparado para &eacute;l durante tres a&ntilde;os con una Catequesis apropiada. Os acompa&ntilde;amos las personas por vosotros m&aacute;s queridas, para que la alegr&iacute;a sea mayor. Junto con vuestros familiares y amigos, est&aacute;n tambi&eacute;n presentes vuestras catequistas compartiendo vuestra alegr&iacute;a, y toda la Parroquia os acompa&ntilde;a con emoci&oacute;n, orando por vosotros devotamente. Estren&aacute;is vestido porque vais a estrenar la belleza de la gracia y amistad eucar&iacute;stica de Cristo en vuestra alma; algunas personas os han hecho regalos: Cristo es el mayor regalo para vosotros; y despu&eacute;s, tendr&eacute;is una comida de fraternidad, para continuar este banquete fraternal de la Eucarist&iacute;a. Pero, el acto m&aacute;s importante del d&iacute;a, es el que estamos celebrando. Todo lo dem&aacute;s sirve de adorno para resaltar la grandeza de esta celebraci&oacute;n. En este acto, hacemos realidad lo que nos ha contado San Pablo en su carta a los Corintios: celebramos la Cena del Se&ntilde;or en la que, como aquella noche con los ap&oacute;stoles, Jes&uacute;s, por mano y voz del sacerdote, se nos dar&aacute; por entero. Oir&eacute;is: &ldquo;Tomad y comed todos de &eacute;l, porque esto es mi Cuerpo&rdquo;. Y despu&eacute;s: &ldquo;Tomad y bebed todos de &eacute;l, porque &eacute;ste es el c&aacute;liz de mi Sangre&rdquo;. Es un misterio que se vive por la fe, es decir, creyendo lo que Jes&uacute;s nos ha dicho: que &Eacute;l, resucitado y vivo para siempre, est&aacute; con nosotros, que no nos abandona, que se une con nosotros por este sacramento del pan y del vino, que cultiva nuestro coraz&oacute;n y nos hace crecer por dentro. A Jes&uacute;s le gusta que entend&aacute;is, que vale m&aacute;s vuestro coraz&oacute;n que vuestros vestidos nuevos: que es mejor la fe y el amor que los banquetes y las bebidas; que lo que os dar&aacute; felicidad es la bondad que llev&aacute;is dentro y su amistad, m&aacute;s que todas las cosas exteriores que podr&iacute;ais conseguir y os encantan. Hasta hace poco, no pod&iacute;ais entender estas verdades. Ahora s&iacute; que pod&eacute;is entender y amar a Jes&uacute;s. Si de verdad lo entend&eacute;is as&iacute; y le am&aacute;is, nunca dejar&eacute;is de vivir el gran amor que Jes&uacute;s os ofrece. Al contrario, estar&eacute;is siempre a su vera record&aacute;ndole, correspondi&eacute;ndole con vuestro amor. Estar&eacute;is deseando recibirle todos los d&iacute;as, o al menos todos los domingos en la comuni&oacute;n, os interesar&eacute;is por conocerle mejor y aprender&eacute;is a vivir en su amistad, en el secreto de vuestro coraz&oacute;n. Si hoy experiment&aacute;is la presencia de Jes&uacute;s en vosotros, nunca cambiar&eacute;is su amor por un juguete, por un deporte, por la pereza de hacer una cosa, por una rabieta; porque sabr&eacute;is que el amor de Jes&uacute;s da m&aacute;s felicidad que todas las otras cosas juntas. Queridos padres: Hoy es tambi&eacute;n un gran d&iacute;a para vosotros. La magnitud de este acontecimiento no lo entender&eacute;is con el criterio del mundo, ni valorando las cosas exteriormente, sino por la fe y escuchando lo mejor de vosotros mismos. La gran riqueza de las personas &mdash;ni&ntilde;os o adultos&mdash; est&aacute; en su interior. La sobrevaloraci&oacute;n de las cosas materiales y mundanas provoca la vanidad, dejando un lastre de frustraci&oacute;n y mala conciencia. Por el contrario, estar atentos a nuestro interior y al de los dem&aacute;s, nos hace sentir verdaderos y realizados. No dej&eacute;is de hacer vuestra tarea de educadores. Mirad con responsabilidad y respeto sagrado el interior de vuestros hijos, escuchando atentamente lo que os dicen y adivinando lo que sienten. Ellos son limpios y poseen la verdad, porque la verdad es limpia y sencilla, como ellos. Los ni&ntilde;os pueden conectar f&aacute;cilmente con Dios y vosotros pod&eacute;is ayudarles a hacerlo. Sois los primeros sacerdotes de vuestros hijos; es decir, lo encargados de ponerles en relaci&oacute;n con El. Si unos padres declinaran esta obligaci&oacute;n, Dios podr&iacute;a suplirla por otros medios, pero ellos quedar&iacute;an frustrados en su paternidad. Que, al ser mayores, vuestros hijos puedan decir que aman y adoran al Dios de sus padres, y puedan tomar por modelo los ejemplos y las virtudes que vosotros hab&eacute;is vivido con naturalidad, en su presencia. Que nunca vuestros hijos puedan veros como indiferentes a Dios, como pasando de Dios; como personas que han puesto todas sus esperanzas en esta tierra y en los bienes que ella les puede ofrecer. Amados fieles todos: El presente acto es un fuerte est&iacute;mulo para nuestra fe y vida cristiana. Un d&iacute;a de entra&ntilde;ables recuerdos y de esperanzas renovadas. La madurez de los mayores y la ilusi&oacute;n de los j&oacute;venes, son los puntales donde estos ni&ntilde;os y ni&ntilde;as apoyar&aacute;n su fe. Alegraos muy especialmente los j&oacute;venes que dais testimonio delante de la comunidad, de vuestra fe y de vuestra pr&aacute;ctica cristiana. Todos unidos oremos por estos ni&ntilde;os y ni&ntilde;as que hoy hacen su Primera Comuni&oacute;n para nunca se aparten del Amigo Dios, del Amigo del Sagrario que siempre est&aacute; en casa esper&aacute;ndonos para darse en alimento y comida de amor. Am&eacute;n. As&iacute; sea. SEGUNDA HOMIL&Iacute;A QUERIDOS NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS DE PRIMERA COMUNI&Oacute;N: Por fin ha llegado ese d&iacute;a tan ardientemente deseado por... Cristo, pens&oacute; en &eacute;l desde la &Uacute;ltima Cena, que vosotros record&aacute;is muy bien y sab&eacute;is las palabras que Jes&uacute;s dijo sobre el pan y el vino. Dice el evangelio, &ldquo;viendo Jes&uacute;s que estaba cerca su hora, y sabiendo que hab&iacute;a llegado el momento de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los am&oacute; hasta el extremo&rdquo;... hasta el extremo de su amor, de sus fuerzas, del tiempo, qued&aacute;ndose para siempre entre nosotros en el pan consagrado, en la misa... Jes&uacute;s aquella noche estaba emocionado, no lo pod&iacute;a disimular, le temblaba el pan en las manos. Se sent&oacute; a la mesa y lo primero que dijo fue: &ldquo;ardientemente he deseado comer esta cena pascual con vosotros&rdquo;; la llam&oacute; cena pascual, porque era la &uacute;ltima que celebraba con ellos y porque despu&eacute;s iban a matarlo por amor los hombres y as&iacute; pasaba de este mundo al Padre, como los jud&iacute;os pasaron de la esclavitud de Egipto a la tierra prometida. Y despu&eacute;s de cenar, Jes&uacute;s cogi&oacute; un poco de pan, nos dice el evangelio, y lo parti&oacute; y dijo: &iquest;qu&eacute; dijo? (los ni&ntilde;os dicen las palabras de la consagraci&oacute;n). Luego cogi&oacute; un c&aacute;liz, como el que vosotros vais a traer al altar y dijo: (los ni&ntilde;os...) Y como &Eacute;l es Dios as&iacute; se hizo y el pan se convirti&oacute; en su Cuerpo y el vino en su Sangre y as&iacute; nosotros podemos comerlo, eso que &Eacute;l dijo y predic&oacute; tantas veces en su vida y no le comprend&iacute;an. Recordad cuando la multiplicaci&oacute;n de los panes, estaban hambrientos y Jes&uacute;s multiplic&oacute; los panes para que comieran y despu&eacute;s que comieron les dijo: Yo soy el pan vivo bajado del cielo, el que coma de este pan... El que coma mi carne y beba mi sangre habita en m&Iacute; y yo en &eacute;l; mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida Ante este misterio nosotros decimos: Todos: Se&ntilde;or, yo creo en Ti, se&ntilde;or yo creo que t&uacute; eres el pan de vida eterna, Se&ntilde;or, yo creo en Ti pero aumenta mi fe, Se&ntilde;or, danos siempre de ese pan. Jesucristo, Eucarist&iacute;a divina, c&oacute;mo te adoro, c&oacute;mo creo en Ti, c&oacute;mo te deseo, con qu&eacute; hambre de Ti caminamos en la vida, con qu&eacute; nostalgia de cielo, porque el cielo eres t&uacute; y est&aacute;s tan cerca....Dice SAN Juan de la Cruz: &laquo;Qu&eacute; bien s&eacute; yo la fuente que mana y corre, aunque es de noche, por la fe (no con los ojos de la carne sino del alma). Aquesta eterna fuente que deseo, en este vivo pan de vida yo la veo, aunque es de noche. Aqu&iacute; se est&aacute; llamando a las criaturas y de este agua se sacian aunque a oscuras porque es de noche&raquo;. TERCERA HOMIL&Iacute;A DE PRIMERA COMUNI&Oacute;N 1.- EVOCAR LA PREPARACI&Oacute;N DE LA PASCUA, DEL PASO DEL SE&Ntilde;OR Y LA &Uacute;LTIMA CENA 2.- COMENTAR: &ldquo;OH SAGRADO BANQUETE, EN QUE CRISTO ES NUESTRA COMIDA... 3.- EL PAN QUE COMEMOS ES CRISTO RESUCITADO Y GLORIOSO, DIOS Y HOMBRE, CON TODOS SUS DONES Y RIQUEZAS 4.- POR ESO ES UN D&Iacute;A TAN GRANDE: &ndash; PARA DIOS PADRE, QUE ALCANZA EL F&Iacute;N PARA EL QUE NOS CRE&Oacute;: &ldquo;EN ESTO CONSISTE EL AMOR, NO EN QUE NOSOTROS HAYAMOS AMADO A DIOS SINO EN QUE EL NOS AM&Oacute; PRIMERO&rdquo;... &ndash; PARA DIOS HIJO, QUE DESE&Oacute; ARDIENTEMENTE ESTA PASCUA, ESTAR SIEMPRE A NUESTRO LADO, PORQUE NOS AMA LOCAMENTE, SIN ENTENDERLO NOSOTROS. &ndash; PARA LOS PADRES DE LA TIERRA, ELLOS NOS DIERON LA VIDA, HICIERON CON SU AMOR ESTE SAGRARIO, ESTE CUERPO QUE VERDADERAMENTE SE CONVIERTE EN TEMPLO Y CASA DE JESUCRISTO EUCARIST&Iacute;A &ndash; PARA VUESTROS SACERDOTES, CATEQUISTAS Y TODOS LOS QUE HAN COLABORADO PARA QUE LLEGASE ESTE D&Iacute;A. CUARTA HOMIL&Iacute;A 1.- HOY ES UN D&Iacute;A GRAND A) PARA DIOS PADRE: Nos ha so&ntilde;ado y creado para estar siempre con &Eacute;l y hoy nos da lo que m&aacute;s quiere y el alimento para la vida eterna, nos da a su Hijo. &ldquo;EN ESTO CONSISTE EL AMOR, NO EN QUE NOSOTROS HAYAMOS AMADO A DIOS SINO EN QUE EL NOS AM&Oacute; PRIMERO&rdquo; : SI EXISTO, ES QUE DIOS ME AMA Y ME HA LLAMADO A COMPARTIR CON EL SU MISMO GOZO ESENCIAL Y TRINITARIO POR TODA LA ETERNIDAD. &ldquo;En esto se manifest&oacute; el amor que Dios nos tiene: en que Dios envi&oacute; al mundo a su Hijo &uacute;nico, para que vivamos por medio de &eacute;l&rdquo;(1 Jn 4, 10). Simplemente a&ntilde;ade que no s&oacute;lo nos lo env&iacute;a como salvador, sino para que vivamos como el Hijo vive y amemos como el Hijo ama y es amado por el Padre, para que de tal manera nos identifiquemos con el Amado, que tengamos sus mismos conocimientos y amor y vida, hasta el punto de que el Padre no note diferencia entre &Eacute;l y nosotros y vea en nosotros al Amado, al Unig&eacute;nito, en el que tiene puestas todas sus complacencias. A m&Iacute; me alegra pensar que hubo un tiempo en que no exist&iacute;a nada, s&Oacute;lo Dios, Dios infinito al margen del tiempo, ese tiempo que nos mide a todo lo creado en un antes y despu&eacute;s. Y este Dios tan infinitamente feliz en s&iacute; y por s&iacute; mismo, entrando dentro de su mismo ser infinito, vi&eacute;ndose tan lleno de amor, de hermosura, de belleza, de felicidad, de eternidad, de gozo... piensa en otros posibles seres para hacerles part&iacute;cipes de su mismo ser, amor, para hacerles part&iacute;cipes de su misma felicidad. Se vio tan infinito en su ser y amor, tan lleno de luz y resplandores eternos de gloria, que a impulsos de ese amor en el que se es y subsiste, piensa desde toda la eternidad en crear al hombre con capacidad de amar y ser feliz con &Eacute;l, en &Eacute;l y por &Eacute;l y como &Eacute;l. --SI EXISTO, ES QUE DIOS ME AMA. Ha pensado en m&iacute;. Ha sido una mirada de su amor divino, la que contempl&aacute;ndome en su esencia infinita, llena de luz y de amor, me ha dado la existencia como un cheque firmado ya y avalado para vivir y estar siempre con &Eacute;l, en una eternidad dichosa. El salmo 138, 13-16, lo expresa maravillosamente: &ldquo;T&uacute; has creado mis entra&ntilde;as, me has tejido en el seno materno. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente, porque son admirables tus obras; conoc&iacute;as hasta el fondo de mi alma, no desconoc&iacute;as mis huesos. Cuando, en lo oculto, me iba formando, y entretejiendo en lo profundo de la tierra, tus ojos ve&iacute;an mis acciones, se escrib&iacute;an todas en tu libro; calculados estaban mis d&iacute;as antes que llegase el primero. &iexcl;Qu&eacute; incomparables encuentro tus designios, Dios m&iacute;o, qu&eacute; inmenso es su conjunto!&rdquo;. --SI EXISTO, ES QUE DIOS ME HA PREFERIDO a millones y millones de seres que no existir&aacute;n nunca, que permanecer&aacute;n en la no existencia, porque la mirada amorosa del ser infinito me ha mirado a mi y me ha preferido...Yo he sido preferido, tu has sido preferido, hermano. Est&iacute;mate, autoval&oacute;rate, apr&eacute;ciate, Dios te ha elegido entre millones y millones que no existir&aacute;n. Que bien lo expresa SAN Pablo: &ldquo;Hermanos, sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A los que hab&iacute;a escogido, Dios los predestin&oacute; a ser imagen de su Hijo para que El fuera el primog&eacute;nito de muchos hermanos. A los que predestin&oacute;, los llam&oacute;; a los que llam&oacute;, los justific&oacute;; a los que justific&oacute;, los glorific&oacute;&rdquo; (Rom 8, 28.3). Es un privilegio el existir. Expresa que Dios te ama, piensa en ti, te ha preferido. Ha sido una mirada amorosa del Dios infinito, la que contemplando la posibilidad de existencia de millones y millones de seres posibles, ha pronunciado mi nombre con ternura y me ha dado el ser humano. &iexcl;Qu&eacute; grande es ser, existir, ser hombre, mujer! Dice un autor de nuestros d&iacute;as: &laquo;No debo, pues, mirar hacia fuera para tener la prueba de que Dios me ama; yo mismo soy la prueba. Existo, luego soy amado&raquo;.(G. Marcel). -- SI EXISTO, YO VALGO MUCHO, porque todo un Dios me ha valorado y amado y se&ntilde;alado con su dedo creador. &iexcl;Qu&eacute; bien lo expres&oacute; Miguel &Aacute;ngel en la capilla Sixtina! Qu&eacute; grande eres, hombre, val&oacute;rate. Y valora a todos los vivientes, negros o amarillos, altos o bajos, todos han sido singularmente amados por Dios, no desprecies a nadie, Dios los ama y los ama por puro amor, por puro placer de que existan para hacerlos felices eternamente, porque Dios no tiene necesidad de ninguno de nosotros. Dios no crea porque nos necesite. Dios crea por amor, por pura gratuidad, Dios crea para llenarnos de su vida, porque nos ama y esto le hace feliz. -- SI EXISTO, ES QUE ESTOY LLAMADO A SER FELIZ, a ser amado y amar por el Dios Trino y Uno; este es el f&iacute;n del hombre. Y por eso su gracia es ya vida eterna que empieza aqu&iacute; abajo y los santos y los m&iacute;sticos la desarrollan tanto, que no se queda en semilla como en m&iacute;, sino que florece en eternidad anticipada, como los cerezos de mi tierra en primavera. &ldquo;En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera as&iacute;, os lo dir&iacute;a, porque voy a prepararos el lugar. Cuando yo me haya ido y os haya preparado el lugar, de nuevo volver&eacute; y os tomar&eacute; conmigo, para que donde yo estoy est&eacute;is tambi&eacute;n vosotros&rdquo; (Jn 14, 2-4).&ldquo;Padre, los que t&uacute; me has dado, quiero que donde est&eacute; yo est&eacute;n ellos tambi&eacute;n conmigo, para que vean mi gloria, que t&uacute; me has dado, porque me amaste antes de la creaci&oacute;n del mundo&rdquo; (Jn 17, 24). B) D&Iacute;A GRANDE PARA JESUCRISTO: porque el Padre le confi&oacute; la salvaci&oacute;n de todos los hombre y hoy esa salvaci&oacute;n llega hasta nosotros por la Sagrada Comuni&oacute;n: viene a nosotros como pan de vida eterna: &ldquo;Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, el que coma de este pan, vivir&aacute; para siempre&rdquo;. Por eso &Eacute;l estaba emocionado en la &Uacute;ltima Cena: cogi&oacute; pan y dijo...(los ni&ntilde;os dicen las palabras de la Consagraci&oacute;n...) C) D&Iacute;A GRANDE PARA VUESTROS PADRES: SO&Ntilde;ARON CON VOSOTROS Y HOY DIOS LES PREMIA TODO LO QUE SE HAN SACRIFICADO POR VOSOTROS. D) D&Iacute;A GRANDE PARA VUESTROS SACERDOTES Y CATEQUISTAS: DOS A&Ntilde;OS CON VOSOTROS, DE ELLOS HAB&Eacute;IS APRENDIDO... E) Y SOBRE TODO, D&Iacute;A GRANDE PARA VOSOTROS, QUERIDOS NI&Ntilde;AS Y NI&Ntilde;OS DE PRIMERA COMUNI&Oacute;N. &iexcl;CU&Aacute;NTO OS QUIERE JES&Uacute;S! &Eacute;L VIENE COMO AMIGO, COMO ALIMENTO DE VIDA PARA QUE VIV&Aacute;IS COMO &Eacute;L Y SE&Aacute;IS, PERDON&Eacute;IS Y AM&Eacute;IS COMO &Eacute;L, COMO SALVADOR: &ldquo;DEJAD QUE LOS NI&Ntilde;OS VENGAN A MI, NO SE LO IMPID&Aacute;IS, SI NO OS HAC&Eacute;IS COMO NI&Ntilde;OS NO ENTRAR&Eacute;IS EN EL REINO&rdquo;. EST&Aacute;IS ENCHUFADOS CON &Eacute;L. HOY TAMBI&Eacute;N SOIS LOS PREFERIDOS, OS ABRAZA COMO ENTONCES Y SE SIENTE FELIZ DE TODO LO QUE HA SUFRIDO POR NOSOTROS. REZAD CONMIGO: JESUCRISTO, EUCARIST&Iacute;A DIVINA, T&Uacute; LO HAS DADO TODO POR NOSOTROS Y TE HAS QUEDADO EN PAN CONSAGRADO CON AMOR EXTREMO, HASTA DAR LA VIDA. TAMBI&Eacute;N NOSOTROS QUEREMOS DARLO TODO POR TI Y SER SIEMPRE TUYO. &iexcl;JESUCRISTO EUCARIST&Iacute;A, NOSOTROS CREEMOS EN TI! &iexcl;JESUCRITO EUCARIST&Iacute;A, NOSOTROS CONFIAMOS EN TI! &iexcl;T&Uacute; ERES EL HIJO DE DIOS! QUINTA HOMIL&Iacute;A PARA LA COMUNI&Oacute;N DE UN NI&Ntilde;O/A RITO DE PRESENTACI&Oacute;N Y ACOGIDA DE LOS NI&Ntilde;OS DE PRIMERA COMUNI&Oacute;N CELEBRACIONES CON NI&Ntilde;OS DE PRIMERA COMUNION Sacerdote: JES&Uacute;S DICE: &ldquo;DEJAD QUE LOS NI&Ntilde;OS VENGAN A M&Iacute;, NO SE LO IMPIDAIS PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS&rdquo;. Querida Comunidad de San Pedro, hoy es un d&iacute;a grande y de gozo para toda la Parroquia, porque un grupo de ni&ntilde;os y ni&ntilde;as van a manifestar p&uacute;blicamente su deseo de hacer la Primera Comuni&oacute;n. Queridos padres: Con gozo vivisteis un d&iacute;a el nacimiento de vuestros hijos; estos hijos, vuestros hijos, que ahora acompa&ntilde;&aacute;is, han crecido en estatura y en fe. Pedisteis un d&iacute;a el bautismo para ellos y ahora con gozo quer&eacute;is que reciban a Jesucristo Eucarist&iacute;a en la Comuni&oacute;n Eucar&iacute;stica. Celebremos ahora el rito de presentaci&oacute;n y acogida de estos ni&ntilde;os que comulgar&aacute;n por vez primera en la Pascua del Se&ntilde;or; que vengan ya estos ni&ntilde;os/as y se coloquen ante el altar. 1. Ahora los PADRES Y MADRES Y TODA LA COMUNIDAD REZAMOS: &laquo;Se&ntilde;or, queremos presentar ante ti y tu Iglesia estos ni&ntilde;os y ni&ntilde;as para que sean admitidos al Sacramento de la Comuni&oacute;n Eucar&iacute;stica. Se&ntilde;or, aqu&iacute; los tienes, los ponernos en tus manos; te pedimos que sean fieles a tu amor y que se alimenten siempre de tu Pan Eucar&iacute;stico&raquo;. 2. Escrutinio del sacerdote a los ni&ntilde;os Sacerdote: Un d&iacute;a fuisteis bautizados en el agua de la pila bautismal y recibisteis la gracia y la fe en Jesucristo. Besad ahora la pila bautismal y recibir la vela encendida de la fe que aquel d&iacute;a recibieron por vosotros vuestros padres. Y puesto que ya hab&eacute;is crecido, y ya pod&eacute;is hablar y expresaros por vuestra cuenta, quiero que respond&aacute;is ahora a estas promesas que aquel d&iacute;a hicieron vuestros padres por vosotros. Antes decidnos vuestros nombre y lo que ped&iacute;s a la Iglesia: (Ahora van diciendo sus nombres de esta forma: Me llamo.., soy hijo de y quiero hacer la primera comuni&oacute;n en la Parroquia de san Pedro). 3. Sacerdote: &iquest;Sab&eacute;is que para pedir a la Iglesia la Primera Comuni&oacute;n es necesario creer y amar a Jes&uacute;s, intentar seguirle, sobre todo, amando a Dios como Padre y a los hombres como hermanos y tratar de cumplir los mandamientos como el mismo Jes&uacute;s nos ense&ntilde;a? &iquest;Lo sab&eacute;is? Ni&ntilde;os: Lo sabemos porque lo hemos aprendido y rezado en la catequesis de nuestra parroquia, con nuestras catequistas y en la santa misa de los domingos; y tambi&eacute;n lo hemos rezado muchas veces en casa con nuestros padres. Sacerdote: Entonces, hagamos juntos la se&ntilde;al de los cristianos, la que por primera vez hicieron sobre vosotros vuestros padres en el d&iacute;a de vuestro bautismo. Y esta se&ntilde;al indica que cre&eacute;is en Jesucristo a quien am&aacute;is y quer&eacute;is recibir en vuestra primera comuni&oacute;n. Todos los ni&ntilde;os/as rezanjuntamente con sus padres y madres y asamblea: EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPIRITU SANTO. AMEN. SE&Ntilde;OR JESUCRISTO, NOSOTROS CREEMOS EN TI Y TE ADORAMOS COMO DIOS Y SE&Ntilde;OR DE NUESTRAS VIDAS. JESUCRISTO EUCARIST&Iacute;A, NOSOTROS TE QUEREMOS Y CONFIAMOS EN TI, TU ERES EL HIJO DE DIOS. SACERDOTE: Pues ahora, toda la asamblea, ni&ntilde;os, padres y sacerdote renovamos nuestra fe en Jesucristo, Hijo de Dios y &Uacute;nico Salvador del mundo. PROFESI&Oacute;N DE FE Sacerdote: &iquest;Cre&eacute;is en Dios Todopoderoso, Creador de cielo y tierra, que es nuestro Padre, que nos ama y nos ha enviado a Jes&uacute;s, su Hijo, para salvarnos y hacernos hijos suyos, herederos del cielo? &iquest;Cre&eacute;is? Todos: Creo, Se&ntilde;or, pero aumenta mi fe. Sacerdote: &iquest;Cre&eacute;is en Jes&uacute;s, nacido de la Virgen Mar&iacute;a en Bel&eacute;n, muerto por nosotros en la cruz y resucitado por todos nosotros, que es nuestro Amigo, Maestro y Salvador, que est&aacute; en el Sagrario y que pronto recibir&eacute;is en la primera comuni&oacute;n? &iquest;Cre&eacute;is? Todos: Creo, Se&ntilde;or, pero aumenta mi fe. Sacerdote: &iquest;Cre&eacute;is en el Esp&iacute;ritu Santo que es el Dios Amor, la tercera persona de la Sant&iacute;sima Trinidad, que nos santific&oacute; en el santo bautismo y convierte el pan en el Cuerpo de Cristo, por las palabras del sacerdote en la consagraci&oacute;n? &iquest;Cre&eacute;is? Todos: Creemos, Se&ntilde;or, pero aumenta mi fe. Sacerdote: Cre&eacute;is en la Iglesia, que es una, santa, cat&oacute;lica y apost&oacute;lica, familia de los hijos de Dios en la tierra, que nos lleva a todos al encuentro con el Padre en el cielo? &iquest;Cre&eacute;is? Todos: Creo, Se&ntilde;or, pero aumenta mi fe Sacerdote: &iquest;Cre&eacute;is en Santa Mar&iacute;a siempre Virgen, la Madre de Jes&uacute;s, nuestra Madre y de todos los hombres, que nos ama y atiende siempre nuestra oraciones? &iquest;Cre&eacute;is? Todos. Creo, Se&ntilde;or, pero aumenta mi fe. Sacerdote: Cre&eacute;is en la resurrecci&oacute;n de Jesucristo, en la vida eterna, en el encuentro con Dios nuestro Padre para siempre &iquest;Cre&eacute;is? Todos: Creo, Se&ntilde;or, pero aumenta mi fe. Sacerdote: &iquest;PROMET&Eacute;IS NO BLASFEMAR nunca contra el nombre de Dios y la SAGRADA HOSTIA, QUE ES JESUCRISTO EUCARIST&Iacute;A. Todos: LO PROMETO. Terminemos esta profesi&oacute;n de fe bendiciendo a Dios nuestro Padre y al Se&ntilde;or Jesucristo y al Esp&iacute;ritu Santo, cantando: ALABAR&Eacute;, ALABAR&Eacute;... PRESENTACI&Oacute;N DE LOS NI&Ntilde;OS DE PRIMERA COMUNI&Oacute;N (En la misa del Domingo del comienzo de curso o cuaresma) &mdash; Los ni&ntilde;os y las ni&ntilde;as en este d&iacute;a deben estar en el mismo banco que sus padres y familiares. &mdash; Los padres, abuelos o familiares rezan desde sus bancos: &ldquo;Se&ntilde;or, nos diste estos hijos para siempre y nos has confiado su educaci&oacute;n y custodia. Ahora queremos presentarlos ante Ti y ante tuIglesia para que sean admitidos al Sacramento de la Eucarist&iacute;a, centro y culmen de toda la vida cristiana. Se&ntilde;or, te pedimos por ellos, que sean fieles a tu amistad y a los compromisos bautismales, que se alimenten siempre de la sagrada Eucarist&iacute;a para que sean buenos cristianos. Gracias, Se&ntilde;or, por todo el amor que nos das en ellos, queremos ser buenos padres cristianos.