(VSTEV) RETIRO ESPIRITUAL DE ADVIENTO

(VSTEV) RETIRO ESPIRITUAL DE ADVIENTO

(Cristo de las Batallas, 12 diciembre 2009)

         1. REZO DE VÍSPERAS

         Somos Iglesia de Cristo, del Arciprestazgo de Plasencia, reunidos en el nombre del Señor, para hacer este retiro espiritual de Adviento. Nos hemos retirado en oración para preparar la Navidad, el nacimiento del Hijo de Dios entre los hombres, entre nosotros.  Empecemos este retiro rezando la oración oficial de la Iglesia, la que hacemos todos juntos como Iglesia sacerdotal y cuerpo de Cristo, oración litúrgica y comunitaria.

Del Verbo divino, la Virgen preñada- viene decamino ¿le daréis posada? Sí, ciertamente y por eso nos hemos reunido en oración, en retiro y desierto espiritual para hacer este retiro de Adviento. Pedimos a la Virgen que nos ayude a vivir este adviento como Ella lo vivió, fue la que mejor se ha preparado para la Navidad.

Se lo pedimos cantando: SANTA MARÍA DE LA ESPERANZA, MANTÉN EL RITMO DE NUESTRA ESPERA

                              MEDITACIÓN PRIMERA

QUERIDAS HERMANAS Y HERMANOS: En esta primera meditación quiero hacer y responder brevemente a tres preguntas:

1ª ¿Cuál es el origen de la Navidad cristiana?

El amor de Dios.

A mi me alegra pensar que hubo un tiempo en que no existía nada,  solo Dios, Dios infinito al margen del tiempo, ese tiempo, que nos mide a todo lo creado en un antes y después, porque Él existe en su mismo Serse infinito, fuera del antes y después, fuera del tiempo. Hubo un tiempo infinito, que no es tiempo sino eternidad, en que no existía nada, sólo Dios en sí mismo, en su eternidad de ser y felicidad infinitas.

Y este Dios, que por su mismo ser infinito es inteligencia, fuerza, poder.... cuando S. Juan quiere definirlo en una sola palabra, nos dice: “Dios es amor”, su esencia es amar,  y si dejara de amar, dejaría de existir. Podía decir San Juan también que Dios es fuerza infinita, inteligencia infinita, porque lo es, pero él prefiere definirlo así para nosotros: Dios es Amor.

Y este Dios tan infinitamente feliz en sí y por sí mismo, entrando dentro de su mismo ser infinito, viéndose tan lleno  de amor, de hermosura, de belleza, de felicidad, de eternidad, de gozo...piensa en otros seres posibles para hacerles partícipes de su mismo ser, amor, para hacerles partícipes de su misma felicidad, piensa en el hombre, en ti, en mí. Se vio tan infinito en su ser y amor, tan lleno de luz y resplandores eternos de gloria, que a impulsos de ese amor en el que se es  y subsiste, piensa desde toda la eternidad en  crear al hombre con capacidad de amar y ser feliz con Él, en Él  y por Él y como Él.

San Juan, en su primera carta, lo expresa así, completando el texto anteriormente citado: “Dios es amor...  en esto consiste el amor, no en que nosotros hayamos amado a Dios sino en que Dios nos amó primero y envió a su Hijo como propiciación de nuestros pecados”.

Por eso, en esto del ser y del amor y de existir, la iniciativa siempre es de Dios. El hombre, cualquier criatura, cuando mira hacia  Dios, se encuentra con una mirada que le ha estado mirando con amor desde siempre, desde toda la eternidad. Esto es lo que descubren los místicos, las almas de oración profunda cuando llegan hasta Dios por la oración. Todo amor y toda existencia en el hombre, es reflejo del amor de Dios. No existía nada, solo Dios. Todo ser y amor tiene su origen en Dios.

Y todo esto lo empezó Dios a realizar en nuestros primeros padres: Adán y Eva, y los creó en un paraíso, donde Él bajaba todas las tardes a hablar con ellos hasta que llegara el tiempo de la eternidad. Y así sería en todos los hombres nacidos de este primer proyecto de amor de Dios. Dios nos amó primero en sí mismo, en el seno trinitario; Él nos soñó desde toda la eternidad para vivir en su misma esencia y felicidad infinita y nos creó en el sí de amor de nuestros padres y ya no dejaremos de existir porque somos eternos. Pero ya sabemos la historia. El demonio disfrazado de serpiente engañó al hombre y destrozó este primer proyecto de amor. Y esto no es imaginación mía, lo dice la primera página de la Biblia y lo confirma también san Pablo en un himno maravilloso de la carta a los Efesios: Nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, porque Cristo es el Verbo, la inteligencia, la idea de Dios y en ella el Padre no ve y ama con amor de hijos en el Hijo por su Amor Infinito que el Espíritu Santo.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 3-6. 11-12

“Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de creación el mundo, para que fuésemos santos
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya, a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por su medio hemos heredado también nosotros.
A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad.
Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria”.