&rdquo; &mdash; A continuaci&oacute;n, una vez que los padres han terminado de rezar esta oraci&oacute;n, todos escuchan a Jesucristo, que por medio del sacerdote, llama hacia s&iacute; a los ni&ntilde;os, con el mismo amor y las mismas palabras que repiti&oacute; muchas veces en Palestina: &ldquo; Dejad que los ni&ntilde;os vengan a m&iacute;, no se lo impid&aacute;is, porque de ellos es el reino de los cielos...( TODOS repiten la frase). &ldquo;Si no os hac&eacute;is como ni&ntilde;os, no entrar&eacute;is en el reino de los cielos (Todos repiten la frase) &mdash; En este momento, los padres y familiares besan a sus hijos y nietos y despu&eacute;s de abrazarlos, los ni&ntilde;os y ni&ntilde;as van saliendo de los bancos, suben al altar y se colocan junto al sagrario, donde est&aacute; Jesucristo, esper&aacute;ndolos con los brazos abiertos. Todos los ni&ntilde;os y ni&ntilde;as besan a Jes&uacute;s en el sagrario, se sientan junto a Jes&uacute;s y rezan esta oraci&oacute;n: &ldquo;Se&ntilde;or, yo no soy digno de recibirte, porque t&uacute; eres Dios. Pero me amas desde siempre y has preparado este encuentro conmigo en la Primera Comuni&oacute;n. Jes&uacute;s, yo creo en Ti, que eres el Hijo de Dios y te amo con todas mis fuerzas y quiero ser tu amigo para siempre. Para m&iacute; lo importante eres T&uacute;, m&aacute;s que todos los regalos y el traje y la fiesta. Y llevo dos a&ntilde;os prepar&aacute;ndome para comulgarte bien y fervorosamente. Se&ntilde;or, yo creo en Ti, pero aumenta mi fe y mi amor. Y te digo como San Pedro en el evangelio: Se&ntilde;or, T&uacute; lo sabes todo, T&uacute; sabes que te amo.&rdquo; &mdash; Todos los ni&ntilde;os oran un rato en silencio y luego se ponen todos de pi&eacute; y estando junto al sagrario cantamos todos: Alabar&eacute;, alabar&eacute;, alabar&eacute; a mi Se&ntilde;or... &mdash; Ahora, van saliendo al centro del altar, y cada uno se presenta a la comunidad: Yo me llamo... soy hijo de... y quiero hacer la Primera Comuni&oacute;n en la Parroquia de San Pedro. &mdash; Ante la imagen de la Virgen, se consagran a Ella: &laquo;&iexcl; Oh Se&ntilde;ora m&iacute;a, oh Madre m&iacute;a, yo me ofrezco enteramente a Ti y en prueba de mi filial afecto te consagro en este d&iacute;a mis ojos, mis o&iacute;dos, mi lengua, mi coraz&oacute;n... en una palabra, todo mi ser; ya que soy todo tuyo/a, oh Madre de bondad, gu&aacute;rdame y defi&eacute;ndeme como cosa y posesi&oacute;n tuya! Amen&raquo;. &mdash; Todos los ni&ntilde;os y ni&ntilde;as vuelven con sus padres y familiares a los bancos. ADORACI&Oacute;N EUCAR&Iacute;STICA CON NI&Ntilde;OS El SACERDOTE EXPONE AL SE&Ntilde;OR MIENTRAS TODOS CANTAN: Un ni&ntilde;o se te acerc&oacute; aquella tarde&hellip; SACERDOTE: JES&Uacute;S EST&Aacute; AQU&Iacute; EN EL SAGRARIO, EN EL PAN CONSAGRADO, COMO LO REALIZ&Oacute; EN LA &Uacute;LTIMA CENA. VOSOTROS LO SAB&Eacute;IS MUY BIEN, PORQUE LO RECORDAMOS LOS DOMINGOS EN MISA. SALUDO AL SANT&Iacute;SIMO: todos de pie. Sacerdote:BENDITO Y ALABADO SEA EL SANT&Iacute;SIMO SACRAMENTO DEL ALTAR. TODOS: BENDITO Y ALABADO SEA EL SANT&Iacute;SIMO SACRAMENTO DEL ALTAR. Ni&ntilde;o 1:T&Uacute;, JES&Uacute;S, SIENDO DIOS, TE HICISTE AMIGO DE LOS HOMBRES. TODOS: T&Uacute;, JES&Uacute;S, SIENDO DIOS, TE HICISTE AMIGO DE LOS HOMBRES. Ni&ntilde;o 2: T&Uacute;, JES&Uacute;S, QUIERES SER ESPECIALMENTE AMIGO DE LOS NI&Ntilde;OS Y DE LAS NI&Ntilde;AS, COMO DIJISTE A LAS MULTITUDES DE PALESTINA. TODOS:T&Uacute;, JES&Uacute;S, QUIERES SER ESPECIALMENTE AMIGO DE LOS NI&Ntilde;OS Y DE LAS NI&Ntilde;AS, COMO DIJISTE A LAS MULTITUDES DE PALESTI NA. Ni&ntilde;o 3: T&Uacute;, JES&Uacute;S, ERES EL ALIMENTO Y EL PAN DE VIDA PARA LOS QUE COMULGAN. TODOS: T&Uacute;, JES&Uacute;S, ERES EL ALIMENTO Y EL PAN DE VIDA PARA LOS QUE COMULGAN. Ni&ntilde;o 4: JES&Uacute;S, NOSOTROS CREEMOS Y CONFIAMOS EN TI, NOSOTROS REZAMOS PARA QUE T&Uacute; SEAS M&Aacute;S CONOCIDO Y AMADO POR TODOS. TODOS: JES&Uacute;S, NOSOTROS CREEMOS Y CONFIAMOS EN TI, NOSOTROS REZAMOS PARA QUE T&Uacute; SEAS M&Aacute;S CONOCIDO Y AMADO POR TODOS. Ni&ntilde;o 5: JES&Uacute;S, NOSOTROS QUEREMOS VISITARTE EN EL SAGRARIO. TODOS: JES&Uacute;S, NOSOTROS QUEREMOS VISITARTE EN EL SAGRARIO. TODOS: JES&Uacute;S, NOSOTROS AHORA QUEREMOS REZAR AL PADRE COMO T&Uacute; NOS ENSE&Ntilde;ASTE: ESTACI&Oacute;N: &iexcl;VIVA JES&Uacute;S SACRAMENTADO!: Tres Padrenuestros...(silencio) ************************************** SACERDOTE: QUERIDOS NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS: VOSOTROS SAB&Eacute;IS QUE &laquo;HACER LA PRIMERA COMUNI&Oacute;N ES SER AMIGOS DE JES&Uacute;S PARA SIEMPRE&raquo;. Y VOSOTROS SAB&Eacute;IS QUE LOS AMIGOS SE VEN Y HABLAN MUCHO TODOS LOS D&Iacute;AS QUE PUEDEN, Y SE COMUNICAN SUS COSAS. POR ESO, HEMOS VENIDO AL SAGRARIO, DONDE EST&Aacute; JES&Uacute;S, EL MEJOR AMIGO DE LOS HOMBRES, SOBRE TODO, DE LOS NI&Ntilde;OS, PARA HABLAR CON &Eacute;L Y CONTARLE NUESTRAS COSAS, para amarle y PEDIRLE COSAS&hellip; Hablemos con &Eacute;l sin mover los labios, solo con el pensamiento y el coraz&oacute;n. Ahora, mirando al Sagrario, todos le contamos a Jes&uacute;s lo que hemos hecho en el Colegio, lo que m&aacute;s nos ha gustado y le pedimos cosas y rezamos en silencio, pidiendo por todos los ni&ntilde;os del mundo, por los que no conocen a Jes&uacute;s y por los que pasan hambre... Y si alguno quiere decir o pedir algo en voz alta al Se&ntilde;or, que lo haga... Sacerdote: Ahora os voy a contar algo del Evangelio&hellip; Breve homil&iacute;a. Rezamos el Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres&hellip; ************************** Sacerdote:Adorado sea el Sant&iacute;simo Sacramento del Altar. Todos: Sea por siempre bendito y adorado. Ni&ntilde;o 1:JES&Uacute;S, te quedaste aqu&iacute; en el Sagrario porque nos quieres mucho. Todos: JES&Uacute;S, te quedaste aqu&iacute; en el Sagrario porque nos quieres mucho. Ni&ntilde;o 2: JESUCRISTO EUCARIST&Iacute;A, t&uacute; lo has dado todo por nosotros, con amor extremo, hasta dar la vida. (Repiten todos: Jesucristo Eucarist&iacute;a, T&uacute;... Ni&ntilde;o 3: tambi&eacute;n nosotros queremos darlo todo por Ti, (Todos repiten: Tambi&eacute;n nosotros Ni&ntilde;o 4: Porque para nosotros t&uacute; lo eres todo, queremos que lo seas todo. // Repiten lo mismo. DICEN TODOS LOS NI&Ntilde;OS: Jesucristo Eucarist&iacute;a, nosotros creemos en Ti; Jesucristo Eucarist&iacute;a, nosotros confiamos en Ti. T&uacute; eres el Hijo de Dios. Queremos ser tus amigos siempre. Bend&iacute;cenos. SACERDOTE: El pan consagrado es la expresi&oacute;n mayor de amor y compa&ntilde;&iacute;a y cercan&iacute;a de Jes&uacute;s en el mundo, cerca de cada uno de nosotros. Y nosotros no podemos olvidarlo. Hay que visitar al Cristo en el Sagrario siempre que podamos. Contemplemos a Cristo, que es nuestro Dios, nuestro mejor Amigo; contemplemos al Amor que disculpa sin l&iacute;mites, espera sin l&iacute;mites y comprende sin l&iacute;mites. Jes&uacute;s est&aacute; aqu&iacute;, venid, ador&eacute;mosle... TODOS: Amigo Jes&uacute;s, estoy aqu&iacute; y en tu presencia quiero adorarte, alabarte, glorificarte y darte gracias, porque has querido quedarte entre nosotros en apariencia de pan. Bien sabes Jes&uacute;s, que no tengo nada que darte, solo deseos de servirte. Gu&iacute;ame con tu luz, acomp&aacute;&ntilde;ame y fortalece mi peque&ntilde;o y gran esp&iacute;ritu misionero, para que cuando crezca pueda llevar tu palabra a los lugares donde no conocen de ti. Se&ntilde;or haz que aunque seamos muchos, todos comamos de un mismo Pan, y en Ti seamos un solo Cuerpo. Jes&uacute;s, s&eacute; que nos amas a todos por igual, ayuda a las familias a ser misioneras como t&uacute;, acompa&ntilde;a su caminar para que nunca dejen de amarte. Junto con Mar&iacute;a, nuestra madre misionera, hazme colaborador, para dar a conocer tu Reino. Dame tu sabidur&iacute;a, tu amor y un coraz&oacute;n grande. Te ofrezco mi vida entera y me pongo en tus manos, Ll&eacute;name de valent&iacute;a para gritar al mundo tu palabra. Am&eacute;n. CANTO:Tu nos invitas, Jes&uacute;s, para ti siempre somos importantes, en tu mesa nos das la comida mejor, el pan de la vida y del amor: dejad que los ni&ntilde;os se acerquen, dejad que vengan a M&iacute;... Sacerdote: Poneos de rodillas que vais a recibir la bendici&oacute;n del Se&ntilde;or: Y se da la Bendici&oacute;n con la Custodia Santa. OTRA ADORACI&Oacute;N EUCAR&Iacute;STICA CON NI&Ntilde;OS. SE EXPONE AL SE&Ntilde;OR MIENTRAS TODOS CANTAMOS: &ldquo;CANTEMOS AL AMOR DE LOS AMORES...&rdquo; QUERIDOS NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS QUE OS PREPARAIS PARA HACER LA PRIMERA COMUNI&Oacute;N: VOSOTROS SAB&Eacute;IS QUE &laquo;HACER LA PRIMERA COMUNI&Oacute;N ES SER AMIGOS DE JES&Uacute;S PARA SIEMPRE&raquo;. Y VOSOTROS SAB&Eacute;IS QUE LOS AMIGOS HABLAN MUCHO Y TODOS LOS D&Iacute;AS QUE PUEDEN, Y SE COMUNICAN SUS COSAS Y SE PIDEN PERD&Oacute;N DE LAS OFENSAS QUE SE HACEN. POR ESO, HEMOS VENIDO AL SAGRARIO, DONDE EST&Aacute; JES&Uacute;S, EL MEJOR AMIGO DE LOS HOMBRES, SOBRE TODO, DE LOS NI&Ntilde;OS, PARA CONTARLE NUESTRAS COAS. JES&Uacute;S EST&Aacute; AQU&Iacute; EN EL SAGRARIO, EN EL PAN CONSAGRADO, COMO &Eacute;L HAB&Iacute;A PROMETIDO EN LA MULTIPLICACI&Oacute;N DE LOS PANES Y LO REALIZ&Oacute; LUEGO EN LA &Uacute;LTIMA CENA. VOSOTROS LO SAB&Eacute;IS MUY BIEN, PORQUE JES&Uacute;S EMOCIONADO POR QUEDARSE PARA SIEMPRE ENTRE NOSOTROS COGI&Oacute; UN POCO DE PAN Y DIJO... (todos los ni&ntilde;os dicen las palabras de la consagraci&oacute;n) SI FU&Eacute;RAIS SACERDOTE, EL PAN QUEDAR&Iacute;A CONSAGRADO... QU&Eacute; GRANDE SER SACERDOTE, A VER SI ALGUNO SE ANIMA, JES&Uacute;S TIENE NECESIDAD DE SACERDOTES... ESCUCHAD LO QUE DIJO: &ldquo;La mies es mucha y los obreros pocos, rogad al due&ntilde;o de la mies que env&iacute;e obrero a su mies&rdquo;. CANTO:Un ni&ntilde;o se te acerc&oacute; aquella tarde, sus cinco panes te dio para ayudarte, los COMO EN LA SANTA MISA, AHORA EMPEZAMOS PIDIENDO PERD&Oacute;N DE NUESTROS PECADOS. ORACI&Oacute;N DE PERD&Oacute;N: 1. Jes&uacute;s perdona las mentiras que le he dicho a mis amigos para justificar mis actos Respuesta: Perd&oacute;n Se&ntilde;or, perd&oacute;n 2. Perdona Se&ntilde;or mis ofensas hacia mis hermanos porque t&uacute; habitas en cada uno de sus corazones, Respuesta: Perd&oacute;n Se&ntilde;or, perd&oacute;n 3 Perdona mis faltas de amor para con mis padres, maestros y amigos. Respuesta: Perd&oacute;n, Se&ntilde;or, perd&oacute;n. 4, Perdona todos mis pecados (Cada uno en particular dice a Jes&uacute;s los pecados en silencio) Todos: Yo confieso ante Dios todopoderoso... ESCUCHO A JES&Uacute;S:1 Co 10,17, 1 Co 13,8 REFLEXI&Oacute;N: Aunque seamos muchos todos comemos de un mismo pan, y por eso somos un s&oacute;lo cuerpo; y por eso tenemos que estar unidos como est&aacute; nuestro cuerpo y amarnos, porque si no morimos; la invitaci&oacute;n que el Ap&oacute;stol San Pablo nos propone en la primera carta a los Corintios es comer del mismo pan para estar unidos a Jes&uacute;s y a los hermanos, comulgar y no amar es pecado, eso no es comer el cuerpo del Se&ntilde;or, en &Eacute;l la unidad es expresi&oacute;n de amor, es una de sus peticiones en la &Uacute;ltima Cena: &ldquo; amaos los unos a los otros como yo os he amado... Padre, t&uacute; en m&iacute; y yo en ellos, para que todos sean uno como t&uacute; y yo somos uno, que ellos tambi&eacute;n sean uno&rdquo;. Por tanto, el pan que compartimos es la comuni&oacute;n de los hermanos en el Cuerpo de Cristo. COMPARTAMOS:Din&aacute;mica de los Corazones &ldquo;Un regalo a Jes&uacute;s Eucarist&iacute;a&rdquo; Elaborar previamente corazones en cartulina u otro material; donde cada uno de los presentes llevar&aacute; escrito su compromiso como regalo a Jes&uacute;s Eucarist&iacute;a; cada uno pasar&aacute; frente al Sant&iacute;simo Sacramento y de rodillas, colocar&aacute; el coraz&oacute;n en una cesta, como signo del amor a Jes&uacute;s que queremos compartir con todos y nuestro deseo de comunicar que el amor de Dios es grande, tan grande que nos dej&oacute; el alimento para la vida eterna, Jes&uacute;s Pan de Vida. ACCI&Oacute;N DE GRACIAS 1. Querido Dios hoy quiero agradecerte por todo cuanto me has dado, por mis padres y amigos Respuesta: &iexcl;Gracias Se&ntilde;or, Gracias! 2. Por haberme dado a mi amigo Jes&uacute;s y permitir que se quedara en apariencia de pan y vino Respuesta: &iexcl;Gracias Se&ntilde;or, Gracias! 3. Gracias por los sacramentos y en especial por el de la Eucarist&iacute;a que es Alimento de Vida Eterna. Respuesta: &iexcl;Gracias Se&ntilde;or, Gracias! 4. Gracias por la parroquia, por los sacerdotes, por las catequistas y por todos los que nos ayudan a ser amigos tuyos. Respuesta: &iexcl;Gracias Se&ntilde;or, Gracias! Sacerdote: Cogidos todos de la mano, recemos la oraci&oacute;n que Jes&uacute;s nos ense&ntilde;&oacute;: PADRE NUESTRO QUE EST&Aacute;S EN LOS CIELOS... Sacerdote: Se&ntilde;or Jesucristo, que dijiste a tus ap&oacute;stoles: mi paz os dejo, mi paz os doy: no tengas en cuentas nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia y conforme a tu palabra conc&eacute;dele la paz y la unidad, T&uacute; que vives y reinas, por los siglos de los siglos. Am&eacute;n. LA PAZDELSE&Ntilde;OR EST&Eacute; CON TODOS VOSOTROS. Y CON TU ESP&Iacute;RITU. (Y nos damos todos fraternalmente la PAZ). DESPEDIDA: Vayamos todos a anunciar esta experiencia con Jes&uacute;s Pan de Vida: CANTAMOS: Si en verdad eres salvo, di am&eacute;n, si en verdad.... JUEVES EUCARISTICO DE LOS NI&Ntilde;OS/AS DE 1&ordf; COMUNION SACERDOTE: Queridos ni&ntilde;os y ni&ntilde;as de la Parroquia, que hace pocos d&iacute;as hicisteis la Primera Comuni&oacute;n: Hoy hab&eacute;is queridos venir ante vuestro Amigo y Dios Jesucristo, expuesto en la Custodia Santa, para manifestarnos a todos que est&aacute;is dispuestos a cumplir vuestra promesa de ser siempre amigos suyos. Lo hac&eacute;is ante toda la asamblea cristiana aqu&iacute; reunida, porque para la parroquia y para Jes&uacute;s ya sois adultos, ya que hab&eacute;is recibido lo m&aacute;s grande que tiene la Iglesia, que es el Cuerpo, Alma y Divinidad de Jesucristo: Todo su Amor, su Perd&oacute;n y Salvaci&oacute;n. CANTAMOS TODOS JUNTOS: UN NI&Ntilde;O SE TE ACERCO AQUELLA TARDE... SACERDOTE: JES&Uacute;S ES SANTO. TODO LO HIZO BIEN. NOSOTROS DEBEMOS PARECERNOS A &Eacute;L. PERO CAEMOS Y COMETEMOS PECADOS. POR ESO, CUANDO ESTAMOS EN SU PRESENCIA, SIEMPRE TENEMOS QUE EMPEZAR PIDIENDO PERDON DE NUESTRAS FALTAS: -- Jes&uacute;s vive y nos espera siempre en el Sagrario. Se ha quedado con nosotros por amor, para ser amigo nuestro. Por las veces que no nos acordamos de &Eacute;l ni le visitamos pudi&eacute;ndolo hacer: (Cantado) SE&Ntilde;OR, TEN PIEDAD. -- Jes&uacute;s, presente aqu&iacute; en la Custodia, nos repite una vez m&aacute;s lo que nos dijo en Palestina: Esto os mando, que os am&eacute;is unos a otros. Por las veces que no le obedecemos am&aacute;ndonos los unos a los otros: CRISTO, TEN PIEDAD. -- Jes&uacute;s se hizo pan de Eucarist&iacute;a para que le comi&eacute;ramos muchas veces y nos alimentase de su amor. Por las veces que los ni&ntilde;os y las ni&ntilde;as no se acercan a recibir a Jesucristo, pan de vida: SE&Ntilde;OR, PIEDAD. PADRE NUESTRO. T&Uacute; NOS DISTE A JESUS QUE SE HACE EN LA EUCARISTIA PAN DE VIDA PARA NOSOTROS. PERDONANOS NUESTROS PECADOS Y NUESTRAS FALTAS DE FE Y AMOR. HAZ QUE ESTOS NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS A LOS QUE TU LLAMASTE UN DIA A LA PRIMERA COMUNION SIGAN RENOVANDO SU VIDA CRISTIANA POR LA PARTICIPACION FRECUENTE EN LA EUCARISTIA. TE LO PEDIMOS POR JESUCRISTO NUESTRO SE&Ntilde;OR. +++++++++++++++++++++++++++++++++++ SACERDOTE: Queridos ni&ntilde;os y ni&ntilde;as de Primera Comuni&oacute;n: Cuando entr&eacute;is en una Iglesia y ve&aacute;is una l&aacute;mpara encendida, decid: Ah&iacute; est&aacute; Jesucristo, MI AMIGO DIOS, que me est&aacute; mirando y esperando en el Sagrario. Voy a saludarlo y a estar un rato con &Eacute;l. Donde est&eacute; la l&aacute;mpara encendida all&iacute; est&aacute; Jes&uacute;s. Lo tendr&eacute; en cuenta toda mi vida. Ahora todos juntos vamos a saludar a Jes&uacute;s expuesto en la Custodia. NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS:Se&ntilde;or, T&uacute; eres el Pan de vida. El que se llega a Ti no tendr&aacute; m&aacute;s hambre de amor; el que cree en Ti, no tendr&aacute; m&aacute;s sed de felicidad. Quien acude a Ti, sabe que siempre ser&aacute; escuchado. Se&ntilde;or, danos siempre de ese pan de vida y de verdad, de amor y de perd&oacute;n, de servicio y de humildad que eres T&uacute;. Si te comulgo muchas veces me ir&eacute; haciendo como T&uacute;. Por eso, deseo comerte siempre que pueda para cambiarme en Ti. Que yo me alimente de Ti y de tu evangelio, que sienta tu presencia y tu compa&ntilde;&iacute;a y siempre sea amigo tuyo y abra mi vida a los dem&aacute;s para que siempre est&eacute; en comuni&oacute;n contigo. AMEN. LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS: &Uacute;LTIMA CENA. HOMILIA COMPROMISO DE AMAR Y SER AMIGOS DE JES&Uacute;S PARA SIEMPRE SACERDOTE: VOSOTROS, QUERIDOS NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS, COMO HIJOS DE DIOS Y AMIGOS DE JES&Uacute;S &iquest;ESTAIS DISPUESTOS A DEFENDER VUESTRA FE EN DIOS, EN JESUCRISTO Y EN SU IGLESIA? NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS:S&Iacute;, ESTAMOS DISPUESTOS. -- ESTAIS DISPUESTOS A PARTICIPAR TODOS LOS DOMINGOS EN LA MISA PARA CONOCER MEJOR LAS ENSE&Ntilde;ANZAS DE JESUS Y CELEBRAR VUESTRA FE CON LOS MAYORES DE LA COMUNIDAD. -- S&Iacute;, ESTAMOS DISPUESTOS --ESTAIS DISPUESTOS A DAR TESTIMONIO DE AMOR A TODOS COMO JES&Uacute;S NOS MAND&Oacute;? --ESTAIS DISPUESTOS A DAR BUEN EJEMPLO DE VIDA CRISTIANA COMO HIJOS DE LA IGLESIA CAT&Oacute;LICA? PROFESION DE FE DIALOGADA: HACED P&Uacute;BLICA MANIFESTACION DE VUESTRA FE EN LA PRESENCIA DE JESUCRISTO EN LA EUCARISTIA: SACERDOTE: Avivemos nuestra fe en la presencia de Jes&uacute;s Sacramentado, repitiendo las mismas palabras del ap&oacute;stol Santo Tom&aacute;s: (Manual de la A. N. E.) NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS: -- &iexcl;Se&ntilde;or m&iacute;o y Dios m&iacute;o! (sacerdote: o como Pedro ante la pregunta de Jes&uacute;s) --T&uacute; eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo. --T&uacute; eres el Hijo de Dios, T&uacute; eres el Rey de Israel --S&iacute;, Se&ntilde;or, yo creo que T&uacute; eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo que has venido a este mundo. --Se&ntilde;or, aumenta nuestra fe. --Creo, Se&ntilde;or, pero ayuda mi incredulidad. --&iexcl;Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Se&ntilde;or! --Dichoso el vientre que te llev&oacute; y los pechos que te alimentaron --Hosanna al Hijo de David, bendito el que viene en el nombre del Se&ntilde;or. CANTO: CANTEMOS AL AMOR DE LOS AMORES, DIOS ESTA AQUI. OREMOS TODOS POR ESTOS NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS: -- Para que sig&aacute;is junt&aacute;ndoos todos los domingos con vuestros padres y amigos en la comunidad de Jes&uacute;s para participar en la Eucarist&iacute;a. Roguemos al Se&ntilde;or. -- Para que sig&aacute;is siendo siempre amigos de Jes&uacute;s obedeciendo sus mandamientos y rezando todos los d&iacute;as. Roguemos al Se&ntilde;or. -- Para que os esforc&eacute;is en mantener la uni&oacute;n y la amistad entre vosotros y permanezc&aacute;is unidos hasta la Confirmaci&oacute;n. -- Para que sig&aacute;is viniendo a la catequesis el pr&oacute;ximo curso y as&iacute; vayamos siendo mejores cristianos. Roguemos al Se&ntilde;or. Y AHORA, OREMOS TODOS JUNTOS, COMO EL SE&Ntilde;OR NOS ENSE&Ntilde;&Oacute;: PADRE NUESTRO. (COGIDOS DE LAS MANOS) ORACION:Dios y Padre nuestro, escucha nuestras s&uacute;plicas. Haz que estos ni&ntilde;os y ni&ntilde;as puedan con tu gracia cumplir sus promesas y te confiesen con sus palabras y sus obras delante de todos. Am&eacute;n VISITA AL SAGRARIO DE LOS NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS DE PRIMERACOMUNION 1.- CANTO DE ENTRADA: ALABAR&Eacute;, ALABAR&Eacute;, ALABAR&Eacute; 2.- SALUDO A JESUS SACRAMENTADO: SACERDOTE: ADORADO SEA EL SANT&Iacute;SIMO SACRAMENTO DEL ALTAR TODOS: SEA POR SIEMPRE BENDITO Y ADORADO (Tres Padrenuestro y el cuarto para que el Se&ntilde;or nos d&eacute; muchos y santos sacerdotes) ORACI&Oacute;N DE TODOS LOS NI&Ntilde;OS: Se&ntilde;or Jes&uacute;s- hemos venido esta tarde- a esta iglesia del Cristo de las Batallas- para visitarte y estar contigo. Hace algunos d&iacute;as- hicimos nuestra Primera Comuni&oacute;n- y desde entonces- somos m&aacute;s amigos tuyos. Queremos decirte- que todos nosotros creemos en Ti,- creemos todo lo que T&uacute; nos dijiste. Por eso creemos- que T&uacute; est&aacute;s ah&iacute; en el pan consagrado- que est&aacute; expuesto en la Custodia- que por fuera es pan- pero por dentro eres T&uacute;, Jes&uacute;s,- Hijo de Dios,- el que estuvo en Palestina- el que me am&oacute; y muri&oacute; en la cruz- pero que ya ha resucitado- y ahora vive para siempre- en el cielo y en todos los sagrarios de la tierra. Te adoramos-Te alabamos- y Te bendecimos- porque permaneces con nosotros- para salvarnos y ser nuestro amigo. Te prometemos ir a misa todos los domingos,- comulgar siempre que podamos- y ser mejores cristianos. Querido Se&ntilde;or Jes&uacute;s- gracias por la vida y la fe,- gracias por nuestros padres y madres- y por todo los que nos quieren y cuidan- Haz que siempre nos amemos como t&uacute; quieres.- Gracias por los catequistas, por los sacerdotes y por los maestros. Jes&uacute;s, T&uacute; nos creaste y nos amas.- Gracias por todo lo bueno que nos das- y por todo lo malo que nos perdonas- Perd&oacute;n por las cosas malas que hemos hecho- las palabras malas que hemos dicho- y por los malos pensamientos que nos vienen a veces. Se&ntilde;or Jes&uacute;s, recordamos ahora- c&oacute;mo perdonabas a la gente que te maltrataba. Ay&uacute;danos a perdonar as&iacute; a los que nos hacen da&ntilde;o. Que nunca queramos devolverles mal por mal. Y para que as&iacute; sea- vamos a rezar como T&uacute; nos ense&ntilde;aste: 3.- BREVE VISITA A JESUS SACRAMENTADO SIGUIENDO EL MANUAL DE A.N. 4.-ORACI&Oacute;N POR LAS VOCACIONES SACERDOTALES: SE&Ntilde;OR JES&Uacute;S, T&Uacute; HAS QUERIDO SACERDOTES- QUE PROLONGUEN TU PRESENCIA EN MEDIO DEL MUNDO.- CONC&Eacute;DENOS PASTORES SEG&Uacute;N TU CORAZ&Oacute;N,- QUE TE ALABEN,- TE AMEN,- TE SIRVAN -Y NOS AYUDEN CON TU PALABRA,- TU EUCARIST&Iacute;A- Y TU AMOR- A CONOCERTE M&Aacute;S, PARA AMARTE MEJOR- Y SEGUIRTE M&Aacute;S DE CERCA. 5.- ENTREGA DEL ICONO A TODOS LOS NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS DE 1&ordf; COMUNION. NI&Ntilde;O O NI&Ntilde;A: Me llamo... SACERDOTE: &iquest;QUIERES SER AMIGO DE CRISTO? NI&Ntilde;O O NI&Ntilde;A: SI, QUIERO. SACERDOTE: RECIBE ESTE ICONO (EVANGELIO) SUYO COMO SIGNO DE TU FE Y AMOR. NI&Ntilde;O O NI&Ntilde;A: AMEN. SACERDOTE: LA PAZ CONTIGO. NI&Ntilde;O O NI&Ntilde;A: Y CON TU ESP&Iacute;RITU OTRA ORACI&Oacute;N DE LOS NI&Ntilde;OS ANTE EL SAGRARIO Empezamos cantando: Cantemos al Amor de los amores.. Se reza de rodillas la estaci&oacute;n: ADORADO SEA... con tres padrenuestros, y un cuarto padrenuestro para que Jes&uacute;s nos d&eacute; muchos y santos sacerdotes, invitando a los presentes a ser generosos si reciben la llamada y la invitaci&oacute;n del Se&ntilde;or. Luego cada ni&ntilde;o hace una petici&oacute;n de las que siguen y todos dicen: Te lo pedimos, Se&ntilde;or. PARROQUIA DE SAN PEDRO PLASENCIA OFRENDA PARA LOS POBRES EN EL D&Iacute;A DE MI PRIMERA COMUNI&Oacute;N QUERIDOS NI&Ntilde;OS Y NI&Ntilde;AS DE PRIMERA COMUNI&Oacute;N: Todos, unidos por el santo Bautismo y por la misma fe en Jesucristo, formamos una gran familia: LA FAMILIA DE LOS HIJOS DE DIOS. Desgraciadamente en esta familia hay hermanos pobres y necesitados: ni&ntilde;os y ni&ntilde;as que no tienen medios para vivir y desarrollarse como personas, incluso pasan hambre, porque sus padres no tienen trabajo, o est&aacute;n enfermos o est&aacute; en la calle, porque no tienen casa&hellip; Jes&uacute;s nos invita a tenerlos siempre presentes en nuestras oraciones y a socorrerlos, si podemos. Hoy, en este d&iacute;a tan hermoso de Tu Primera Comuni&oacute;n, la Parroquia te pide que los tengas en tu coraz&oacute;n y en tus oraciones y seas generoso con tu dinero, ayud&aacute;ndoles con una parte de tus regalos. Si t&uacute; estuvieras en su lugar, tambi&eacute;n lo pedir&iacute;a para ti. Muchas gracias por tu ayuda. Que sigas comulgando todos los domingos, para que Jes&uacute;s te llene de su amor, sea siempre tu mejor amigo. Deseo de todo coraz&oacute;n que pases un d&iacute;a muy feliz con &Eacute;l y con los tuyos. Y nada m&aacute;s. Que todos los ni&ntilde;os y ni&ntilde;as sigamos siendo siempre amigos de Jes&uacute;s y de todos; y no olvides que la parroquia es siempre la Casa de Dios y tu casa, donde tienes que reunirte todos los Domingos con la familia de los hijos de Dios. Con todo cari&ntilde;o y afecto, tu p&aacute;rroco, GONZALO. SACRAMENTO DE LA PENITENCIA AYUDA PARA LA CELEBRACI&Oacute;N DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA El cat&oacute;lico tiene el privilegio concedido por Dios, por el Sacramento de la Penitencia, de recobrar la vida de gracia y de amistad con &Eacute;l, si la hubiera perdido por el pecado grave, o de potenciarlas, si hubiese perdido fuerza y dinamismo a causa de los pecados veniales. Para eso necesitamos estar en paz con Dios, con los hermanos y con nosotros mismos. Y Esto lo conseguimos confesando nuestros pecados ante los ministros ungidos por Dios para perdonarnos las faltas y pecados que hayamos cometido. Mientras te preparas en tu banco para celebrar el sacramento de la reconciliaci&oacute;n, puedes decir esta oraci&oacute;n: PADRE SANTO, RENUEVA EN M&Iacute; TU GRACIA Y TU AMOR, PERDIDOS POR MIS PECADOS. DAME SINCERO ARREPENTIMIENTO Y LL&Eacute;NAME DE TU LUZ Y DE TU PAZ. L&Iacute;BRAME DE TODO MAL. QUE TU PERD&Oacute;N ME AYUDE A PERDONAR Y A VENCER TODO EGOISMO. AYUDA T&Uacute; MI DEBILIDAD. TRANSFORMAME M&Aacute;S EN TI. SE&Ntilde;OR. CONCEDEME LA GRACIA DE UNA VERDADERA CONVERSION. QUIERO CAMBIAR, QUIERO SER MEJOR. ABRE MIS OJOS Y MI ESP&Iacute;RITU, QUE SEA HUMILDE, QUE SEPA VER Y RECONOCER MIS DEFECTOS Y PECADOS. TE PIDO QUE ME AYUDES A CELEBRAR BIEN ESTE SACRAMENTO QUE TU HAS INSTITUIDO PARA PERDONARME Y ABRAZARME COMO HIJO PR&Oacute;DIGO. QUIERO SENTIR TU PRESENCIA Y TU PERDON. AMEN. EXAMEN DE CONCIENCIA 1. &iquest;He confesado siempre en p&uacute;blico mi fe en Dios? 2. &iquest;Respeto el nombre de Dios, o le ofendo con blasfemias, juramentos y usando el nombre de Dios en vano? 3. &iquest;Guardo los Domingos y d&iacute;as de Fiesta participando en la Eucarist&iacute;a? 4. &iquest;He escandalizado gravemente con palabras y acciones? 5. &iquest;Educo seg&uacute;n la fe cat&oacute;lica a los hijos con el ejemplo y el di&aacute;logo? 6. &iquest;Obedezco a mis padres, los respeto y ayudo? 7. &iquest;Soy fiel a mi esposa y marido en pensamiento, palabra y obra? 8. &iquest;Trato a otras personas como deseo que me traten a m&iacute;? 9. &iquest;Comparto mis bienes con quienes son m&aacute;s pobres que yo? &iquest;Ayudo a los m&aacute;s pobres, d&eacute;biles, ancianos, emigrantes? 10. &iquest;He cumplido con mis deberes c&iacute;vicos? &iquest;He pagado mis tributos? 11. &iquest;En mi trabajo soy honesto y cumplo con mi deber? 12. &iquest;He dado a mis empleados o sirvientes el salario justo? 13. &iquest;He mantenido la verdad o he perjudicado a alguien con palabras falsas, con calumnias o mentiras? 14. &iquest;He da&ntilde;ado a la fama, el honor o bienes de otro? &iquest;He inducido al aborto? 15. &iquest;He robado cosas de otros? &iquest;He devuelto lo robado? 16. &iquest;He pedido perd&oacute;n a los que he ofendido? 17. &iquest;He mantenido mis sentidos y todo mi cuerpo en la pureza y la castidad? 18. He cometido acciones contra la pureza de mi cuerpo? 19. He actuado alguna vez contra mi conciencia, por temor o por hipocres&iacute;a? TERMINADO TU EXAMEN DE CONCIENCIA, PIDES PERDON A DIOS CON PALABRAS PERSONALES O BIEN CON ESTA ORACI&Oacute;N: SE&Ntilde;OR MIO JESUCRISTO, DIOS Y HOMBRE VERDADERO, CREADOR, PADRE Y REDENTOR MIO, POR SER VOS QUIEN SOY Y PORQUE OS AMO SOBRE TODAS LAS COSAS, ME PESA DE TODO CORAZON DE HABEROS OFENDIDO; TAMBIEN ME PESA PORQUE PODEIS CASTIGARME CON LAS PENAS DEL INFIERNO. AYUDADO DE VUESTRA DIVINA GRACIA PROPONGO FIRMEMENTE NUNCA MAS PECAR, CONFESARME Y CUMPLIR LA PENITENCIA QUE ME FUERA IMPUESTA. AMEN DESPU&Eacute;S TE ACERCAS AL CONFESOR Y LE SALUDAS, DICIENDO: -- AVE MAR&Iacute;A PUR&Iacute;SIMA -- SIN PECADO CONCEBIDA, te responder&aacute; el sacerdote Y empiezas a confesar tus pecados, siguiendo o leyendo el n&uacute;mero correspondiente del examen de conciencia que ha hecho anteriormente. Y el sacerdote te absuelve de todos tus pecados con estas palabras: DIOS PADRE MISERICORDIOSO, QUE RECONCILI&Oacute; CONSIGO AL MUNDO POR LA MUERTE YRESURRECCI&Oacute;N DE SU HIJO Y DERRAM&Oacute; EL ESP&Iacute;RITU SANTO PARA LA REMISION DE LOS PECADOS, TE CONCEDA, POR EL MINISTERIO DE LA IGLESIA, EL PERD&Oacute;N Y LA PAZ. Y YO TE ABSUELVO DE TUS PECADOS EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPIRITU SANTO. El penitente contesta: AM&Eacute;N. TUS PECADOS HAN SIDO PERDONADO POR LOS M&Eacute;RITOS DE CRISTO. Al llegar a tu banco, rezas la penitencia que te hayan encomendado. El admirable poder del Perd&oacute;n En la Cuaresma, tiempo de conversi&oacute;n y de reconciliaci&oacute;n, la Iglesia nos invita a profundizar en el sacramento de la Penitencia, pero existen muchas dudas y muchos falsos argumentos, en torno a la Confesi&oacute;n, que se han extendido entre los cristianos. En estas p&aacute;ginas se trata de poner un poco de luz &iquest;Por qu&eacute; tengo que confesarme con un sacerdote? Yo me confieso directamente con Dios. Pues de eso se trata, &iexcl;de hacerlo directamente con Dios! Y Dios, &iquest;no se hizo carne y est&aacute; con nosotros todos los d&iacute;as hasta el fin del mundo? &iquest;Qui&eacute;n sino &Eacute;l puede decir con verdad lo que el penitente escucha en el sacramento del Perd&oacute;n: &laquo;Yo te absuelvo de tus pecados&raquo;? No dice el sacerdote: &laquo;De parte de Cristo te digo que &Eacute;l te perdona&raquo;; ni el que se ha confesado responde: &laquo;D&eacute; las gracias a Cristo, de mi parte, cuando le vea usted ma&ntilde;ana&raquo;. Sencillamente, porque Quien est&aacute; ah&iacute; es Cristo mismo, resucitado y vivo en su Iglesia, pues &Eacute;l, el Verbo hecho carne, ya tiene voz humana para hablarme, y manos de carne y hueso para abrazarme. Como estaba en aquel confesionario del pozo de Jacob, al que acudi&oacute; la samaritana que iba a por agua y &Eacute;l le pidi&oacute; de beber, resultando que fue ella la que recibi&oacute; el agua que brota para la vida eterna. Es desde la encarnaci&oacute;n del Hijo de Dios cuando ya podemos, por fin, confesarnos con Dios directamente, en el pleno sentido de la palabra. Puedo pedir perd&oacute;n a Dios en la intimidad del coraz&oacute;n, pero mi realidad humana, de carne y hueso, necesita recibirlo de unos labios igualmente humanos. &iquest;D&oacute;nde dice el Evangelio que es el sacerdote quien da el perd&oacute;n de Dios? &laquo;La gente se admiraba y daba gloria a Dios, que hab&iacute;a dado tal poder a los hombres &raquo;: as&iacute; dice el evangelio de San Mateo, al final del relato de la curaci&oacute;n del paral&iacute;tico, llevado entre cuatro hasta Jes&uacute;s en una camilla, que hab&iacute;an descolgado por el hueco hecho en el tejado de la casa, al no poder entrar a causa de la gente agolpada a la puerta. &laquo;&iexcl;&Aacute;nimo!, hijo, tus pecados te son perdonados&raquo;, es lo primero que le dijo Jes&uacute;s al paral&iacute;tico, viendo la fe de aquellos cuatro camilleros, anota cuidadosamente el evangelista. &laquo;&iexcl;Est&aacute; blasfemando! &iquest;Qui&eacute;n puede perdonar pecados, sino s&oacute;lo Dios?&raquo; Esto es lo que pensaban unos escribas que estaban all&iacute; presentes, y Jes&uacute;s respondi&oacute; con la curaci&oacute;n de la par&aacute;lisis corporal, que era un signo bien visible del verdadero milagro: el perd&oacute;n de los pecados. Cuando se escriben los evangelios, los que escuchaban este relato en las celebraciones de la Eucarist&iacute;a no se pod&iacute;an admirar de que Cristo, verdadero Dios, ten&iacute;a poder para perdonar los pecados; lo que produc&iacute;a la admiraci&oacute;n era que tal poder lo tuvieran hombres como los ap&oacute;stoles y sus sucesores. Ese poder, seg&uacute;n lo leemos en el evangelio de San Juan, les fue otorgado por Jesucristo resucitado, cuando se les present&oacute; en el Cen&aacute;culo y, soplando sobre ellos, les dijo: &laquo;Recibid el Esp&iacute;ritu Santo. Aquienes perdon&eacute;is los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los reteng&aacute;is, les quedan retenidos&raquo;. Al principio de la Misa, reconocemos nuestros pecados; &iquest;no es esto ya una manera de confesarse? M&aacute;s bien es una manera de recordarnos lo necesario que es acudir al sacramento de la Confesi&oacute;n. Ese rito penitencial del comienzo de la Misa es realmente luminoso. Se nos dice que, &laquo;para celebrar dignamente los sagrados misterios&raquo;, debemos reconocer nuestros pecados. &iexcl;Vaya modo de ser dignos! &iquest;No tendr&iacute;amos, para ser dignos, que no tener ning&uacute;n pecado? Se podr&iacute;a pensar que la liturgia de la Iglesia desea que alg&uacute;n d&iacute;a, cuando ya no tuvi&eacute;ramos ning&uacute;n pecado, se pueda quitar ese rito penitencial. &iexcl;De ning&uacute;n modo! Precisamente, con &eacute;l, nos est&aacute; ense&ntilde;ando que lo que nos hace dignos no son nuestras cualidades y nuestras virtudes, sino la gracia de Dios. No es el hijo mayor de la par&aacute;bola del Padre bueno, que cumple todos sus mandatos, el que es digno; lo es el hijo pr&oacute;digo, que reconoce sus pecados, al ser abrazado por su padre y dejarse revestir por &eacute;l con la vestidura blanca que le regala. Por eso, el rito penitencial de la Misa es una clara invitaci&oacute;n a recibir ese abrazo y esa vestidura de la gracia de Dios directamente, es decir, en el sacramento de la Penitencia. Y si volvemos a pecar, &iquest;para qu&eacute; sirve, entonces, confesarse? Pensar as&iacute; es un error grande, porque desvirt&uacute;a el coraz&oacute;n mismo del hecho cristiano; es reducir la Confesi&oacute;n a un simple medio para ser m&aacute;s buenos. &iquest;Y si conseguimos ser buenos haciendo gimnasia, o yendo al psic&oacute;logo, para qu&eacute; vamos, entonces, a confesarnos? &iexcl;Ya no har&iacute;a falta! Err&oacute;nea conclusi&oacute;n. Como la de los esposos que se dijeran el uno al otro: &laquo;Por fin ya no tenemos ning&uacute;n defecto, estamos llenos de virtudes y cualidades, &iquest;para qu&eacute;, entonces, vamos a vivir juntos?&raquo; El confesionario no es como el taller, o el hospital, donde, tras el arreglo del coche o la curaci&oacute;n del enfermo, &eacute;stos lo abandonan, inclu&iacute;do el mec&aacute;nico, o el m&eacute;dico. El perd&oacute;n de los pecados consiste, precisamente, en salir del confesionario llenos del Se&ntilde;or, m&aacute;s hondamente unidos a &Eacute;l. La vuelta a casa del hijo pr&oacute;digo no es, desde luego, para seguir en ella como el hijo mayor, con todas las virtudes que se quiera pero con el coraz&oacute;n lejos del padre. La finalidad de la Confesi&oacute;n, como de toda la vida cristiana, es crecer en amistad con el Se&ntilde;or. &iquest;Puede darse la absoluci&oacute;n general, sin confesi&oacute;n individual? Como dice el Catecismo de la Iglesia cat&oacute;lica, seg&uacute;n se recoge en su Compendio, &laquo;en caso de grave necesidad (como un inminente peligro de muerte) se puede recurrir a la celebraci&oacute;n comunitaria de la Reconciliaci&oacute;n, con la confesi&oacute;n general y la absoluci&oacute;n colectiva, respetando las normas de la Iglesia y haciendo prop&oacute;sito de confesar individualmente, a su debido tiempo, los pecados graves ya perdonados de esta forma&raquo;. Esa grave necesidad puede darse en lugares con tanta escasez de sacerdotes y tanta abundancia de fieles, que &eacute;stos se ver&iacute;an, durante largo tiempo, privados de la gracia del Perd&oacute;n (situaci&oacute;n que, seg&uacute;n ha establecido la Conferencia Episcopal Espa&ntilde;ola, no se da en nuestro pa&iacute;s), y en este caso la norma de la Iglesia establece la llamada f&oacute;rmula C del sacramento de la Penitencia, que otorga el perd&oacute;n de Dios a quienes est&eacute;n realmente arrepentidos y tengan el prop&oacute;sito firme de confesarse individualmente en la primera ocasi&oacute;n que puedan hacerlo; condici&oacute;n que, lejos de ser gravosa, convierte en gozosa realidad el encuentro personal con Cristo, que es la esencia del Sacramento. Si hace mucho tiempo que alguien no se confiesa, &iquest;tiene que dejar de comulgar? Es mandamiento de la Santa Madre Iglesia Confesar al menos una vez al a&ntilde;o. Si en ese tiempo no se tiene pecado mortal, no s&oacute;lo se puede, sino que se debe comulgar al participar en la Misa. Al igual que alguien no puede comulgar en pecado mortal, aunque hiciera poco tiempo de su &uacute;ltima Confesi&oacute;n. &iquest;No es injusto que quien ha pecado mucho, pero se confiesa al final de su vida, se salve, mientras que quien ha llevado una vida recta, al final se tuerza y, por no confesarse, se condene? &iexcl;Curioso modo de entender la justicia! Quien encuentra a Cristo al final de su vida, &iquest;acaso no siente en lo m&aacute;s hondo el no haberlo encontrado desde el comienzo? No es envidiable, desde luego, vivir a&ntilde;os y a&ntilde;os separados de Cristo. La clave est&aacute; en la libertad. La libertad con la que Dios nos ha creado es verdadera, y &Eacute;l es el primero en respetarla. Como tambi&eacute;n es el primero en buscar incansablemente al pecador, porque no quiere su perdici&oacute;n, sino que se convierta y viva. La clave est&aacute; ah&iacute;, en la libertad. La salvaci&oacute;n &iquest;no es acaso alcanzar la vida en plenitud? &iquest;Y acaso la Vida no es Dios mismo, que es Amor? La ceguera est&aacute; en pretender vivir al margen de la Vida, en amar al margen del Amor: &eacute;sa es precisamente la condenaci&oacute;n. Nadie puede amar en contra de su voluntad, pero basta, hasta el &uacute;ltimo instante de la vida, la m&aacute;s m&iacute;nima apertura de la libertad, para encontrar de inmediato el Perd&oacute;n salvador de Dios. &iquest;Qu&eacute; ocurre si olvido alg&uacute;n pecado? Y si alguien se confiesa despu&eacute;s de muchos a&ntilde;os, no es posible que recuerde todos sus pecados. &iquest;Es v&aacute;lida en esos casos la absoluci&oacute;n? Aunque el hombre es imperfecto confes&aacute;ndose, Dios siempre es perfecto perdonando. Como al padre del hijo pr&oacute;digo, al Se&ntilde;or le falta tiempo para salir corriendo y abrazar al pecador, sin dejarle apenas enumerar alg&uacute;n pecado. Me cuesta confesarme, porque me da verg&uuml;enza... Al caer en la cuenta de que, en la Confesi&oacute;n, a Quien se le quita un peso de encima es a Cristo, m&aacute;s a&uacute;n que al penitente, toda dificultad desaparece. &iexcl;Si es el sacramento de la Alegr&iacute;a!, &iquest;c&oacute;mo va a costar acercarse a &eacute;l? AS&Iacute; DICE EL CATECISMO: * Los elementos esenciales del sacramento de la Reconciliaci&oacute;n son dos: los actos que lleva a cabo el hombre, que se convierte bajo la acci&oacute;n del Esp&iacute;ritu Santo, y la absoluci&oacute;n del sacerdote, que concede el perd&oacute;n en nombre de Cristo y establece el modo de la satisfacci&oacute;n. * Los actos propios del penitente son los siguientes: un diligente examen de conciencia; la contrici&oacute;n (o arrepentimiento), que es perfecta cuando est&aacute; motivada por el amor a Dios, imperfecta cuando se funda en otros motivos, e incluye el prop&oacute;sito de no volver a pecar; la confesi&oacute;n, que consiste en la acusaci&oacute;n de los pecados hecha delante del sacerdote; la satisfacci&oacute;n, es decir, el cumplimiento de ciertos actos de penitencia, que el propio confesor impone al penitente para reparar el da&ntilde;o causado por el pecado. * Se deben confesar todos los pecados graves a&uacute;n no confesados que se recuerdan despu&eacute;s de un diligente examen de conciencia. La confesi&oacute;n de los pecados graves es el &uacute;nico modo ordinario de obtener el perd&oacute;n. * Todo fiel, que haya llegado al uso de raz&oacute;n, est&aacute; obligado a confesar sus pecados graves al menos una vez al a&ntilde;o, y de todos modos antes de recibir la sagrada Comuni&oacute;n. * La Iglesia recomienda vivamente la confesi&oacute;n de los pecados veniales aunque no sea estrictamente necesaria, ya que ayuda a formar una recta conciencia y a luchar contra las malas inclinaciones, a dejarse curar por Cristo y a progresar en la vida del Esp&iacute;ritu. * &iquest;Qui&eacute;n es el ministro del sacramento de la Reconciliaci&oacute;n? Cristo confi&oacute; el ministerio de la reconciliaci&oacute;n a sus Ap&oacute;stoles, a los obispos, sucesores de los Ap&oacute;stoles, y a los presb&iacute;teros, colaboradores de los obispos, los cuales se convierten, por tanto, en instrumentos de la misericordia y de la justicia de Dios. Ellos ejercen el poder de perdonar los pecados en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp&iacute;ritu Santo. * La absoluci&oacute;n de algunos pecados particularmente graves (como son los castigados con la excomuni&oacute;n) est&aacute; reservada a la Sede Apost&oacute;lica o al obispo del lugar o a los presb&iacute;teros autorizados por ellos, aunque todo sacerdote puede absolver de cualquier pecado y excomuni&oacute;n, al que se halla en peligro de muerte. * El confesor, &iquest;est&aacute; obligado al secreto? Dada la delicadeza y la grandeza de este ministerio y el respeto debido a las personas, todo confesor est&aacute; obligado, sin ninguna excepci&oacute;n y bajo penas muy severas, a mantener el sigilo sacramental, esto es, el absoluto secreto sobre los pecados conocidos en confesi&oacute;n. REPRESENTACIONES CON NI&Ntilde;OS/AS PADRE NUESTRO DIALOGADO CELEBRACIONES DE NAVIDAD NAVIDAD CON MAR&Iacute;A Un d&iacute;a llamaron a la puerta de una casita de Nazareth Una ni&ntilde;a inocente abri&oacute; la puerta y escuch&oacute; al mensajero que le ped&iacute;a de parte de Dios: "Se solicita una madre para el Redentor de los hombres. &iquest;Aceptas ser su Madre?..." Todos los hombres de todos los tiempos encadenados, infelices, destinados al castigo eterno, rodeaban la casita de Nazareth. Angustiosamente gritaban a la Ni&ntilde;a inocente y asustada: "Di que s&iacute;, dilo pronto y estaremos salvados..." La respuesta fue tan sencilla como firme: "He aqu&iacute; la esclava del Se&ntilde;or, h&aacute;gase en mi seg&uacute;n su palabra". Hoy todos los hombres dicen a aquella Mujer: "Gracias, Madre, por haber dicho que s&iacute;". Yo me uno a ese coro de voces que le dan amorosamente las gracias. Santa Mar&iacute;a es el nombre de aquella maravillosa Ni&ntilde;a que nos fue quitando a cada uno las cadenas de las manos y las cadenas del cuello, la que nos ha abierto las puertas de la Gloria Aquella Ni&ntilde;a Hermosa y santa es la "Puerta del Cielo" es la "Causa de nuestra alegr&iacute;a" la que trae en sus brazos al Ni&ntilde;o Jes&uacute;s, al Redentor de los hombres pecadores. Dig&aacute;mosle con el coraz&oacute;n cantando: "Gracias, Madre, por haber dicho que s&iacute;". &iexcl;FELIZ NAVIDAD! Afuera 1. En el nombre del cielo, os pido posada, pues no puede andar mi esposa amada. 