Queridos hermanos: Todo esto es verdad, es la Verdad de Dios que es su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, Palabra, canción de amor en la que el Padre no ha dicho y cantado todo lo que nos ama con amor eterno de Espíritu Santo. Y apoyado en esa Palabra, que es Cristo, que nos ha revelado todo este misterio de amor con su nacimiento, con su venida a la tierra, podemos saber, creer, y, sobre todo, gozar, experimentar lo que os voy a decir de una forma más vulgar y sencilla.

MEDITEMOS:  

SI EXISTO, ES QUE DIOS ME AMA. Dios me amó primero, como nos dice san Juan. Ha pensado en mí. Ha sido una mirada de su amor divino, la que contemplándome en su esencia infinita, llena de luz y de amor, me ha dado la existencia como un cheque firmado ya y avalado para vivir y estar siempre con Él, en  una eternidad dichosa,  que ya no acabará nunca y que ya nadie puede arrebatarme porque ya existo, porque me ha creado primero en su Palabra creadora y luego recreado en su Palabra salvadora.“En el principio ya existía la Palabra... (La Palabra es el Hijo)nada se hizo sin ella... todo se hizo por ella” (Jn 1,3). Con un beso de su amor, por su mismo Espíritu,  me da la existencia, esta posibilidad de ser eternamente feliz en su ser amor dado y recibido, que mora en mí. El salmo 138, 13-16, lo expresa maravillosamente: “Tú has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente, porque son  admirables tus obras; conocías hasta el fondo de mi alma, no desconocías mis huesos. Cuando, en lo oculto, me iba formando, y entretejiendo en lo profundo de la tierra, tus ojos veían mis acciones, se escribían todas en tu libro; calculados estaban mis días antes que llegase el primero. ¡Qué incomparables encuentro tus designios, Dios mío, qué inmenso es su conjunto!”.

SI EXISTO, SI TU EXISTES, ES QUE DIOS  ME HA PREFERIDO a millones y millones de seres que no existirán nunca, que permanecerán en la no existencia, porque la mirada amorosa del ser infinito me ha mirado a mi y me ha preferido...Yo he sido preferido, tu has sido preferido, hermano. Estímate, autovalórate, apréciate, Dios te ha elegido entre millones y millones que no existirán. Que bien lo expresa S. Pablo: “Hermanos, sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo para que El fuera el primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó” (Rom 8, 28.3).

         Es un privilegio el existir. Expresa que Dios te ama, piensa en ti, te ha preferido. Ha sido una mirada amorosa del Dios infinito, la que contemplando la posibilidad de existencia de millones y millones de seres posibles, ha pronunciado mi nombre con ternura y  me ha dado el ser hombre, mujer. !Qué grande es ser, existir, ser hombre, mujer...Dice un autor de nuestros días: «No debo, pues, mirar hacia fuera para tener la prueba de que Dios me ama; yo mismo soy la prueba. Existo, luego soy amado». (G. Marcel).

SI EXISTO, YO VALGO MUCHO, porque todo un Dios me ha valorado y amado y señalado  con su dedo creador. ¡Qué bien lo expresó Miguel Ángel en la capilla Sixtina! Qué grande eres, hombre, valórate. Y valora a todos los vivientes, negros o amarillos, altos o bajos, todos han sido singularmente amados por Dios, no desprecies a nadie, Dios los ama y los ama por puro amor, por puro placer de que existan para hacerlos felices eternamente, porque Dios no tiene necesidad de ninguno de nosotros. Dios no crea porque nos necesite, Dios es infinito en su ser y amor y felicidad. Dios crea por amor, por pura gratuidad, Dios crea para llenarnos de su vida, porque  nos ama y esto le hace feliz.

Con qué respeto, con qué cariño  tenemos que mirarnos unos a otros... porque fíjate bien, una vez que existimos, ya no moriremos nunca, nunca... somos eternos. Aquí nadie muere. Los muertos están todos vivos. Si existo, yo soy un proyecto de Dios, pero un proyecto eterno, ya no caeré en la nada, en el vacío. Qué  alegría existir, qué gozo ser viviente. Mueve tus dedos, tus manos, si existes, no morirás nunca; mira bien a los que te rodean, vivirán siempre, somos semejantes a Dios, por ser amados por Dios. Y a la luz de esto tú mira ahora el aborto, y otras leyes actuales. Son contrarias totalmente al proyecto y concepto de Dios sobre el hombre, sobre la vida, sobre el hermano.

SI EXISTO, ES QUE ESTOY LLAMADO A SER FELIZ, a ser amado y amar por el Dios Trino y Uno; este es el fín del hombre. Y por eso su gracia es ya vida eterna que empieza aquí abajo y los santos y los místicos la desarrollan tanto, que desean morirse para estar con Dios, pero porque lo viven y lo experimentan realmente, se le impone esta vivencia de la vida y existencia de Dios: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os lo diría, porque voy a prepararos el lugar. Cuando yo me haya ido y os haya preparado el lugar, de nuevo volveré  y os tomaré conmigo, para que donde yo estoy estéis también vosotros”

2ª Pregunta que quiero hacer con vosotros: ¿Por qué existe la Navidad cristiana, la venida salvadora del Hijo de Dios a este mundo, entre nosotros, los hombres?

Cito nuevamente el texto de san Juan: “Dios es amor...  en esto consiste el amor, no en que nosotros hayamos amado a Dios sino en que Dios nos amó primero y envió a su Hijo como propiciación de nuestros pecados”.

La respuesta a la primera pregunta está “en que Dios nos amó primero”.  La respuesta a la segunda pregunta: ¿Por qué existe la Navidad?  Está: “y envió a su Hijo como propiciación de nuestros pecados”.  El primer proyecto de eternidad feliz con Dios eternamente se destrozó con el pecado de nuestros primeros padres; entonces Dios quiso recrearlo o hacer una segunda creación enviándonos a su propio Hijo, que nació en Belén de la Virgen María. En la misma caída por el pecado Dios nos promete la segunda recreación. Todo el A.T. es una renovación de esta promesa por medio de los profetas, por eso los leemos tanto en este tiempo de adviento hasta que llega el Enviado, el Nuevo Testamento, que es Cristo:

Establezco hostilidades entre tu estirpe y la de la mujer

Lectura del libro del Génesis 3, 9-15. 20

Después que Adán comió del árbol, el Señor llamó al hombre:
- «¿Dónde estás?»
Él contestó:
- «Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí.»
El Señor le replicó:
- «¿Quién te informó de que estabas desnudo? ¿Es que has comido del árbol del que te prohibí comer?»
Adán respondió:
- «La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto, y comí.»
El Señor dijo a la mujer:
- «¿Qué es lo que has hecho?» Ella respondió:
- «La serpiente me engañó, y comí.»
El Señor Dios dijo a la serpiente:
- «Por haber hecho eso, serás maldita entre todo el ganado y todas las fieras del campo: te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la cabeza cuando tú la hieras en el talón. »


         Esta historia que provocó la Navidad cristiana, porque fue la reacción de un Dios Amor que no dejó al hombre caído, es la historia actual de España que tiene que obligarnos a nosotros a provocar el amor Dios para que colaboremos con Él en que las serpientes de los políticos no destruyan la fe cristiana, el cristianismo, el sentido cristiano del hombre y la mujer, del matrimonio, de los hijos... los políticos actuales, algunos, los que mandan ahora, quitan los crucifijos, la enseñanza religiosa, el concepto que Dios tiene del hombre, de los hijos, del matrimonio y ponen e imponen leyes que van contra Dios, el evangelio: separaciones, divorcios, abortos, eutanasias, y al quedarnos sin Dios, nos estamos quedando sin amor y al quedarnos sin amor estamos todos más tristes: las familias más tristes, los hijos más tristes, los vecinos que se quieren y se ayudan ya no existen, no nos queremos, domina el maligno en nosotros sobre el amor de Dios.

         - «Por haber hecho eso, serás maldita entre todo el ganado y todas las fieras del campo: te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la cabeza cuando tú la hieras en el talón. » España ahora se está arrastrando por el fango de la corrupción moral, por el fango de pecados horribles en el vientre materno, y estamos comiendo mierda y suciedad repugnantes de abortos, separaciones, pecados de la carne, se ha matado la conciencia, la moral, no digamos la moral cristiana, el evangelio de Cristo, por personas incluso que dicen amar a Cristo, qué hipocresía manifiesta, qué incoherencia... tenemos que reaccionar, ayudar a nuestros pastores, a Cristo para que la vida, el amor matrimonial para siempre entre hombre y mujer, no entre mujeres y hombres sea respetado... Si es que creemos y amamos a Cristo.

         Esta Navidad debe ser una toma de conciencia, como Adán y Eva, de que nos estamos quedando desnudos, fríos, sin belleza de amor y amistad, sin trascendencia y eternidad; la Navidad nos hace pensar en el primer pecado provocado porque el hombre no quiso cumplir los mandamientos de Dios y quiso él personalmente comer del árbol del bien y del mal, decir lo que está bien y mal; la navidad nos recuerda cómo fue provocada por el amor de Dios ante el pecado del hombre de entonces y de todos los tiempos y nos dice que Dios sigue amando y perdonando al hombre; nos tiene que hacer volver y vivir con más fuerza los mandamientos del amor a Dios y a los hermanos, de no dejarnos seducir por las serpientes actuales, los enemigos de Dios y del hombre actuales disfrazados de políticos y artistas y cantamañanas televisivos que no quieren aceptar a Dios ni a Jesucristo ni el evangelio,  que condena sus vidas y pecados, y los políticos nos incitan a creernos igual a Dios, seréis como dioses, si no le obedecéis, y nos dejan  desnudos de Dios, de amor, felicidad, nos sentimos solos en medio de la multitud de los hombres, escondidos en el mundo sintiendo vergüenza de confesarnos y manifestarnos como católicos ante el mundo. Esta España nuestra está perdiendo la conciencia, la moral, el evangelio, la ley natural impuesta por Dios en las criaturas, no digamos la moral cristiana,  y con ella el amor de Cristo, el evangelio, el amor a los hermanos, como Él lo mandó

3ª Pregunta: ¿Qué nos dice o enseña a todos nosotros, los creyentes, la Navidad, cómo debemos nosotros celebrar la Navidad Cristiana?