2. Venimos rendidos desde Nazaret; yo soy carpintero de nombre Jos&eacute;. 3. Posada te pide, amado casero, por solo una noche, la Reina del Cielo. 4. Miesposa es Mar&iacute;a, es Reina del Cielo y Madre va a ser del Divino Verbo. 5. Dios pague Se&ntilde;ores, su gran caridad y los colme el cielo de felicidad. Adentro 1. Aqu&iacute; no es mes&oacute;n sigan adelante yo no puedo abrir no sea alg&uacute;n tunante. 2. No me importa el nombre d&eacute;jenme dormir pues ya les he dicho que no voy a abrir. 3. Pues si es una reina quien lo solicita &iquest;c&oacute;mo es que de noche anda tan solita? 4. &iquest;Eres t&uacute;, Jos&eacute;? &iquest; Tu esposa es Mar&iacute;a? Entren peregrinos, no los conoc&iacute;a. 5. Dichosa la casa que alberga este d&iacute;a a la Virgen Pura la hermosa Mar&iacute;a. Todos (mientras se abren las puertas) Entren Santos Peregrinos, reciban este rinc&oacute;n, aunque es pobre la morada, os la doy de coraz&oacute;n. (Terminada la petici&oacute;n de Posada, una vez que han sido admitidos los peregrinos, se puede continuar con una sencilla convivencia.) PRESENTACI&Oacute;N DE UNA PASTORELA EN CUATRO CUADROS PRIMER CUADRO. (Se necesitan Narrador, Arc&aacute;ngel y Mar&iacute;a) Narrador: En tiempos de Herodes, envi&oacute; Dios al &aacute;ngel Gabriel a Nazareth, a visitar a una virgen desposada con un var&oacute;n de la Casa de David, llamado Jos&eacute;. El nombre de la Virgen era Mar&iacute;a, y el Arc&aacute;ngel la saludo diciendo: Arc&aacute;ngel: Dios te salve Mar&iacute;a. Llena eres de gracia. El Se&ntilde;or es contigo. Bendita t&uacute; eres entre todas las mujeres. Oh, Mar&iacute;a, no temas, porque has hallado gracia a los ojos de Dios. S&aacute;bete que has de concebir en tu seno, y dar&aacute;s a luz a un hijo, a quien pondr&aacute;s por nombre Jes&uacute;s. Este ser&aacute; grande, y ser&aacute; llamado hijo del Alt&iacute;simo, al cual el Se&ntilde;or Dios dar&aacute; el trono de David, y reinar&aacute; en la casa de Jacob eternamente y su reino no tendr&aacute; fin. Mar&iacute;a: &iquest;Y c&oacute;mo ha de ser eso? Pues yo no conozco var&oacute;n alguno Arc&aacute;ngel: El Esp&iacute;ritu Santo descender&aacute; sobre ti y la virtud del Alt&iacute;simo te cubrir&aacute; con su sombra, por eso el fruto santo que de ti nacer&aacute; ser&aacute; llamado Hijo de Dios. Ah&iacute; tienes a tu prima Isabel, que en su vejez ha concebido tambi&eacute;n un hijo, porque para Dios no hay nada imposible. Mar&iacute;a: (arrodill&aacute;ndose) He aqu&iacute; la esclava del Se&ntilde;or, h&aacute;gase en m&iacute; seg&uacute;n tu palabra. Narrador: En ese momento, por la acci&oacute;n del Esp&iacute;ritu Santo, empez&oacute; a tomar carne &ldquo;encarnarse&rdquo; el Hijo de Dios que ven&iacute;a a salvar a todos los hombres. Cantamos: SANTA MAR&Iacute;A DE LA ESPERANZA, MANTEN EL RITMO SEGUNDO CUADRO (Se necesitan Narrador, Mar&iacute;a e Isabel) Narrador: Por aquellos d&iacute;as, parti&oacute; Mar&iacute;a a una ciudad de Jud&aacute; y entrando en la casa de Zacar&iacute;as, salud&oacute; a su prima Isabel. Mar&iacute;a: (Aparece Santa Isabel sentada, se levanta al o&iacute;r entrar a la Virgen Mar&iacute;a) Dios te salve, Isabel. Isabel: Bendita t&uacute; entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre. Y &iquest;de d&oacute;nde a m&iacute; tanto bien, que venga la Madre de mi Se&ntilde;or a visitarme? Bienaventurada t&uacute; que cre&iacute;ste que se cumplir&iacute;an las cosas que te han dicho de parte del Se&ntilde;or. Mar&iacute;a: Mi alma glorifica al Se&ntilde;or, y mi esp&iacute;ritu se alegra en Dios, mi Salvador, porque se ha dignado mirar a su humilde esclava. Cantamos: El Se&ntilde;or hizo en m&iacute; maravillas, gloria al Se&ntilde;or Proclama mi alma la grandeza del Se&ntilde;or, se alegra mi esp&iacute;ritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillaci&oacute;n de su esclava. Desde ahora me felicitar&aacute;n todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por m&iacute;; su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles de generaci&oacute;n en generaci&oacute;n. TERCER CUADRO (Se necesitan Narrador, Pastor 1, Pastor 2, Pastores, N&eacute;stor, Pastora 1, Pastora 2, Pastora 3, Gil, Antonia, Sara, Luisa y Satan&aacute;s) Narrador: En esa noche maravillosa en la que nace el Ni&ntilde;o, vamos a situarnos, viajando con el pensamiento hasta Judea. Y estamos en un corro de pastores, en torno a la lumbre, porque hace fr&iacute;o. Pastor 1: &iexcl;Qu&eacute; claras se ven las estrellas esta noche! Pastor 2: Tienes raz&oacute;n, siento que esta noche no es como todas, tiempo despu&eacute;s de meterse el sol, el campo a&uacute;n estaba iluminado como si fuese de d&iacute;a. Pastores: &iexcl;Es cierto, es cierto! Nestor: &iexcl;Qu&eacute; cierto, ni que nada! Ustedes est&aacute;n siempre viendo visiones. Pastor 1: Es cierto lo que digo. Esta noche tiene algo especial, yo creo que se acerca el cumplimiento de las profec&iacute;as. Pastores: &iquest;Qu&eacute; dicen las profec&iacute;as? Pastor 2: Que nacer&aacute; el Redentor. Pastora 1: Que ha de venir el Pastor a su pueblo. Pastora 2: &iquest;C&oacute;mo ser&aacute; el Mes&iacute;as? Pastora 3: Un guerrero fuerte y valeroso.Si no, c&oacute;mo podr&iacute;a salvar a nuestro pueblo? Pastora 1: Ser&aacute; un rey que domine a los extranjeros. Pastor 2: Est&aacute;n equivocados, ser&aacute; m&aacute;s que un guerrero, m&aacute;s que un rey. Nestor: Sigan so&ntilde;ando, cr&eacute;dulos. &iquest;C&oacute;mo puede un jud&iacute;o ser m&aacute;s grande que el rey Pastor 1: T&uacute; eres un descre&iacute;do. Eres malo y no crees en las profec&iacute;as que lo dicen. Pastora 3: Que Gil nos cuente algo de las profec&iacute;as. Gil: Bien, todos saben que nuestros padres y los padres de nuestros padres, desde todos los tiempos han esperado que vendr&aacute; un Mes&iacute;as. Los profetas hablaron de El, diciendo que ser&aacute; la esperanza de las naciones. El Profeta Isa&iacute;as dijo que nacer&aacute; de una virgen, y se llamar&aacute; Emmanuel, que quiere decir, "Dios entre nosotros". Pastores: &iquest;Dios entre nosotros? Antonio: El profeta Malaqu&iacute;as dijo que los reyes vendr&aacute;n a tributarle honores y presentes a su cuna. Pastora 1: S&iacute; los reyes le tributar&aacute;n honores, ser&aacute; m&aacute;s que un rey. Gil: El Profeta Jerem&iacute;as anunci&oacute; lo que en ese tiempo suceder&aacute;: que ver&aacute;n los ciegos, oir&aacute;n los sordos, andar&aacute;n los cojos, y hablar&aacute;n los mudos. Antonio: Y Zacar&iacute;as nos dijo que el Mes&iacute;as ser&aacute; llamado el Pr&iacute;ncipe de la Paz. Sara: Bueno, a todo esto, &iquest;d&oacute;nde nacer&aacute; el Redentor? Gil: Oigan lo que dijo Malaqu&iacute;as: "Y tu Bel&eacute;n, no eres la menor de las ciudades de Jud&aacute;, puesto que de ti ha de salir el que ha de gobernar a mi pueblo". Todos: En Bel&eacute;n nacer&aacute;. Sara: Aqu&iacute; mismo. &iexcl;Qu&eacute; maravilla! La verdad del Se&ntilde;or se nos ha revelado por medio de sus profetas, ahora entendemos claro. Nestor: Como cuento est&aacute; muy bien; pero todos los profetas han esperado al Mes&iacute;as, y se han muerto sin verlo. Yo creo que nunca va a venir. Antonio: T&uacute; no crees en nada. Debes avergonzarte porque eres malo y ateo N&eacute;stor: Avergonzarme &iquest;yo? No seas bobo, yo no me averg&uuml;enzo de no creer en la Navidad, yo no me averg&uuml;enzo de no creer en el Mes&iacute;as enviado por Dios. LUISA: &iquest;Cu&aacute;ndo vendr&aacute; el Mes&iacute;as? Gil: Hay un modo de saberlo. El &aacute;ngel Gabriel se le apareci&oacute; un d&iacute;a al Profeta Daniel y le dijo que esto suceder&iacute;a setenta semanas de a&ntilde;os despu&eacute;s de reconstruir Jerusal&eacute;n. Pastores: &iexcl;Setenta semanas! Luisa: Pues entonces ya es tiempo de que venga, el tiempo se ha cumplido, y si las profec&iacute;as son ciertas, hay que esperarlo en estos d&iacute;as. Narrador: (Se oyen mugidos, mm...mmm...mmm...Se levantan Luisa, Bernarda y Antonio). SARA: El ganado se est&aacute; dispersando. Antonio: Vamos a recogerlo (se van todos, N&eacute;stor no quiere). Antonio: Vamos N&eacute;stor, no te quedes ah&iacute;. N&eacute;stor: Yo estoy muy bien aqu&iacute;. Id vosotros. Qu&eacute; c&oacute;modo es descansar, no preocuparse por nada. Tener tranquilidad...calma...(El diablo se le aparece por atr&aacute;s. Suspenso...se asusta N&eacute;stor). Satan&aacute;s: No te asustes, no te asustes, &iquest;Qu&eacute; da&ntilde;o te puedo causar?... y menos a ti. Los dem&aacute;s se fueron, t&uacute; si que sabes tomarle sabor a la vida. N&eacute;stor: S&iacute;, s&iacute;, pero no te acerques tanto. Satan&aacute;s: Los dem&aacute;s trabajan, t&uacute; no tienes que hacerlo, puesto que descansas. Los otros sufren, t&uacute; sabes gozar. Oye, tus compa&ntilde;eros creen una serie de patra&ntilde;as que no son m&aacute;s que mentiras de viejas. S&iacute; de viejas, t&uacute; mi buen amigo, s&iacute; que tienes sentido pr&aacute;ctico. N&eacute;stor: Me da risa todo lo que dices, porque eres un pobre diablo. Satan&aacute;s (furioso): Un pobre diablo. Maldito pastor horrendo. Bueno, hagamos las paces definitivamente y un pacto tambi&eacute;n. T&uacute; eres m&aacute;s listo que tus compa&ntilde;eros, eres joven y debes disfrutar la vida, yo te dar&eacute; dinero a manos llenas si me haces un favor. N&eacute;stor: &iquest;Y cu&aacute;l es ese favor? Satan&aacute;s: Oh, es muy f&aacute;cil. S&oacute;lo tienes que convencer a tus compa&ntilde;eros de que todas esas mentiras del Salvador son eso, puras mentiras (le ense&ntilde;a una bolsa de dinero). N&eacute;stor: (recibiendo la bolsa) Vaya, vaya! Eso no es ning&uacute;n problema. No es tan feo el diablo como lo pintan. Ahora puedo comprar videojuegos, c&aacute;maras, m&oacute;viles... Satan&aacute;s: Bien..amigo !..Hasta la muerte! (sale) N&eacute;stor: Hasta la muerte...dinero, mucho dinero! Qu&eacute; cantidad de cosas me voy a comprar con este dinero... (levantando la bolsa) (Entra Antonio y N&eacute;stor trata de esconder la bolsa) (Entran todos los dem&aacute;s pastores). GIL: N&eacute;stor, por qu&eacute; eres as&iacute; de grosero con nosotros? Por qu&eacute; eres tan envidioso, tan rebelde? Por qu&eacute; no quieres la paz? N&eacute;stor: &iquest;Por qu&eacute;? Porque ustedes hacen el centro de su vida a lo religioso, lo que no da dinero, lo que supone sacrificio y trabajo. Yo no, yo cojo lo c&oacute;modo y no creer y no molestarme por nadie, aunque sea el Mes&iacute;as salvador. CUARTO CUADRO (Se necesitan Narrador, San Jos&eacute;, Ni&ntilde;os: toda la asamblea, Pastores, Pastora, &Aacute;ngel, Pastor, N&eacute;stor y una madre joven o ni&ntilde;a Mar&iacute;a para coger al Ni&ntilde;o y darlo a besar). Narrador: Por aquellos d&iacute;as en que iba a nacer Jes&uacute;s, el gobierno dio una orden de registrarse, es decir, empadronarse en el lugar de origen de su tribu. Mar&iacute;a y Jos&eacute;, en cumplimiento de las &oacute;rdenes, salieron de viaje hacia Bel&eacute;n, ciudad de David de donde era la familia de Jos&eacute;. Narra el Evangelio que en los contornos de Bel&eacute;n estaban velando unos pastores haciendo centinela de noche junto a su reba&ntilde;o. Como estaban bastante lejos, llegaron de noche a Bel&eacute;n y al encontrar llenos todos los lugares de hospedaje, se vieron obligados a pedir posada de casa en casa. San Jos&eacute;: (dirigi&eacute;ndose a los ni&ntilde;os y caminando frente a ellos) En el nombre del cielo, os pido posada, pues no puede andar mi esposa amada. Ni&ntilde;os (LA ASAMBLEA): Aqu&iacute; no es mes&oacute;n, sigan adelante, yo no puedo abrir, no sea alg&uacute;n tunante. San Jos&eacute;: No seas inhumano, tened caridad, que el Dios de los Cielos, os lo premiar&aacute;. Ni&ntilde;os: Ya se pueden ir y no molestar, porque si me enfado, los voy a apalear, San Jos&eacute;: Venimos rendidos desde Nazareth, yo soy carpintero, de nombre Jos&eacute;. Ni&ntilde;os: No me importa el nombre, d&eacute;jenme dormir, pues que ya les digo, que no hemos de abrir. San Jos&eacute;: Posada te pide, amado casero, por s&oacute;lo una noche, la Reina del Cielo. Ni&ntilde;os: Pues si es una reina quien lo solicita, &iquest;c&oacute;mo es que de noche anda tan solita? San Jos&eacute;: Mi esposa es Mar&iacute;a, es Reina del Cielo, y madre va a ser del divino Verbo Narrador: Nadie quiere abrir ni dejarlos entrar en su casa, todos les dicen que no tienen lugar para ellos. Entonces, Mar&iacute;a y Jos&eacute;, tristes, cansados y con fr&iacute;o, salen a las afueras de Bel&eacute;n y toman como posada una peque&ntilde;a cueva. Ah&iacute;, antes de salir el sol, en la oscuridad y silencio de la noche, el Ni&ntilde;o Jes&uacute;s nace de la Virgen Mar&iacute;a. Ella toma al Ni&ntilde;o Jes&uacute;s en sus brazos, con que alegr&iacute;a lo mira, lo besa por primera vez, le habla. Vamos todos a unirnos a este arrullo cantando. (Una ni&ntilde;a o una madre tiene al Ni&ntilde;o en brazos mientras todos cantamos: NOCHE DE DIOS, NOCHE DE PAZ). Narrador: En los alrededores de Bel&eacute;n hay muchos pastores cuidando sus reba&ntilde;os; algunos est&aacute;n hablando en torno a la lumbre; otros est&aacute;n durmiendo muy cansados. Como Dios ama intensamente a los pobres, quiere que sean ellos los primeros en conocerlo. Y de pronto, un &aacute;ngel del Se&ntilde;or aparece junto a ellos para darles la Buena Nueva. Angel: "Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad". Pastores: &iexcl;Un &aacute;ngel, un &aacute;ngel! Miren all&aacute; &iexcl;qu&eacute; hermosura! Pastora: &iexcl;Qu&eacute; lindo, lleno de luz! Pastora: &iexcl;Qu&eacute; maravilla! &Aacute;ngel: No tengan miedo, porque yo vengo a anunciarles una buena noticia que ser&aacute; motivo de mucha alegr&iacute;a para todo el pueblo: "Os ha nacido un Salvador. Y por eso cantamos: Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad". Pastor: Dice que no tenemos nada que temer. Pastor: Y nos trae una nueva de grand&iacute;simo gozo Pastores: No tenemos miedo. &Aacute;ngel: Al&eacute;grense cielo y tierra, porque os ha nacido en la ciudad de David, el Salvador, el Cristo, el Se&ntilde;or nuestro. Pastor: Oigan hermanos, que ha nacido el Salvador, el Mes&iacute;as, el Esperado. Pastores: &Aacute;ngel del Se&ntilde;or, danos una se&ntilde;al para conocerlo. &Aacute;ngel: Os servir&aacute; de se&ntilde;al que hallareis al ni&ntilde;o envuelto en pa&ntilde;ales y reclinado en un pesebre. Pastora: La mano de Dios ha encendido la noche. La luz viene de muy alto. Pastor: Es el Ni&ntilde;o que ha encendido los luceros. Pastora: Creo en el Salvador, creo en el Ni&ntilde;o Jes&uacute;s. N&eacute;stor: Me arrepiento de haber sido descre&iacute;do. Perd&oacute;name, Se&ntilde;or m&iacute;o y Dios m&iacute;o. Yo en mi ceguera e incredulidad me alej&eacute; de mis hermanos, yo que pequ&eacute; contra el cielo y contra ti, yo que fui soberbio, te pido perd&oacute;n. Pastor: Esa estrella nos est&aacute; indicando el camino a Bel&eacute;n. Pastor: Es una estrella grande y luminosa, sig&aacute;mosla. Pastora: Camina la estrella, camina hacia Bel&eacute;n. Pastor: Es verdad, pong&aacute;monos en marcha. Pastora: S&iacute;, yo quiero ver, yo quiero tocar, yo quiero cargar en mis brazos al ni&ntilde;o Jes&uacute;s. Pastor: Es incre&iacute;ble, y sin embargo, &iexcl;es cierto! Vamos a Bel&eacute;n, vamos a ver ese suceso prodigioso que nos ha anunciado el &aacute;ngel. N&eacute;stor: Y no volvamos a permitir la duda en nuestros corazones. Pastor: &iexcl;Es incre&iacute;ble! Pastor: Vamos pastores, vamos. Canto: Vamos, pastores, vamos, vamos a Bel&eacute;n, a ver en aquel ni&ntilde;o la gloria del Ed&eacute;n... (Tambi&eacute;n: EL CAMINO QUE LLEVA A BELEN) Narrador: Como el Ni&ntilde;o Jes&uacute;s vino para todos los hombres, los ricos y los pobres, para los que saben mucho y para los que no saben nada, quiere que tres hombres sabios de pueblos lejanos, vengan a conocerlo. La estrella m&aacute;s grande les sirve de se&ntilde;al y al llegar all&iacute; los hombres sabios quedaron maravillados diciendo: "Demos gracias a Dios, que ha querido venir a nacer, a vivir, y a morir entre nosotros. Melchor, trae oro, pues que menos puede dar al rey del mundo; Gaspar trae incienso para alabar al Dios de los cielos; Baltasar trae mirra, porque el Ni&ntilde;o Dios tambi&eacute;n es hombre: Y TODOS SE PONEN DE RODILLAS Y ADORAN AL NI&Ntilde;O EN BRAZO DE SU MADRE Y SAN JOS&Eacute;. Luego quedan la Virgen, San Jos&eacute; y el Ni&ntilde;o, rodeados de pastores y los hombres sabios o Reyes Magos y la Virgen da a besar al Ni&ntilde;o. Y todos cantan un villancico. Canto Final: Campana sobre campana. Nochebuena Pastores y pastoras, abierto est&aacute; el ed&eacute;n. &iquest;No o&iacute;s voces sonoras? Jes&uacute;s naci&oacute; en Bel&eacute;n. La luz del cielo baja, el Cristo naci&oacute; ya, y en un nido de paja cual pajarillo est&aacute;. El ni&ntilde;o est&aacute; friolento. &iexcl;Oh noble buey, arropa con tu aliento al Ni&ntilde;o Rey! Los cantos y los vuelos invaden la extensi&oacute;n, y est&aacute;n de fiesta cielos y tierra y coraz&oacute;n. Resuenan voces puras que cantan en tropel. Hosanna en las alturas al Justo de Israel! &iexcl;Pastores, en bandada venid, venid, a ver la anunciada Flor de David! LA FORMACI&Oacute;N DE CATEQUISTAS LA CATEQUESIS ESEL CATEQUISTA Sol&iacute;a decir el Beato Manuel Gonz&aacute;lez que la catequesis es el catequista, y ten&iacute;a toda la raz&oacute;n. Es la conclusi&oacute;n a la que f&aacute;cilmente se llega despu&eacute;s de ver c&oacute;mo hac&iacute;a catequesis de calidad, esto es, una catequesis que suscitaba y aumentaba la fe en sus destinatarios, como demostr&oacute; a lo largo de toda su vida en su quehacer catequ&iacute;stico. Cualquiera que lea sus libros y llegue a conocer c&oacute;mo eran sus catequesis ver&aacute; que en &eacute;l se cumpl&iacute;a perfectamente el principio de la comunicaci&oacute;n: &ldquo;El medio es el mensaje&rdquo;. No hay m&eacute;todo ni recursos que garantice el &eacute;xito de la catequesis. En realidad en la catequesis todo depende principalmente de Dios y del catequista, como ocurre en la gestaci&oacute;n del feto, que tambi&eacute;n todo depende principalmente de Dios y de la madre. EL EVANGELIO Y EL NI&Ntilde;O Don Manuel era catequista en todo momento, cuando se encontraba con alguien un&iacute;a a su palabra el testimonio de fe. Para dar una catequesis a &eacute;l le bastaba el amor a la gente y su imaginaci&oacute;n andaluza, tan creativa y recurrente. Sab&iacute;a llegar a los sentidos, poner en funcionamiento la raz&oacute;n, tocar el coraz&oacute;n y movilizar los pies hacia Jes&uacute;s en el Sagrario que lo era todo. Para sus catequesis, usaba principalmente dos libros que &eacute;l se conoc&iacute;a por los cuatro costados: El Evangelio y el ni&ntilde;o. El Evangelio, en el que descubr&iacute;a un &ldquo;Jes&uacute;s que hace y dice&rdquo; hoy en la Eucarist&iacute;a, donde no est&aacute; quieto ni mudo. Como buen catequista, le interesaba no s&oacute;lo que los destinatarios de sus catequesis aprendieran el catecismo sino tambi&eacute;n que lo pusieran en pr&aacute;ctica. Evangelizar, catequizar, &laquo;eucaristizar&raquo; fue la decisi&oacute;n trascendental que tom&oacute;, cuando, con los ojos todav&iacute;a llenos de l&aacute;grimas, se levant&oacute; del banco donde hab&iacute;a estado arrodillado ante el Sagrario de Palomares del R&iacute;o el 2 de febrero del 1902. Despu&eacute;s de haber celebrado un A&ntilde;o de la Eucarist&iacute;a, tras el S&iacute;nodo de los Obispos que ha tratado de la Eucarist&iacute;a como &ldquo;Fuente y cumbre de la vida y misi&oacute;n de la Iglesia&rdquo; y con un programa de la CEE (Conferencia Episcopal Espa&ntilde;ola) centrada en el mismo tema para estos cuatro a&ntilde;os hasta el 2010, en que celebraremos el Congreso Eucar&iacute;stico Nacional, podemos afirmar con todo esto y sin lugar a dudas: la catequesis debe suscitar y educar la piedad eucar&iacute;stica. TODOS CATEQUISTAS Don Manuel quer&iacute;a que todos seamos catequistas, y en su libro, &ldquo;Apostolados