" Díjoles el ángel: os anuncio una gran alegría que es para todo el mundo: os ha nacido un salvador, que es Cristo el Señor.

 SI DIOS NACE ENTRE NOSOTROS, YA ES   NAVIDAD. SI DIOS NACE Y ES NAVIDAD, DIOS NO SE OLVIDA DEL HOMBRE. SI DIOS NACE Y ES NAVIDAD, DIOS SIGUE AMANDO AL HOMBRE. SI DIOS NACE Y EXISTE LA NAVIDAD, LA VIDA TIENE SENTIDO Y EL HOBRE TIENE SALVACION. SI DIOS NACE Y ES NAVIDAD, TODO HOMBRE ES MI HERMANO. SI DIOS NACE, EL HOMBRE SE HACE ETERNO.

  "Tanto amó Dios al mundo, que le entrego su propio Hijo, para que no perezca ninguno de los que creen en Él, sino que tengan vida eterna.”

Si es Navidad este año Y HABRÁ NAVIDAD, quiere decir que Dios sigue amando al Hombre; si Dios nace, quiere decir que Dios no se olvida del hombre; si  Dios nace, el mundo tiene salvación, no debemos desesperar; si Dios nace, todo hombre es mi hermano y el hombre vale mucho, vale infinito, vale una eternidad. Somos más que este espacio y este tiempo, para eso ha nacido Jesucristo, PARA DECIRNOS ESTO Y REALIZAR ESTE PROYECTO PROMETIDO POR EL PADRE. Si Cristo nace, sí hay Navidad, Dios me ama, Dios me ama, Dios me ama: “Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su propio Hijo para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga la vida eterna” (Jn  3,17).

Hermanos y hermanas, creamos, creamos en la Navidad, creamos en Cristo, preparemos la auténtica navidad cristiana, que es Cristo, oración, vida de amor y fraternidad familiar, vecinos, enfermos, recemos, confesemos nuestros pecados y comulguemos con la vida y el amor de Cristo.

La navidad nos enseña que Dios no se olvida del hombre, que Dios ama al hombre, que Dios perdona al hombre. La navidad nos hace

1.- Constatar la grandeza de existir y ser hombre,  y convencerme de que existo por y para amar y ser feliz en Dios, para valorarme y autoestimarme. Valorar también a los demás, sean como sean, porque son un proyecto eterno de amor de Dios. Amar a todos los hombres, interesarme por su salvación, especialmente mis hijos, porque la vida en Dios es más que esta vida, es la eternida. Si es Navidad Dios sigue amando al hombre y salvándolo. Tengo que vivir y hablar a los míos, a mi gente, a todos, lo que es la Navidad cristiana, fiesta del amor y del perdón y de la salvación de Dios.

         2.- Sentirme amado por Dios en la Navidad, por ese niño Dios que nace que viene a mi encuentro para abrirme las puertas del cielo, de la felicidad en Dios. Aquí radica la felicidad del hombre. Todo  hombre es feliz cuando se siente amado, y  es así porque esta es la esencia y manera de ser de Dios y  nosotros estamos creados por Él a su imagen y semejanza.  No podemos vivir, ser felices, sin sentirnos amados. Dios nos ama. Amemos y sintámonos amados: Esposos, hijos, familiares, vecinos, necesitados, enfermos, centros de ancianos, personas olvidadas... En la navidad y por la navidad sintámonos amados por Dios y desde este amor, amemos a todos.

CANTO: De rodillas, Señor, ante el Sagrario, que guarda cuanto queda de amor y de unidad...

EXPOSICIÓN DEL SEÑOR

ORACIÓN DEL AÑO SANTO SACERDOTAL Y BERZOCANIEGO

SEGUNDA MEDITACIÓN

LA NAVIDAD

         En esta meditación responderé a una cuarta pregunta: ¿cómo preparar la Navidad, cómo vivir el adviento cristiano, por dónde vendrá Cristo en esta Navidad? Pues como en la primera navidad: vendrá por la Virgen, pero por María en oración como la sorprendió el arcángel Gabriel cuando la dio la noticia de parte de Dios y con su fiat, dicho desde el diálogo con la palabra de Dios que le trajo Gabriel, empezó la Navidad en su vientre por la potencia de Amor de Dios, que es el Espíritu Santo y orando continuó ya siempre con el Hijo de Dios, el Verbo de Dios que nacía en sus entrañas.

         HERMANOS Y HERMANAS, TRATEMOS DE VIVIR EL ADVIENTO EN ORACIÓN CON MARÍA Y COMO MARÍA, QUE ES EL ÚNICO CAMINO VERDADERO Y EFICAZ. Y ORAR ES AMAR Y CONVERTIRSE  A CRISTO, ES CREER Y VIVIR PARA CRISTO COMO MARÍA LE AMÓ Y ESPERÓ Y VIVIÓ.