menudos&rdquo; detalla lo que pueden hacer incluso las personas poco preparadas, con tal de que sean almas eucar&iacute;sticas, que se llenen de Jes&uacute;s hasta rebosar y quieran darlo a los dem&aacute;s. El principal problema de la catequesis actual es la escasa espiritualidad de los catequistas. No se puede dar catequesis, por mucho que se sepa y por muy buenos recursos que se tenga, si el catequista est&aacute; vac&iacute;o por dentro, o si antes de la catequesis no hace el trabajo m&aacute;s importante, ponerse de rodillas ante el Sagrario y &ldquo;despachar con el Amo de la Mies, para que eche un ojo a la siembra&rdquo;. LA GRACIAENLA EDUCACI&Oacute;N Necesitamos catequistas &ldquo;graciosos&rdquo;. Esto es, con gracia del cielo y de la tierra. Y es una constataci&oacute;n elemental que a nuestras catequesis les falta vida y alegr&iacute;a. Muchas de ellas se parecen a meras clases de religi&oacute;n, pesadas y aburridas, con demasiadas actividades similares a los deberes que los ni&ntilde;os llevan de la escuela a casa. Necesitamos unos catequistas que est&eacute;n engolfados en el Sagrario, sin muchos estudios y con pocos medios, pueden incendiar las parroquias, por muy fr&iacute;as de piedad y falta de compromiso cristiano que se encuentren. Don Manuel, despu&eacute;s de se&ntilde;alar el gran fin de la catequesis, trata de los medios para alcanzar dicho fin. Y, tomando de su gran libro &ldquo;La gracia en la educaci&oacute;n&rdquo;, afirma que el gran medio de la catequesis es la Gracia, la sobrenatural y la natural. En este cap&iacute;tulo es donde habla del catequista &ldquo;gracioso&rdquo;, esto es, del que sabe atraer y ganarse a los ni&ntilde;os al estilo de Jes&uacute;s, expone c&oacute;mo defender en los ni&ntilde;os la gracia sobrenatural mediante el cultivo de la piedad. LA FORMACI&Oacute;N DECATEQUISTAS Considera que el ser ap&oacute;stol debe ser aspiraci&oacute;n de almas grandes, generosas, heroicas, y tal aspiraci&oacute;n no es otra cosa que &ldquo;llenarse hasta rebosar de Jesucristo, de su Doctrina, de su amor, de su virtud, de su vida y mojar hasta empapar a todo el que nos toque o se nos acerque, del agua, que nos rebosa; es hartarse hasta embriagarse del vino del conocimiento y amor intensos de Jesucristo y salir por las calles y plazas ebrios.., es hacerse loco de un solo tema que sea: Jes&uacute;s Crucificado y Sacramentado est&aacute; y no debe estar abandonado&rdquo;. Para &eacute;l todos los obreros de la mies del Se&ntilde;or han de ser ap&oacute;stoles de pies a cabeza, los de la siembra del primer anuncio hasta los de la integraci&oacute;n de los catec&uacute;menos en la comunidad evangelizada, pasando por el cultivo de la fe inicial y desarrollo de la conversi&oacute;n total. De todos es sabido que el Beato Manuel Gonz&aacute;lez vivi&oacute; en un momento hist&oacute;rico, dif&iacute;cil y &ldquo;recio&rdquo;, como dec&iacute;a Santa Teresa de &Aacute;vila, muy parecido al que hoy vivimos en Espa&ntilde;a, pues como &eacute;l dec&iacute;a: &ldquo;En el a&ntilde;o 33, en plena Rep&uacute;blica laica&rdquo; en que el grito de moda era &ldquo;Nada de catecismo&rdquo;, que muchas veces se traduc&iacute;a en &ldquo;todo contra el catecismo&rdquo;, viendo que &ldquo;pr&aacute;cticamente nuestros pueblos se han quedado sin Jesucristo&rdquo;, en este momento se lanz&oacute; a la obra urgente de &ldquo;recristianizar&rdquo; y para ello, primero pidi&oacute; que fueran &ldquo;Todos catequistas&rdquo;, detall&aacute;ndoles a esos catequistas el apostolado que pod&iacute;an hacer, en su libro &ldquo;apostolados menudos&rdquo;. &ldquo;Catequizar es ense&ntilde;ar gradualmente la letra del catecismo, viviendo su esp&iacute;ritu y haci&eacute;ndolo vivir, con gracia sobrenatural y natural, de estos cuatro modos: Orando y haciendo orar, narrando y haciendo narrar, representando y haciendo representar, practicando por la piedad y la liturgia, y haciendo practicar&rdquo;. Con esa definici&oacute;n del quehacer del catequista, est&aacute; dicho lo que el Beato hac&iacute;a y lo que ten&iacute;an que hacer los catequistas. En las p&aacute;ginas siguientes y en otros libros que directa o indirectamente tocan la catequesis expone c&oacute;mo llevar a cabo el quehacer de la catequesis. Despu&eacute;s de sentar el principio pedag&oacute;gico de que &ldquo;La catequesis es el catequista&rdquo;, el autor explicaba, mediante tres refranes, las primeras reglas que deber&iacute;a tener en cuenta todo futuro catequista. Esos refranes son: &ldquo;Nadie da lo que no tiene&rdquo;, &ldquo;No hay que pedir peras al olmo&rdquo;, y &ldquo;Ojos que no ven, coraz&oacute;n que no quiebra&rdquo;. Con el primero, llega al convencimiento de que &ldquo;quien no posee a Jes&uacute;s, no puede dar a Jes&uacute;s&rdquo;. Con el segundo, recuerda y quiere que el catequista de ni&ntilde;os nunca olvide que &ldquo;los ni&ntilde;os son ni&ntilde;os&rdquo;. Por esto, hay que conocer bien a los ni&ntilde;os y adaptarse a su modo de ser y de entender las cosas. Y con el tercero, secundando m&eacute;todo psicol&oacute;gico de Munich, practicado por su amigo Andr&eacute;s Manj&oacute;n, y adelant&aacute;ndose a la era de lo audiovisual, apela a la necesidad primordial de que los ni&ntilde;os &ldquo;conozcan primero qui&eacute;n fue Jes&uacute;s, qu&eacute; hizo, en d&oacute;nde viv&iacute;a y en d&oacute;nde sigue viviendo, y DESPUES lo que ense&ntilde;&oacute; con su palabra&rdquo;. El comentario de este tercer refr&aacute;n le lleva a precisar que el gran fin de la catequesis de ni&ntilde;os es ponerlos tan cerca de Jes&uacute;s que aprendan de El en el Evangelio y en el Sagrario todo el catecismo, no ya de memoria, sino de conocimiento, de cari&ntilde;o y de imitaci&oacute;n. Este gran fin de la catequesis lo formula m&aacute;s abajo con otras palabras que brotan de su honda experiencia m&iacute;stica. CONTRATO DE CATEQUISTA &ldquo;Un d&iacute;a estaba Jes&uacute;s orando en cierto lugar. Cuando terminaba su oraci&oacute;n, uno de sus disc&iacute;pulos le pidi&oacute;: &laquo;Se&ntilde;or, ens&eacute;&ntilde;anos a orar as&iacute; como Juan ense&ntilde;&oacute; a sus disc&iacute;pulos.&raquo; El les dijo: &laquo;Cuando rec&eacute;is, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino. Danos cada d&iacute;a el pan del d&iacute;a. Perd&oacute;nanos nuestros pecados, pues nosotros perdonamos a todo el que nos ofende. Y no nos dejes caer en la tentaci&oacute;n.&raquo;&rdquo; Cada uno de nosotros tenemos una vocaci&oacute;n espec&iacute;fica, una llamada, para la cual y por la cual hemos sido creados; sin esta llamada nuestra vida no tendr&iacute;a sentido, y es que el Padre Dios nos pens&oacute; con tanto amor que no pod&iacute;a dejarnos a la deriva, pero eso s&iacute;, la &uacute;ltima palabra la tenemos nosotros. La vida del cristiano es un elegir a cada instante, es un optar por esto o por aquello, pero llega un momento en que la opci&oacute;n se vuelve mas seria y debemos elegir ya no una forma de estar, sino una forma de ser. Llamados a ser catequistas, no a hacer de catequistas. Cuando empezamos la catequesis, dimos un S&Iacute; profundo y seguro a Dios, un SI que no se termina en ese momento, sino que se prolonga como una opci&oacute;n de vida, como una forma de ser. El decir S&Iacute; a ser catequistas es decir SI a ser maestros de la fe, esa fe que la aprendimos de nuestros mayores, que la aceptamos con amor y que ahora la transmitimos con entusiasmo y con la esperanza de que ocurra en los dem&aacute;s lo mismo que ocurri&oacute; en nosotros. La vocaci&oacute;n del catequista no es temporal, es desde siempre y para siempre; aunque el d&iacute;a de ma&ntilde;ana no tengamos un grupo a nuestro cargo, seguiremos siendo catequistas, de nuestras familias, vecinos, amigos y de todos aquellos que aqu&iacute; o all&aacute; necesiten de nosotros una palabra de aliento, de apoyo... una palabra de Dios. Hoy por hoy, ya sea con los padres o con los chicos, nuestra funci&oacute;n es transmitir, ense&ntilde;ar la Palabra de Dios. Esto requiere de nosotros una dedicaci&oacute;n de tiempo completo, pero sin dejar de lado nuestras familias, nuestro trabajo, nuestros estudios, sino que tambi&eacute;n en ese ambiente debemos ser catequistas, por eso no estamos llamados a hacer de catequistas sino a serlo. La opci&oacute;n de vida que hemos tomado nos compromete hasta tal punto que toda nuestra vida debe verse afectada por nuestro SER CATEQUISTA. Los NO del catequista. El catequista no es aquel: Que se cree el supercristiano que se las sabe todas. Que por sus muchos m&eacute;ritos ha llegado hasta donde est&aacute;. Que no es coherente entre lo que vive y lo que ense&ntilde;a. Que se hace &laquo;compinche&raquo; de su grupo. Que &laquo;dicta clases&raquo; de catequesis deshumanizando al grupo. Que no quiere a su comunidad y se ocupa solo de la catequesis. &oacute; Que no prepara los encuentros porque no le interesan. Los S&Iacute; del catequista. El catequista es aquel: Que ha recibido de Dios la llamada a comunicar a otros la misma fe que ha recibido Que con generosidad y desinteresadamente se entrega al servicio de los dem&aacute;s. Que humildemente reconoce su debilidad y su ignorancia pero conf&iacute;a en la obra del Esp&iacute;ritu. Que vive cada segundo con ansias de conocer m&aacute;s a Dios y as&iacute; compartirlo con los hermanos. Que ense&ntilde;a lo que cree, y practica lo que ense&ntilde;a. Que se hace uno con su grupo y comparte de igual a igual. Que quiere al grupo que el Se&ntilde;or le encomend&oacute; y se gana la amistad de todos. Las letras chicas del contrato. Cuando dijimos SI a ser catequistas, firmamos con Dios un contrato de vida, en el cual hab&iacute;a muchas letras peque&ntilde;as que seguramente no le&iacute;mos (aqu&iacute; va una copia del contrato que firmamos con las letras peque&ntilde;as agrandadas para que veamos bien). Ser&iacute;a bueno que pensemos si despu&eacute;s de haber le&iacute;do bien el contrato lo firmar&iacute;amos nuevamente asumiendo todo lo que, queramos o no, ya hemos asumido cuando dijimos si a la llamada de Dios a ser catequistas. CONTRATO DEL CATEQUISTA CON DIOS YO ......................................................., ME COMPROMETO A SER CATEQUISTA Firma del catequista (Letra peque&ntilde;a del contrato) COMPROMISOS QUE LIBREMENTE ADQUIERO Y ME COMPROMETO A CUMPLIR: Este contrato es de por vida. No se puede renunciar. El firmante se compromete a: a. Hacer hasta lo imposible por construir la comunidad. b. Dejarse mover por el Esp&iacute;ritu Santo. c. Preparar los encuentros en oraci&oacute;n. d. Tratar amablemente a los colegas catequistas. e. Jam&aacute;s olvidarse de su condici&oacute;n de servidor. f. Entregar su vida por los hermanos. Derechos del firmante. a) Pedir a Dios la fuerza necesaria para seguir adelante. b) Recibir semanalmente la sonrisa de los ni&ntilde;os y la gratitud de los padres. Quien firme este contrato se compromete a secarse por completo amando a los que Dios pone a su cargo. En la huella del buen pastor La figura de buen Pastor con la cual Jes&uacute;s se identifica puede ayudarnos a descubrir rasgos poco explorados de nuestra vocaci&oacute;n catequ&iacute;stica. Para un pueblo acostumbrado a la vida rural, como era el israelita, la imagen del pastor se asociaba f&aacute;cilmente a una serie de tareas, rutinas, preocupaciones y cuidados propios de su oficio. La cotidianeidad del ejemplo que se&ntilde;alaba Jes&uacute;s permit&iacute;a reconocer de inmediato las situaciones que la comparaci&oacute;n suger&iacute;a. Andando por el pa&iacute;s he tenido la suerte de poder contemplar pastores cuidando sus majaditas... Tanto en las monta&ntilde;as del norte como en las llanuras del sur la reflexi&oacute;n de la Biblia conjugada con la vida me fue ense&ntilde;ando y descubriendo el gran tesoro de esta comparaci&oacute;n que Jes&uacute;s utiliza darse a conocer. Creo que como catequistas tenemos mucho que andar en la huella del Buen Pastor. El Buen Pastor, Jn 10, 1- 42 Es bueno leer el cap&iacute;tulo entero, pues a las palabras de Jes&uacute;s, Juan opone la reacci&oacute;n de los jud&iacute;os. 1) Ir leyendo el evangelio y anotar las actitudes de buen pastor que Jes&uacute;s propone. 2) Para cada actitud recordar situaciones de la vida de Jes&uacute;s donde podamos apreciar c&oacute;mo la vivi&oacute; &eacute;l de manera concreta. 3) Relacionar cada actitud con nuestra pr&aacute;ctica de catequistas, &iquest;c&oacute;mo incorporar a nuestro ser catequista esta manera de ser de Jes&uacute;s? Te presentamos algunas actitudes para ir pensando El buen Pastor conoce sus ovejas &iquest;Conocemos la vida de nuestros catequizandos? &iquest;Compartimos sus alegr&iacute;as, sus angustias, sus esperanzas, sus desalientos? &iquest;Sabemos lo que est&aacute;n viviendo las familias que tenemos a cargo? &iquest;Nos interesamos por sus situaciones de vida? Las llama por su nombre &iquest;Tenemos un trato personal con nuestros catequizandos? &iquest;Buscamos llegar a su interioridad? &iquest;Somos portavoces para que el Se&ntilde;or llame a cada uno por su nombre a trav&eacute;s nuestro? Camina al frente de sus ovejas &iquest;Damos testimonio de lo que ense&ntilde;amos? &iquest;Intentamos vivir lo que creemos? &iquest;Somos los primeros en cumplir lo que pedimos a los dem&aacute;s que cumplan? &iquest;Vivimos en forma coherente como para ir al frente y de frente? Da la vida &iquest;Entregamos lo mejor de nosotros por los dem&aacute;s? &iquest;Buscamos donar los talentos que recibimos de Dios para beneficio de los otros? Sus obras lo dan a conocer &iquest;Nuestras obras, nuestros gestos, nuestras actitudes de vida muestran a los dem&aacute;s lo que creemos y ense&ntilde;amos? &iquest;Somos transparentes: los dem&aacute;s descubren y encuentran al Dios de la Vida a trav&eacute;s de nuestra pr&aacute;ctica? &iquest;Nuestra manera de estar con los dem&aacute;s... refleja y testimonia nuestra cercan&iacute;a a Dios? Para trabajar en grupos: Ser catequista, buen pastor: Salmo 23 Para reflexionar: Leer en silencio el salmo. Elegir una frase y repetirla en voz alta. Comentar con el grupo por qu&eacute; elegiste esa frase. A partir del salmo descubrir nuevas actitudes y caracter&iacute;sticas del catequista. Para la puesta en com&uacute;n: Sintetizar en un dibujo las caracter&iacute;sticas descubiertas Escribir entre todos el salmo como si hubiera sido escrito en nuestro tiempo, usando im&aacute;genes, situaciones y palabras de nuestra cultura. Salmo de los Animadores y Catequistas El Se&ntilde;or es mi pastor El Se&ntilde;or de la Vida es mi pastor, nada me hace faltar en mi vida de cada d&iacute;a debajo de los sauces me hace descansar. A las aguadas de los cerros me lleva y all&iacute; alienta mi esp&iacute;ritu. Por el camino de la vida me gu&iacute;a por el gran amor que nos tiene. Aunque pase por barrancos peligrosos no tengo ning&uacute;n miedo porque s&eacute; que t&uacute; eres mi compa&ntilde;ero con tu voz y tu cayado, al sentir tus pasos, voy seguro. Un almuercito has preparado para m&iacute; frente a mis ego&iacute;smos y rencores con su amor perfumas mi vida. Junto a m&iacute; est&aacute; tu alegr&iacute;a y tu compartir hasta que yo me muera. La tienda es la casa de Dios es la que va junto a nosotros. (Adaptaci&oacute;n del salmo realizada por los animadores y catequistas rurales en el Taller de Formaci&oacute;n para catequistas). DIOS NOS LLAMA A SER CATEQUISTAS En San Pedro, en un alto en el camino, saboreando la vida y la Palabra compartida con mis hermanos catequistas de la parroquia. Durante este a&ntilde;o vamos a iniciar una serie de talleres de Formaci&oacute;n de catequistas. Estos talleres, que ya recorrieron muchas di&oacute;cesis de nuestro pa&iacute;s, son espacios para compartir la Biblia y la vida, y aprender juntos sobre nuevos caminos en la catequesis. En ellos se trabaja con la vida y la Palabra, y son siempre una fuente de agua viva para seguir descubriendo nuestra vocaci&oacute;n. Gracias a todos los catequistas de mi parroquia a quienes les promet&iacute; que utilizar&iacute;a sus conclusiones y aprendizajes para el art&iacute;culo del mes de abril. Antes de iniciar la reflexi&oacute;n de este art&iacute;culo, intenta recordar la manera en que Dios te llam&oacute; a ser catequista &iquest;Cu&aacute;ndo fue? &iquest;C&oacute;mo? &iquest;De qu&eacute; se vali&oacute; Dios para irrumpir en tu vida y llamarte? &iquest;Te acuerdas de personas que supieron transmitirte la Palabra de Dios en tu vida? &iquest;Qui&eacute;nes te ense&ntilde;aron las cosas de Dios, a&uacute;n sin tener un t&iacute;tulo de catequista, pero viviendo la misi&oacute;n de un catequista? Busca en la Palabra de Dios los siguientes textos. Observa en ellos c&oacute;mo llama Dios y c&oacute;mo responden las personas. Abraham- Gn. 12, 1-5 Mois&eacute;s- Ex. 3, 1-4, 17 Mar&iacute;a - Lc. 1, 26-38 Disc&iacute;pulos-Mc. 1, 16-20 &iquest;Encuentras elementos en com&uacute;n con tu vida? &iquest;Descubres nuevas maneras de llamada que pueden ayudarte a pensar si Dios te sigue llamando hoy? Cuando compartimos nuestras experiencias de vida como catequistas, cuando somos capaces de revisar nuestra vocaci&oacute;n y descubrir la forma en que Dios nos ha llamado a cada uno... y meditamos nuestra vida a la luz de la Palabra siempre viva de la Biblia, aprendemos como: Dios utiliza distintos medios para llamarnos: - nos llama a trav&eacute;s de personas - nos llama a trav&eacute;s de situaciones de la vida - nos llama a trav&eacute;s de se&ntilde;ales o signos Sentir la llamada de Dios, darse cuenta de que Dios llama Dios pasa por la vida de todos los d&iacute;as, hay que estar atento para escucharlo. Tener la capacidad de descubrir la presencia de Dios. Lo cotidiano, la vida de siempre, &eacute;se es el lugar que Dios elige para revelarse, para correr el velo y descubrirnos que est&aacute; pasando por ah&iacute;. La vocaci&oacute;n es un proceso (tiene etapas, tiene momentos, se va viviendo): La llamada de Dios es progresiva, nuestra vida es una historia de sucesivas llamadas. Hay que aprender a mirar la vida con otros ojos para encontrar las huellas de Dios en nuestro caminar. La vocaci&oacute;n es camino, m&aacute;s que puerta de entrada, y se hace camino al andar... Todos recibimos dones para que podamos vivir nuestra vocaci&oacute;n. Dios no nos deja solos, su garant&iacute;a es que &Eacute;l est&aacute; junto a nosotros. Todos hemos recibido mucho, y hay que descubrir qu&eacute; recibi&oacute; cada uno, para ponerlo al servicio de los dem&aacute;s (par&aacute;bola de los talentos). Dios nos llama constantemente, tambi&eacute;n nos va mostrando nuevos dones que no sab&iacute;amos que ten&iacute;amos. A veces nos cuesta vivir la vocaci&oacute;n (dudas, miedos, incertidumbres). La llamada de Dios siempre es un desaf&iacute;o, un cuestionamiento, un compromiso&hellip; Decir s&iacute; al Se&ntilde;or compromete la vida. Las dudas, miedos e incertidumbres son parte del camino, nos ayudan a seguir buscando, nos recuerdan que nunca podremos encontrarlo todo, nos descubren nuestra esencia vital de peregrinos... Leer la Biblia, la Palabra de Dios, nos ayuda a descubrir nuestra vocaci&oacute;n: Cuando leemos la Palabra encontramos ejemplos de personas que vivieron llamadas parecidas a los nuestras. Sus vidas nos muestran que es posible responder al Se&ntilde;or e iniciar un camino de compromiso. Sus experiencias tambi&eacute;n nos hablan de un lento descubrir qu&eacute; quiere Dios de nosotros: un camino de respuesta que pasa por la vida y no por decir, de palabra, &ldquo;Se&ntilde;or, Se&ntilde;or...&rdquo; (la respuesta se da con la vida). Nuestra respuesta a la llamada de Dios es servir y ayudar con disposici&oacute;n y alegr&iacute;a: Dios llama para dar una misi&oacute;n, un compromiso, una tarea en bien de los dem&aacute;s: la respuesta es estar disponible a la misi&oacute;n que &Eacute;l nos vaya mostrando. La alegr&iacute;a en el servicio es signo de que nuestra entrega es sincera y fecunda. Transmitir el mensaje de Dios y el amor de &Eacute;l: Dios nos llama para ser instrumentos de su mensaje y para colaborar con &Eacute;l en la construcci&oacute;n de su Reino. Para mostrar con nuestro testimonio (porque a las palabras... se las lleva el viento) que nos ama y quiere que vivamos su amor construyendo la fraternidad real (porque nadie ama a Dios a quien no ve sino ama a su hermano al que ve). Para trabajar en grupos: Dios nos llama a ser catequistas Para reflexionar con la Palabra y la vida: Trabajar en peque&ntilde;os grupos con las preguntas y textos que aparecen al principio del art&iacute;culo. Si se pueden formar grupos, repartir un texto para cada uno. Comentar con el grupo qu&eacute; conocemos del personaje b&iacute;blico del texto. Hacer una lista de caracter&iacute;sticas de c&oacute;mo Dios llama y c&oacute;mo es la respuesta de cada persona ante esa llamada. Para la puesta en com&uacute;n: Escribir en un papel, en dos columnas, las caracter&iacute;sticas que observamos de la llamada y respuesta en el texto b&iacute;blico. Escribir entre todos una oraci&oacute;n que relacione el texto le&iacute;do con la experiencia de catequista de los integrantes del grupo. Compartir los textos y fichas. &iquest;Qu&eacute; encontramos en com&uacute;n con nuestras vidas? Compartir las oraciones. LOS FRUTOS DEL ESP&Iacute;RITU EN LA VIDA DEL CATEQUISTA &ldquo;El fruto del Esp&iacute;ritu es caridad, alegr&iacute;a, paz, comprensi&oacute;n de los dem&aacute;s, fidelidad, mansedumbre y dominio de s&iacute; mismo&rdquo;(G&aacute;latas 5, 22). Ser catequista es anunciar la Palabra de Jes&uacute;s, dar testimonio del Evangelio, y ense&ntilde;ar a los dem&aacute;s con nuestra palabra y nuestra vida. El origen de la palabra catequista es &laquo;hacer resonar&raquo;. Siempre que pregunto en los talleres de espiritualidad del catequista, con qu&eacute; imagen asociamos este significado tan motivador de ser catequista, me responden &laquo;con una campana&raquo;. En nuestros d&iacute;as se escuchan pocas campanas, pero para los que llevamos algunos a&ntilde;itos m&aacute;s (yo ando por los 37 y recuerdo campanas en mi ni&ntilde;ez) por este mundo podremos recordar campanas que escuchamos sonar. Yo me acuerdo mucho de dos: La campana del colegio... Se&ntilde;alaba el comienzo (&iexcl;alegr&iacute;a!) del recreo, y tambi&eacute;n su finalizaci&oacute;n (no tanta alegr&iacute;a...) La campana de la parroquia... Marcaba las horas del d&iacute;a y sonaba con fuerza antes de cada misa dominical llamando a la comunidad. La campana era una se&ntilde;al, con su ta&ntilde;ido nos hablaba de otra realidad m&aacute;s importante y trascendente que su sonido mismo. Ser catequista tiene mucho que ver con ser campana. Nuestro sonido (nuestra vida, nuestra palabra) debe ser capaz de evocar algo m&aacute;s importante que nos trasciende: la Palabra de Dios, el encuentro con Jes&uacute;s. El sonido de la campana es signo... y tambi&eacute;n lo es nuestra misi&oacute;n de catequista. Signos de la vida nueva a la que Dios nos invita, signo de la compa&ntilde;&iacute;a de Dios -que camina a nuestro lado-signo de la comunidad que nace en torno a la palabra, a la oraci&oacute;n, a la ense&ntilde;anza, a los sacramentos, al compartir. El catequista vive animado por el Esp&iacute;ritu de Jes&uacute;s, pide su gu&iacute;a y su aliento para ser fiel a su misi&oacute;n y poder anunciar el Evangelio. &iquest;C&oacute;mo est&aacute; &laquo;sonando&raquo; nuestra campana en estos tiempos? &iquest;Estamos dando los frutos que el Esp&iacute;ritu espera de nosotros? Para trabajar en grupos: Los frutos del Esp&iacute;ritu en la vida del catequista Leemos el texto de G&aacute;latas 5, 22 Recortamos siete campanas de cartulina y le ponemos a cada una el nombre de uno de los frutos del Esp&iacute;ritu (conviene que las campanas sean grandes). Nos dividimos en parejas (y si somos pocos cada uno trabaja con una campana). A cada pareja se le da una campana y la siguiente gu&iacute;a: &iquest;Qu&eacute; significa ser campana de caridad, alegr&iacute;a, paz... (cada uno completa seg&uacute;n su campana) en la vida de un catequista? Nombrar tres actitudes que como catequista ayudan a que suene esa campana. Nombrar tres actitudes que como catequista no ayudan a que la campana suene, actitudes que ahogan ese fruto, que no lo muestran, que no lo transmiten. Escribir una peque&ntilde;a oraci&oacute;n que comience con la frase: &laquo;Esp&iacute;ritu de Jes&uacute;s ay&uacute;danos a ser campana de...&raquo; Las actitudes y la oraci&oacute;n se escriben dentro de la campana de cartulina. Se pone en com&uacute;n lo trabajado en los grupos (o individualmente si son pocos). En ronda realizamos una oraci&oacute;n compartida. Si es posible tener una campana de verdad, a medida que cada catequista va haciendo su oraci&oacute;n personal en voz alta, al terminar hace sonar la campana y se la pasa al de al lado. Entre todos escribir una nueva campana con un compromiso com&uacute;n a intentar vivir como catequistas. Colgar esa campana en un lugar visible dentro de la parroquia, colegio o capilla. Terminar con un canto al Esp&iacute;ritu Santo. PERSEVERAR EN LA ORACI&Oacute;N &ldquo;Todos ellos perseveraban juntos en la oraci&oacute;n en compa&ntilde;&iacute;a de algunas mujeres, de Mar&iacute;a, la madre de Jes&uacute;s, y de sus hermanos&rdquo;(Hch. 1, 14) El libro de los Hechos de los Ap&oacute;stoles nos se&ntilde;ala en varias oportunidades esta actitud de los primeros disc&iacute;pulos de reunirse y orar juntos para escuchar la voluntad de Dios. Los ap&oacute;stoles hab&iacute;an aprendido de Jes&uacute;s su manera de orar al Padre. Realmente les hab&iacute;a llamado la atenci&oacute;n esta disposici&oacute;n de Jes&uacute;s, expresada en la b&uacute;squeda de momentos y lugares para orar, tan diferente a las pr&aacute;cticas de oraci&oacute;n del pueblo jud&iacute;o, caracterizadas por lo ritual, la repetici&oacute;n, los horarios fijos. Jes&uacute;s les hab&iacute;a ense&ntilde;ado a orar en la vida y a orar la vida... para encontrar la voluntad de Dios y la fuerza para ponerla en pr&aacute;ctica. Por eso, el primer testimonio que encontramos de la comunidad primitiva es su disposici&oacute;n a orar... Perseseraban... la oraci&oacute;n no es para un rato, o para hacer de vez en cuando. Es una pr&aacute;ctica de vida, un estilo de comunicaci&oacute;n con Dios que hay que ejercitar. La oraci&oacute;n requiere esfuerzo, dedicaci&oacute;n, inter&eacute;s, ganas, constancia.. ...juntos... la oraci&oacute;n de los disc&iacute;pulos es compartida, en com&uacute;n, en comunidad. Al Padre nos dirigimos como comunidad. Buscamos su voluntad unidos. Porque as&iacute; nos damos fuerzas, aliento mutuo y adem&aacute;s aprendemos de los dem&aacute;s. Porque Dios, muchas veces, habla a trav&eacute;s de los que tenemos al lado. ... en compa&ntilde;&iacute;a de Mar&iacute;a... la madre es mediadora ante el Se&ntilde;or. Ella intercede para llevar nuestra oraci&oacute;n. Mar&iacute;a es maestra de oraci&oacute;n. La Biblia nos repite, en los evangelios, que Mar&iacute;a guardaba la Palabra de Dios y la meditaba en su coraz&oacute;n. Siguiendo su ejemplo podremos descubrir al Dios vivo y verdadero que conoci&oacute; Mar&iacute;a. El Dios del Magnificat, el Dios que libera, que hace justicia y hace maravillas en aquellos que siguen sus pasos. Propuesta para una reuni&oacute;n de catequistas Leemos en com&uacute;n Hch. 1,14. En parejas trabajamos: &iquest;C&oacute;mo es tu oraci&oacute;n personal? &iquest;Le dedicas tiempo por d&iacute;a, por semana a la oraci&oacute;n? &iquest;C&oacute;mo rezas? (contarle al otro c&oacute;mo es nuestra manera cotidiana de rezar) Nos reunimos de a dos parejas: &iquest;Qu&eacute; fue lo que m&aacute;s te impact&oacute; de lo charlado en el paso anterior? &iquest;Aprendiste algo del otro? &iquest;Qu&eacute;? &iquest;Como catequistas, c&oacute;mo es nuestra oraci&oacute;n en com&uacute;n? &iquest;Rezamos? &iquest;Cu&aacute;ndo? &iquest;C&oacute;mo? &iquest;Qu&eacute; nos ense&ntilde;a Mar&iacute;a con respecto a la oraci&oacute;n? Ponerse de acuerdo en tres propuestas para mejorar la oraci&oacute;n en com&uacute;n del grupo de catequistas. Escribirlas. Nos reunimos en el grupo grande: Se ponen en com&uacute;n las propuestas y se eligen dos para intentar vivir en la segunda mitad del a&ntilde;o que resta. Se acuerda reunirse nuevamente a fin de a&ntilde;o para evaluar si se han cumplido las propuestas y si han servido para mejorar la oraci&oacute;n personal. Concluir el encuentro con una oraci&oacute;n espont&aacute;nea. Como signo visible, cada participante toma la Palabra de Dios y la aprieta contra su coraz&oacute;n, dice su oraci&oacute;n y pasa la Biblia al compa&ntilde;ero del costado, para que repita el gesto, haga su oraci&oacute;n... y as&iacute; recorrer una ronda de oraci&oacute;n en com&uacute;n. Terminar con un canto a Mar&iacute;a. El catequista, artesano del encuentro La catequesis es espacio eclesial para el descubrimiento del Dios de la Vida y el nacimiento de la experiencia de fe y comunidad. A trav&eacute;s de un itinerario permanente (que no ata&ntilde;e solamente a los a&ntilde;os de la infancia) busca desarrollar un proceso que conduzca a las personas a: conocer a Dios, amarlo y buscar su voluntad, fortalecer la fe en Dios, conocer las ense&ntilde;anzas de su mensaje, integrarse a una comunidad de fe para vivir lo que Dios propone, sumarse a la tarea de anunciar la Buena Noticia de Jes&uacute;s y construir su Reino de vida. Este proceso es un camino que se inicia en la familia, n&uacute;cleo privilegiado para la transmisi&oacute;n de la fe, y contin&uacute;a con las distintas opciones que ofrece la comunidad eclesial, conforme a la edad de las personas y a su iniciaci&oacute;n en la fe. Todos esos espacios que la catequesis ofrece est&aacute;n atravesados por una experiencia que los unifica y da sentido: el encuentro con Dios vivo y el encuentro con los hermanos. La catequesis puede ser el lugar que ense&ntilde;e y capacite a las personas para el encuentro con Dios y los dem&aacute;s. Si consideramos esto como el eje que v&eacute;rtebra toda acci&oacute;n catequ&iacute;stica de la comunidad, el responsable de animar esta tarea es el catequista que puede descubrir una misi&oacute;n profundamente enraizada en su vocaci&oacute;n: ser artesano del encuentro. Ser artesano Todos conocemos, seguramente, alg&uacute;n artesano, ya sea por contacto directo o por referencia. A partir de esa/s personas que conocemos, reflexionemos algunas de sus caracter&iacute;sticas propias: Ama profundamente lo que hace (le da sentido a su vida). Aplica un saber nacido y acrecentado en la experiencia. Busca nuevas maneras de hacer sus cosas (se renueva). Es paciente, con s&iacute; mismo y con su obra. Lo que sabe lo aplica (hace con las manos). &iquest;Puedes agregar otras caracter&iacute;sticas que hayas reconocido en artesanos? Artesano del encuentro Apliquemos estas caracter&iacute;sticas a la tarea catequ&iacute;stica para descubrir nuevas luces que iluminen nuestro caminar: Ser artesano del encuentro, de Dios con los dem&aacute;s y de los dem&aacute;s entre s&iacute;, requiere catequistas que: Amen profundamente a Dios y encuentren en la catequesis la llamada de Dios para sus vidas. Nadie puede dar lo que no tiene. Para ense&ntilde;ar y transmitir las cosas de Dios hay que llevarlo muy adentro en el coraz&oacute;n. Para ayudar a otros a encontrar a Dios hay que partir de la propia experiencia de haber encontrado a Dios en la propia vida. La transmisi&oacute;n de la fe nace del testimonio vivo (recordemos los relatos de la iglesia naciente, en el libro de los Hechos de los Ap&oacute;stoles). El artesano es un innato investigador, busca, desarrolla, experimenta... El catequista que quiera provocar el encuentro debe vivir en permanente b&uacute;squeda, des-instalarse y estar abierto a lo nuevo. La capacitaci&oacute;n y formaci&oacute;n es una herramienta privilegiada para crecer y aprender, para ense&ntilde;ar y transmitir mejor. Dios ense&ntilde;a que nos espera siempre, y que, pacientemente, sale a nuestro encuentro con la alegr&iacute;a de la primera vez (Par&aacute;bola del Padre Misericordioso). Sencillamente, si Dios es paciente... nosotros tambi&eacute;n... El artesano no es un intelectual te&oacute;rico. Sabe, posee un saber intelectual, pero no se queda en palabras, su obra es la obra de sus manos. De la misma manera el catequista muestra con sus obras su capacidad de generar encuentro. Para pensar y meditar Piensa en la catequesis como en una artesan&iacute;a del encuentro con Dios: &iquest;qu&eacute; actitudes de un catequista favorecen su trabajo? El mismo Dios es un artesano de tu vida, relee el hermoso pasaje de Jerem&iacute;as (18, 1-4) y apl&iacute;calo a tu vida. &iquest;Qu&eacute; caracter&iacute;sticas tiene el modelado de tu vida que va proponi&eacute;ndote Dios? Piensa en dos actitudes que puedas comprometerte a vivir en tu misi&oacute;n de catequista para generar encuentro con Dios y con los dem&aacute;s. El catequista, servidor de la palabra en comunidad Quiero compartir con vosotros una peque&ntilde;a reflexi&oacute;n surgida en un encuentro con catequistas, al comienzo del curso pastoral. La Biblianos habla de las personas que anuncian la Palabra &laquo;Yo, por mi parte, era como un canal salido de un r&iacute;o, como un arroyo que se pierde en un jard&iacute;n del Para&iacute;so. Yo pens&eacute;: voy a regar mi huerta, voy a regar mis flores. Pero mi canal se convirti&oacute; en r&iacute;o, y el r&iacute;o en mar. Entonces dije: Har&eacute; brillar como la aurora la instrucci&oacute;n, llevar&eacute; a lo lejos su luz. Derramar&eacute; la instrucci&oacute;n como una profec&iacute;a y la dejar&eacute; a las generaciones venideras. Comprueben ahora que no he trabajado para m&iacute; solo, sino para todos los que buscan la sabidur&iacute;a.&raquo; Eclo. (Sir.) 24, 30-34 La vida del catequista a la luz del texto b&iacute;blico Como catequistas somos servidores de la Palabra. Peque&ntilde;os canales, sencillos y humildes, que surcan la vida de nuestra comunidad... Cuando tomamos conciencia de nuestra vocaci&oacute;n y decidimos emplear nuestro tiempo, nuestras capacidades y nuestros dones al servicio de nuestra gente, descubrimos, con alegr&iacute;a y sorpresa, que el Dios generoso multiplica nuestros esfuerzos. Si nos entregamos con confianza a Dios, sabiendo que somos simples canalitos para que su Palabra llegue con su frescura y novedad a los dem&aacute;s, El se encarga de hacer de nosotros arroyos y r&iacute;os. El texto nos habla de la experiencia de un hombre sabio, que ha descubierto la obra de Dios en su propia vida y decide comprometerse en el anuncio de su Palabra. Como catequistas somos llamados a transmitir las ense&ntilde;anzas de Jes&uacute;s y promover el encuentro de los dem&aacute;s con el Dios verdadero, que cambia la vida y nos descubre el sentido profundo de la existencia. &iexcl;Qu&eacute; alegr&iacute;a poder decir como el sabio del texto, he trabajado para los dem&aacute;s, para que los otros conozcan la sabidur&iacute;a, es decir la Palabra del Dios de la Vida! Para rumiar el texto y rezar la vida El catequista, servidor de la Palabra en su comunidad &iquest;Somos canales por donde circula el agua viva de la Palabra de Dios? &iquest;Qu&eacute; actitudes de nuestra vida &laquo;secan&raquo; nuestra reserva de agua viva? La Palabraes la Fuente donde nace nuestro canal, &iquest;est&aacute; presente en nuestra vida de todos los d&iacute;as? &iquest;Acudimos a ella? &iquest;Nos nutrimos con su lectura y oramos con ella? &iquest;Estudiamos la Palabra para poder transmitirla mejor? Compara las palabras del texto con tu vida, &iquest;eres un verdadero arroyo para tu comunidad? Los dem&aacute;s &iquest;se encuentran con el Dios de la Vida a trav&eacute;s de tu testimonio y ense&ntilde;anzas? &iquest;Qu&eacute; puedes y debes cambiar de tu manera de ser para ser un arroyo m&aacute;s transparente, m&aacute;s caudaloso, m&aacute;s fecundo? Ofr&eacute;cele tus reflexiones a Dios a trav&eacute;s de una oraci&oacute;n escrita por tus propias manos. RITO DEL ENV&Iacute;O DE LOS CATEQUISTAS UN MONITOR: (Monici&oacute;n): Vamos a proceder ahora al rito del env&iacute;o de los catequistas que este a&ntilde;o llevar&aacute;n a cabo su labor en nuestra parroquia. Es un modo de expresar que no act&uacute;an en nombre propio, sino en nombre de la Iglesia. El rito consta de cuatro partes: comienza con una exhortaci&oacute;n del presidente de la celebraci&oacute;n; sigue la confesi&oacute;n de fe de los catequistas que manifiestan su compromiso y disponibilidad; a continuaci&oacute;n, el celebrante principal pronunciar&aacute; la bendici&oacute;n sobre ellos para que el Se&ntilde;or les ayude con su fuerza y los mantenga siempre fieles; por &uacute;ltimo, besar&aacute;n el libro del Evangelio que han de ense&ntilde;ar y testimoniar SACERDOTE QUE PRESIDE: Exhortaci&oacute;n): &iexcl;Ac&eacute;rquense los que van a recibir la misi&oacute;n de catequizar! Queridos hermanos: Dios, nuestro Padre, revel&oacute; y realiz&oacute; su designio de salvar el mundo por medio de su Hijo hecho hombre, Jesucristo, quien confi&oacute; a la Iglesia la misi&oacute;n de anunciar su Evangelio a todos los hombres. Vosotros, catequistas, que no actu&aacute;is en nombre propio sino en nombre de la Iglesia que os env&iacute;a, ten&eacute;is una misi&oacute;n muy importante que cumplir: ser educadores en la fe de Jesucristo. Expondr&eacute;is y explicar&eacute;is la Palabra de Dios en la catequesis y, de esta forma, con vuestro esfuerzo y la ayuda del Se&ntilde;or, los peque&ntilde;os, los j&oacute;venes y los mayores ir&aacute;n madurando en la fe. No olvid&eacute;is en ning&uacute;n momento que se trata, sobre todo, de llevarlos al encuentro personal con Jesucristo, de iniciarlos en la vida cristiana. Por eso, cuando expliqu&eacute;is el Evangelio que atestigua lo que el Se&ntilde;or dijo e hizo, no olvid&eacute;is escucharlo y madurarlo primero en vuestro coraz&oacute;n, d&oacute;ciles al Esp&iacute;ritu del Se&ntilde;or. Que vuestra vida sea testimonio de Jesucristo y su mensaje en el seno de la Iglesia que es siempre el punto de referencia de la catequesis que realizar&eacute;is porque toda ella tiende a edificarla como &laquo;Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo y comuni&oacute;n con el mismo Esp&iacute;ritu&raquo;. (Sacerdote): Profesi&oacute;n de fe y compromiso: Antes de recibir la misi&oacute;n, es necesario que profes&eacute;is p&uacute;blicamente vuestra fe; que expres&eacute;is ante la Iglesia reunida vuestra disponibilidad a la tarea que se os encomienda y a la aceptaci&oacute;n del compromiso que asum&iacute;s. -- &iquest;Cre&eacute;is en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y la tierra? S&iacute;, creo. -- &iquest;Cre&eacute;is en Jesucristo, su &uacute;nico Hijo, nuestro Se&ntilde;or, que naci&oacute; de...? S&iacute;, creo --&iquest;Cre&eacute;is en el Esp&iacute;ritu Santo, en la santa Iglesia cat&oacute;lica, en la comuni&oacute;n...? S&iacute;, creo. -- &iquest;Est&aacute;is dispuestos a realizar vuestra tarea viviendo la fe con sinceridad de coraz&oacute;n y proclam&aacute;ndola de palabra y de obra, seg&uacute;n el Evangelio y la Tradici&oacute;n de la Iglesia? S&iacute;, estoy dispuesto/a. -- &iquest; Os preocupar&eacute;is de vuestra mejor formaci&oacute;n y preparaci&oacute;n y acudir&eacute;is con asiduidad a las reuniones organizadas para ello en la Parroquia&rsquo;? S&iacute;, lo har&eacute;. -- &iquest;Promet&eacute;is, con la ayuda del Esp&iacute;ritu Santo, perseverar en la tarea a pesar de las dificultades, realizarla con diligencia seg&uacute;n vuestra capacidad y buscar en todo el bien de la Iglesia y de aquellos que se os encomiendan? S&iacute;, lo prometo. (Los catequistas se arrodillan o inclinan la cabeza para recibir la Bendici&oacute;n). Bendici&oacute;n: Todos somos testigos de la fe y disponibilidad de estos hermanos y hermanas que asumen la tarea de catequizar en nuestra parroquia. Oremos para que el Se&ntilde;or derrame sobre ellos su luz y su gracia para que perseveren en la fe que han confesado y en las promesas que han hecho. (Todos oran en silencio). Oh Dios, fuente de toda luz y origen de todo bien, que enviaste a tu Hijo &uacute;nico, Palabra de vida, para revelar a los hombres el misterio escondido de tu amor, bendice a estos hermanos nuestros, elegidos para el servicio de la catequesis: conc&eacute;deles que, al meditar asiduamente tu Palabra, se sientan penetrados y transformados por ella; y sepan anunciarla con toda fidelidad a sus hermanos. Por Jesucristo, nuestro Se&ntilde;or. Am&eacute;n. (A continuaci&oacute;n, los catequistas van besando el libro del Evangelio y se retiran a su sitio. Mientras, la asamblea acompa&ntilde;a con un canto apropiado). REUNI&Oacute;N DE PADRES Y PADRINO DE BAUTISMO EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO El Ritual del Santo Bautismo comienza con estas palabras dirigidas por el sacerdote a los padres: &laquo;QUERIDOS PADRES: Con gozo hab&eacute;is vivido en el seno de vuestra familia el nacimiento de un ni&ntilde;o y con gozo ven&iacute;s ahora a la Iglesia a dar gracias a Dios y a celebrar el nuevo y definitivo nacimiento por el Bautismo. Todos los aqu&iacute; presentes nos alegramos de este acontecimiento porque se va acrecentar el n&uacute;mero de los bautizados en Cristo. Dispong&aacute;monos a participar activamente en este sacramento: &mdash; &iquest;Que nombre hab&eacute;is elegido para este ni&ntilde;o/a? -- (Responden los padres) N. &mdash; &iquest;Qu&eacute; ped&iacute;s a la Iglesia para N.? -- (Responden los padres) &mdash; El bautismo. &mdash; Al pedir el bautismo para vuestro hijo, &iquest;sab&eacute;is que os oblig&aacute;is a educarlo en la fe, para que este ni&ntilde;o, guardando los mandamientos de Dios, ame al Se&ntilde;or y al pr&oacute;jimo como Cristo nos ense&ntilde;a en el Evangelio? &mdash; S&iacute;, lo sabemos. &mdash; Y vosotros, padrinos, &iquest;est&aacute;is dispuestos a ayudar a sus padres en esta tarea? &mdash; S&iacute;, estamos dispuestos. &mdash; N., la comunidad cristiana (de San Pedro) te recibe con gran alegr&iacute;a. Yo, en su nombre, te signo con la se&ntilde;al de Cristo Salvador. Y vosotros, padres y padrinos, haced tambi&eacute;n sobre ellos la se&ntilde;al de la cruz. Cinco veces y bajo diversas formas, la Iglesia, durante la celebraci&oacute;n del Bautismo, va a preguntar y comprometer a los padres en la FE Y EDUCACION CRISTIANA de los hijos que presentan a la Comunidad. Bueno ser&aacute; que &aacute;ntes de rellenar la solicitud para celebrar el sacramento, reflexionemos un momento sobre este acontecimientos de fe y salvaci&oacute;n, para que no sea un acto heredado, puramente social y rutinario, sino una manifestaci&oacute;n y celebraci&oacute;n de la fe en Jesucristo y en su Iglesia, prolongaci&oacute;n de su mensaje y de su salvaci&oacute;n. Lograremos as&iacute; que sea una acci&oacute;n honrada, coherente y santificadora. &laquo;YO TE BAUTIZO EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPIRITU SANTO&raquo; 1&deg;.- EL BAUTISMO, PUERTA DE SALVACI&Oacute;N: &laquo;El santo bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, el p&oacute;rtico de la vida en el esp&iacute;ritu y la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos. Por el bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos part&iacute;cipes de su misi&oacute;n&raquo; (CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA). 2&deg;.