         Porque como repito muchas veces en estos días: Aunque Cristo naciese mil veces, si no nace en nuestro corazón por un más grande amor, todo habrá sido inútil, no será Navidad en nosotros; hay que orar la navidad, hay que meditar la navidad en este tiempo de espera, de adviento: el Adviento será tiempo inútil, no aprovechado, no vivido, no ha existido en nosotros, si no ha habido espera amorosa en ratos de oración, de meditación, de lectura espiritual, , si no aumenta su presencia en nosotros por el deseo del Señor y trato de amistad de oración eucarística, ante el Sagrario, misa y comunión eucarística de amor, por un adviento vivido con deseos de mayor unión con Cristo, de experiencia de amor por la oración afectiva; si no hay oración personal, no basta la oficial, no habremos vivido el adviento cristiano.

CRISTO VENDRÁ A NOSOTROS EN ESTA NAVIDAD POR EL CAMINO DE LA ORACIÓN, COMO EN MARÍA

         La Virgen estaba orando cuando la visitó el ángel y le anunció que Dios la había escogido para ser la madre del Hijo; la Virgen siguió orando y dialogando con el ángel y siguió orando y dialogando con su Hijo, que empezó a nacer en sus entrañas por obra y potencia de amor del Espíritu Santo. Y orando fue a visitar a su prima Isabel, recogida y contemplándole en su seno, mientras caminaba por aquellas montañas y parajes de Palestina sin mirarlos, porque Ella ya solo miraba y contemplaba el paisaje y la hermosura de ese niño que nacía en sus entrañas. Y encontrando a Isabel, continuó en oración dialogada con su prima, en diálogo de fe y esperanza, que  remató con la oración de alabanza del Magnificat “proclama mi alma la grandeza del Señor y se alegra...”, Magnificat que Jesús y Juan recitaron en voz baja, éste saltando en el vientre de su madre Isabel, y Jesús llenando de alegría y gozo filial, de amor de Espíritu Santo a su Madre para que lo pronunciara fuerte y convencida, confirmándole que era verdad todo lo que decía y proclamaba, ya que no estaba bien que hiciera milagros antes de salir de su vientre; así que una parte del Magnificat se la debemos a Él y otra a María, de la misma forma que el pan eucarístico, que es también cuerpo y sangre de María, se lo debemos a María; por eso, el pan eucarístico, el cuerpo eucarístico de Cristo tiene perfume, olor y sabor de María, de carne y sangre de María, de la madre, como vuestros hijos tienen vuestra sangre y carne y ojos y ...

         Queridos hermanas y hermanos, a vosotros, almas creyentes y cultivadas, no os basta cantar villancicos y hacer Belenes en casa o en la parroquia; tenéis que orar, mirar a Cristo orando, pasar ratos de silencio meditativo ante Él como María. Para vosotros, ya iniciadas en la fe, sin oración meditativa, afectiva y contemplativa, no hay Adviento ni Navidad cristiana, no hay encuentro de amor con Cristo, aunque haya villancicos y turrones y sobren champán y haya reunión y cena familiar. Cristo siempre vino y vendrá para las almas que le esperan por el camino de la oración, como María y todos los santos que han existido y existirán, como vosotros. No basta ser cristianos, hay que orar, hacer oración personal. Estos días de Adviento y los de Navidad son para orar mucho, para pasar en silencio del mundo y de las cosas muchos ratos con Cristo Eucaristía.

         Toda oración, especialmente la eucarística, es un itinerario de  encuentro personal con Jesucristo. No olvidemos que el Verbo de Dios se hizo carne, y luego un poco de pan, por amor extremo al Padre, cumpliendo su voluntad, y por los hombres, para salvarlos. Su presencia eucarística perpetúa y prolonga su encarnación salvadora, con amor extremo, hasta el fín de los tiempos, en amistad y salvación permanentemente ofrecidas a todos los hombres. Desde su presencia en la eucaristía, sin decir palabra, sigue diciéndonos a todos nosotros con su sola presencia: “Vosotros sois mis amigos”, “me quedaré con vosotros hasta el final de los tiempos”, “ya nos os llamo siervos, porque todo lo que he oído a mi Padre, os lo he dado a conocer;” “yo doy la vida por mis amigos;  “Nadie ama más que aquel que da la vida por los amigos”.  Pero esto sólo se puede escuchar y sentir y vivir y gozar por la oración, por ratos de contemplación afectiva ante el Cristo de nuestros sagrarios, a veces un trasto más de la Iglesia sin ser amado y creído y adorado.

1.-  NECESIDAD DE ORAR PARA COMPRENDER LA NAVIDAD.

         ¡Dios mío, Dios eterno! creo, creo, creo que Tú, sin necesitar nada del hombre -- ¿qué te puede dar el hombre que Tú no tengas?—has bajado a la tierra para buscarme únicamente por amor gratuito, para llenarme de tu misma felicidad, que es tu Hijo amado con fuego de Espíritu Santo.