- EL BAUTISMO, SELLO DE LA FE CRISTIANA. La fe es absolutamente necesaria para pedir y recibir el bautismo: El Se&ntilde;or dijo: &ldquo;Id por todos el mundo y predicad el evangelio, el que crea y se bautice, se salvar&aacute; &ldquo;. El bautismo aparece siempre ligado a la confesi&oacute;n de la fe en Jesucristo como Salvador: &ldquo;Ten fe en el Se&ntilde;or Jes&uacute;s y te salvar&aacute;s t&uacute; y tu casa&rdquo; declara 5. Pablo a su carcelero en Filipos. El relato contin&uacute;a: &ldquo;El carcelero inmediatamente recibi&oacute; el bautismo, &eacute;l y todos los suyos &ldquo;. (Hch 16,31-32). Nadie obliga a un padre a que bautice a su hijo y no es honrado hacerlo sin fe en una Iglesia, en la con frecuencia se dice no creer, pidiendo un sacramento, en el que tampoco a veces se cree. 3&deg;.- EL BAUTISMO EXIGE LA CONVERSION: &ldquo;Convert&iacute;os y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo para remisi&oacute;n de vuestros pecados y recibir&eacute;is el don del Esp&iacute;ritu Santo &ldquo;. La fe en Dios se manifiesta con obras, cumpliendo sus mandamientos de Dios. 4&ordm;. LOS PADRES Y PADRINOS DEBEN SER INSTRUIDOS EN EL SACRAMENTO. &laquo;Los padres del ni&ntilde;o que va a ser bautizado, y asimismo quienes asumir&aacute;n la funci&oacute;n de padrinos, han de ser convenientemente ilustrados sobre el significado de este sacramento y las obligaciones que lleva consigo y debe procurar el p&aacute;rroco, personalmente o por medio de otras personas, que los padres sean oportunamente instruidos con exhortaciones pastorales e incluso con la oraci&oacute;n en com&uacute;n&raquo;. (CIC. 851) 5&deg;.-PADRINOS: &laquo;Para que alguien sea admitido como padrino, es necesario que: 1&deg; haya sido elegido por quien va a bautizarse o por sus padres; 2&deg; Haya cumplido diecis&eacute;is a&ntilde;os; 3&deg; Sea cat&oacute;lico y est&eacute; confirmado. . . Y lleve una vida congruente con la fe y la misi&oacute;n de la que va a asumir. 4&deg; No est&eacute; afectado por pena can&oacute;nica, leg&iacute;timamente impuesta o declarada&raquo; (CIC. 874). REUNI&Oacute;N DE PADRES Y PADRINO DEL BAUTISMO QUERIDOS PADRES, AMIGOS TODOS: Nos hemos reunido esta tarde en este templo para celebrar la Eucarist&iacute;a, la acci&oacute;n de gracias de Cristo al Padre por todos los beneficios de la Salvaci&oacute;n. Estos beneficios empiezan hoy para este ni&ntilde;o que hab&eacute;is presentado a la Iglesia para que reciba el sacramento del santo bautismo. 1. Con vosotros queremos dar gracias a Dios por el don de la vida de vuestro hijo. Es el signo m&aacute;s grande del poder del amor. Cuando dos esposos m&aacute;s se quieren nace lo m&aacute;s hermoso que hay en este mundo, que es la vida humana, el hijo, fruto de vuestro amor y de vuestra vida, que Dios bendice con el hijo nacido de vuestras entra&ntilde;as. Dios lo hace desde el amor al hombre al que llama a compartir su misma vida, su misma felicidad, d&aacute;ndole por vuestro medio, la vida que por el santo bautismo, se convierte en vida eterna, resucitada en Cristo; es Dios el que lo hace, porque vosotros no pod&eacute;is hacer ni un cabello, ni un dedo, ni el coraz&oacute;n y cualquier miembro de vuestro hijo. Dios por vuestro amor. Por eso hemos venido con vosotros a darle gracias. Nunca ha estado tan cerca el poder de Dios como en la vida de vuestro hijo. Hab&eacute;is venido para dar gracias y para pedir el santo bautismo que es la puerta de entrada en la historia de la Salvaci&oacute;n de vuestro hijo, y puerta de entrada en la Iglesia, comunidad de los redimidos por Cristo. 2. Este sacramento del bautismo, dice el Catecismo de la Iglesia Cat&oacute;lica, har&aacute; de vuestro hijo, un hijo de Dios, un hijo de la Iglesia de Cristo, que es la entrada en la Salvaci&oacute;n eterna. Y todo vendr&aacute; a vuestro hijo por el agua y el poder del Esp&iacute;ritu Santo, invocado en las oraciones y actuando por los signos sacramentales del agua consagrada, el crisma y la unci&oacute;n de santo &oacute;leo. Para entrar en la Iglesia la puerta es el bautismo por la fe en Cristo; de hecho, antes, la primera parte de rito del bautismo se celebraba en el exterior del templo, se llamaba a la puerta del templo, el sacerdote preguntaba a los padres qu&eacute; ped&iacute;an y los padres y padrinos respond&iacute;an que ped&iacute;an el santo bautismo en la salvaci&oacute;n por la fe; el sacerdote abr&iacute;a y luego entraban y se desarrollaba el resto del rito del bautismo. Durante cinco veces, de una forma clara y manifiesta, la Iglesia, durante la celebraci&oacute;n del bautismo, os va a manifestar a los padres que para pedir este sacramento deb&eacute;is de obligaros a cumplir este compromiso con Dios y ten&eacute;is que estar dispuestos a educar en la fe a vuestro hijo. 3. Muchos de vosotros pesar&eacute;is que esto se cumple ense&ntilde;ando a vuestros hijos las oraciones. Y yo os digo abiertamente que no. Por lo tanto, ante esta pregunta: &iquest;Qu&eacute; es lo primero que unos padres tienen que hacer para educar en la fe cristiana a sus hijos? Yo os respondo en nombre de la Iglesia: AMAROS, lo primero es que os am&eacute;is como prometisteis en el d&iacute;a de vuestro matrimonio. Desde este amor tienen que nacer vuestros hijos a la vida y a la fe. Lo primero y el fundamento de todo es que los padres se quieran, se valoren, se respeten, se muestren cari&ntilde;osos de palabra y con gestos de amor entre ellos y con los hijos que creer&aacute;n m&aacute;s f&aacute;cilmente en un Dios Amor. Porque si padres dicen creer en Dios y luego no se aman, no digamos si el hijo los ve ri&ntilde;endo o insult&aacute;ndose... dificilmente podr&aacute;n creer y rezar el Padre nuestro, viendo a su padre de la tierra. Con divorcios y separaciones el Amor de Dios es menos cre&iacute;ble. Bueno, ahora ya nos amamos; &iquest;podemos ya ense&ntilde;arle a rezar a nuestro hijo/a? Tampoco. Porque los hijos no deben aprender las oraciones, los hijos no aprenden, sino que imitan a sus padres. Antes de ense&ntilde;ar ten&eacute;is que rezar vosotros, que vuestros hijos os vean rezar, ir a misa... sin un hijo ve a su padre de rodillas, nunca se le olvidar&aacute;, sino que lo imitar&aacute; y lo har&aacute; siguiendo su ejemplo. Pero como un padre y una madre no recen en casa, Dios no est&aacute; invitado en la mesa porque no se bendice, no est&aacute; en las alegr&iacute;as y penas y necesidades de la familia, porque no se le invoca; es un ser extra&ntilde;o de que hablan los curas y la catequista, --ya ni siquiera la escuela, menos la tele y los videojuegos-- y s&oacute;lo vale para ciertas ceremonias..., porque su padre y su madre que son los que m&aacute;s saben y le quieren, viven sin necesidad de El, no le rezan y no le hablan de El. La misa del domingo es el fundamente sobre el que hay que edificar la vida cristiana. Sin oraci&oacute;n y misa de domingo no hay cristianismo. Y en este aspecto, las abuelas cristianas pueden y deben ayudar mucho. Ya he dicho muchas veces que a esta generaci&oacute;n de ni&ntilde;os los salvar&aacute;n las abuelas, pero la pr&oacute;xima generaci&oacute;n... Y luego, despu&eacute;s que os vean rezar, que invoc&aacute;is a Dios en vuestra vida, que le dais gracias y le ped&iacute;s en las necesidades, entonces, solo entonces ense&ntilde;adle las oraciones, porque las aprender&aacute;n por el ejemplo y los labios de sus madres y padres, que son los que quieren lo mejor para ellos. De entre todas las devociones, la devoci&oacute;n a la Virgen y la misa del domingo son imprescindibles. (Para terminar leer y comentar los n 1210-1284 del Catecismo de la Iglesia Cat&oacute;lica) Terminada la homil&iacute;a. se hacen las siguientes moniciones Monici&oacute;n del sacerdote celebrante Nos hemos reunido en este domingo del Bautismo del Se&ntilde;or para recordar con estos ni&ntilde;os el d&iacute;a de su bautismo y celebrar la renovaci&oacute;n de sus promesas bautismales. Aquel d&iacute;a vosotros, padres y padrinos, renunciasteis en su nombre a las obras del mal y prometisteis que vivir&iacute;an como hijos de Dios y seguidores de Jesucristo, seg&uacute;n la fe de la Iglesia. Hoy van a renovar ellos su fe y sus promesas del bautismo porque quieren ser cristianos de verdad. Un padre/madre dice: Nos alegramos y damos gracias a Dios al ver que nuestros hijos siguen el camino de Jesucristo y quieren ser cristianos de verdad. Haremos todo lo posible por nuestra parte, con la palabra y con el ejemplo de vida, para que ellos vayan haci&eacute;ndose cada d&iacute;a mejores cristianos y sean constantes en venir a la catequesis de Primera Comuni&oacute;n. Confiamos, con la ayuda de Dios, en que nuestros hijos cumplir&aacute;n las promesas que hicimos en su nombre el d&iacute;a de su bautismo. Un catequista dice: Nosotros, los catequistas, tambi&eacute;n queremos ayudar a estos ni&ntilde;os a vivir como corresponde a los que estamos bautizados y hemos prometido seguir el camino de Jesucristo. La fe y las promesas del bautismo que ellos van a renovar, tambi&eacute;n las renovaremos nosotros para poderles guiar sin extrav&iacute;os por el camino de la fe y de la vida cristiana. Un ni&ntilde;o: Estamos contentos de haber sido bautizados a los pocos d&iacute;as de nacer. Vosotros, queridos padres y padrinos, y la comunidad cristiana hicisteis entonces, en nuestro nombre, profesi&oacute;n de fe y renuncia al pecado para que Jesucristo nos comunicara por el bautismo la vida nueva de los hijos de Dios. Ahora nosotros mismos vamos a renovar las promesas de nuestro bautismo para que todos sep&aacute;is que queremos seguir viviendo como cristianos. &iexcl;Jes&uacute;s, estamos contigo! Renovaci&oacute;n de la promesas del bautismo - Una catequista enciende el cirio pascual. El celebrante explica su significaci&oacute;n en relaci&oacute;n con Cristo-Luz que nos ilumina por la fe profesada en nuestro bautismo, y distribuyen a los ni&ntilde;os unas velas encendidas en el cirio. Si son pocos los ni&ntilde;os, los padres pueden entregar la vela encendida a sus hijos. Mientras esto se realiza se puede entonar un canto Celebrante prosigue: Guiados por nuestra fe en Jesucristo y fortalecidos con la fuerza de su Esp&iacute;ritu, vamos a renovar las promesas de vuestro bautismo de manera que llegu&eacute;is preparados a hacer la Primera Comuni&oacute;n. &iquest;Renunci&aacute;is al pecado para vivir en la libertad de los hijos de Dios? S&iacute;, renuncio. &iquest;Renunci&aacute;is a todas las seducciones del mal, para que no domine en vosotros el pecado? S&iacute;, renuncio. &iquest;Renunci&aacute;is a Satan&aacute;s, padre y pr&iacute;ncipe del pecado? S&iacute;, renuncio. &iquest;Cre&eacute;is en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra? S&iacute;, creo. &iquest;Cre&eacute;is en Jesucristo, su &uacute;nico Hijo, nuestro Se&ntilde;or, que naci&oacute; de Santa Mar&iacute;a Virgen, muri&oacute;, fue sepultado, resucit&oacute; de entre los muertos y est&aacute; sentado a la derecha del Padre? S&iacute;, creo. &iquest;Cre&eacute;is en el Esp&iacute;ritu Santo, en la Santa Iglesia Cat&oacute;lica, en la comuni&oacute;n de los Santos, en el perd&oacute;n de los pecados, en la resurrecci&oacute;n de los muertos y en la vida eterna? S&iacute;, creo. Esta es nuestra fe. Esta es la fe de la Iglesia, que nos gloriamos de profesar en Cristo Jes&uacute;s, Se&ntilde;or nuestro. Am&eacute;n. &mdash; Celebrante: Ya hab&eacute;is renovado vuestra fe y las promesas del bautismo. No os olvid&eacute;is que hab&eacute;is declarado ante Dios y ante esta comunidad cristiana vuestra decisi&oacute;n de vivir como cristianos de verdad. Ruego ahora al Se&ntilde;or para que os llene de su Esp&iacute;ritu poder as&iacute; cumplir vuestras promesas. Se&ntilde;or, Padre nuestro, mira a estos ni&ntilde;os, tus hijos, que est&aacute;n siguiendo la catequesis y se proponen hacer la Primera Comuni&oacute;n para ser cada d&iacute;a mejores cristianos; haz que te conozcan a Ti y a Jesucristo, tu Hijo, y que con la fuerza del Esp&iacute;ritu Santo cumplan las promesas del bautismo, que hoy han renovado con entusiasmo. Por el mismo Jesucristo, nuestro Se&ntilde;or. Todos: Am&eacute;n Beso a la Cruz, la Palabra de Dios y a la Pila Bautismal Oraci&oacute;n por los ni&ntilde;os &mdash; Celebrante: Elevemos ahora nuestras s&uacute;plicas por estos ni&ntilde;os que han acabo de renovar sus promesas del bautismo, para que sigan creciendo en la vida nueva que recibieron en su bautismo. &mdash;Para que se mantengan constantes en el amor a Dios Padre. Roguemos al Se&ntilde;or. Todos: Te rogamos, &oacute;yenos. &mdash; Para que su fe se renueve con fuerza y progresen en el camino de Jesucristo. Todos: Te rogamos, &oacute;yenos. &mdash; Para que perseveren en su asistencia a la catequesis y no den marcha atr&aacute;s en su af&aacute;n de seguir a Jes&uacute;s y vivir en amistad con El. Todos: Te rogamos, &oacute;yenos. - Para que lleguen animados por el Esp&iacute;ritu de Jes&uacute;s a participar del Pan de la Eucarist&iacute;a. Todos: Te rogamos, &oacute;yenos. - Para que en todos se renueve la gracia del bautismo. Todos: Te rogamos, &oacute;yenos. Celebrante: Escucha, Se&ntilde;or, nuestra oraci&oacute;n y concede a estos ni&ntilde;os la dicha de vivir en tu gracia unidos a Jesucristo y a su Iglesia. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo... Canto. y cada vez que hag&aacute;is la se&ntilde;al de la cruz, acordaos de Jes&uacute;s y de su amor por nosotros. En este momento las catequistas van llamando a cada ni&ntilde;o por su nombre, llegan hasta el sacerdote que les hace la se&ntilde;al de la cruz sobre la frente y le entrega la cruz que pone sobre el pecho: N., recibe la se&ntilde;al de la cruz + sobre la frente: que el mismo Cristo te proteja con el signo de su amor y de su victoria. Aprende ahora a conocerlo mejor y seguirlo. (Todos los ni&ntilde;os se quedan en el presbiterio y al finalizar el sacerdote les invita a que bajen donde sus padres para que hagan sobre ellos la se&ntilde;al de la cruz y le den un beso.) Sacerdote: Queridos ni&ntilde;os ahora vais a bajar donde vuestros padres para que ellos hagan sobre vuestra frente la se&ntilde;al de la cruz, lo mismo que hicieron el d&iacute;a de vuestro bautismo y les deis un beso en se&ntilde;al de agradecimiento por transmitiros la fe. CELEBRACI&Oacute;N DE LA ENTREGA DE LA CRUZ Monici&oacute;n despu&eacute;s de la homil&iacute;a En este momento los ni&ntilde;os del primer a&ntilde;o de la catequesis de la Iniciaci&oacute;n Cristiana, como paso importante en su proceso de formaci&oacute;n, van a recibir la cruz. En la catequesis han aprendido a hacerla y a descubrir en este signo el amor de Dios para con nosotros. El cristiano debe gloriarse en la cruz de nuestro Se&ntilde;or Jesucristo. Por eso, la cruz preside siempre los templos, nuestras celebraciones, los hogares cristianos. La llevamos colgada sobre nuestro pecho&hellip;La cruz no es s&oacute;lo dolor y sufrimiento de Cristo sino amor hasta la muerte, hasta salvaci&oacute;n y victoria. La cruz no es s&oacute;lo para lucirla, sino para vivirla. Tenemos que amar a los hermanos como Cristo, cumpliendo la voluntad del Padre, con amor extremo, hasta dar la vida. La cruz es meta, est&iacute;mulo, camino, abrazo con Cristo. LA CRUZ QUE DIOS QUIERE: * Que sepas llevar la cruz y los sufrimientos de cada d&iacute;a, en uni&oacute;n con Cristo, para ser salvadores del mundo. * Que sepas morir al yo y al ego&iacute;smo, por amor a Dios y a los hermanos. * Que nunca pongas cruces a los dem&aacute;s. Sacerdote: Queridos ni&ntilde;os, est&aacute;is en el primer curso de la catequesis de Iniciaci&oacute;n Cristiana y ya hab&eacute;is descubierto como os quiere Jes&uacute;s y como quiere que todos seamos amigos y hermanos suyos. Est&aacute;is en la catequesis con el deseo de acercaros, cuando est&eacute;is preparados, a recibirle en el sacramento de la Eucarist&iacute;a y al finalizar el proceso de formaci&oacute;n recibiendo el Sacramento de la Confirmaci&oacute;n. Por eso os pido que manifest&eacute;is hoy vuestra decisi&oacute;n ante toda la comunidad reunida: Queridos ni&ntilde;os &iquest;quer&eacute;is amar a Jes&uacute;s y ser sus amigos? Los ni&ntilde;os responden: &iexcl;S&iacute;, queremos! &iquest;Quer&eacute;is seguirle aprendiendo todo lo que os ense&ntilde;an en la catequesis y poni&eacute;ndolo en practica? Los ni&ntilde;os responden: &iexcl;S&iacute;, queremos! SIGNACI&Oacute;N Y ENTREGA CRUCIFIJO El celebrante entonces les advierte: Es Dios Padre quien os ama y os ha llamado a ser amigos de Jes&uacute;s, su Hijo. Ahora yo, como hicieron vuestros padres en el d&iacute;a de vuestro bautismo os har&eacute; en la frente la se&ntilde;al de la cruz. Con este gesto recordamos que Jes&uacute;s nos ha amado hasta morir por nosotros y que con su ayuda nosotros queremos amarlo y amamos as&iacute; tambi&eacute;n. Para que nunca se os olvide, os vamos a entregar tambi&eacute;n una peque&ntilde;a cruz. De ahora en adelante la llevar&eacute;is siempre con vosotros. Primera Confesi&oacute;n JES&Uacute;S, LA FAMILIA Y LOS AMIGOS, TE PERDONAN. EL SACRAMENTO DE LA PAZ: &iexcl;VEN, QUE EL PADRE Y LOS HERMANOS TE PERDONAN! RITO DE ENTRADA Presentaci&oacute;n Queridos ni&ntilde;os, la Comunidad Cristiana os invita a celebrar la gran Fiesta del Perd&oacute;n. Hoy vais a recibir por primera vez el Sacramento de la Penitencia, y esto es muy importante. Aunque est&aacute;is un poco nerviosos, todos hab&eacute;is respondido que s&iacute;, que ten&eacute;is ganas de hacer las paces con todos y, de este modo, prepararos mejor para el gran d&iacute;a de vuestra Primera Comuni&oacute;n. En esta fiesta tan importante, queremos estar muy cerca de vosotros los padres, los sacerdotes, las catequistas, la familia y los amigos. Para que todo salga bien, hemos preparado una gran fiesta con cantos, luces y flores ... Tenemos que estar muy contentos, pero tambi&eacute;n formales y atentos. Saludo del Sacerdote:- - En el nombre del Padre, y del Hijo y del Esp&iacute;ritu Santo Todos: Amen Todos sab&eacute;is que cuando uno se equivoca de camino, tiene que volver atr&aacute;s y cambiar de ruta. Conoc&eacute;is la historia del Hijo Pr&oacute;digo: Se dio cuenta de que se hab&iacute;a portado mal y volvi&oacute; a pedir perd&oacute;n a su padre. Os acord&aacute;is de lo que le ocurri&oacute; a Pedrito: Para vengarse porque no le echaron los Reyes el bal&oacute;n, se escap&oacute; de casa. Pero cuando se encontr&oacute; s&oacute;lo y con hambre, volvi&oacute; donde los suyos. Todas estas historias tan tristes terminaron en fiesta, en alegr&iacute;a para los padres y para sus hijos. Tambi&eacute;n vuestra Primera Confesi&oacute;n va a terminar en un abrazo, en una gran fiesta. Por eso mi saludo, al empezar esta celebraci&oacute;n, es que el cari&ntilde;o que Dios Padre nos tiene, el amor de Jes&uacute;s, nuestro amigo, y la paz del Esp&iacute;ritu Santo, est&eacute; con todos vosotros ... Monici&oacute;n de un ni&ntilde;o/a:- Como todo el mundo tenemos cosas buenas y cosas malas. Hacemos cosas que os gustan y os hacen felices, y otras que os disgustan y os hacen enfadar. Pero, como sabemos que todos ten&eacute;is buen coraz&oacute;n, queremos hacer las paces y, de nuevo, seremos amigos. Se lo vamos a decir a Jes&uacute;s con una oraci&oacute;n que vamos a rezar todos juntos. Sacerdote:- Oremos con toda confianza al Se&ntilde;or: Todos: Amigo Jes&uacute;s, sabemos que eres bueno y nos quieres mucho, perd&oacute;nanos, por favor, las cosas malas que hemos hecho; el mal humor y las palabras de rabia; el ego&iacute;smo y el quererlo todo para nosotros. Perd&oacute;nanos, amigo Jes&uacute;s, y ay&uacute;danos a ser mejores. Am&eacute;n. ESCUCHAMOS LA PALABRA Sacerdote:- Ahora sentaos todos. Mirad: todos sabemos que hemos de escuchar con atenci&oacute;n lo que Jes&uacute;s nos dice en el Evangelio. As&iacute; que vamos a procurar estar muy atentos para que no se nos escape ni una palabra de Jes&uacute;s. Monitor:- Cuando nos portamos mal, dejamos tristes a la familia, a los amigos. Tambi&eacute;n nos alejamos de Jes&uacute;s. Pero ellos no se olvidan de nosotros. Nos siguen queriendo, porque los padres jam&aacute;s se olvidan de sus hijos, por muy malos que sean. Ni los amigos de verdad se enfadan para siempre. Vamos a escuchar, con mucha atenci&oacute;n, lo que Jes&uacute;s cont&oacute; una vez en la Par&aacute;bola del Hijo Pr&oacute;digo, para explicarnos lo mal que, a veces, nos portamos nosotros, y lo bueno que es nuestro Padre del cielo. Su amor es tan grande que nos espera d&iacute;a y noche, y se pone loco de contento cuando volvemos a pedirle perd&oacute;n. Par&aacute;bola del Hijo Pr&oacute;digo. Escenificaci&oacute;n:- (Mientras se va narrando la Par&aacute;bola, un grupo de ni&ntilde;os la escenifica por medio de gestos simb&oacute;licos. Los ni&ntilde;os se dividen en tres grupos, de tres o cuatro ni&ntilde;os cada grupo: - Grupo "padre". - Grupo "Hijo Pr&oacute;digo" - Grupo "hermano mayor"). Narrador:-Una familia ten&iacute;a dos hijos. Un d&iacute;a el m&aacute;s joven, dijo a su padre: Hijo P: - "Padre, no aguanto m&aacute;s en esta casa; dame la ropa y el dinero que me corresponde, que me quiero ir lejos de aqu&iacute;". Narrador: - El padre, muy triste, reparti&oacute; su fortuna entre los dos hijos. El hijo menor cogi&oacute; su ropa y el dinero y se march&oacute; lejos de su casa. Narrador:- All&iacute; se dio la gran vida, hac&iacute;a todo lo que le daba la gana, hasta que derroch&oacute; todo el dinero. Narrador:- Cuando gast&oacute; todo su dinero, vino un hambre enorme a aquel pa&iacute;s. El chico se qued&oacute; sin dinero, sin migos y empez&oacute; a sentir hambre y miseria. Para no morirse de hambre, se puso a trabajar en una granja, a cuidar cerdos. Y ten&iacute;a tanta hambre que de buena gana se habr&iacute;a comido la comida de los cerdos, pero se lo prohib&iacute;a el due&ntilde;o. Entonces se puso a pensar: Hijo P:- En casa de mi padre los criados comen todo el pan que quieren, y yo me estoy muriendo de hambre. Volver&eacute; donde mi