         Creo que vienes en mi busca y me amas como soy,  hombre finito y limitado; creo que por amor loco, apasionado e incomprensible, no has reparado en hacerte igual que yo, que cada uno de nosotros. El creyente, cuando cree de verdad,  quiere creer más para amar más, porque esta enfermedad de amores y ansias infinitas de Dios ya no se cura sino con ratos de oración y de amor en su presencia; es imposible de contener y controlar esta corriente impetuosa y viva de amor; el alma creyente,  llagada de tu amor, necesita horas y horas, días y noches para hablar contigo, darte gracias, alabarte, bendecirte, preguntarte cosas, razones, motivos de este misterio de amor, es decir,  orar,  orar mucho, todo el día, recogerse en tu presencia y meditar muy despacio, como fuera del tiempo y del espacio, estas realidades del amor divino, que nos superan, que no comprendemos, sino que solamente tocamos y barruntamos por amor. (Decir una jaculatoria eucarística mía)

         ¡Dios santo, Tú existes, existes de verdad, eres Verdad! Tú nos amas de verdad. Hermanos todos, que es verdad, que Dios existe y nos ama. Que es verdad la eternidad, que Cristo está aquí en el pan, el mismo Hijo de Dios, creador de todas las cosas, qué gozo, que suerte ser católico, creer, amar a Cristo. Mirad la Navidad:  Es Dios amando apasionadamente a los hombres, que viene en nuestra búsqueda para abrirnos las puertas de la amistad y eternidad con Dios. ¡Dios existe y nos ama, es verdad!

         Sin oración, sin pasar largos ratos ante el Sagrario, no se pueden creer, comprender y vivir estas cosas, estos misterios de la Navidad. Porque el Sagrario es una Encarnación continuada, una Navidad permanente.

         La Encarnación, la Navidad es Cristo hecho hombre; la Eucaristía es Cristo hecho un poco de pan por el mismo amor de la Navidad; el mismo Cristo, la misma carne, el mismo amor que le llevó a encarnarse y dar su vida por mí. Yo sé, Señor, que eso no se comprende, no se puede comprender, hasta que no se vive. Por eso te pido amor. Solo amor. El amor conoce los objetos por contacto, por hacerse llama de fuego y amor con la persona amada, por unión y <noticia amorosa>, <contemplación de amor>. Por eso necesito oración para pedirte amor, hablarte de amor y con amor y comprenderte <en llama de amor viva, que hiere de mi alma, en el más profundo centro... pues ya no eres esquiva, rompe la tela de este dulce encuentro>.

         La oración es la experiencia de la fe. Sin oración, sin ratos de silencio, de oración junto al Sagrario, contemplando a Dios, hecho hombre por amor extremo, no se puede comprender nada o muy poco de la Navidad. Para comprender estas cosas del amor infinito de mi Dios Trino y Uno: “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo Unigénito,” necesito entrar dentro de la intimidad de mi Dios Tri-Unidad, que es Amor, y sorprenderlos en Consejo trinitario, cuando decidieron amarme de estar manera, amar a los hombres por el Hijo hasta el extremo de hacerse uno totalmente igual a los que amaba y buscaba.

         Necesito ver el rostro del Padre entristecido por el pecado de Adán y por la amistad perdida con el hombre, con el que quería pasear en el paraíso todas las tardes de la vida y que ya no podría entrar dentro de sí mismo, en su misma felicidad esencial y trinitaria, para la que fue creado, por el pecado de Adán, que nos llevó fuera del paraíso de su amor y compañía. Aquella vez no fuimos dignos y fuimos echados del paraíso de su amistad. Por la oración eucarística puedo oír al Hijo que viendo al Padre entristecido en el seno trinitario por el pecado que impedía a sus hombres creados para la felicidad eterna... le dijo: Padre, no quieres ofrendas y sacrificios...

         Sin amor, sin noticia amorosa de Dios, sin oración, al menos afectiva, mejor, oración contemplativa, no se puede comprender el misterio, los misterios que vamos a celebrar estos días. En ratos de soledad y oración y contemplación ante el Sagrario quiero alabar, bendecir y glorificar al Hijo de Dios por haberme amado hasta este extremo y por haber aceptado todas las consecuencias de su Encarnación. Quiero corresponderle con mi amor, quiero amarle tanto que no se arrepienta de lo que hizo; quiero agradecerle a mi Dios este modo de existir con presencia de Amigo entre los hombres en la humanidad de Jesús de Nazaret. Quiero proclamar con memoria agradecida algo que excede toda consideración racional: que Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, es Dios de una manera humana y, al mismo tiempo, es hombre de una manera divina.

2.- CRISTO VENDRÁ POR EL CAMINO DE LA ORACIÓN CONVERSIÓN, COMO EN  MARÍA

         “¿Cómo será eso pues no conozco varón?”.Así respondió María al ángel, a la maternidad que le anunciaban, porque sus pensamientos y su planes no eran esos. Pero se convirtió totalmente a la voluntad y a los deseos de Dios, como nosotros tenemos que hacer en nuestras vidas, cuando sus planes no coincidan con los nuestros. Hemos de responder como María: “Aquí está el esclavo/a del Señor, hágase en mí según tu palabra”.