padre y le dir&eacute;: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. No merezco ser tu hijo. Dame un trabajo de criado, que me estoy muriendo de hambre". Narrador:- Se levant&oacute;, se puso en marcha y tom&oacute; el camino de la casa de su padre. Narrador:- El padre sal&iacute;a todos los d&iacute;as al camino, para ver si regresaba el hijo. Cuando el joven estaba todav&iacute;a lejos de casa, el padre lo divis&oacute; y, loco de contento, sali&oacute; corriendo a su encuentro, se abraz&oacute; a su hijo y lo llen&oacute; de besos. El hijo, llorando, le dijo: Hijo P:- "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. No merezco que me trates como a un hijo". Narrador:-Pero el padre, le tap&oacute; la boca y grit&oacute; a sus criados: Padre:-"R&aacute;pidos, id ahora mismo a buscar el mejor traje y pon&eacute;dselo a mi hijo, ponedle en su dedo la mejor sortija, matad el ternero m&aacute;s gordo y preparad una gran fiesta...porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida. Se hab&iacute;a perdido y he vuelto a encontrarlo". Narrador:- Y se pusieron todos a celebrar la fiesta. Narrador:- Mientras suced&iacute;a todo esto, el hijo mayor estaba trabajando en el campo. Al volver, oy&oacute; la m&uacute;sica y el jolgorio. Entonces le pregunt&oacute; a un criado qu&eacute; pasaba. Y el criado le dijo: Criado:-"Es que ha regresado tu hermano y tu padre ha mandado matar el ternero m&aacute;s gordo por haberle recuperado sano y salvo". Narrador:-El hijo mayor se enfad&oacute; much&iacute;simo y no quiso entrar a la fiesta. Entonces sali&oacute; el padre a pedirle que entrara. Pero el hijo mayor le dijo: Hijo M:-"De manera que llevo a&ntilde;os trabajando para ti, jam&aacute;s te he robado nada y t&uacute; nunca me has regalado un simple cordero para comerlo con mis amigos... y ahora llega este derrochador y mandas matar para &eacute;l el ternero m&aacute;s gordo". Narrador:- El padre le contest&oacute;: Padre:- "Hijo m&iacute;o, t&uacute; est&aacute;s siempre conmigo, y todo lo m&iacute;o es tuyo ... Pero tenemos que alegrarnos, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida. Se hab&iacute;a perdido y he vuelto a encontrarlo". RESPUESTA A LA PALABRA Sacerdote:- Todos estar&eacute;is pensando: * Que malo era aquel chico... No quer&iacute;a a sus padres ni a su hermano. * Se juntaba con malos amigos... Hac&iacute;a lo que le daba la gana...Pues algo parecido hacemos nosotros: * No hacemos caso a lo que nos mandan en casa... en el "cole".. * Todo el d&iacute;a lo pasamos peleando con los hermanos... los amigos... * Hacemos trampas y decimos mentiras... * Soltamos palabrotas... hacemos burla... * Nos enfadamos por cualquier bobada... re&ntilde;imos con los amigos... A que s&iacute; &iquest;a qu&eacute; a veces no somos buenos?. Vamos a recordar, en silencio, las cosas que hacemos mal, para, despu&eacute;s, como aquel chico del Evangelio, pedir perd&oacute;n a las personas que hemos dejado tristes. (Breve silencio. Se pone la Iglesia a oscuras y una m&uacute;sica de fondo). RITO DE LA RECONCILIACI&Oacute;N Monici&oacute;n:-Como aquel chico, y como Pedrito, tambi&eacute;n vosotros ten&eacute;is ganas de pedir perd&oacute;n a la familia, a los amigos y a Jes&uacute;s. No hace falta andar con muchos rodeos. Basta con hacer lo mismo que Pedrito: darle un beso muy fuerte a sus padres y hermanos. O lo que hizo el Hijo Pr&oacute;digo: ponerse de rodillas y reconocer que se hab&iacute;a portado mal. Lo mismo vais a hacer vosotros dentro de unos segundos. Ni&ntilde;o/a:-Tenemos que reconocer que hay d&iacute;as en los que no queremos responder a la llamada del Se&ntilde;or. Esos d&iacute;as no somos la alegr&iacute;a de Jes&uacute;s, ni de la familia y los amigos. Por nuestra culpa hay menos amor en el mundo. Pero hoy estamos arrepentidos y con ganas de pediros perd&oacute;n... Canto de perd&oacute;n: -Perd&oacute;n, Se&ntilde;or, hemos pecado Ni&ntilde;o/a:-Otros d&iacute;as no queremos esforzarnos en nuestros trabajos del "cole", somos contestones en casa y nos peleamos con todo el mundo.Por nuestra culpa hay menos amor en el mundo. Pero hoy estamos arrepentidos y con ganas de pediros perd&oacute;n a todos... Canto de perd&oacute;n:- -Perd&oacute;n, Se&ntilde;or, hemos pecado Ni&ntilde;o/a:-Tenemos d&iacute;as en los que no hay quien nos aguante. Todo lo queremos para nosotros, s&oacute;lo pensamos en hacer nuestros caprichos y nos vamos a la cama enfadados con todo el mundo. Por nuestra culpa hay menos amor en el mundo. Pero hoy estamos arrepentidos y con ganas de pediros perd&oacute;n a todos... Canto de perd&oacute;n:--Perd&oacute;n, Se&ntilde;or, hemos pecado Sacerdote:-Me parece muy bien. Ya veo que ten&eacute;is ganas de pedir perd&oacute;n y hacer las paces con todos. Pero vamos a ir por partes. Primero les voy a preguntar a vuestros padres si est&aacute;n dispuestos a perdonaros hoy todos los malos ratos que les hab&eacute;is hecho pasar. En di&aacute;logo con los padres:- * &iexcl;Hola!. &iquest;Qu&eacute; tal se portan vuestros hijos?. * &iquest;Os hacen enfadar alguna vez? * &iquest;Sacan malas notas...? &iquest; Son muy contestones...? * &iquest;Se pelean con los hermanos... Arman broncas...? * &iquest;Les vais a perdonar hoy...? Padres y Madres: &iquest;S&iacute;? Ya hab&eacute;is o&iacute;do. Vuestros padres os quieren perdonar de todo coraz&oacute;n. As&iacute; que vais donde ellos les dais un abrazo y hac&eacute;is las paces. (Los ni&ntilde;os salen de sus asientos y van donde sus padres para darles un beso. Si no est&aacute;n los padres, se lo dan a la catequista. Se espera a que todos vuelvan a su sitio y se haga silencio). Sacerdote:- Despu&eacute;s del perd&oacute;n de vuestros padres, lo que vamos a hacer ahora es pedirnos perd&oacute;n unos a otros por las veces que no hemos sido buenos con los dem&aacute;s. As&iacute; que os pon&eacute;is de pie, dais la mano a los que est&aacute;n a vuestro lado y juntos rezamos esta oraci&oacute;n a Jes&uacute;s: Oraci&oacute;n:- Amigo Jes&uacute;s, queremos ser buenos con todos, ay&uacute;danos a querernos y a perdonarnos; a ser buenos amigos y a vivir como hermanos. Ay&uacute;danos, amigo Jes&uacute;s. Am&eacute;n. Canto de paz:-La paz est&eacute; con nosotros, la paz est&eacute; con nosotros, que con nosotros siempre, siempre est&eacute; la paz. Monici&oacute;n:- ( Se les invita a que se sienten ). Ahora nos toca pedir perd&oacute;n a Jes&uacute;s. Va a ser parecido al perd&oacute;n de vuestros padres y amigos. A Jes&uacute;s no le vemos, pero &Eacute;l est&aacute; en el Sagrario y ha enviado a los sacerdotes para darnos la se&ntilde;al de su perd&oacute;n. Cada vez que nos perdona el sacerdote, es el mismo Jes&uacute;s quien nos perdona. As&iacute; que ya pod&eacute;is hacer lo mismo que el chico de la Par&aacute;bola: "Volver&eacute; junto a mi padre y le pedir&eacute; perd&oacute;n...". Vais a venir donde uno de los sacerdotes y le cont&aacute;is vuestras cosas. &Eacute;l os perdonar&aacute; de todo coraz&oacute;n, en nombre de Jes&uacute;s. Despu&eacute;s encend&eacute;is en la luz de Jes&uacute;s vuestra peque&ntilde;a vela y coloc&aacute;is vuestra silueta para formar una cadena de amistad alrededor de Jes&uacute;s. (Salen los sacerdotes que van a impartir el perd&oacute;n a los ni&ntilde;os). Sacerdote:-Los sacerdotes que os vamos a perdonar, en nombre de Jes&uacute;s, antes vamos a Hacer juntos una oraci&oacute;n: Oraci&oacute;n de los Sacerdotes:- Dios y Padre nuestro, T&uacute; nos has elegido para ser portadores de tu perd&oacute;n y de tu amistad. Env&iacute;a sobre nosotros tu Esp&iacute;ritu de Amor, para que cumplamos esta misi&oacute;n con alegr&iacute;a y bondad. Que los ni&ntilde;os que van a recibir tu perd&oacute;n aprendan a amar y perdonar como T&uacute; nos perdonas y nos amas.Am&eacute;n. (Los ni&ntilde;os hacen su confesi&oacute;n privada, encienden su velita en el cirio, colocan su silueta alrededor del poster y se van a su sitio. Se pone m&uacute;sica de fondo, hasta que hayan pasado todos ). RITO DE ACCI&Oacute;N DE GRACIAS Monici&oacute;n:-Vuestras faltas ya est&aacute;n perdonadas. Todos tan felices y contentos. El que m&aacute;s feliz se siente es Jes&uacute;s, que desde el cielo nos mira con alegr&iacute;a y amor. Pero tambi&eacute;n debemos ser agradecidos con las personas que nos han perdonado. As&iacute; que vamos a despedir esta fiesta dando las gracias a Jes&uacute;s, la familia y los amigos que nos acompa&ntilde;an. Ni&ntilde;o/a:- En nombre de los ni&ntilde;os que hoy hemos recibido el perd&oacute;n del Se&ntilde;or, os queremos dar las gracias a todos. Gracias a vosotros, catequistas y sacerdotes, que nos hab&eacute;is preparado este d&iacute;a tan feliz. Gracias a vosotros, nuestros padres, que nos hab&eacute;is perdonado todas las cosas que hecho mal. Gracias, amigo Jes&uacute;s, por el gran amor que nos tienes. Gracias a todos. ( Los ni&ntilde;os salen de sus bancos, se colocan en c&iacute;rculo alrededor del altar y cantan un canto de acci&oacute;n de gracias ). Canto de acci&oacute;n de gracias:- Oraci&oacute;n:- Gracias, amigo Jes&uacute;s, por perdonarnos siempre. Haz que cada vez que hemos hecho algo mal en seguida vayamos a Ti para ser perdonados r&aacute;pidamente. Entonces podremos ser felices todos. Ay&uacute;danos con tu bendici&oacute;n RITO DE DESPEDIDA Monici&oacute;n:- Cuando el Hijo Pr&oacute;digo volvi&oacute; a su casa, el padre le compr&oacute; un traje nuevo y celebraron un gran banquete. Tambi&eacute;n los padres de Pedrito cuando le encontraron sano y salvo, invitaron a sus amigos a una merendola. Pues algo parecido han preparado vuestras catequistas para celebrar vuestra Primera Confesi&oacute;n. Vamos a daros una sorpresa. &iexcl;Que lo pas&eacute;is muy bien! Carta a los ni&ntilde;os de Primera Comuni&oacute;n/ Juan Jos&eacute; Ornella Omella/ Obispo cte Calahorra y la Calzada-Logro&ntilde;o Queridos ni&ntilde;os y ni&ntilde;as: Oyendo contar su experiencia a estos j&oacute;venes esposos, pens&eacute; en la ceremonia de Primera Comuni&oacute;n de muchos ni&ntilde;os de nuestros pueblos y parroquias, pens&eacute; en vosotros que vais a hacer la Primera Comuni&oacute;n este a&ntilde;o 2013. Lo que s&iacute; es importante &iquest;No cre&eacute;is que lo m&aacute;s importante es recibir a Jes&uacute;s, comulgar su Cuerpo y su Sangre, recibirlo en el coraz&oacute;n, y no el traje, el banquete y los regalos? &iexcl;Cu&aacute;nto me gustar&iacute;a que empez&aacute;semos a prescindir de todo gasto superfluo en las Primeras Comuniones! &iexcl;C&oacute;mo desear&iacute;a que cada uno de vosotros, solos y en familia, dedicaseis tiempo a rezar a Jes&uacute;s, a conocer m&aacute;s y m&aacute;s sus ense&ntilde;anzas, a ir a misa todos los domingos del a&ntilde;o y no solamente durante el tiempo de la Catequesis de preparaci&oacute;n a la Primera Comuni&oacute;n, a hacer cada d&iacute;a alguna obra buena y alg&uacute;n sacrificio por amor a Jes&uacute;s, a las personas que os rodean, y por los que no tienen la suerte de conocerle! Decidles a vuestros padres que no quer&eacute;is que gasten mucho dinero en la fiesta de Primera Comuni&oacute;n. Decidles que estamos en crisis econ&oacute;mica y mucha gente no tiene trabajo ni comida. Decidles que lo que le gusta a Jes&uacute;s es que vuestro coraz&oacute;n est&eacute; limpio de pecado y dispuesto a hacer siempre el bien. Decidles tambi&eacute;n que lo importante es que recen con vosotros, que ellos tambi&eacute;n se confiesen y comulguen, que sean amigos de Jes&uacute;s y que se quieran mucho y vivan muy unidos. Y no os olvid&eacute;is de pedirle a Jes&uacute;s que no falte en vuestras casas, en vuestras familias, el buen vino del amor como en Can&aacute; de Galilea. Pero recordad lo que les dijo la Virgen a los sirvientes antes de convertir el agua en vino: &laquo;Haced lo que El os diga&raquo;. El secreto de la felicidad est&aacute; en hacer siempre lo que nos dice Jes&uacute;s, lo que a El le agrada que hagamos. Ni&ntilde;os solidarios que ayudan a ni&ntilde;os necesitados A Jes&uacute;s le gusta que ayudemos a los ni&ntilde;os m&aacute;s necesitados y que compartamos nuestras cosas con ellos. Aqu&iacute; en La Rioja, cada a&ntilde;o, los ni&ntilde;os que hacen la Primera Comuni&oacute;n entregan un donativo a los ni&ntilde;os m&aacute;s pobres del mundo. Hermoso gesto que dice mucho del buen coraz&oacute;n de los ni&ntilde;os de nuestra regi&oacute;n, de nuestra di&oacute;cesis. Este a&ntilde;o os propongo que ayud&eacute;is a los ni&ntilde;os de la Escuela Primaria de Mapfumo &mdash; Zimbabue, donde trabaja el sacerdote riojano, natural de Ame- do, Carmelo P&eacute;rez-Aradros Le&oacute;n. Esos ni&ntilde;os son muy pobres y necesitan de vuestra ayuda. Seguro que ser&eacute;is muy generosos. En La Rioja los ni&ntilde;os de Primera comuni&oacute;n entregan un donativo para los ni&ntilde;os m&aacute;s pobres del mundo, lo cual es un hermoso gesto que dice mucho del buen coraz&oacute;n de los ni&ntilde;os de esta regi&oacute;n y de esta di&oacute;cesis. Este a&ntilde;o ayudar&aacute;n a los ni&ntilde;os de Zimbabue. El donativo de la oraci&oacute;n Pero no olvid&eacute;is que m&aacute;s hermoso que dar un donativo es rezar todos los d&iacute;as por los ni&ntilde;os que no conocen a Jes&uacute;s. &iquest;Quer&eacute;is comprometeros a ello? Pero m&aacute;s hermoso todav&iacute;a ser&iacute;a que os hicieseis misioneros. Os animo a participar en todas las actividades de la Infancia Misionera y no os olvid&eacute;is de apuntaros en vuestras parroquias o colegios a la revista GESTO. Ojal&aacute; que un d&iacute;a, cuando se&aacute;is mayores, os decid&aacute;is a ser misioneros y marchar al Tercer Mundo a trabajar para que otros ni&ntilde;os puedan conocer y amar a Jes&uacute;s, el Hijo de Dios, el amigo de todos los hombres. Tres propuestas Y no quiero despedirme de vosotros sin deciros tres co&mdash; sas: 1. Que pong&aacute;is en vuestra habitaci&oacute;n el rinconcito de oraci&oacute;n. Los catequistas y el sacerdote os explicar&aacute;n c&oacute;mo hacerlo. Y no dej&eacute;is de rezar todos los d&iacute;as en ese rinc&oacute;n, vuestro rinc&oacute;n de oraci&oacute;n. 2. Que form&eacute;is parte de Naz@red, es decir, del gran grupo de ni&ntilde;os que rezan diariamente para que haya muchos y buenos seminaristas. &iquest;Conoc&eacute;is el seminario y los seminaristas de nuestra di&oacute;cesis? Decid a los catequistas que os lleven al seminario, es una casa muy grande y bonita. Podr&eacute;is conversar con los j&oacute;venes que viven all&iacute; y se preparan para ser sacerdotes. 3. Que quer&aacute;is mucho a vuestros padres, hermanos y abuelos. Obedecedles siempre, colaborad en las tareas de la casa, y no se&aacute;is caprichosillos y ni&ntilde;os mimados, sino m&aacute;s bien haced todo lo posible para que la alegr&iacute;a y la uni&oacute;n reinen entre vosotros. Palabras para los padres Queridos padres: Los sacerdotes y catequistas me dicen que en los d&iacute;as de los preparativos previos a la celebraci&oacute;n, no todo es espect&aacute;culo o folclore. Os felicito por ello. S&eacute; que en la catequesis familiar se han o&iacute;do comentarios como los de una madre que emocionada comentaba: &laquo;La comuni&oacute;n de dre co &laquo;Cada noche cuando hago a mis hijos en la frente la se&ntilde;al de la cruz y le digo a Dios desde mi coraz&oacute;n &ldquo;h&aacute;gase tu voluntad&rdquo;, me viene al pensamiento la decisi&oacute;n y el compromiso que adquirimos para educarlos en la fe y le pido que no los deje de su mano, que tengan bien encendida la l&aacute;mpara que ilumine el camino de sus vidas. Mi Jes&uacute;s, el de la Cruz, el del Pesebre, quiere formar parte de su vida y eso es para m&iacute; un fruto reflejado en mi hija&raquo;. Mientras daban gracias a Dios porque este momento estaba siendo una aut&eacute;ntica bendici&oacute;n para la familia: Nuestros hijos e hijas hoy son m&aacute;s tuyos, porque T&uacute;, Dios, llegas donde no llegamos, duras m&aacute;s de lo que nosotros duramos, en tus manos los ponemos, a ti te los confiamos. No dej&eacute;is, queridos padres, de vivir m&aacute;s profundamente vuestra fe y de ayudar en ello a vuestros hijos. Os felicito por participar en la catequesis familiar. Vivid la Primera Comuni&oacute;n de vuestros hijos con la sobriedad y la belleza propias de las fiestas cristianas y centraos en lo importante: conocer y amar m&aacute;s a Jes&uacute;s, el Hijo de Dios, el gran amigo de los hombres y mujeres de todos los tiempos. Os bendice vuestro padre y pastor, el obispo de esta Iglesia que peregrina en La Rioja, tierra entra&ntilde;able, cuna de muchos santos. PALABRAS DE SOR LUCIA A LOS HOGARES CRISTIANOS &iquest;Sois sol&iacute;citos en educar a vuestros hijos en el conocimiento de Dios y de sus leyes? Tened presente que tambi&eacute;n esto es un deber sagrado que pertenece a la misi&oacute;n confiada por Dios a los padres como nos lo dice la Sagrada Escritura: &laquo;Cuando un d&iacute;a te pregunte tu hijo, diciendo: &iquest;Qu&eacute; son estos mandamientos, estas leyes y preceptos que Yav&eacute; nuestro Dios os ha prescrito? T&uacute; responder&aacute;s a tu hijo: [...] Yav&eacute; nos ha mandado poner por obra todas sus leyes y temer a Yav&eacute;, nuestro Dios, para que seamos dichosos siempre, y &Eacute;l nos conserve la vida corno hasta ahora ha hecho&raquo; (Dt. 6, 20-24). Jes&uacute;s, el divino Maestro, no se absten&iacute;a de dar respuesta a las preguntas que le eran hechas sobre la Ley de Dios, aunque fuesen &laquo;para probarle&raquo;: &laquo;Maestro, &iquest;cu&aacute;l es el mandamiento principal de la Ley? &Eacute;l le respondi&oacute;: Amar&aacute;s al Se&ntilde;or tu Dios con todo tu coraz&oacute;n y con toda W alma y con toda tu mente. &Eacute;ste es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante a &iquest;sic: Amar&aacute;s a tu pr&oacute;jimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos pende toda la Ley y los profetas&raquo;(MT. 22, 3 5-40). El libro del Deuteronomio no deja dudas:,Llevar&aacute;s muy dentro del coraz&oacute;n todos estos mandarnientos que Yo hoy te doy. Inc&uacute;lcaselos a tus hijos y, cuando est&eacute;s en tu casa, cuando viajes, cuando te acueste, cuando te levantes, habla siempre de ellos. &Aacute;tatelos a tus manos, para que te sirvan de se&ntilde;al; p&oacute;ntelos en la frente, entre tus ojos; escr&iacute;belos en los postes de tu casa y en tus puertas&raquo; (Dt. 6, 6-9). En ellas, padres e hijos encontrar&aacute;n la felicidad eterna: &laquo;Oh, si tuvieran siempre ese mismo coraz&oacute;n y siempre me temieran y guardaran mis mandamientos, para ser por siempre felices, ellos y sus hijos!&raquo; (Dt. 5, 29). Aqu&iacute; est&aacute; bien expl&iacute;cita la misi&oacute;n que Dios destin&oacute; a los padres en la educaci&oacute;n de los hijos. Ellos son sus primeros maestros; es en los brazos paternos y en el regazo materno donde los hijos, todav&iacute;a inocentes, deben aprender a pronunciar el santo nombre de Dios, a levantar al cielo sus manecitaS puras para orar, a sonre&iacute;r con su candidez infantil a las im&aacute;genes del Padre y de la Madre del Cielo. Es a los padres a los que compete guiar los pasos de sus hijos por los caminos rectos de la Ley de Dios y confiarlos, seg&uacute;n sus medios y la propia condici&oacute;n, a maestros competentes que no los desv&iacute;en del camino inicial. En verdad, &iquest;de qu&eacute; les servir&iacute;a adquirir grandes conocimientos si viniesen a perder sus almas? Perdida &eacute;sta todo lo perder&aacute;n, porque la vida terrena pasa r&aacute;pida y veloz como el tiempo &iexcl;en tanto la eternidad permanece irremediable para siempre! Por cierto que la ciencia humana, con sus muchos conocimientos, es buena, sobre todo cuando el sabio, a trav&eacute;s de ella, consigue descubrir la inmensidad del poder, de la sabidur&iacute;a y de la bondad de Dios, que, por amor y para bien nuestro, cre&oacute; tantas maravillas. Este conocimiento nos lleva a una profunda humildad, al ver que despu&eacute;s de tantos esfuerzos y estudios los mayores sabios no llegaron todav&iacute;a a comprender totalmente una sola de las innumerables maravillas que salieron de las manos creadoras y omnipotentes de Dios. As&iacute;, todos los hogares deben ser la primera escuela para los hijos, donde ellos aprendan a conocer a Dios y a aproximarse a El por los sacramentos y la oraci&oacute;n, donde ellos aprendan a prepararse para su primera comuni&oacute;n, no s&oacute;lo ense&ntilde;&aacute;ndoles aquella doctrina donde est&aacute; compendiada la Ley de Dios, sino tambi&eacute;n inspir&aacute;ndoles aquella fe viva, confianza firme y amor ardiente, que, grab&aacute;ndose en las almas en edad tierna, permanece despu&eacute;s como luz que gu&iacute;a sus pasos en la vida. De esta forma, vuestros hijos ser&aacute;n felices y el pan de los &aacute;ngeles ser&aacute; el alimento que los conforte: &laquo;&Eacute;ste es el pan que ha bajado del Cielo, no como el que comieron los vuestros y murieron: quien come este pan vivir&aacute; eternamente>) (Jn. 6, 58). Al leer estas l&iacute;neas, queridos hermanos peregrinos, tal vez alguno de vosotros se pregunte qu&eacute; tienen ellas que ver con el mensaje de F&aacute;tima o con el ambiente de los dos hogares, que son e] objeto de las preguntas que me hab&eacute;is hecho. Pues yo os digo que tienen y mucho, porque, siendo el mensaje todo &eacute;l un llamamiento a la observancia de la Ley de Dios, pienso que habr&aacute; sido la observancia de estas leyes divinas, no obstante las flaquezas inherentes a la fragilidad humana, lo que atrajo sobre estas dos familias las miradas de infinita misericordia de Dios. &iexcl;Ave Mar&iacute;a! &iexcl;Alabado sea Nuestro Se&ntilde;or Jesucristo! [1] Homil&iacute;a sobre el Evangelio de Mateo, 50, 2-4, PG 58, c.508-509. [2]S. Juan Cris&oacute;stomo, hom. in 1Cor,27,4.