          “He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra”. Así expresó María su total seguridad y confianza en la palabra y el anuncio del ángel. María vivió el primer Adviento con fe, con fe viva, superando dudas e incertidumbre inevitables: creer que era el Hijo de Dios el que nacía en sus entrañas… por qué ella y no otra… ella no se sentía digna ni grande ni preparada para este misterio… qué iba a creer su esposo… qué diría la familia… ¿Y cómo será eso si no conozco varón?

         Pero la Virgen se fió totalmente de la Palabra de Dios. Y creyó contra toda evidencia en el misterio que nacía en sus entrañas. Se fió totalmente de Dios y creyó sola, sin apoyo de nadie ni de nada. Así debemos creer también nosotros. Sin tratar de apoyarnos en motivos o razones humanas, porque en el fondo, muchas veces dudamos de las verdades y acciones exigidas por la fe, porque no somos capaces de demostrarlas o comprobarlas con la razón; y porque nos fiamos más de nuestros propios criterios que de lo que Dios nos habla. Y Dios supera todas nuestras capacidades de comprender y de amar.

         Sin conversión permanente no puede haber oración continua y permanente. Esta es la dificultad máxima para orar en cristiano,  y la causa principal de que se ore tan poco en el pueblo cristiano y la razón fundamental del abandono de la oración por parte de sacerdotes, religiosos y almas consagradas; es el rechazo de la conversión que Dios exige para podamos captar y vivir y comprender sus planes de amor total y gratuito. Lo diré una y mil veces, ahora y siempre y por todos los siglos: la oración, desde el primer arranque, desde el primer kilómetro hasta el último, nos invita,  nos pide  y exige la conversión de nuestra soberbia, egoísmos, criterios, actitudes de comodidad e individualista, nos obliga a la caridad fraterna, a la humildad como Cristo que dijo aprended de mí, no a realizar milagros ni grandes cosas, sino aprended de mí que soy manso y humilde de corazón. Y siendo Dios, se hizo hombre, se hizo pequeño por amor al hombre. El amor le convirtió en hombre y a los hombres nos convierte en hijos  de Dios.

Necesidad de la conversión.

La liturgia de estos días nos invita a allanar y enderezar los caminos del encuentro. En este tiempo debemos convertirnos más a Dios: Convertir es dejar de mirar en una dirección para hacerlo en otra. Dios debe ser lo primero y absoluto de nuestra vida, todo lo demás, relativo:Tenemos que convertirnos a Dios y no convertir el mundo y sus criaturas en dioses, ídolos que adoramos y servimos. Tenemos que convertirnos de tanta idolatría.

El ateísmo ha matado a Dios en el corazón de muchos hombres y familias; sin Dios, no hay amor, amor duradero y para siempre entre esposos,  no hay ayuda para los ancianos y mayores, que no nos pueden dar nada, no hay respeto a todo hombre por ser hijo de Dios. El mundo necesita convertirse, volver a Dios, mirar a Dios como lo único necesario, lo absoluto y primero de la vida y de la existencia del hombre sobre la tierra.

         Frente a los laboratorios de la inmoralidad, de la increencia, del laicismo militante que son la televisión y ciertos medios de comunicación social actualmente, no desesperemos y esperemos siempre en el Señor, porque vendrán nuevamente tiempos mejores, porque Dios no deja de enviar a su Ungido, porque nunca dejará de existir la Navidad Cristiana.

         Y si hay Navidad es que Dios sigue amando y perdonando al hombre, sigue buscando al hombre por amor gratuito. Dios no necesita del hombre; es el hombre el que necesita de Dios. Por eso él viene en nuestra búsqueda, por eso, la Navidad. Celebremos la Navidad. Se acerca nuestra liberación. Proclamemos esta buena nueva, la mejor noticia para este mundo: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos y a los prisioneros, la libertad”.

         Y dijo Dios: Habrá salvación y eternidad para los hombres, enviaré a mi Hijo para una segunda creación y habrá Navidad, unión entre Dios y los hombres; vamos a ver si ahora se resiste el corazón de los hombres, vamos a ver si ahora puede haber alguno que dude de mi amor. Dijo nuestro Dios infinito, en consejo trinitario: vamos a manifestar nuestra predilección y amor por el hombre de una manera tan clara e irresistible, que el hombre no tendrá más remedio que rendirse ante nuestro amor, porque los hará a todos los hombres hijos de vida y felicidad  eterna en el Hijo; diré palabras tan tiernas y estremecedoras, les daré pruebas de mi amor tan manifiesto y extremo, con signos tan palpables de mi entrega y deseos de amistad, les haré gestos tan evidentes de mi amor loco y gratuito por el hombre, que los hombres no tendrán más remedio que creer en nuestro amor, amarnos y entrar en la amistad trinitaria, el máximo gozo del que pueden participar.   

Vamos a ver:

         -- Tú, querido hombre, eres tremendamente celoso de tu dignidad humana, de tu puesto social, de tus conquistas, de tus cargo y honores; pues bien, yo, aunque soy Dios, y no necesito nada del hombre, me haré hombre para salvar a la humanida de todas su limitaciones y hacerla heredera de Dios; superaré la distancia entre criatura y Dios.

         -- Tú te pasas toda la vida buscando grandezas, honores, títulos, puestos elevados… pues bien, yo me rebajo, los pierdo todos por tí, y de Dios me hago criatura para conquistarte y hacerte divino, hijo verdadero de Dios.

         -- Tú, querido hombre, buscas la felicidad a toda costa; quieres ser feliz. Pues bien, yo que soy la felicidad infinita, la dejo en el cielo y acepto tu humanidad débil y vengo a la tierra a ofrecerte la felicidad y la amistad esencial de mi Padre en el mismo Espíritu Santo, se la ofrezco a todos los hombres de buena voluntad; y para eso estoy dispuesto a sufrir lo inaudito y sé lo que me espera y lo hago gozoso únicamente para que tú seas feliz. Yo sufriré lo indecible para que tú sea feliz.

         -- Tú no quieres morir, tú buscas ser feliz, vivir siempre, ser eterno como Dios; pues bien, yo me hago tiempo para comunicarte mi eternidad; yo vengo a morir por el hombre para que tú vivas siempre y seas eterno.

         Y vamos a ver ahora si, al hacerme hombre y niño indefenso, ese corazón del hombre es capaz de vibrar, de amarme, de agradecerme todo el bien que le traigo; vamos  a ver si es capaz de resistirse a mi amor, vamos a ver si tiene corazón para mí…Y como el enamorado que no repara en su entrega, cuando verdaderamente siente la pasión de amor por su amada, el Hijo de Dios infinito se lanza a esta conquista y viene a la tierra. Yo iré y le hablaré al hombre en su corazón, ese corazón que ha sido tan duro para mí y empezará a sentir mi amor; cambiaré ese corazón tan sensible para los afectos puramente terrenos y los placeres mundanos y le hablaré con palabras tan dulces y gestos tan llenos de amor que no podrá resistirse.

         Queridos hermanos: Y ¿cuál es nuestra respuesta? ¿Cuál ha sido la respuesta del hombre? ¿Cuál es nuestra respuesta a tanto amor de Dios? Que responda cada uno por sí mismo… Cómo vamos a hablar de respuestas cuando muchos de los cristianos ni vienen a misa estos días para agradecérselo, ni confiesan ni comulgan estos días para amar y abrazar a Jesús, todo amor y ternura por nosotros, ni tienen una oración ni un gesto ni una mirada de amor… No hay ni respeto al misterio, que en muchos escaparates han profanado con cerditos puestos en la cuna en lugar de un niño. Y otros muchos tienen una navidad pagana, llena de champán y turrones, pero ausente de amor y admiración y adoración por el Niño que nos nace; una navidad sin Dios.

         Queridos hermanos, que al menos nosotros no le fallemos a Cristo, que comprendamos su amor, que nos acerquemos a recibirlo bien dispuestos en cuerpo y alma, que no te quedes en los turrones y villancicos, sino que pases a una oración y comunión fervorosas, que vayas a la busca del Dios que viene a buscarte. Te busca a ti, a ti en concreto, a cada uno en particular, no en serie. Éste es el sentido de la Navidad para cada uno de nosotros; éste debe ser nuestro anhelo y la celebración de este misterio: el encuentro personal con Jesucristo, Hijo de Dios Encarnado. Nuestra respuesta será: Dios me busca y yo quiero encontrarme con Él; porque en la Navidad Cristo busca el encuentro personal y afectivo con cada uno de nosotros. Navidad es caer de rodillas ante el Niño y decir: creo, creo y amo y espero.

         Creo que este Niño es la revelación del amor de Dios, su  Palabra de ternura infinita, pronunciada para nosotros, reveladora de todo lo que el Padre nos quiere decir, de todo lo que me ama y me quiere; Jesucristo Niño es la revelación de su Palabra llena de amor para mí. Y yo amo esta manifestación, esta Palabra de amor pronunciada por el Padre para mí. Y espero, espero totalmente, confiado en su verdad y amor.

Por ser Navidad, espero, deseo y quiero vivir en paz con Dios y los hermanos; me esforzaré por agradar y complacer a este Niño y quiero ser la felicidad de este Niño y hacer felices a los que conviven conmigo; por ser Navidad quiero acordarme de los más necesitados y tener espacios para la oración y la contemplación de este Niño, que es el Amor de Dios hecho carne humana; por ser Navidad y para que sea Navidad verdaderamente en mi alma, en mi corazón, quiero tener largos ratos de silencio y oración, de diálogos de amor, de preguntarle por tanto amor como me tiene y me manifiesta en la Encarnación y en la Navidad.

CANTO: Te adoro, Sagrada Hostia....

BENDICIÓN DEL SANTÍSIMO

RESERVA

COMUNIÓN EUCARÍSTICA:

<<Sagrado banquete, en que Cristo es nuestra comida...>>

  • Le diste el pan del cielo
  • Que contiene en sí todo deleite

Oración: Oh Dios que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión...

 

Visto 275 veces